Reparacion express (2 parte)
Continuación de una primera parte de lo que iba a ser una reparación...
2ª parte
Cogí la botella que me ofrecía y como si hubiese estado semanas sin beber comencé a hacerlo directamente de ella al mismo tiempo que me incorporaba un poco sobre la cama evitando que el agua se derramara sobre la cama.
El me miraba sonriendo en pie junto a la cama frente a mí mientras su mano destapaba el tarro de mantequilla dejando caer la tapa al suelo.
Dejé de beber y acercando una de sus manos me arrebató la botella mientras yo me dejaba caer completamente agotada de nuevo sobre la cama sin dejar de mirarlo al mismo tiempo que recuperaba mi ritmo de respiración sin dejar de observarlo.
Con una de sus manos me cogió del tobillo y como si fuese una muñeca de trapo me dio la vuelta quedando boca abajo sobre la cama, en ese momento caí en la cuenta de lo que pretendía hacer y del propósito de aquel tarro de mantequilla.
Ponte a cuatro patas – me dijo –
yo le hice caso mientras mirando hacia atrás vi como impregnaba un par de dedos en la mantequilla acercándolos a mi culo.
Apoyé la cabeza sobre el colchón al mismo tiempo que notaba la mantequilla fría sobre mi agujero trasero produciendo en mi cuerpo un escalofrío que hizo que mi cuerpo se tensase de nuevo y mi mente por un momento volviese a recuperar la lucidez.
Escuché como dejaba caer el tarro de plástico de la mantequilla sobre el suelo y de inmediato noté en mi agujero trasero una pequeña presión que poco a poco iba aumentando al mismo tiempo que sentía como mi ano se iba dilatando sin ningún problema dejando paso a que su polla dura penetraba lentamente mi culo.
Yo mantenía mi cabeza sobre el colchón respirando pausadamente como si de un parto se tratase intentando relajar lo máximo posible mi culo para evitar que me hiciese daño.
Ya está dentro – le escuche decir mientras notaba su cuerpo pegado a mi culo y sus manos agarrando mi cadera –
Se quedó quieto mientras mi culo se acostumbraba a aquella novedad y poco a poco dejaba de ser una molestia para pasar a ser una nueva sensación desconocida hasta el momento para mí.
En ese momento mi cabeza viajó a otros momentos en los que mi marido había intentado metérmela por el culo y no fue posible por el dolor que a ambos nos producía…
Sin darme cuenta su polla ya estaba entrando y saliendo muy lentamente sin producir ningún daño al mismo tiempo que los dedos de su mano derecha volvían a recorrer mi coño excitándolo de nuevo.
El movimiento de su cadera se fue incrementando al mismo tiempo que la fuerza de las embestidas eran cada vez más y yo intentaba con mi cabeza apoyada de lado sobre el colchón no perder el equilibrio agarrándome fuertemente a las sabanas.
La velocidad de sus penetraciones se incrementaban al mismo tiempo que el extraño placer que sentía y de nuevo mi cuerpo tras unos minutos comenzó de nuevo a tensarse alertándome de la llegada de un nuevo orgasmo y de mi bosa salían resoplidos y saliva que era incapaz de controlar dentro de mi boca.
No podía ser – pensaba yo – me estoy corriendo de nuevo y mientras me follan el culo.
En ese momento ya era incapaz de sujetarme e incluso de pensar y mi cuerpo tensándose de nuevo comenzó a sufrir espasmos incontrolables al mismo tiempo que notaba como mi culo palpitaba atrapando su polla en el interior y de mi boca salían una especie de gemido que no podía controlar.
El debió notarlo porque su velocidad fue decreciendo al mismo tiempo que mi cuerpo fue relajándose aunque las palpitaciones de mi culo no cesaban y seguían atrapando su polla como si tuviese vida propia y no quisiese que saliera de allí.
Con su polla aun incrustada en el fondo de mi culo y una de sus manos sujetándome de la cadera la otra mano empezó a acariciar mi espalda suavemente haciendo que me relajase y por fin pudiese levantar la cabeza del colchón para poder tomar aire freso.
De repente se salió de dentro de mí y me dejó caer de lado mientras el aun seguía de pie mirándome sonriente.
Yo conseguí abrir los ojos mirándolo mientras intentaba recuperarme e increíblemente al mirar su polla aun estaba dura y totalmente tiesa.
No lo entendía… creí que se habría corrido y no lo había hecho aun, no podía pensar claramente pero aquello no era normal para mi, aun no se había corrido y encima ahí estaba de pie sonriente como riéndose de mí.
¿De qué te ríes? - conseguí preguntarle con un hilo de voz que me salió de la garganta – mientras intentaba recuperar el control de mi respiración y del resto de mi cuerpo.
No me rio – respondió – simplemente sonrío.
Parece que te estés riendo de mí – respondí a duras penas –
Se dejó caer en el colchón de lado junto a mí mientras seguía mirándome y con su mano acariciando suavemente todo mi cuerpo.
No te has corrido aun – le dije más relajada mientras lo miraba a los ojos sin poder moverme aun–
Todo a su tiempo - respondió mientras no dejaba de acariciarme –
Me tumbé boca arriba relajando mi respiración al mismo tiempo que por mi cerebro volvía a fluir la sangre y sobre mi cuerpo desnudo notaba las caricias de las yemas de sus dedos.
Fue en ese instante cuando volví a la realidad y recordé que estaba casada, que tenía un marido e hijos y que lo que estaba haciendo se me había descontrolado, yo no era de esas, yo no era así.
Y de nuevo note sus labios sobre los míos y su lengua penetrando en mi boca mientras de nuevo sus dedos volvían a jugar en la entrada de mi aun mojado coño haciendo que mis piernas se abriesen automáticamente para dejarle seguir jugando.
Ahí estaba yo tirada sobre la cama de mi casa, aquella cama que compartía con mi marido y que ahora era ocupada por mí y un extraño que me estaba haciendo disfrutar de placeres simples pero desconocidos hasta ese momento para mí cuando de repente noté como tiraba de mi pelo haciendo que me incorporase.
No me había dado cuenta de cuando se había incorporado, pero ahí estaba el de rodillas sobre la cama a mi lado tirando de mi melena con una mano dirigiendo mi cabeza hacia su polla.
Sabía lo que eso significaba y por supuesto después del placer que él me había proporcionado, no iba a negarle su placer.
Abriendo la boca y teniendo mucho cuidado de no lastimarle con los dientes, comencé a chuparle la punta de su polla jugando con mi lengua intentando introducírmela lo más adentro posible mientras mis ojos se dedicaban a disfrutar de la cara de placer que el ponía.
De repente y sin esperarlo, note una fuerte presión sobre mi nuca, era su mano atrayendo mi cabeza hacia el haciendo que su polla entrase hasta lo más profundo de mi garganta haciendo que me entrasen arcadas por lo inesperado de la situación, mientras mis manos apoyadas sobre sus ingles hacían fuerza sin conseguirlo para intentar separarme de él y poder respirar.
Su mano se relajó y me saqué su polla de mi boca, pero en el momento que iba a protestar, de nuevo volvió a introducírmela hasta el fondo, mi nariz tocaba su pubis y mis babas escapaban por las comisuras de mis labios.
Así una y otra vez sin poder evitarlo y sin poder escaparme hasta que caí en la cuenta de que me estaba follando la boca y que el ritmo iba en aumento.
Mi cuerpo empezó a tensarse y esta vez no era por el placer recibido, era por el miedo y por la situación, temía que se corriese dentro de mi boca y tragarme toda su leche.
Así una y otra vez con un ritmo ya frenético hasta que noté como su polla se ponía mas rígida si cabe al mismo tiempo que notaba como se hinchaba y de repente comencé a notar como unos chorros calientes y a gran velocidad chocaban contar lo más profundo de mi garganta al mismo tiempo que su mano mantenía mi cabeza pegada a él y su polla en el interior de mi boca.
Notaba los espasmos de su polla en mi boca escupiendo una y otra vez la leche en el interior de mi garganta al mismo tiempo que yo hacia lo imposible para tragar a riesgo de ahogarme si no lo hacía.
Mis ojos llorosos lo miraban como implorando que me soltase mientras el estiraba el cuello mirando hacia el techo y cerraba los ojos dejándose llevar por el placer sin tener en cuenta el mal momento que estaba pasando yo.
Tras unos segundos en los que intenté tragar todo lo que pude y aun así por las comisuras de mis labios rebosaba su leche caliente, su polla fue perdiendo dureza y su mano aflojaba lentamente la presión que ejercía sobre mi cabeza permitiéndome respirar.
Finalmente dejó mi cabeza libre y colocando su mano en mi barbilla me levantó la cara mientras me decía siempre sonriente y con cara de placer que me lo tragase todo y no dejase nada en la boca que quería verlo.
Me soltó y mientras lo miraba con los ojos llenos de lágrimas apoyando mis manos sobre el colchón, abrí la boca y le mostré que me lo había tragado todo.
El se tumbó de nuevo haciendo que yo me tumbase a su lado y mientras colocaba mi cabeza sobre su pecho el reanudaba las caricias esta vez sobre mi cabeza al mismo tiempo que escuchaba como me decía que íbamos a descansar un ratito que teníamos aun tiempo para seguir.
Yo no salía de mi asombro y al escuchar esas palabras, se me pasó por completo el enfado dejándome llevar por sus caricias y relajándome sobre su pecho al mismo tiempo que mi mente volvía a divagar pensando en lo que me había estado perdiendo durante todo este tiempo creyéndome satisfecha cada vez que hacía el amor con mi marido.
Me dejé llevar sintiendo sus caricias a la espera de lo que vendría después.