Rencuentro

Hace casi un año, se fue de mi lado, una graciosa huida, dije yo, pero nunca me imagine que una vez que se erradicó la causa de la separación tu volverías

Rencuentro.

Era sábado por la noche, llegue muerta a casa, todo estaba oscuro y callado, que bien me hacia esa tranquilidad, la semana se había vuelto tediosa, pesada, por fin iba a terminar, saque de mi bolsa el celular, me extrañaba que no hubiera sonado, y me di cuenta que estaba apagado, ¿desde que hora? No lo se. Con toda la pereza del mundo tome el cargador, y lo conecte, no me moleste en prenderlo, fui a mi cama y me recosté, aun era temprano, el reloj del horno marcaba las dieciocho horas, cerré los ojos lo que pareció un minuto, al abrirlos no había ya rastro de luz, encendí una lámpara y me levante con cuidado, tome el celular y lo prendí, de inmediato llegó un mensaje, era un número desconocido, o mejor dicho un número que no reconocí, el texto decía “Me puede llamar a este numero soy el Licenciado Estebes, me URGE” – al leer el apellido regresó a mi memoria el número, era el número que hacia ya casi un año había marcado con los ojos cerrados, me confundí un poco, pero marque, la voz al otro lado del auricular sonaba igual que hacia un año, aterciopelada, con solo escucharla mi tanga se humedeció, no sabia el motivo por el cual quería verme, quedamos que llegaría a mi casa al día siguiente.

Esa noche los sueños y los recuerdos me invadieron, al revivir esa pasión que sentía mi mano bajo lentamente por mi cuerpo, mis dedos se estacionaron ahí justamente donde palpitaba mi ser, se mojaron con una rapidez increíble, sentía como penetraban mi sexo, primero uno, después dos, haciendo que el calor subiera por mi piel, que mis mejillas ardieran de puro placer, entrando y saliendo fácilmente por todos los fluidos, mi mente rodaba más allá de lo que ahí pasaba, recordaba las noches en que en lugar de mis dedos era la verga de él la que penetraba, recordé todas esas desveladas en las que no parábamos la pasión, sentí como mi respiración se agitaba aun más, sentí ese ardor que recorre el cuerpo poco antes del orgasmo, todo desapareció de mi entorno, y explotó en una fuente de fluidos, ni siquiera hice le intento de acomodar mi ropa, así como estaba caí en un profundo sueño.

El sol me dio en la cara directamente, había olvidado recorrer las cortinas, el cansancio había desaparecido, me levante y recordé la cita que tenía, me metí a la ducha y disfrute el agua lo más que pude, al salir solo pude ponerme un pants y una camiseta justa, pues el timbre repiqueteaba sin cesar, abrí la puerta y lo vi, igual que antes, con esa sonrisa encantadora que adornaba toda su cara, abrí la puerta y me retiré, no quería que notara cuan nerviosa me ponía su presencia, hacía casi un año había emprendido una graciosa huida, los motivos habían sido infidelidad, ya los rencores estaban perdonados, el motivo de esa infidelidad ya había terminado también según había escuchado, la relación que yo había iniciado poco después de su partida, de igual forma había desaparecido no hacia mucho tiempo, de echo justamente el día que nos habíamos encontrado, había terminado, ya ninguno tenía nada que perder, entró y me saludo con un beso en la mejilla, hablamos de los negocios pendientes que teníamos, el recorrió el departamento con esos movimientos tan conocidos, reconociendo cada lugar, encontrando todo algo cambiado, la platica se fue desviando de lo que realmente nos interesaba, entró a la recamara donde tantas noches fui suya, busco en un cajón que antes guardaba su ropa, y vio que otras cosas lo ocupaban, sonrió de una manera muy seductora, me pidió unas películas y me acerque para sacarlas, el pants se pegaba a mi piel, no soy un monumento pero tengo lo mio, sentí como se me quedaba viendo, se acercó por detrás y metió la mano al pantalón buscando lo que antes le gustaba tanto, me volví un poco para evitar el contacto, sin quitarme de ahí, se paro por un lado y cuando volví la cara me encontré con su enorme pene muy erecto y fuera del pantalón, sin pensarlo mucho lo metí en mi boca y empecé a succionar, recordaba ese olor como si hubiera sido ayer el ultimo día que lo había percibido, sus manos empujaban mi cabeza para subir y bajar, sabia igual que la ultima vez, ese olor me hizo mojarme de inmediato, sentir como crecía aun mas en mi boca esa verga tan rica, me hizo estremecer, me tomó por los hombros y me levantó, desabrochó el listón del de mi pants y lo bajó sin mayor preámbulo, bajando de igual forma mi tanga completamente húmeda, sus dedos tocaron y sus labios dejaron escapar un leve quejido de placer que se apagó con el que se salió de los míos, me di vuelta para darle la espalda, y él me inclinó hacía delante poniendo la punta de su verga en mi culo, y sin ningún miramiento me penetró; solté un grito de placer, y sentí las estocadas, una a una, al compas de mi respiración, me volví hacia él, lo dirigí hacía la cama y lo recosté quite mis ropas bajando también las de él, y me monte permitiendo que penetrara una vez más, su rostro quedaba frente a mi pecho y se prendió de mis pezones, mordiéndolos suavemente, sus manos recorrían todo mi torso mientras era penetrada profundamente, no hubo besos, solo ese placer prohibido que hacía un año no sentía, no hubo palabras de amor, no hubo promesas de una nueva vida juntos, no hubo nada.

Estando encima de él, mis movimientos se hicieron cada vez más fuertes, sintiendo ese calor que recorre el cuerpo, sintiendo vibrar dentro de mí todo ese placer que me provocaba, mi mente se nubló no supe cuanto tiempo estuve así, en ese trance de placer, sentí como todos los líquidos que salían de mi vagina resbalaban por sus piernas, perdí la noción del tiempo solo sentía ese calor recorrer mi cuerpo, sus manos me presionaron por la cintura y me levantaron para ponerse él detrás de mí, hizo que me doblara hasta quedar en cuatro, y abriendo mis piernas me penetró nuevamente esta vez sentí como su verga entró mas fácilmente por lo húmeda que estaba, sentí como empezaba a palpitar dentro de mí y al cabo de unos segundo sentí un líquido caliente dentro de mí, se dejó caer y así nos quedamos unos minutos, no dijimos nada, nuevamente el trabajo nos unía, pero nada más, se levantó lentamente, y empezamos a vestirnos, empezamos a ponernos de acuerdo para el próximo trabajo, y no mencionamos lo que acabada de pasar, deje claro en mi mente que no era una reconciliación, solo era un rencuentro sexual y nada más, una vez vestidos los dos nos despedimos como dos viejos amigos, sin una promesa como ya lo había dicho, Salí a la puerta y lo vi partir, no pude evitar una sonrisa en mi rostro al pensar que diría su ex novia si supiera que él había regresado conmigo aunque fuera solo por una vez, cerré la puerta riendo a carcajadas, siempre fui una sombra en esa relación y ahora jaja no dejaría pasar esa pequeña venganza.

La cita ya estaba hecha, solo tenía que poner en practica mis habilidades de seducción, ¿una relación seria espero? La verdad es que no, ¿una aventura? Podría ser, ¿un compromiso? Ya no, disfrutaría todo en medida de lo posible, si, me divertiría, si y sobre todo ya no diría para toda la vida.