Residencia Universitaria (3)
-Edu tío, estoy muy cachondo, me he despertado con ganas de rabo. ¿Qué hacemos?, escribí al WhatsApp a mi vecino. Nuevos amigos en la residencia
Había sido increíble la follada que me había dado Edu ayer, el culo aún me dolía tras recibir su pollón. A pesar del dolor era aún más grande el deseo de volver a repetir lo vivido anoche con mi vecino de residencia. No hice nada más que despertarme y ya tenía una calentura inmensa. Era sábado, tenía todo el finde sólo con Edu y quería aprovecharlo.
-“Edu tío, estoy muy cachondo, me he despertado con ganas de rabo. ¿Qué hacemos?”, escribí al WhatsApp a mi vecino.
Al poco tiempo vibró mi móvil. “Alex eres un cerdo de los buenos. Que suerte haber coincidió en esta residencia, jajajaja. Vente a mi cuarto si quieres, que yo también estoy con ganas de jugar”.
Salí tal cual estaba, con una camiseta del pijama y un bóxer blanco. Llamé a la puerta de Edu y éste no tardó en abrirme. Las vistas no podían ser mejores. El cuerpo blanquito y delgado de Edu frente a la puerta, y un bulto ya bastante grande bajo la tela de un bóxer gris clarito.
-“Estaba caliente, pero estas vistas me están rematando ya, jajajaja”
-“Anda tío pasa, que estás cada día más cerdo, jajajaja”
Normal que Luis estuviese tan contento y llevase tantos años disfrutando del cuerpo de Edu, a mi cada día me ponía más. Cerré la puerta nada más pasar. No me dio tiempo ni a reaccionar cuando Edu me agarró fuerte del cuello y me hizo arrodillar. Una vez en el suelo me llevó la cara contra el bulto que se marcaba en el bóxer. No estaba aún dura por completo.
-“¿Tenías ganas de rabo?, pues te vas a enterar”
Acto seguido, retiró Edu un poco la goma de su bóxer dejando al aire su precioso trozo de carne. Yo deseoso de rabo como estaba no dudé en agarrarla y metérmela sin dudar en la boca. Poco a poco iba ganando dureza y tamaño dentro de mi boca. Agarraba la base con mi mano y con mi lengua lamia el glande de mi amigo. Era el mejor desayuno que estaba teniendo en mucho tiempo.
Poco a poco la mamada fue cogiendo velocidad, Edu me agarró la cabeza con sus dos manos y empezó a follarme con fuerza la boca. Era complicado tragar mucho trozo de rabo, me estaba empezando a follar con tanta fuerza, que algunas veces me producía arcadas. Pasamos así varios minutos. La polla de Edu estaba ya bien mojada mi saliva empapaba su rabo por completo.
Edu me agarró de los brazos para ayudarme a levantarme, me indicó que me apoyase sobre su cama. Así hice, apoye mis manos sobre su colchón, quedando mi culo a su disposición. Me bajó el bóxer y abrió mi culo. Noté como me escupía sobre mi agujero. Pensé que volvería a comerme el culo como ayer, mi sorpresa fue cuando sin pensar recibí un fuerte pollazo. Estaba tan relajado y cachondo que no esperaba que me la fuese a meter así de golpe.
El cabrón me había metido media polla sin avisar. Eso hizo que diese un grito descomunal. Me había partido en dos el cabronazo. Toda la dulzura que tuvo ayer al follarme hoy había sido brutal. El dolor que sentía era increíble.
-“Cabronazo, me has roto el culo”.
No pareció afectar mucho a Edu este comentario, siguió follándome con fuerza, me metía todo su rabo de golpe, me agarraba con fuerza por la cintura. Era una follada brutal la que me estaba dando. De pronto sacó su rabo de mi culo y me llevó hacia el escritorio, que había en el otro lado de la habitación. Él iba detrás de mí me tenía agarrado mientras íbamos andando. Su rabo duro iba pegado a mi culo, con sus manos recorría mi pecho y su boca jugaba con mi cuello.
Al llegar al escritorio, me dio la vuelta, se arrodilló y me agarró mi polla. Comenzó a chupar, mi verga estaba bien húmeda, chupaba mi glande, pasaba su lengua por todo mi tronco hasta llegar a mis huevos, primero uno y luego el otro. Se los iba metiendo en su boca, mientras que con su mano me masturbaba. Volvió a pasar su lengua por toda la polla hasta llegar de nuevo al glande. Tras varias pasadas con su lengua, se fue incorporando, iba dando besos por todo mi cuerpo hasta encontrarse casi de pie.
Una vez se había incorporado por completo me levantó un poco para que me sentase sobre el borde del escritorio, levanté mis piernas hasta poner mis pies sobre sus hombros. El poco a poco fue acercando su verga hasta mi agujero. Ahora con más suavidad y debido a la dilatación que yo tenía, no tuvo mucha dificultad en penetrarme por completo. Me agarraba las piernas.
En pocos minutos estaba volviendo a darme de nuevo otra brutal follada. Se movía el escritorio que parecía que se iba a romper en cualquier momento. Yo sin apenas tocarme la polla sentía que me iba a correr en cualquier momento. No sé lo que le quedaría a Edu para acabar, pero yo estaba a punto.
Edu sacó su polla de mi culo, se acercó por una lateral del escritorio para ponerme su gran verga cerca de mi cara. Empezó a masturbarse, ver ese imponente trozo de carne, tan cerca de mí era impresionante. La respiración de Edu era cada vez más fuerte, así como las sacudidas a su polla. Pocos segundos después tenía toda la cara llena semen. La mayor parte sobre mi boca, otro tanto sobre mi cara, hasta llegar a una de las orejas. Tragué todo lo que fue dentro de la boca. Edu quería dejarme bien saciado de semen. Con su glande iba acercando lo que tenía fuera de la boca. A mí me encantaba, yo lamía con lujuria todo el semen que tenía a mi alcance.
Edu se arrodilló y me dijo: “Venga, que ahora te toca a ti darme toda tu leche. Que quiero desayunar yo también”. Hice caso a mi vecino, me bajé de la mesa, acerqué mi polla a su cara y comencé a masturbarme. Estaba tan caliente que en menos de dos minutos había descargado ya todo mi semen sobre la cara de Edu.
Tras limpiar con su lengua toda la leche que había derramado sobre él, se incorporó y con una cara de alegría tremenda me dijo:
-“así da gusto empezar el día amigo, espero que te hayas quedado satisfecho de polla por unas horas, jajajaja”.
-“Hacía muchísimo tiempo que no empezaba un día así de bien.”
Nos limpiamos un poco las caras, después de nuestras respectivas corridas uno sobre otro. Y estuvimos un rato hablando los dos tumbados sobre su cama. Estuvimos viendo como podíamos ocupar el finde.
En la resi quedaba poca gente los fines de semana, pero bueno la verdad que ahora mismo me importaría bien poco que no hubiese nadie más en toda la residencia. Para que quería más gente, si ya con Edu estaba más que bien acompañado.
-“Ya que hemos hecho algo de deporte, bueno tu más que yo. Podemos completarlo con otra sesión de natación como ayer. Los sábados después de comer no hay prácticamente nadie. Si quieres comemos pronto, nos tomamos un café y nos vamos a darnos un baño”
-“Por mi perfecto, y a ver si con suerte nos encontramos a algún chaval que nos alegre la vista de los que van a los cursillos, jajajaja”
Eso hicimos, pasamos la mañana haciendo unas cosas y bajamos pronto a comer. Al llegar al comedor, entre que era una hora temprano y era sábado no había casi nadie. Justo detrás de nosotros llegó un chaval de primer año, le había visto algunas veces y me sonaba su cara pero nunca había hablado con él.
-“Hombre Jorge. ¿Qué haces por aquí un finde?, pensaba que te ibas todos a tu pueblo”.
-“Si tío, pero no tenía ganas de ir, mis amigos no iban a salir, y no me apetecía hacerme los kilómetros para estar encerrado en casa, para eso me quedo aquí”.
-Yo sorprendido pregunté: “¿Os conocéis?”
-“Claro tío, este es Jorge, es compañero de clase. Jorge este es Alex, mi vecino de cuarto.”
-“Encantado Jorge, me sonaba tu cara de verte por aquí este año nuevo.”
-“Si, he empezado la universidad este año, lo que pasa que me incorporé tarde, llevo poco tiempo”.
-“Vente con nosotros a comer, para que no estés solo”, dijo Edu.
Cogimos los tres nuestra comida y nos fuimos juntos a una mesa. Estuvimos hablando bastante tiempo.
-“Nunca me había quedado aquí un finde, no pensaba que hubiese tan poca gente. ¿Es un poco rollo esto no?” dijo Jorge
-“La verdad que sí, hay poco jaleo aquí los findes, si tienes que estudiar está de lujo, pero sino es un coñazo. Nosotros nos vamos a ir a nadar luego en un rato, si te quieres venir.”
-“La verdad que tengo aquí las cosas de la piscina, pero no suelo nadar mucho, vamos no sé aún ni donde está la piscina, pero bueno así hago algo”.
-“Claro tío, vente con nosotros, si yo fue ayer el primer día que fui no tenía ni idea tampoco de donde estaba la piscina”.
Quedamos en vernos fuera en un rato con las cosas, después de ir a un bar cercano a tomar un café nos fuimos para la piscina. Me había caído bien este chico, parecía algo tímido, y físicamente era una cosa normalita, así como yo, estatura media, pelo corto, moreno y la piel un poco morena. Tenía cuatro pelillos en la cara que querían hacer la forma de la barba.
Llegamos a la piscina y obviamente a esas horas no había nadie, al menos en el vestuario. Nos pusimos los tres cerca, yo en medio de mis dos compañeros, aunque Edu me ponía muy burro ya le había visto desnudo más veces, quería ver cómo sería sin ropa Jorge. Se puso de espaldas a mí y comenzó a desnudarse. El chasco que me llevé fue grande. Al quitarse el pantalón de chándal ya llevaba puesto el bañador. Vaya, el primer intento de ver al nuevo amigo en bolas se había esfumado.
Edu yo nos pusimos el bañador y los tres pasamos a la piscina. Al salir, descubrimos que estaba para nosotros solos. Era una delicia encontrar unas instalaciones así, sin nadie que nos molestase, éramos nosotros tres y la socorrista. Nos metimos en el agua, nos pusimos a nadar. Al rato fueron llegando varias personas, todo eran hombres y mujeres bastante más mayores que nosotros.
Cuando nos cansamos decidimos irnos al vestuario a cambiarnos. Al entrar nos cruzamos con otros dos hombres mayores que entraban a la piscina, pero dentro no había nadie más. Jorge nada más pasar, sin quitarse el bañador cogió el champú y se fue hacia las duchas. Edu y yo nos desnudamos y también nos dirigimos hacia la habitación de las duchas.
Jorge estaba en un lateral, mirando a la pared bajo el agua, aún con el bañador puesto, nosotros nos pusimos enfrente de él. Yo no quitaba ojo de encima a Jorge, tenía unas piernas bien fuertes para lo delgadito que era, un abundante vello negro cubría sus piernas. Comenzó a enjabonarse su cabeza y su pecho y espalda, tras un rato así comenzó a desabrocharse el bañador. Por fin iba a ver completamente en bolas al nuevo amigo.
Según bajaba su bañador, se iba viendo un culo bien redondo y peludo. Todo el vello que había en sus piernas subía hasta cubrir bien todo el culo. Jorge seguía enjabonándose, por unos momentos se giró y al fin pude ver si herramienta. Tenía pelo pero bastante recordado. Subía una línea un poco gruesa hasta su ombligo y desde ahí hasta mitad de su pecho una línea ya más fina. Su verga sin ser muy grande, tenía un tamaño bastante aceptable. Cuando comenzó a enjabonarse por esa zona, su polla comenzó a crecer poco a poco.
Edu y yo mirábamos con cara de alegría la escena. La polla de Jorge estaba poniéndose dura muy rápido. Él estaba con los ojos cerrados y no veía que nosotros no nos perdíamos detalle de aquello.
-“Tío, no nos apuntes así con eso, que podemos hacer aquí una locura y no es plan”, dijo Edu riéndose, lo que también produjo una carcajada en mí. Este comentario hizo que Jorge con cara de susto abriese los ojos, pusiese sus manos sobre su polla y se girase para ocultar su erección.
-“Que vergüenza tíos, no sé que me pasa, pero cuando me ducho enseguida me pongo palote.”
-“jajajaja no te preocupes, que a mi amigo Alex le has alegrado la tarde”.
Mi cara con ese comentario de Edu fue un poema, mis ojos de sorpresa se clavaron sobre los suyos. “ No le hagas caso Jorge, que es un listillo este”.
Terminamos de ducharnos, y salimos los tres hacia los vestuarios para cambiarnos y salir de nuevo hacia la residencia. Cuando llegamos nos despedimos, en la puerta. “Bueno Jorge, nosotros vivimos al final del pasillo este, yo en la penúltima y Edu en la última, cualquier cosas ya sabes”.
-“Eso tío, si te aburres nos buscas, que nosotros no nos aburrimos mucho, jajajaja”.
Nos separamos y nos fuimos, cuando ya estábamos solos Edu y yo le dije: “Tío, ¿cómo le dices eso al chaval?, se va a creer que voy por ahí follándome todo lo que veo”.
-“No lo haces porque no se dejen los otros, no por falta de ganas tuyas, jajajaja”
No pude reírme con el comentario de Edu. La verdad que en el fondo llevaba razón. Últimamente estaba muy salido, y si no follaba más es porque no tenía con quién, no por falta de ganas.
Al llegar a nuestros cuartos, me dijo Edu, que hoy había quedado con unos compañeros de clase para salir a cenar y dar una vuelta. Me dijo que me fuese con él, pero la verdad entre que no tenía mucha pasta y que no conocía a sus compañeros decidí quedarme.
Bajé a cenar al comedor, no había mucha gente, dos chicas con las que no me hablaba mucho y poco más. Decidí irme a mi cuarto y así aprovechar para hacer algo de clase. No llevaba ni media hora cuando oí, que llamaban a una puerta en el pasillo. Tras un rato llamado y como nadie abría, decidí salir asomarme.
-“Hombre Jorge, ¿qué tal?”.
-“Buscaba a Edu, para que me dejase unos apuntes de clase que no pude ir el otro día”.
-“Pues ha ido a cenar y a tomar algo con unos amigos de clase, pensé que tú también irías”.
-“Que va, no tengo pasta para salir mucho, además que quería hacer un trabajo que nos mandaron por no ir a clase el otro día, pero sin los apuntes no voy a poder”.
-“Pues se ha ido hace un momento, no creo que venga muy pronto, quédate aquí si quieres y jugamos a algo”.
-“Bueno, total no puedo hacer nada hasta que no me deje los apuntes, asique me da igual estar en mi cuarto si hacer nada que aquí.”.
Como el año pasado saqué muy buenas notas, había conseguido convencer a mis padres para que me dejasen traerme la Play a la residencia, la verdad que ellos sabían que yo mucho no jugaba y era responsable. Asique con una pantalla pequeña podía echarme mis vicios de vez en cuando. Tenía sobre el escritorio el portátil con los apuntes abiertos. Lo apartamos un poco y empezamos a jugar.
Tras un rato largo jugando sonó mi móvil, era mi madre.
-“Tío espera que me llama mi madre, ahora seguimos con la partida.”
Me levanté y me fui al cuarto de baño por no molestar mucho a Jorge. Llevaba ya bastante rato hablando con mi madre, seguía en el baño, y desde ahí podía ver a Jorge de espaldas a mí.
¡¡¡Ostias!!!, ¡¡¡había estado viendo la página de relatos gay y se me había olvidado cerrarlo!!!
Pude ver como Jorge estaba en la página que había dejado abierta y estaba leyendo. No estaba haciendo casi caso a la llamada de mi madre, solo miraba a Jorge como seguía leyendo el relato.
No quería que Jorge se llevase la sorpresa y cuando me despedí de mi madre lo hice hablando bien fuerte para que Jorge se diese cuenta. Él dejó el ordenador y disimuladamente volvió a coger la Play. Yo no dije nada, me senté a su lado y cogí el otro mando. No pude evitar mirar hacia Jorge y ver la erección que tenía bajo el chándal.
Se había puesto cachondo con el relato de dos amigos, que estaban de viaje y se follaban salvajemente en cada habitación del apartamento donde estaban. Ver la erección de Jorge y lo que había visto en la piscina, hizo que me lanzase. Comencé a acercarme poco a poco a él, mi mano cada vez estaba más cerca de su pierna. Estiré un poco más mi mano y la puse sobre su muslo.
“¿Qué haces tío?” Dijo Jorge asustado.
- “Ahora me vas a decir que no estás cachondo de ver el relato que te acabas de leer”
-“¿Eres gay?”
-“Me ponen caliente los tíos y las tías, y a ti verte palote y con tu culo peludo en la piscina me ha puesto muy caliente”.
-“A mí me gustan los tíos, pero soy muy vergonzoso y nunca he hecho nada con nadie, si en la ducha me he puesto palote de veros desnudos a vosotros, que por cierto menudo pollón tiene Edu”
-“Si quieres hacer algo por primera vez, es el momento ahora, jajajaja”
-“No sé me da mucho apuro. No sé si quiero hacer algo o no, no lo tengo claro”
-“Bueno tío, pues a mí me has puesto muy cachondo, por lo menos vamos poner una porno y pajearnos que eso no te importará, ¿¿no??”
-“Bueno eso sí que lo he hecho, con amigos cuando teníamos 14 y 15 años, pero cada uno con su polla”.
-“pues no es mala idea eso, por lo menos me quito la calentura. Vamos a sentarnos en la cama para estar más a gusto”.
Busqué una porno gay, con chavales jóvenes y con pollones gordos y grandes y nos sentamos uno al lado del otro en la cama, con la espalda apoyada en la pared. No pasaron ni 2 minutos de la primera escena y yo estaba ya sobándome la polla encima del chándal. Jorge un poco más vergonzoso aún no había hecho nada, eso sí, su bulto bajo el chándal era bastante grande.
Decidí dar un paso más, me incorporé un poco y saqué mis pantalones y mi bóxer dejando mi polla dura al aire. Jorge se sobaba ya su bulto. Yo empezaba a pajearme suavemente.
-“Tío, venga saca tu rabo, que se te va a romper ahí tapado con tanta tela, jajajaja”
Jorge hizo lo mismo que yo, se levantó un poco y dejó al aire sus piernas peludas y su polla. Su tamaño era parecido al mío, por no decir que casi idénticas. Empezó a pajearse también con suavidad. Yo miraba la porno más que el rabo de Jorge. El también hacia lo mismo.
Tras un rato así, comencé a acariciar la pierna de Jorge, poco a poco me iba acercando a su polla. Jorge con cara de susto pero se dejaba hacer, yo iba subiendo mi mano cada vez más hasta agarrar sus huevos. Los sobaba mientras él se masturbaba, nuestras manos se rozaban. Poco a poco fui desplazando su mano para tener ya por completo su polla agarrada.
Jorge se relajó y se dejaba hacer, yo aumentaba el ritmo de la paja. Agarré su mano y la llevé a mi polla para que el hiciese lo mismo. Acompasados nos pajeábamos el uno al otro. Jorge ya estaba más relajado y con menos complejos. Seguimos así varios minutos más. Ya no hacíamos caso de la porno para nada.
Tras unos minutos así, le propuse a Jorge hacer otra cosa, me quité por completo los bóxer y los pantalones e hice lo mismo con él. Le indiqué que estirase las piernas, yo hice lo mismo, nos quedamos con las piernas estiradas pero con nuestras pollas unidas. Ahora ahí juntas una sobre la otra pude comprobar que era idénticas de tamaño. Las agarré con fuerza y empecé a una paja que me estaba produciendo un inmenso placer.
Nuestros glandes se rozaban cada vez más humedecidos. Jorge poco a poco iba gimiendo más fuerte. Yo aumentaba el ritmo de la paja. Yo estaba muy caliente, sentir el glande de Jorge frotando el mío me estaba produciendo un gran placer. Mis dos manos apretaban con fuerza nuestras pollas. Mi semen comenzó a salir pringando mis manos y nuestras pollas. Pocos segundos después de la polla de Jorge, con fuerza salieron con fuerza varios chorros de semen.
Nada más correrse Jorge se tiró hacia atrás en la cama. De su boca salió un suspiro enorme.
-“Uff tío, ha sido brutal”.
-“Pues si quieres más no dudes en venirte con tu compañero de clase, su amigo Luis y conmigo, que nos damos rabo muy a menudo, jajajaja”.
-“¿En serio?, ¿Os folláis? Que cabrones”.
-“Si, los pille follando a principio de curso y desde entonces, quedamos y nos lo pasamos de lujo. Vas a ver que contento se va a poner Edu, cuando se lo diga”.
-“Me da mucha vergüenza, no sé”.
-“Déjate la vergüenza en tu casa y pruébalo no te vas a arrepentir”.