Repasandocon alicia

Alicia y yo nos conocimos en la universidad, y entre las clases y los trabajos comenzamos a juguetear con la mirada, que cada vez estaba más llena de deseo, y finalmente el destino nos llevo a pasar a la acción una noche lluviosa y fría donde nos dimos el calor que tanto habíamos estado deseando. Este relato es el principio de las aventuras que más adelante colgare el espero que os guste.

REPASANDO CON ALICIA

El frío nos envolvió al salir de la biblioteca, y ella me pidió que la acompañara a su casa, pues la oscuridad que presenta la universidad por la noche acojona al más valiente. Salimos juntos y yo me moría por tener su cuerpo pegado al mió. Todo en ella me ponía a cien. Su cuerpo, su olor, sus curvas, su hermoso y prieto culo, y sus tetas, enormes y firmes, aprisionadas por ese sujetador que unas horas antes me habían puesto loco de deseo.

Como en la canción de Sabina me echo un cable la lluvia pues yo iba con paraguas y ella no, y ella se acercó a mí buscando resguardarse de la lluvia, que sin más comenzó a caer cono un torrente. Yo pase mi mano por encima de ella, y ella se acurruco buscando mi calor, apretando sus pechos contra mí, y aquello provocó que mi poya buscara salirse de mi pantalón.

Llegamos a su casa y ella me invitó a subir. –Por qué no esperas que pase un poco- dijo mientras abría la puerta de la portería, y sin más acepte su invitación. Subimos a su casa, un pequeño piso que compartía con una compañera de estudio que no se encontraba en ese momento. -¿Quieres tomar algo?-me preguntó mientras me dejaba caer en el sofá.- A mí me apetece un cubata.- me dijo mientras se paseaba por delante de mí.- ¿Quieres uno?- me preguntó y yo le respondí con la cabeza mientras admiraba su esbelto cuerpo.

Se sentó a mi lado con los dos cubatas, y el botón que sujetaba sus enormes pechos pareció que en cualquier momento iba a salir por el aire. Y en ese momento se desabrocho mostrándome el canalillo y parte del sujetador que escondía su blusa, provocando que mi entrepierna reaccionara tomando vida propia. Aquello no paso inadvertido para Alicia, que sonriente se acercó y me preguntó- ¿Te gusta lo que ves?

-Ya lo creo.- le dije yo mientras miraba ahora más de cerca sus pechos. Y sin más la bese, y ella respondió a mi beso devorándome la lengua.

Ardientes y llenos deseo nos devoramos mutuamente, mientras ella se quitaba la blusa dejando a la vista su sujetador de encaje que no tarde demasiado en quitarle para saborear aquellos pechos que me habían vuelto loco. Sin más la tire sobre el sofá recorriendo con mi lengua todo su cuerpo. Saboreando cada parte de el hasta que llegue a sus mayas, que lentamente fui bajando hasta quitárselas totalmente. Descubriendo el tanga que llevaba a juego y que no tarde demasiado en retirar a un lado para saborear su concha jugosa y húmeda.

Mis caricias provocaron en ella gemidos de placer, mientras que con mis dedos acariciaba su húmeda concha, recogiendo sus jugos y acariciándole con cuidado su culo que poco a poco se dilató dejando que mi dedo lo penetrara. Jugando con mi lengua y con mi dedo, no tardó en tener su primer orgasmo, llenando mi boca con sus jugos.

Alicia se levantó besándome con fuerza para saborear de mi boca los restos de su orgasmo. Lentamente con su lengua fue bajando por mi cuello hasta que llego a mi pantalón acariciándome el enorme bulto que mi aprisionada poya marcaba en mi entrepierna. Mientras lo acariciaba fue desabrochándome el pantalón hasta que me lo quitó dejando mi poya queriendo salir del bóxer que la mantenía sujeta. Con una sonrisa lo acarició de nuevo, y lentamente como quien abre un regalo deseado la dejo libre por fin.

Mi poya casi le golpeo la cara, pero ella la cogió con fuerza y se la introdujo el su boca, saboreándola y apretando con sus labios mi glande. A la vez que me la chupaba me acariciaba los huevos provocando en mí un placer como nunca antes había sentido. Le agarre la cabeza y la forcé a chupármela con más fuerza, provocando que le entraran arcadas al intentar meterle toda mi enorme poya dentro de su boca. Pero en lugar de parar, Alicia se puso más caliente al comprobar el tamaño real de aquella poya. Rítmicamente la fue recorriendo con su lengua desde la punta hasta los huevos, saboreando cada centímetro de ella hasta que ya no pudo más y de un salto se colocó encima de mí.

Sus pechos se pegaron en mi cara, mientras que ella se contorsionaba sobre mi miembro acariciándose con él toda su concha que chorreaba de deseo por tener aquel enorme mástil dentro. Lentamente lo fue acercando a su agujero hasta que poco a poco introdujo la punta en él. Con una suavidad increíble fue bajando sus caderas, y lentamente fue saboreando cada centímetro que se introducía en su coño provocándome un placer como nunca lo había sentido antes.

Poco a poco fue acelerando el ritmo de sus caderas mientras yo le mordisqueaba sus pezones y acariciaba con fuerza sus tetas. Sus gemidos se mezclaban con los míos en una orgía de placer cuando alcanzó su segundo orgasmo, y que seguro escucharon los vecinos del inmueble. Mis manos buscaron su culo mientras ella seguía con su interminable vaivén, y a placer lo fueron acariciando hasta alcanzar su ano que lleno de jugos recibió mi dedo que ya lo había explorado con anterioridad.

Con suavidad fui trabajando su ano hasta que este estuvo lo bastante dilatado como para recibir en el a mi poya que se moría por penetrarlo. Sin más la levante del sofá y la deje caer en el con mi poya todavía dentro de ella. Y tras darle un par de empujones más se la saque con cuidado mientras ella gemía depuro placer por el orgasmo que todavía le duraba.

Fui jugando con mi poya mientras se la pasaba por su hinchado clítoris y con cuidado se la metía en su coño que seguía cada vez más mojado, alternando cada una de mis envestidas con un repaso de mi lengua que buscaba su culo que se encontraba ya casi preparado para ser empalado por mi poya.

Seguía jugando con su clítoris y su culo mojado hasta que sin más fui introduciendo mi poya en su culo. Ella sorprendida por lo que le estaba haciendo me miro con cara de perra en celo, y sin más me cogió la poya con fuerza y se la colocó bien en su culo que ya estaba dilatado para que no se saliera. Y yo la penetre como ella quería, con fuerza y siguiendo el ritmo que me marcaba con sus gritos de placer, hasta que ya no pude más y me corrí dentro de su culo.

Se la saque mientras el semen se le deslizaba por el culo, en ese momento ella se levantó y se la puso en la boca dejándomela bien limpia. Para después acurrucarse a mi lado feliz por el rato que le había hecho pasar, y tapados por una manta nos quedamos dormidos.