Renata, josefa, fernanda y el negro batman.

Renata y fernanda, dos bellisims mujeres swingers, con tedencias bisexuales, y fuertemente lesbicas la primera, reunen caracteristicas de ser grandes anfitrionas de reuniones en donde brindan espectaculares shows swxuales a los invitados. Un dia, se les une Fernanda, una mujer maltratada...

Renata y Josefa se conocieron a través de una fiesta de swingers a donde ambas asistieron en calidad de mujeres “singles”. Ambas eran divorciadas y desde luego que durante la noche fueron asediadas por parejas y los escasos hombres solos que la anfitriona permitía la entrada en cada fiesta. Ellas participaron con las parejas principalmente intercambiando con el hombre y la mujer, solo que Renata se concentró mas en las mujeres porque ella era mas tendiente al lesbianismo que a la bisexualidad.

De ahí nació una gran amistad que llegó hasta el amor. La edad de ellas fluctuaba entre los 34 y 36 años, y sus cuerpos voluptuosos y apetecibles se presentaban durante las fiestas swingers, hermosamente ataviados con lindos vestidos de noche y grandes escotes, con sus pantaletas, medias y liguero, y sin brassier.

Ambas se anunciaban en la pagina swinger como mujeres “singles”, y entablaron un romance que fue mas allá del puro placer sexual. Combinaron entre ambas su erotismo, e invitaban a otras mujeres, principalmente para el gusto de Renata, aunque también lo hacían con parejas y hombres solos (singles). Posteriormente juntaron su fino erotismo en un solo anuncio como pareja bisexual, y recibían toneladas de cartas.

Ellas tenían dos hijos cada una, y convivían en un ambiente familiar que proporcionaba a la relación un tinte más formal y definitivamente profundo, respetando a sus familias.

En ciertos casos, ambas decidían invitar a hombres solos, hasta un número de 6, y se iban a un hotel de lujo a pasar la noche con ellos. El ambiente de Renata y Josefa era bellísimo, bailaban, cantaban y realizaban escenas eróticas para el gozo de los hombres (y en ocasiones parejas), preciosamente ensartadas ambas con un enorme pene de goma de dos terminaciones viriles: culo con culo, y contoneándose ante la estridente lujuria que estallaba entre los invitados, al escucharlas gritar (principalmente a Josefa), convulsas en orgasmos múltiples.

Ambas eran profesionistas y solventes, y entre sus juegos, surgió la idea en cierta noche de invitar a otras 4 parejas, cuidadosamente seleccionadas entre suficientes solicitantes, ya que sus fiestas eran ahora famosas, conocidas como R-J (Renata y Josefa), y aceptaron a un solo hombre “single”, quien envió una foto con tremenda verga parada para  ser seleccionado de entre varios.

Esa noche, ataron al single con esposas de las muñecas a una silla, sin calzones y también lo ataron de los tobillos, y ellas danzaron para el, ante el beneplácito de las parejas. Hicieron el baile del “doble ensartado” de culo con culo…y se metieron una a otra el enorme pene de goma por el ano y por vagina. Renata le daba ahora a Josefa, y esta chillaba estridentemente como una “marrana apaleada”, y los esposos y sus mujeres se habían unido a la frenética orgía, cogiéndose a ambas, y las esposas deleitándose también, chupando el clítoris de las dos diosas sexuales y los huevos hinchados de sus maridos golpeando la sartén cubierto de líquido pegajoso que manaba de sus vaginas, mientras el hombre atado sufría por no poder tocarlas y suplicaba lo soltaran.

En cierto momento de la fiesta, Renata chasqueó los dedos, y las mujeres se formaron en fila previo aleccionamiento, mientras Josefa a horcajadas con las nalgas abiertas y con sus tacones altos de color rojo, y con un enorme falo de goma ensartado por la vagina y otro por su culo entre las nalgas preciosas, daba chupadas al hombre atado, y este se sacudía lleno de placer y suplicando que lo dejaran participar. Una a una succionó ávidamente la verga del invitado, y Renata se introdujo trozos de hielo en la boca y chupó la cabeza del pene del hombre, quien apretaba los dientes y su nuca tronaba al estirarse hacia atrás. Súbitamente abandonaron la sesión de chupadas, y se volvieron a penetrar unos: los hombres a las mujeres locamente, soltando a una y brincando a otra, incluidas R y J.

Todas besaban al hombre atado, quien dijo que le permitieran ir a orinar, y Renata sin soltarlo de los tobillos ni de las muñecas, lo puso de pie, y le colocó una bacinica y gustosa daba jalones a la verga del hombre mientras orinaba, siendo salpicadas sus manos de la candente y abundante “miada”. Al fin lo soltó, y se lo llevaron entre todas a la cama, completamente desnudas, el hombre besaba y tocaba a cuantas podía, y en un ataque violento se dejó ir sobre Renata y la clavo hasta los huevos, haciéndola gritar por la enormidad del pene, mas inmediatamente, eyaculó entre grandes espasmos fogosos y abundante semen caliente, estaba muy excitado y no tuvo control.

Así continuaron R y J con sus fiestas ahora famosas en todo el Estado de Jalisco. En cierta ocasión, Renata escuchaba la retahíla de quejas de una de sus mejores empleadas llamada Fernanda, en el sentido de que el esposo de esta ultima, no quería incluirla en la página de swingers en la cual el individuo se encontraba inscrito hacía ya mucho tiempo. La excusa era que ella no había querido en un principio, participar y lo dejó a el solo, y esta vez el hombre ya no la aceptaba a ella.

Después de saber Fernanda de las hechuras del par de bellas mujeres de boca de su jefa Renata, se unió gustosa a ellas, y en locas sesiones de sexo, supo lo que era tener grandes orgasmos, uno tras otro, bañando la cara ya fuera de Renata, o de Josefa sentada como reina en sus rostros, mientras ellas lamían todo lo que escurría fuera de su hermosa gruta, clavando sus uñas en las nalgas y muslos de Fernanda. La lengua reptaba como serpiente hasta donde alcanzaban y mordisqueaban con sus labios el clítoris de su nueva mujer. En ocasiones R y J la ensartaban como a una bella mariposa con los falos de goma por culo y vagina simultáneamente, haciéndola “Sandwich”.

Un día a Fernanda se le ocurrió tratar de localizar el anuncio de su esposo en la pagina swinger, lo cual no fue difícil, ya que las fotos en el perfil fueron identificadas por ella, a pesar de que el marido había difuminado su rostro, pero ella reconoció fácilmente los muebles y la decoración de su propia sala, en donde el hombre se tomó las fotos con una cámara automática y las subió sin el menor cuidado (creyéndose oculto).

Renata se prestó a descubrir al sujeto, anunciándose en la página como mujer “single” que buscaba a un hombre en Jalisco, bueno para coger, y evidentemente el marido de Fernanda cayó, y se entrevistaron en vivo previa plática en el chat de la página entre Renata y el marido. Fernanda les había contado a ambas mujeres acerca de los malos tratos de su esposo, y como se iba el de farra, muy a gusto a reuniones swingers, dejándola sola a ella en casa.

Cuando Renata acudió a la entrevista con el marido de su amiga y amante Fernanda, esta última permaneció lejos y oculta de la posible vista de su esposo, y atestiguó previo convenio con la audaz Renata, la identidad del mismo, mediante un texto telefónico celular, escribiendo a esta última: “ES EL”…Entonces Renata sonrió maquiavélicamente, y ante la interrogante del hombre acerca del texto, le respondió ella fresca y sin recato alguno: “Es de uno de mis amantes que me viene a coger en una semana”, sonriendo a su vez el bigotón marido de Fernanda, acicalándose el mostacho hacia arriba con el índice y el pulgar, y dando una mirada como diciendo: “Es mas puta de lo que creí, pues que bien para mi…”

Esa tarde después de cenar con el marido de Fernanda, Renata sentada en el auto de este, lo hacía terminar a tremendas mamadas y jalones, llenándose toda su mano del semen en el estacionamiento de 4 pisos. El hombre le pidió: Por favor…por favor…(jadeando), vamos a un hotel, entonces ella le dijo: “Vamos a ir en unos días, porque ahora estoy menstruando, y como regalo, voy a llevar a otras 2 mujeres y entre las 3, te vamos a dar un gran espectáculo ya verás, y así quedaron, dejando al hombre profundamente emocionado.

Después de la explosiva eyaculación, Renata abandonó el auto del marido de Fernanda, con gran parte del semen del hombre aun entre su mano, y llegando al auto en donde Josefa y Fernanda se encontraban ocultas y lejos de la posible mirada del esposo de esta última, estiró la mano diciéndole: “TEN…es la leche de tu marido…”, y ella no quiso, haciendo gestos de desaprobación y muecas de asco.

Entonces Renata la tomó con la otra mano por el cabello, y se los embadurnó en el rostro a Fernanda, y esta chillaba, y Josefa le dijo a Renata: “Déjala por favor…todavía no entiende bien estos juegos”,  y Renata volteando a verla furiosa la hizo callar, y le metió los dedos entonces a Josefa en la boca para que terminara de succionar la leche aun fresca en su mano, diciéndole: “Entonces chupalos tu por ella…”, y ella lo hizo sumisa y como una gatita… “bien bien putitas mias”, dijo Renata, y metiéndose a la parte trasera del auto con Fernanda le quitó los calzones, y se la cogió fuertemente por su hermoso culo mediante un dildo que había fijado a su cintura, y esta gritó de placer y de dolor, a la vez que Renata la nalgueaba fuerte, y jadeando dijo a Josefa. “Y ahorita sigues tu…”, y así fue, quedando las 3 abrazadas con el auto regado del aroma de su feminidad.

El día de la cita con el marido de Fernanda por fin llegó. Renata dentro del cuarto esperaba al hombre, mientras Fernanda y Josefa fuera del cuarto, esperaban la orden para entrar…Renata  iba con una faldita de colegiala y trencitas con ricas pantaletas de olanes en el culo, y una blusita blanca coquetamente desabotonada en una parte, y los dos riquísimos melones de Renata casi a la vista, con las cerezas de sus pezones erectos, francamente traslucientes debido a la seda trasparente de la blusa.

Esto excitó al hombre cuando entró por fin al cuarto, quien se fue sobre de ella, preguntando por las amigas, a lo que ella respondió: “Ya llegaran”…así lo mantuvo, lo dejó cogerla, mamarla y todo lo que quiso aquel, aceptando ser nalgueada en forma sumisa para hacerlo entrar en confianza, y a los minutos, le dijo que lo iba a atar a la cama, a lo que el hombre accedió gustoso. Con las piernas separadas lo ató de los tobillos a los lados de la cama y con los brazos hacia atrás fuertemente.

Y abriendo la puerta del lujoso cuarto, entraron Fernanda y Josefa, ambas con hermosos corses victorianos, y medias de red, y sendas pantaletas transparentes, con antifaces de la época francesa de Madam Boubarie, cubriendo gran parte en sus angelicales rostros. Fernanda, llevaba aparte una peluca con largos bucles rubios. El hombre sonreía gustoso y con lujuria se relamía los bigotes de salvador Dalí (como los llamara Renata cuando lo conoció), platicando en aquel entonces ella a él, que sabía acerca de la homosexualidad del extraordinario pintor, a lo que el inculto bigotón solo elevaba los hombros sonriendo y besándola fuertemente y manoseándola para demostrarle que en todo caso, el era “muy macho”.

Ellas montaron el hermoso show que tanto enloquecía a quienes tenían la fortuna de verlo, y el hombre pedía a gritos que lo liberaran para cogerselas, ya se habían sentado de culo en su rostro, y habían mamado como becerras locas su pene erecto.

En ese momento, entró súbitamente un gigantesco negro -amigo de Renata y Josefa- disfrazado de Batman, y colocándose un condón, volteó de lado al marido hasta donde pudo mientras que este protestaba iracundo y pataleando bruscamente como un lobo herido, y hasta donde las fuertes ataduras se lo permitían, y por fin, el negro lo inmovilizó y metiendo primero la enorme cabeza, terminó pegándole tremenda cogida ante los bramidos y maldiciones y amenazas de este…¡se lo cogió!... lo hizo que se cagara abundantemente al sacársela, y antes, mediante tremendos jalones a la verga erecta del marido, lo puñeteó, mientras el negro lo continuaba bombeando salvajemente, haciéndolo eyacular muy fuerte. “¿No que no te gustaba?” le preguntó Renata, y el hombre la maldijo y la amenazó, mientras ella lo filmaba y Josefa y Fernanda observaban sin chistar en un rincón.

Así lo culeó el negro por varios minutos, luego se abalanzó sobre Fernanda y la culeó sentada en el tocador del cuarto, metiéndole muy fuerte la verga hasta el tope, y ella chillaba, antifaz colocado para evitar ser reconocida y ante la vista del esposo quien parecía no reconocerla.

Fernanda fue cogida como nunca en su vida…ella lloró, besuqueó al negro, le prometía al oído amarlo toda la vida en susurros para evitar ser identificada por su marido. Una vez terminada la faena, las tres se cambiaron y se fueron junto con el negro ante la mirada atónita y gritos ahora de suplica de parte del hombre para que no lo dejaran entre el hedor de sus propias heces, pero nada encontró. ¡Se fueron! Y las tres acariciándole  la enorme  verga al negro por encima de los pantalones y dándole besos, se despidieron del esposo de Fernanda.

Cuando el hombre fue liberado por los empleados del Hotel, sabía que no podía ir a colocar una demanda, pues Renata lo filmó todo, y lo amenazó que en tal caso publicarían el video, ahora la maldecía con gran odio.

Esa noche, Fernanda fingió estar profundamente dormida, ya que la cita en el hotel fue a las 6 de la tarde, y entre todo el relajo, el marido llegó hasta la madrugada. Fernanda sintió un temor helado de haber sido descubierta, y porque temía las reacciones violentas de su esposo, aunque también sentía remordimiento porque después de todo, amaba al hombre, aunque el esposo jamás sospechó de ella debido al atuendo que la cubría, además de que Fernanda durante la trifulca sexual en el hotel, nunca pronunció palabra, arropada también entre la semi-penumbra del cuarto.

Las cosas en su matrimonio fueron de mal en peor, y ella era constantemente agredida verbal y a veces físicamente, hasta que decidió divorciarse, alegrándose a partir de entonces, cuando recordaba lo que Renata le había hecho a su esposo.

Ella mientras tanto, oculta bajo el manto del anonimato, seguía cogiendo con Renata y Josefa, y varios hombres solos y también parejas cuando el esposo se iba de juerga, pero principalmente con el enorme negro, actuando ambos muy enamorados. Se encontraba cada vez  más bella, debido a las “cogidas”, según decían sus amigas y cómplices.

Una vez que firmó el divorcio, Fernanda volteo sonriendo hacia su abominable esposo, y a manera de despedida le dijo:

“NO TE APURES…CUENTAN  ALGUNOS HISTORIADORES  QUE  SALVADOR DALI  APARTE DE TODO, TAMBIÉN  FUE  PUTO…”