Renacimiento
Historia de amor entre madre e hijo.
RENACIMIENTO
La imagen que tenía Gabriel de su madre siempre eran sus ojos. Ojos que solo tenían dos miradas: de amor cuando lo miraba a el y de terror cuando miraba su marido. Se había casado muy joven cuando conoció al teniente González que fue su chambelán en su fiesta de 15 años, allá en Hermosillo, Son. Quedo deslumbrada con la apariencia del joven oficial del ejercito recién egresado del colegio militar y al año de noviazgo se caso con el con gran beneplácito de sus padres. Al año nació Gabriel y después la vida se volvió una tortura. Su marido era celoso, fantasioso, egocéntrico y creía que su casa era un cuartel y todos debían obedecer a la menor señal que de el emanara. Adriana con los años maduro como mujer y como solo tuvo un hijo su cuerpo no se deformo, por lo que conservo una figura bella y exquisita, lo que ponía celoso al oficial Gonzáles, por lo que casi no la dejaba salir de casa. Adriana se dedico a su hijo en cuerpo y alma inculcándole valores más liberales, cosa que al Sr. Gonzáles molestaba.
-Lo vas a volver maricón- le decía a su esposa cuando esta defendía a Gabriel.
Y así pasaron los años y cuando Gaby tenia trece le dijo a su padre que quería ser pintor o escritor.
-¡Estas loco! ¡Un hijo mío pintor! En la familia todos somos militares.
Para que el muchacho no tuviera malas ideas lo internó en un colegio militarizado para que se fuera acostumbrando.
¡Así se hará hombrecito! Le dijo a su esposa.
Para Gabriel la escuela fue un tormento, el era un artista y no soportaba la rutina de cuartel, pero se aguantó, esperando el momento de escoger carrera. Y así pasaron los años. Gaby termino secundaria e inicio la preparatoria, solo viniendo a casa en vacaciones, días que su madre aprovechaba para atenderlo y cuidarlo. Notaba como su hijo crecía día a día y a los 16 años ya superaba a su padre en estatura. El último año se quedo sin vacaciones por sus bajas calificaciones y arrestos, por lo que no fue a su casa y estando a mediados del último año de bachillerato sucedió el accidente. Su padre, que ya había alcanzado el grado de Tte. Coronel, en unas maniobras se volcó el vehículo donde estaba su puesto y murió aplastado.
Adriana ya no sintió la muerte de su marido pues la magia tenia mucho de haberse acabado, en realidad sintió una liberación de espíritu, pero le preocupaba la reacción de su hijo. Gabriel se encontraba en un intercambio de dos meses en el extranjero, por lo que no pudo ir al entierro de su padre, pero no dejo de sentirlo, pues a pesar de lo duro que era con el, lo quería profundamente.
Adriana quedo protegida con la pensión completa y una casa en un buen barrio de Irapuato, donde pensaban vivir cuando el Sr. Gonzáles se jubilara, pues el era de ahí. Un vehículo dos años viejo y una buena cuenta en el banco. Pero sobre todo era libre ..libre, para hacer de su vida lo que quisiera a los treinta y cuatro años de edad.
Pasaron los meses y Gabriel termino el bachillerato. Adriana se sintió muy orgullosa cuando vio de nuevo a su hijo después de casi dos años de no verlo. Alto, atlético, con el cuerpo marcado por el ejercicio y una mirada de seguridad que nunca había visto en el.
-"¿Tendrá alguna amante?" se pregunto. "Bueno, es lógico."
Después de la ceremonia abrazo a su hijo, besándolo en las mejillas ante las miradas envidiosas de los compañeros de Gabriel, que no podían quitarle los ojos de encima a la madre de su compañero. Platicaron largamente del accidente de su padre y en el baile de la noche estuvieron bailando varias piezas. De pronto Adriana le pregunto.
-Bueno hijo. ¿No vas a presentarme a nadie? ¿Acaso no tienes alguna amiga por ahí que quieras que conozca?
-No madre, a nadie.
-Pero, si te has pasado cinco años aquí y ¿No tienes novia?
-No madre, no tengo y nunca tuve. Casi no salía de la escuela, cuando no estaba arrestado, estaba reprobado. Salía 9 o 10 domingos al año y solo a quería estar solo con mis pensamientos.
-Pobrecito mío, pero todo va a cambiar. Te lo juro.
Esa noche durmieron en un hotel, cada uno en su cuarto, y al otro día a primera hora partieron a CD Camargo donde aún tenían su casa, dentro de las instalaciones militares. Durante el viaje platicaron cosas intranscendentes de la vida en el internado y al llegar a su casa algunos vecinos los visitaron para felicitar a Gabriel.
-Ahora que-le decían- ¿al colegio militar de seguro, no?
-No se, aun no lo decido-contestaba Gabriel.
Así pasaron tres o cuatro días hasta que Adriana llamo a su hijo para hablar con el.
-Mira mi vida-le dijo- no quiero que te sientas presionado a tomar ninguna decisión.
A tus diez y ocho años tienes todo el tiempo del mundo y yo te voy a apoyar en lo que tú resuelvas estudiar. Más o menos conozco tus preferencias y creo que debemos cambiarnos de ciudad, vender la casa de Irapuato e irnos a algún lugar donde existan los estudios que tú desees. Las reglas en esta casa son diferentes a partir de ahora. Necesito tu cariño y tu cercanía y creo que entre nosotros debemos unirnos más. Quiero que disfrutes de total libertad y disfrutes tu juventud como yo no pude, que te realices intelectual, moral, profesional y .sexualmente.
Gabriel por primera vez en su vida noto otra mirada en los ojos de su madre. Una mirada extraña llena de amor y ¿deseo?
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-Te lo agradezco madre, y te juro que no te voy a defraudar.
-¿Por qué no dejas de estudiar un año? Podemos darnos ese lujo. La pensión de tu padre nos da un buen nivel de vida, así decides bien y hacemos lo que te propongo y nos instalamos en otra ciudad.
-Bueno .así lo haremos.
Decidieron irse a vivir a CD de México DF y como tenían dinero suficiente primero buscar una casa, comprarla y después vender la de Irapuato.
Esa tarde, después de comer, Gabriel se recostó en el sofá de la sala a ver televisión. Su madre se sentó a su lado y se recostó sobre su pecho echando los brazos alrededor del cuello de su hijo. Lo beso en las mejillas diciéndole.
-Necesito tu cercanía mi vida, son muchos años de soledad y rechazo. Creo que el estar junto a ti me inyecta juventud y fuerzas.
Gabriel olía el aroma de su madre y le gusto, lo satinado de su piel y las caricias de ella le hacían sentir muy bien. Con una sensación de paz.
-Siempre estaré a tu lado mamita, solo quiero ser feliz y a tu lado lo soy.
Así estuvieron por mas de una hora hasta que Adriana se levantó y se fue a su recamara donde se acostó a dormir una siesta. Gabriel continúo viendo televisión hasta que llego la hora de la cena. Ella salió de su recamara a prepararla vestida con una bata que dejaba adivinar sus formas. Gabriel por primera vez vio a su madre como mujer y descubrió que tenía un hermoso culo y grandes tetas. A pesar que no traía sostén se notaban duras y erectas. No pudo dejar de admirar ese cuerpo de treinta y cinco años en plenitud y una punzada de deseo le bajo del estomago a los genitales. Cenaron tranquilamente hablando de cosas intranscendentes y al terminar Gabriel se dirigió a la sala donde se coloco en la misma posición que en la tarde. Adriana al verlo entendió que era una invitación a acercarse a el y se acomodo igual que como lo había hecho en la tarde. Ahora Gabriel sentía más fuerte el aroma de su madre y sentía mas el contacto de su piel y más cuando ella volvió a besarlo en las mejillas y en la frente diciéndole palabras cariñosas.
-Mi bebe, como te he extrañado todos estos años, tenias que haber estado a mi lado para mimarte y darte el cariño que toda madre le da a su hijo. Pero ahora te lo daré con creces y te voy a resarcir de tanto abandono.
Gabriel estaba a punto de estallar pues su madre repegaba su cuerpo con el suyo y por la abertura de la bata veía la blancura de sus tetas. En un momento dado se le salió un pezón e hizo contacto con la piel de el provocándole deliciosas sensaciones, ella no reacciono ante esto y dejo que su pezón quedara a la vista de su hijo.
-¿No creo que te asuste verle un pezón a tu madre?
-¿a mi .nooooo, como crees?
Ella continuo un buen rato con el pezón al aire, besándolo en las mejillas, la frente y en el cuello, hasta que de pronto se levantó y se fue a su recamara.
-Me voy a acostar mi vida, tú hazlo a la hora que quieras pues ya sabes que no hay obligaciones.
Gabriel se quedo con una erección tremenda que poco a poco fue bajando. Se quedo viendo una película y después se fue a acostar pero al pasar al baño noto que su madre dormía con la puerta abierta. No pudo evitar asomarse pues vio la luz de la lámpara del buró encendida y ¡¡¡sorpresa!!! Su madre estaba boca abajo totalmente desnuda con el culo al aire. La visión fue maravillosa y lo éxito tanto que se metió al baño a tejerse una puñeta. La primera pensando en su madre.
Esa noche no pudo dormir bien, sentía sentimientos de culpa por desear a su madre, pero a la vez pensaba que ella se estaba prestando al juego, que lo provocaba y buscaba ocasiones para insinuarse."Dios mío, ¿no me estaré equivocando?"
Al otro día al despertarse se quedo por mas de media hora pensando en la cama, la idea que se le había metido en el cerebro era la de tener sexo con su madre pero a la vez tenia vergüenza y miedo.- ¿si ella lo rechazaba?- es cierto que ella misma estaba dando pie a que el pensara que podía llegar mas lejos pero ..era su madre. Se levantó para ir al baño y al momento de salir de su recamara se cruzo con ella ¡¡venia completamente desnuda!! Solo le sonrió y se metió en su recamara. El entendió muchas cosas con esa sonrisa y se decidió esperar el momento de atacar la plaza. Se metió a bañarse y después se vistió con un pantaloncillo y una playera ajustada al cuerpo, salió de su recamara al oler el desayuno y se fue a la cocina-ante comedor llevándose tremenda sorpresa.
Su madre estaba de espaldas ante el fregadero vestida con un camisón "blanco" que transparentaba totalmente, dejando ver su hermoso culo cubierto por unas pantaletas también transparente, traía puesto un delantal que evitaba que le viera las tetas pero al sentarse a desayunar se lo quito y Gabriel pudo ver a través de la tela los hermosos pechos de su madre, con sus pezones rojos y pequeños pero apetitosos.
-¿Qué pasa mi vida? Te veo un poco cansado.
-es que no dormí bien.
-¿Sucede algo?
-Noooo ..solo cansancio.
-¿puedo preguntarte algo?
-Claro mami.
-Es algo muy íntimo y no quiero que creas que quiero inmiscuirme en tu vida.
-Tú pregunta que yo te contesto.
-¿Has tenido relaciones ..sexuales?
-¡Cajummm! . ¿he?... ¿Que?.....bueno no, no las he tenido nunca.
-¿Y como es posible que en esta época un joven de 18 años aun no tenga sexo? Eres muy guapo, atlético y atractivo. ¿Acaso tienes algún problema?
-El único problema es que como casi no salía no podía entablar una relación con nadie. Salía un domingo y tres o cuatro no. A las mujeres no les gusta ver al novio una vez al mes.
-Pues algo tendremos que hacer, tal vez buscar una chica que este dispuesta o recurrir a una profesional. A mi no me molestaría que usaras la casa para iniciarte en algo tan importante para el ser humano.
-Bueno mamá, ya llegara el momento.
Adriana se quedo callada por unos minutos como buscando las palabras adecuadas, después continuo la conversación.
-Mira hijo, yo no tuve una buena vida sexual con tu padre. Al inicio de mi matrimonio el me buscaba a diario pero era algo torpe y brusco. En realidad parecían violaciones en lugar de coitos. Después me negué a satisfacerlo de ciertas maneras y el ya no me busco sino de vez en cuando, cuando estaba borracho o no tenia una mujer a la mano para hacerlo. No soy una mujer experimentada, pero no significa que no tenga deseos y quiera aprender muchas cosas. No quiero que tu pases por lo mismo y estoy dispuesta a hacer CUALQUIER COSA por ti, lo que sea necesario por tal de que disfrutes tu juventud como yo no pude.
Gabriel cambio de color tres o cuatro veces mientras su madre hablaba y no supo que decir. De pronto le pregunto.
-¿Qué te pidió mi padre que no te gusto?
- Sexo anal y oral pero no creas que soy una mojigata que se niega a las formas de placer. La relación entre tu padre y yo no era buena y no me excitaba sexualmente con el. Si hubiera sentido la mitad del amor que ciento por ti no me habría negado y lo hubiera disfrutado como cualquier pareja que se ama.
Al terminar el desayuno Gabriel se vistió y salió de
la casa a dar un paseo pues necesitaba serenarse. Las ideas le subían al cerebro
atropelladamente sin encontrar claridad. <
-¿Pasa algo mamá, alguien te ha hecho algo?
-No hijo, no.
-¿Entonces porque lloras?
Adriana se levanto y se acerco a su hijo, lo abrazo y le dijo mirándolo a los ojos.
-Perdóname mi vida, me he comportado como una puta delante de ti sin saber mi lugar. Soy una vieja y aparte soy tu madre, pero la necesidad de cariño me ha hecho perder la conciencia de las cosas y me he pasado todo este tiempo provocándote. ¿Podrás perdonarme?
Gabriel la tomo de los hombros, la separo de si y mirándola a los ojos le dijo.
-Mamá, ni eres vieja ni te has comportado como puta. Y si, eres mi madre pero a la vez eres la mujer más hermosa que he visto jamás. Tu piel es suave y delicada, tus ojos son hermosos y tu pelo lacio huele delicioso. Tu cuerpo es hermoso por donde lo veas y si, me gustas mucho y si tu me deseas como hombre yo te deseo con todas mis fuerzas como mujer, ahora contéstame por favor. ¿Quieres ser mi mujer? ¿Quieres ser mi amante?
Adriana cambio su expresión, de las lágrimas su rostro paso a una inmensa alegría que le llenaba el corazón y se escucho decir.
-Será como tú quieras mi vida, estoy dispuesta a todo por ti, te amo más que a nada en esta vida.
Ya no hablaron mas, tomados de la mano se dirigieron a la recamara de Gabriel y ahí se dieron el primer beso, un beso largo y apasionado donde los dos ponían todo el fuego que les quemaba el alma. Fue tal la pasión que los quemaba que Adriana tuvo su primer orgasmo en mucho tiempo, sintió como sus jugos mojaban sus pantaletas mientras sus bocas duraban juntas dándose a saborear sus lenguas. Gabriel comenzó a desvestirla poco a poco dejando libres sus senos a los que beso y lamió despertándole sensaciones iniguales a su madre. Por primera vez en su vida ella disfrutaba del acto sexual y estaba dispuesta llegar hasta el fin por tal de complacer a su hijo.
- Lo deseaba tanto mi vida.
_.....Yo también mamita.
Adriana se separo unos centímetros de su hijo, se hinco ante el y le desabrocho el pantalón bajándole la truza, tomo el pene de Gabriel entre sus manos, lo masajeo suavemente y se lo llevo a la boca dando la primer mamada de su vida. Para los dos eran sensaciones nuevas pero les llenaban el alma, sentían que no existía nadie más en el mundo y que a partir de ese momento sus vidas quedarían unidas para siempre.
-Esto .es delicioso madre lo disfruto mucho . ¡Ufff!
Adriana no se detuvo, deseba sentir el pene de su hijo en todo su cuerpo y saborear su semen por primera vez. Hacerlo disfrutar al máximo así como ella disfrutaba.
-¡Me voy a venir mamita! ¡Ya no aguanto más!
Entre su naturaleza y su inexperiencia Gabriel estalló en un mar de esperma dentro de la boca de su madre, ella, que nunca había probado el semen de nadie, hizo hasta lo imposible por tragarse todo pero no pudo evitar que algo escurriera por la comisura de su boca. Se levantó y se le quedo viendo a su hijo con tanto amor que Gabriel no pudo evitar besarla en la boca sin importarle el sabor de su propio semen. Sus lenguas se trenzaron en un beso de amor largo y sensual.
-Esto es maravilloso madre, algo celestial, es divino.
-Así serán nuestros días de ahora en adelante mi amor, seré tuya para siempre.
La verga de Gabriel se conservaba dura y más con las caricias que su madre le prodigaba mientras sus lenguas se exploraban, de pronto ella se recostó sobre la cama en posición boca abajo y le pidió a su hijo.
-Penetrame por favor, lo estoy deseando.
Gabriel se coloco detrás de ella y llevo la punta de su verga a la entrada de la vagina de su madre pero ella con su mano la desvió hacia la entrada de su culo pidiéndole en voz baja.
-penetrame por atrás, quiero sentirlo por primera vez y saber como se disfruta por ahí, será nuestra primera vez de los dos.
Para Gabriel todo era nuevo y el hecho de encular a su madre le parecía el paroxismo del placer, así que empujo suavemente con la punta de su verga a la entrada del ano materno.
-¡Ugggg! Despacio mi vida, que es mi primera vez.
Poco a poco el pene de Gabriel se abrió paso en el recto de su madre hasta quedar totalmente adentro sintiendo una agradabilísima sensación de calidez, placer y ternura que provocaron que empezara el mete y saca dentro de las entrañas maternas.
-¡Madre mía! ¡Esto es delicioso! Dios .como disfruto, te amo mamita.
- Yo también te amo mi vida y disfruto mucho, quiero tu semen en mi ano, quiero que lo bautices con tu lechita, así como me bautizaste la boca ahora le toca a mi culo.
Los dos llegaron al orgasmo al mismo tiempo y fue un torrente de sensaciones, ella al sentir la descarga apretaba mas el culo, lo que hacia que Gabriel expulsara mas semen por lo que se volvió un carrusel de placer. Los dos quedaron exhaustos, desmadejados y sudorosos sobre la cama totalmente satisfechos, felices ..enamorados.
Quince años después.
- Oye Manuela, vamos a la exposición de Gabriel González.
- Si Miguel, me gusta mucho como pinta y ya ves que cada vez se internacionaliza mas.
- Es un poco rarito.
- Para mi es gay.
- Vive con su mamá y no se le conoce nada.
- La señora se ve muy guapa para su edad, si el no fuera gay hasta diría que son amantes. Se ve que ella lo chiquea mucho.
- Lastima, porque el es muy guapo y muy buen artista.
- Cuantos no habrá así, que se quedan a vivir con su mamita.
- Por lo general todos son gays.
- Aja, si
pacosuarez