Rematando las ganas

Aun con sus cuerpos tibios por el encuentro anterior tenían ese fuego en su interior, sabían que al volver a su país sus camas serían compartidas con otra persona, por lo que se entregaron nuevamente al placer.

Bienvenido para los que leyeron Sacándose las ganas notarán que cuando uno empieza no se puede parar y esta vez no podía dejarlo así,  me vi obligada a continuar la historia. Me encantaría saber si a alguien le gusto para publicar los otros o los fuardamos en el baul.

Para los que no leyeron el relato anterior no se preocupen no es un requisito para entender este y disfrutarlo de igual manera.

Rematando las Ganas.

Aun con sus cuerpos exhaustos después de su primer encuentro recostado uno al lado del otro. Se encontraban asimilando lo sucedido, habían olvidado por completo que tenían sus vidas formadas con otras personas, pero, es que ahí lejos de sus hogares, la razón ya no reinaba. Ahí en ese cuarto de Hotel solo se podían entregar al ardor que tenían en su interior; Solo podían obedecer al deseo del cual eran presos. Estaban recordando las veces que se cruzaron en la oficina y con un solo roce se quedaban con el cuerpo ardiendo y con ganas de tocar mucho más. Y pensar que ahora estaban ahí desnudos y sudados; Saciados de su encuentro sexual.

Dentro de la paz que los gobernaba en ese momento. Ël comenzó a acariciar la palma de su mano y se giró para observarla; para notar sus mejillas rojas y su cabello despeinado; para observar la reacción que provocaban sus caricias. Recorrió lentamente su brazo con las yemas de sus dedos y llego a su mejilla, se acercó a la comisura de los labios aun hinchados por los besos apasionados que le dio hace muy poco,luego  por su cuello hasta sus pechos fríos, no pudo evitar la tentación y los apretó suavemente con la palma de su mano. El deseo en su interior volvía a mandar en su cuerpo por lo que sin pensar se acercó y beso suavemente sus labios. Quedando en sobre ella, tomo sus manos con encima de su cabeza  y la inmovilizo. ¡Como le encantaba tener así!, toda disponible para él, con sus pechos en alto y sus duros pezones suplicando ser comidos.

Esta vez seria él el que tomaría el control, tomo con una sola mano ambos brazos de ella y bajo a dar pequeños mordiscos en sus pezones, los saboreaba lentamente, los mordía y viajaba de un pecho a otro. Cada vez que sus pezones se calentaban él les soplaba para así intensificar aún más la excitación.

Ella por su lado sentía cada caricia como un hormigueo en su vagina, sentía como escurrían sus líquidos por sus glúteos, y alzaba su cadera en busca de consuelo. Él sabía perfectamente que ella moría por soltarse de su agarre y atráelo hacia ella, pero, esta vez seria él quien decidiría cuando la poseería. Aumento el apriete en sus manos y con la que tenía libre bajo lentamente a su estómago, chupo y enfrió sus dedos para luego posicionar su palma en su monte de venus, cuando fue descendiendo lentamente con sus fríos dedos  hasta su clítoris, acerco sus labios a los de ella, quería consumir sus gemidos, sentir su respiración cuando con sus dedos apretaba su mojado clítoris, mientras con el pulgar daba pequeños giros en su clítoris; con el índice y medio recorría su vagina de arriba a abajo, esparciendo sus jugos por toda su entrepiernas. Tuvo el cuidado de que al pasar por su vulva solo ingreso levemente sus dedos. En la respiración y en la humedad de su entre pierna podía notar que ella ya no podía más. Que necesitaba se penetrada en ese mismo momento. A cada paso de sus dedos ella alzaba las caderas para que sus dedos ingresaran al centro de su deseo. Al sentir como ella escurría sobre la cama y deseoso de ver la expresión de su rostro al llegar el orgasmo, introdujo ambos dedos a su interior y aumento la presión en su clítoris. Dando pequeños círculos en su interior y ejerciendo aun mas presión, a esas alturas ella era netamente excitación;  sus caderas se movían descontroladamente y su respiración agitada dejaba sus pechos a disposición, sus gemidos se confundían con pequeños gritos que eran absorbidos por su cómplice con gusto.

Con semejante tención en el aire era evidente que el orgasmo estaba por venir. Él pudo sentir como sus flujos llenaban sus manos y con la satisfacción de provocar tal calentura. Su grueso pene se encontraba erecto y deseoso de ella, aprovechando  que no había terminado su orgasmo y estaba totalmente entregada a él, le suelta las manos y la gira dejando su hermoso trasero a la vista. Sin previo aviso penetra con su duro pene la vagina, lo que la encendió aún más y en vez de gemidos eran gritos los que salían de su boca.

Su vagina estaba tan caliente y mojada que él podía sentir como se fundía en su interior.  Quería sentirla completamente por lo que tomo sus caderas y le dio grandes estocadas, los gritos el calor y la humedad causaron en él uno de esos orgasmos que te dejan secuelas y sabía que jamás olvidaría aquel encuentro. Se corrió en su interior de una forma descomunal. Pero, continuaba con sus estocadas hasta que vacío todo su  deseo en su interior. Esta vez no eran solo los fluidos de ella que escurrían sino que el de ambos.

Se dejaron caer una vez más uno al lado del otro con sus cuerpos adoloridos de tanta pasión. Y sin notarlo se quedaron dormidos, sabían que esa experiencia la tendrían solo una vez en la vida, ya que debían volver a su país donde cada uno tiene su vida por separado.