Renata

Renata sale a la cena de su empresa, conoce a un hombre, follan en el baño y luego van a la casa de ella para seguir follando.

RENATA, UNA NOCHE MUY CALIENTE

Renata era una mujer joven, esa noche tenía una cena con los compañeros de la empresa donde trabajaba. Habían ido a un restaurante y luego a una discoteca a bailar un poco. Se acercó a la barra del bar a pedir una copa cuando observó a un hombre que estaba al lado de donde ella pedía la consumición. El chico no paraba de mirarla, casi la estaba desnudando con la mirada. Ella en lugar de ofenderse o incomodarse sintió ganas de provocarle y sacó la lengua recogiendo una imaginaria gota e introduciéndola en la boca.

El hombre se levantó y se dirigió a los aseos haciéndola un guiño cuando pasó a su lado para que le acompañase. Ella le siguió y entró con el en los baños de los empleados en la parte de los caballeros. El hombre empezó a besarla primero muy dulcemente a la vez que dibujaba su cuerpo con las manos e introducía una de ellas por debajo de su vestido negro. Ella bajó las manos por la espalda de él hasta acariciar las duras nalgas y apretarlas contra ella para sentir la polla sobre su pubis.

Los besos ahora eran de autentica pasión y desenfreno. Ella le soltaba los botones de la camisa y se la sacaba mientras él la había bajado los tirantes del vestido e intentaba bajárselo hasta conseguirlo. Luego ella siguió soltando el cinturón y bajando la bragueta al mismo tiempo que besaba los pezones de Fernando. Estaban desatados los dos. En nada tiempo ya estaban desnudos. Ella se arrodilló y cogió su polla acariciándola y retirando la piel del glande la besó suavemente para después metersela en la boca y ayudarse con la mano masturbándola.

Cuando el hombre la tuvo dura cogió el condón que él la daba y sujetándolo con los labios lo puso en la punta y ayudándose con la boca lo deslizó hasta la base. El la levantó y la dio la vuelta y con una mano elevó una pierna de ella para que se apoyase con un pie en uno de los urinarios metiendosela en el coño casi sin avisar. La sujetaba de los pechos acariciando los pezones. El bombeaba sobre ella y ella le ayudaba botando lo que podía sobre la polla. La follada era muy rápida, ella se ayudaba masturbándose el clítoris y con las caricias en los pezones del hombre, no necesitó más y se corrió apretando todos sus músculos y tensándose. El no pudo más y se vino en su interior.

Sacó la polla de dentro y se limpió los restos de semen tras retirar el preservativo. Ella también se recompuso su figura y el maquillaje. Antes no se había fijado mucho en ella pero ahora antes de que Renata se vistiera pudo verla bien. De estatura aproximada un metro sesenta, complexión normal, según ella 58 k, hoy con el pelo moreno que hacía contraste con unos ojos felinos verdes, pechos grandes firmes rematados con unos grandes y rosados pezones. Culo redondo duro y pubis rasurado salvo un pequeño mechón moreno.

Quieres terminar la noche en mi casa?--- le invitó ella guiñándole un ojo.

El no necesitó oir más, se vistió y la siguió fuera hasta su coche. Llegaron a su casa, entraron al portal, parecían un par de adolescentes, iban de la mano y continuamente metiendose mano. Subieron en el ascensor besándose con lujuria y llegaron al piso, ella le cogió de la mano y le arrastró al dormitorio. Le llevó hasta la cama y le sentó en el borde de la misma. Alli le indicó que la dejara hacer. Le besó en los labios con un dulce beso para después quitarle la camisa muy lentamente, botón a botón, dando besos en la piel de Fernando cada vez que quitaba uno y de vez en cuando jugando con la polla por encima del pantalón, la verga de él llevaba ya un rato queriendo salir de su prisión y entrar en la húmeda cueva de su felina compañera.

Ahora le tumbó boca arriba en la cama, le besaba el cuello y se lo mordisqueaba. Luego bajaba con la lengua por la piel hasta llegar a los pezones los cuales mordía lentamente. Luego llegó a los pantalones y soltó el cinturón y lo quitó. Cogió las muñecas de él y se las ató con el cinturón y luego a cabezal de la cama. El sonrió por la ocurrencia. Ella bajó la cremallera y del bóxer sacó la polla dura, la masturbó suavemente jugando con ella como si quisiera que se corriera con rapidez para luego parar. Le bajó el pantalón y luego el bóxer, ya lo tenía desnudo del todo.

Ahora ella a los pies de la cama comenzó a bailar mientras se desnudaba. Ya solo la quedaba el tanga, un tanga negro. Ella se subió a la cama acercándose a la boca de Fernando. El cogió con la boca el tanga y tiró de él cuando ella se lo dijo dejándola desnuda. Renata se puso sobre la boca del chico en un perfecto 69. Estaba muy mojada. El comenzó un movimiento con la lengua para lamer todo su coño y el clítoris que parecía una batidora por la rapidez. Ella con una mano masturbaba suavemente la verga y le daba primero besos en los muslos, luego iba subiendo hasta los huevos. Se los metía en la boca como si fueran dos bombones y los humedecía de saliva lo mismo que sus dedos.

Ella deslizó uno de sus dedos hasta el ano del hombre y jugó con el alrededor del esfínter hasta que se ablandó y lo pudo penetrar ligeramente a la vez que se había metido toda la verga en la boca. Ella paró de mamarsela, no quería que se corriera y se puso en cuclillas sobre la polla masturbándola con sus labios vaginales muy lentamente adelante y hacia atrás hasta que en uno de estos movimientos pélvicos la polla se introdujo en su coño y entonces apoyándose en el pecho del hombre inició un suave movimiento de subida y bajada sobre el pene apretándolo a veces con los músculos vaginales y a veces incluso haciendo círculos sobre ella.

Ella comenzó a follarle como una loca pero él logró zafarse de las ataduras y la derribó sobre la cama boca abajo. Con la polla fuera de su coño se lanzó a besarla el lóbulo de la oreja y después el cuello. Con una mano abría ligeramente las piernas de la mujer cogiendo parte de sus fluidos que habían resbalado por sus muslos y acercándolos al ano lo fue lubricando con un dedo hasta que la penetró con éste mismo dedo. Ella se sentía en la gloria, ahora ya eran dos dedos los que jugaban en su interior.

El la hizo poner el culo en pompa colocándole la polla en la entrada del culo fue empujando suavemente, el glande entraba y salía fácilmente, ahora hizo más fuerza y la mitad de la verga ya estaba dentro. Y de un solo movimiento metió toda comenzando a follarla, la estaba cabalgando sujetándola en un primer momento de los firmes pechos cuyos pezones estaban sumamente duros y marcados.

Luego la cogió del pelo con una mano para marcar el ritmo echando su torso sobre la espalda de Renata y con la otra mano masturbando su clítoris. El movimiento circular de sus dedos sobre el clítoris era cada vez más rápido cosa que hizo que la mujer tuviera un gran orgasmo que hizo que cayera de bruces sobre la cama y quedara completamente tumbada a la vez que era sodomizada por su amante. El no paraba de follarla, ahora tumbado sobre ella mientras le decía al oído lo que estaba disfrutando. Siguió un rato hasta que notó que se venía y la desmontó dándose la vuelta ella y eyaculando Fernando sobre sus preciosos pechos. Acabaron y se fueron los dos a duchar, allí volvieron a follar una vez más. Salieron y él se quedó a dormir con ella hasta la mañana siguiente que cuando Renata despertó él no estaba ya. Había dejado una nota con una rosa roja encima. En la nota ponía:

Ha sido mi mejor noche, he disfrutado mucho de tu compañía

Fdo. Fernando

P.D. Si quieres repetir 555 69 69 69(Evidentemente él la dio su verdadero número) jajaja.

Este relato es imaginario pero va dedicado a Raquel, una guapa madrileña. Si queréis podéis escribirme a:

Picante100@hotmail.com