Renacer

Cumpliré mi sueño, siempre y cuando para mi regreso Camila se haga de novia de alguna chica linda, así que padres ayuden a esta niña a encontrar una linda mujer por favor – sonreía.

Renacer.

I

Tardes negras de Tiziano Ferro se repetía una y otra vez en su iPod ¿la razón? Solo quería que algo le sirviera para sentirse más miserable de lo que ya se sentía. La verdad es que a estas alturas ya ni lucía como en sus peores tiempos antiguos, su sonrisa no se veía, aquel brillo en la mirada que la acompañó durante sus 22 años de vida se extinguió, al igual que sus ganas de llegar al equilibrio espíritu mente que en algún momento creyó conseguir al lado de “el innombrable”.

-          ¿Quieres hacer el favor de sacarte los auriculares y prestarme atención? – preguntó una mujer de unos 23 años aproximadamente, medía 1.65 de tez alguna vez blanca pero ahora más bien morena – Necesito a mi mejor amiga de vuelta por favor – esto último lo dejó escapar como un susurro de esos que dices un tanto para ti como para quién te hace sufrir – me duele ver como tiras a la basura tu vida por culpa de ese imbécil que no te supo valorar – sus ojos miel se llenaron de lágrimas.

-          La miraba sin ver, aquel toque en la espalda la hizo salir por un momento de aquel ensimismamiento en el que se encontraba desde ese fatídico 20 de Noviembre del año pasado – disculpa – trató de entregarle una sonrisa, la cual parecía más bien una mueca de dolor que de alegría verdadera - ¿qué es lo que me decías? – inquirió con su mirada otra vez perdida.

-          Por favor Emma, vuelve a la vida – le decía con un tono desesperado, mirándola con ojos duros debido a todo lo que ha presenciado la muerte en vida en la que se encuentra su amiga – te necesito y te extraño – bajó la mirada y sintió una impotencia indescriptible.

-          No entiendo por qué razón dices eso si estoy aquí – se señaló tratando de tranquilizar a su amiga con un abrazo.

-          No, no tú no estás aquí. Tal vez tu cuerpo se encuentra en esta habitación pero tu mente y tu alma no.

-          Explícame por favor, que realmente no entiendo lo que me dices – la miró con una interrogante que salía de su lenguaje corporal, pese a que en el fondo, muy en el fondo ella misma veía como su alma se había apagado desde que el amor de su vida la dejó plantada en al altar. Ella sentía que ya no era la de antes, ya no tenía esa razón por la cual despertar por las mañanas, ya no tenía a ese complemento que la hacía feliz, ya no tenía nada pero pese a ser minoritariamente consciente de aquello, no hacía nada para volver a vivir.

-          Emma, tu prácticamente no has vuelto a ver la luz del día, dime ¿hace cuánto tiempo que no sientes el viento alborotar tu cabello?, ¿cuándo fue la última vez que te maquillaste? – preguntó.

-          Supongo que desde hace un tiempo – miró a su amiga y dejó caer sus hombros mientras volvía a acomodarse en aquel sillón color rojo que se encontraba al lado de un enorme ventanal que le permitía observar un hermoso bosque.

-          No lo haces desde hace exactamente cinco meses, ¿no crees que ya es tiempo de dejar ir?

-          Es que tú no lo entiendes – se quebró – Manuel era mi vida y con su partida ya no tengo nada porque luchar acá.

-          Mirándola con rabia - ¿Qué ya no tienes nada por qué luchar? ¿Te estás escuchando? Eres una imbécil egoísta que sólo es capaz de vivir de un puto recuerdo y llorar una y otra vez por aquel recuerdo, no entiendes que tienes amigos y una familia que te apoya ¿cómo crees que están tus papás? ¿hace cuánto tiempo que no visitas a tus sobrinos? Eres una imbécil que se cree una víctima, eso es lo que eres – no aguantó más y rompió en llanto, no entendía como su amiga dejaba atrás sueños y promesas.

-          ¿Egoísta? ¡Que cresta te crees tú! Nadie ha vivido lo que me pasó, yo lo amaba con todo mi corazón por la mierda ¿Es que no entiendes que ya no tengo un motivo suficiente para salir de acá? ¡todo me recuerda a él y de paso me recuerda lo estúpida que fui! – sollozó – ya no sé qué hacer, no sé qué hacer para salir de este agujero en el que me encuentro – por fin verbalizó aquello que tenía guardado hace unos meses.

-          Acá estoy linda – la abrazó como si se tratara de un niño pequeño – mientras esté a tu lado nada te pasará pequeña, tu sabes que eres la hermana que jamás me pudieron dar mis padres y te ayudaré a salir adelante – le decía en tono un tanto maternal mientras besaba su cabeza y le sobaba la espalda – deja ir todo ese dolor, que ya es tiempo de renacer.

En otro lugar de la ciudad.

-Hija apresúrate que tu hermano ya se va – gritaba una señora de 49 años, estatura normal y contextura delgada, con mirada azul tierna y una cálida sonrisa.

-Ya voy ma – gritaba desde su cuarto mientras se apresuraba a bajar las escaleras para poder despedirse de su hermano mayor, pero sólo mayor por diez minutos.

-Enana te extrañaré tanto – le decía su hermano mientras la abrazaba y la daba vueltas – Europa no será lo mismo sin ti, aun no entiendo por qué no me quisiste acompañar – decía esto cabizbajo un joven de 19 años, alto color chocolate, ojos azul mar, sonrisa blanca y cálida, musculoso y muy alto.

-Javier no me digas eso que se me parte el corazón saber que estaré seis largos meses sin ti – Camila había rechazado el regalo de sus padres de ir en conjunto con su hermano a recorrer el mundo, debido a que su corazón le dictaba que era necesario quedarse en la ciudad. El por qué lo desconocía – Te extrañaré tanto mi musculín favorito, por favor disfruta por los dos, has todo por mí y por ti – le decía esto mientras Javier, su hermano la dejaba en el piso – Todas las noches exijo que me llames por FaceTime para que te reportes y me cuentes de todas tus conquistas y travesuras – le sonría de una manera cómplice debido a que Javier era un muchacho un tanto mujeriego y coqueto.

-Eso no lo dudes hermanita, te contaré todo todo y prometo llamarte cada día, independiente de la hora – besaba su cabeza debido a que él era unos centímetros más alto que su hermana melliza.

-Javier, se nos hace tarde y a esta hora hay tráfico – dijo desde la mampara un señor de mediana edad, cabello gris, mirada verde, sonrisa agradable – iremos toda la familia a dejarte hijo, te extrañaremos mucho.

  • Vamos mis amores, su padre tiene razón – los tomó a cada uno con una mano y los tres caminaron en conjunto hasta donde se encontraba la camioneta de su padre.

El trayecto campo – aeropuerto se hizo bastante corto para pesar de Camila. Ella y Javier eran esos hermanos cómplices que casi nunca discutían o peleaban, Javier el confidente de Camila y ella la de Javier. Él fue el primero en enterarse de su gusto por las mujeres, mientras que Pablo y Elisa (sus padres) fueron los segundos. Si bien la familia Stevens – Otárola era un tanto conservadora no le vieron el mal a lo que les contaba angustiada su hija, y como padres que entregan un amor incondicional a sus hijos, lo único que hicieron cuando Camila les contó de su gusto por personas de su mismo sexo fue; besar su cabeza y secar sus lágrimas para luego decirle “todo está bien, te amamos por quién eres y no por tus preferencias o gustos sexuales, para nosotros siempre serás nuestra malcriada. Sólo te pedimos que cuando tengas una novia la traigas a casa para conocerla”. De ese hecho ya ha pasado más de un año y Camila jamás ha presentado a alguien a sus padres, realmente ella jamás ha estado con alguien, ya sea hombre o mujer.

Hermana, prométeme que mientras yo esté lejos cumpliendo nuestro sueño, tú conocerás a la chica de tus sueños y no le tendrás ese miedo ridículo al amor ¿vale? – la miró de una manera tierna y un tanto paternal y agregó – Si a mi regreso tú no estás con alguien seré yo mismo quien te consiga una novia ¿me entendiste? – le sonrió.

Eres un bobo Javier – le dijo esto mientras golpeaba sus pectorales.

Auch, eso dolió, si no me prometes que cuando vuelva dejarás de estar sola, no viajaré a ninguna parte y quedará en tu conciencia que yo me haya dejado de cumplir mi sueño.

¡Hey! Eso no se vale – la miró y le hizo un puchero, al ver que Javier seguía con su mirada desafiante, esa que ponía cada vez que las cosas las decía de forma seria – Está bien, te prometo que haré el intento – suspiró – pero si no el gusto a nadie no será mi culpa – sonrío – ahora vete grandulón, que tu vuelo está por salir.

Es verdad, mamá y papá vengan por favor – dijo esto en voz alta para llamar a sus padres, quienes se encontraban mirando con orgullo a sus hijos – quiero decirles el trato que hice con Camila – Camila lo miró con cara de “te voy a matar si le cuentas el trato a los papás” – No me mires de esa forma hermanita, que no quiero morir por culpa de tu mirada – sus padres rieron – Cumpliré mi sueño, siempre y cuando para mi regreso Camila se haga de novia de alguna chica linda, así que padres ayuden a esta niña a encontrar una linda mujer por favor – sonreía.

Por supuesto hijo, quiero ver luego a mi niña feliz y sonriendo por cualquier bobería – hablaba Elisa mientras abrazaba a su hija por los hombros.

Hijo, tenemos que dejar las cosas en manos de tu hermana, ella ya es grande para decidir si está con alguien o no, si quiere estar sola es mejor, así siempre será mi princesita – le sonreía a sus hijos, mientras Javier se burlaba de su hermana, quien con cada palabra que decía sus papás tenía más ganas de asesinar a su musculoso hermano.

Bueno familia me despido de ustedes, nos veremos en seis meses, los llamaré cada vez que pueda – los abraza a todos y añade – los amo y ayuden a que Camila cumpla lo que me prometió por favor – dicho esto se aleja.

Emma.

No puedo creer todo lo que me perdí mientras me derrumbaba, se me hace doloroso saber que aleje a mi familia y a mis amigos de mí, me duele saber que me perdí los primeros meses de vida de mi ahijada, creo que no seré capaz de perdonarme por el daño que causé en mis seres queridos – decía Emma en voz alta mientras se miraba en el espejo con una mirada que reflejaba desconcierto por lo que veía – hace tanto que no me miraba en un espejo, antes solo veía una sombra, ahora entiendo lo que me decía Laura, estoy apagada – lo que veía en el reflejo del espejo era a una mujer demacrada, con las ojeras acentuadas, ojos antes brillantes, ya sin el azul vivo que la caracterizaba, había perdido peso y masa muscular por la casi nula alimentación, su pelo necesitaba atención urgente, debido a que se encontraba opaco y sin vida - ¡Basta de esto Emma! La vida sigue, si él pudo seguir su camino sin mi ¿por qué yo no puedo hacer lo mismo? – se cuestionaba mientras seguía analizando su cuerpo – Es tiempo de volver a mí, volver a quererme – Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un leve ¿estás bien? Que provenía desde fuera del baño – Sí, lo estoy – suspiró.

Emma salió de aquel baño con una mirada distinta, su postura corporal cambió y su amiga al notar este leve cambio sonrió ampliamente.

Lo decidí, volveré a seguir mis sueños – lo dijo con energía y notando lo rara que sonaba su voz.

Wow, ahora hasta recuperaste la voz que tenías antes – caminó hacia su amiga y la abrazó – Bienvenida al mundo real cariño – le besó la mejilla y agregó – ve a ducharte que hoy será un largo día.

¿Todo tiene que ser tan rápido? – Preguntó Emma mientras hacía un mohín de cansancio.

Así es señorita, hoy haremos algo para que mejores tu aspecto – sonrió – tu presentación en sociedad será este Viernes, por lo que tan solo tenemos cuatro días y hay muchas cosas que hacer – Emma sonrió y entendió que no tenía chance de ganar una posible discusión con su amiga, mientras ésta caminaba al baño Verónica agregó – tenemos cuarenta minutos para llegar al salón de Emmanuel, así que apresúrate que hoy por ser Lunes hay tráfico.

El tiempo pasó volando mientras Emma se dedicaba a disfrutar el agua correr por su cuerpo, su mente estaba en blanco y su cara tenía una sonrisa dibujada en los labios.

Camila.

Hija, ¿Qué te sucede? – preguntó su madre al ver que Camila tenía la mirada perdida en el paisaje.

Nada madre – sonriendo – extrañaré mucho a Javier.

Mi amor, tu sabes que puedes unirte a tu hermano cuando quieras con su viaje – sonreía mientras le acariciaba la mano – con tu padre siempre vamos a querer lo mejor para ustedes y tal vez lo mejor es que estén juntos viviendo la aventura que soñaron de pequeños.

Si Camilita, tu sólo tienes que decirnos que quieres ir donde tu hermano y te compraremos los pasajes, no te queremos ver triste – decía Pablo mientas conducía rumbo a casa.

Lo sé padres – suspiró – pero dejaré que Javier viva esta aventura solo, tarde o temprano nos teníamos que separar – en el fondo lo que atormentaba a Camila era aquel presentimiento que la llevó a cancelar la aventura con su hermano, presentimiento que cada vez era más fuerte y que no tenía un motivo aparente, lo que cada vez la desconcertaba más.

Hija ¿por qué no invitas a tus amigas a la casa? No quiero que te sientas sola mientras nosotros estemos trabajando – decía su madre.

Si quieres puedes organizar una fiesta el día viernes, porque nosotros viajaremos por el fin de semana – sugirió su padre.

Está bien papi – sonreía – me encanta saber que se irán de luna de miel, espero que no llegue un hermanito.

Qué tonteras dices Camila – dijo su madre roja, mientras Pablo sólo reía por el comentario de su hija.

II

No lo puedo creer – chilló Verónica al ver a Emma.

¿Qué tiene de malo lo que me puse? – miró asustada a su amiga.

La verdad es que nada, sólo que por un momento pensé que eras un zombie y bueno pues solo te faltaba una buena ducha – rio, contagiando la risa a Emma.

Ja ja ja, que chistosa eres Verónica, mira la gracia que me hace tu comentario – miró su reloj – es mejor que vayamos saliendo porque ya se hace tarde.

Tienes razón ex amiga zombie, si llegamos tarde Emmanuel nos odiará y de paso nos ganaremos un reto descomunal por haberle hecho perder de su precioso tiempo