Relatos unitarios (1)
Invasión.
RELATOS UNITARIOS (1)
INVASIÓN.
Batió todos los récords de velocidad para transitar el trayecto de dos cuadras que lo separaban desde el liceo hasta la entrada de su casa.
El bamboleo de ese trasero enorme, su prominente abdomen y sus gruesas piernas y brazos descubrían al gordito como un adolescente falto de actividad deportiva en general y de cualquier tipo de ejercicio físico en particular.
Su desesperación por llegar para sentarse frente a su computadora, tenía en ese día en particular un agregado extra, si lo comparábamos con el resto de la semana.
Daniel, su mejor amigo le había confiado una nueva dirección http de alto contenido pornográfico, y que había descubierto de pura casualidad mientras navegaba por internet.
Los ojos del gordito estuvieron desorbitados desde el mismo momento en que su mano tomó el trozo de papel conteniendo la información y lo guardó celosamente en el bolsillo. No pasaba un minuto durante el resto del horario de enseñanza, sin que extrajera dicho papel y se quedara como hipnotizado leyéndolo una y otra vez para lograr mantener su erección en forma considerable tan sólo con imaginar los contenidos de dicho sitio web.
Se hacía mil y una preguntas. "Qué quería decir huge butts and tits?
No importaba demasiado, ya que sonaba exuberante.
Durante todo el trayecto hacia su casa, los usuales gritos y burlas no faltaron a la cita tampoco en este día.
"Mueve ese culo, gordo!"
"No corras tan rápido que si te caes se rompen todas las baldosas de la vereda."
"Oye gordo, tú cagas en el inodoro o en la tina de baño?"
Ya los insultos casi no le molestaban. Ya casi estaba acostumbrado a que todos los muchachos del vecindario le gritaran algo parecido cada vez que lo cruzaba, pero no dejaba de lamentarse que no lo perdonaran ni siquiera un solo día.
La vida de ese gordito transcurría así. Tan simple y tan complicada como la de cualquier ser humano en el planeta.
"Mamá, llegué!" Gritó apenas ingresó a la vivienda y comenzó a subir las escaleras a las corridas.
"A dónde vas tan apurado?" Dijo su progenitora desde la cocina. "Hoy no le das un beso a tu madre? Te he horneado las galletas de chocolate que tanto te gustan."
En medio del trayecto, el gordito pensó si no le convendría rever su decisión. En ese momento su gula quedaba opacada por otro pecado capital, tan sólo pensaba en que no quería ser interrumpido en medio de una paja.
Dio la vuelta, fue hasta donde su madre, tomó una bandeja, un plato donde puso dos de las galletas recién salidas del horno, llenó un vaso con leche y antes de salir de la cocina le estampó un beso en la frente a su madre.
"Mami, tengo mucha tarea para hacer hoy, así que espero que no me moleste nadie hasta la hora de la cena." Dijo y reinició la carrera hacia su dormitorio.
Su habitación era demasiado pequeña. Una cama de tan solo una plaza, que hacía muy difícil imaginar cómo ese enorme muchacho dormía por las noches en tan diminuto espacio.
Un placard incrustado en la pared, ocultaba sus pertenencias, un mueble también pequeño sostenía sus efectos personales como desodorante, perfume, peine, y cepillo de ropa, en donde por encima colgaba un espejo que el muchacho utilizaba todas las mañanas para peinarse antes de salir para el liceo.
Una mesa conteniendo una pc y un pequeño equipo de música, descansaban a la derecha de la cama, donde por delante una cómoda silla de escritorio con rueditas, completaba el mobiliario del dormitorio.
Tras ingresar a la habitación, puso el cartel de "No molestar" en el pomo de la puerta del lado de afuera y la cerró pasándole llave.
Depositó la bandeja sobre la mesa, encendió la computadora y apoyó su enorme trasero sobre la silla que chilló dolorida mientras el muchacho se dejaba caer; y mientras esperaba que se iniciara la conexión, pegó un pequeño mordisco a una de las galletas, y apenas apareció la pantalla del explorer, tecleó la dirección.
Cuando descargó las primeras imágenes de chicas desnudas, instintivamente se dejó rodar hacia la puerta, sin levantarse de la silla y ayudados por sus pies, para asegurarse de que había pasado llave. Cuando tuvo esa certeza, volvió rápidamente a su puesto, y con el impulso golpeó la mesa. Era una suerte que él usualmente empleara las dos manos en forma indistinta, ya que con la derecha tomó el vaso de leche apenas un segundo antes de que se volcara, y con la izquierda impidió que una de las galletas terminara de estrellarse contra el piso. Hasta él mismo se sorprendió de la rapidez de sus movimientos en esta ocasión.
Respiró tranquilo, pero para evitar nuevos accidentes decidió apoyar ahora la bandeja sobre la cama a su derecha.
Prestó atención a las imágenes y como víctima de un acto reflejo, llevó su mano izquierda a la entrepierna. Echó su cuerpo hacia delante, levantó su abdomen, bajó el cierre de su bragueta e introdujo su mano en busca de la roca.
La quitó y comenzó a sacudírsela en forma lenta. No tenía ningún apuro y se disponía a hacerse la madre de todas las pajas.
Qué hace que una persona tan común se convierta en héroe de un segundo a otro?
Cuáles serían los parámetros para medir a alguien como él?
Veamos.
Un gordito bastante torpe en sus movimientos. Fanático de los video juegos y un genio de la computación, como se definían mutuamente con Daniel, su mejor amigo, pero reconociéndose también como lerdo, perezoso y glotón, esto último en grado extremo.
Hijo mayor de un matrimonio de clase media cuya única hermana menor era la persona más fastidiosa del planeta.
Un planeta que en unos segundos más estaría literalmente en las manos de ese gordito cuyo único problema, en este caso, era el estar en el lugar adecuado a la hora exacta.
La sensación de bienestar y placer que lo abrazaba, le exigía más a ese puño apretado que hacía caso omiso e insistía en moverse en forma extremadamente lenta. La respiración agitada, los gemidos ahogados y el ritmo cardíaco acelerado, le hacía temblar de emoción. Emoción que en esta oportunidad, decidió prolongar lo más posible para alcanzar a medir sus propios límites, cosa que nunca había hecho con anterioridad.
Esa misma emoción que se vio cortada abruptamente cuando de pronto la pantalla se puso totalmente negra.
"Y esto?" Dijo desesperado. "La puta madre que lo parió."
Se incorporó, movió el ratón, tocó varias teclas, pero todo fue inútil, la pantalla continuaba muerta.
Un cursor de color rojo comenzó a titilar en la parte superior de la misma y fue dejando palabras impresas a su paso.
- Do you speak english?
El gordito sonrió y comenzó a digitar.
Daniel, eres tú?
Que sea español, entonces.
Déjate de fastidiar, Daniel, que me sorprendiste en medio de una paja.
Hubo un instante de quietud en la pantalla.
Por qué nos llamas "Daniel"?
Tú no eres Daniel?
No.
Quienes son ustedes?
Cómo sabes que somos más de uno?
Porque has escrito "...nos llamas...".
Veo que hemos dado con un ser inteligente.
Qué es lo que quieren?
Venimos a destruir tu planeta.
Andá a cagar!
Y apretó el botón para reiniciar el equipo.
La pantalla se puso negra nuevamente.
En vez de prenderse el equipo como lo hacía habitualmente, el monitor continuaba oscuro y apareció otra vez el cursor rojo en la parte superior de la pantalla.
En estos momentos nadie más que tú puede hacer algo para evitarlo.
El gordito se asustó, se puso en pie y se percató que su miembro continuaba fuera aunque ya había perdido la erección. Lo guardó dentro de sus calzoncillos, subió el cierre de la bragueta y sin esperar más, apretó directamente el botón de apagado de la pc.
Todo lo que había en la pantalla se extinguió otra vez, pero al cabo de dos segundos, el cursor comenzó a moverse nuevamente.
Estamos esperando una señal tuya de que entiendes lo que te estamos diciendo.
Víctima de una desesperación insólita en él, ya que muy difícilmente se alteraba o perdía los estribos, tomó el cable alimentador de energía del tomacorriente contra la pared, y lo desconectó de un tirón.
Respiró aliviado mientras veía oscurecerse por cuarta vez su monitor.
Su cara de espanto fue acompañada por la contención de su respiración, y sus ojos achinados se agrandaban como nunca antes en su vida, al tiempo que observaba con pavor que el cursor volvía a moverse en la pantalla, mientras incrédulo miraba el enchufe desconectado de la computadora que tenía en su mano.
"Esto no está ocurriendo! Esto es imposible! No puede ser!" Dijo como un autómata sin poder dar crédito a sus ojos.
Seguimos esperando, y hoy tenemos poca paciencia ya que en unos momentos debemos ir a lo que ustedes llaman la galaxia Delta 5.
Esto es una broma, verdad?
No.
Cuando recobró el aliento, apoyó nuevamente su trasero gigante en el asiento, totalmente resignado.
Ya tenemos toda tu atención?
Si.
Bien.
En esos momentos, dos botones tridimencionales aparecieron simultáneamente en ambos ángulos inferiores de la pantalla. El de la izquierda era redondo y de color rojo; y el de la derecha, cuadrado y de color verde.
Si eres diestro y oprimes el botón correcto, salvarás el planeta. De lo contrario, oprimirás el equivocado y harás que este se destruya automáticamente.
Díganme una cosa. Ustedes están en pedo, verdad?
No.
Me quieren decir por qué entre tantos habitantes del planeta me eligieron justo a mi, para hacer esto?
La elección fue hecha completamente al azar.
Y por qué quieren destruir la Tierra?
Es nuestro entretenimiento. Buscamos planetas con poco nivel intelectual, lo que ustedes llaman retrógrados, y nos divertimos dejando la posibilidad de salvarlos en las manos de uno de sus habitantes.
Nosotros somos retrógrados? Ya han estado aquí antes? Pregunto porque veo que dominan muy bien el español, y recuerdo que me han preguntado antes si sabía hablar en inglés, por lo que doy por seguro que también dominan ese idioma.
No, esta es la primera vez que venimos aquí. La verdad es que este planeta es de lo más estúpido. Es el único planeta de todo el universo que se comunica con más de un idioma. Eso habla de la pobreza de inteligencia que predomina por aquí.
Veo que no les simpatiza mi planeta. El problema de la cantidad de idiomas, es porque sucede que en la antigüedad...
Sí, conocemos el incidente de la torre de Babel.
Conocen la historia de nuestro planeta?
Claro. Tenemos que interiorizarnos de los antecedentes de los planetas, historia, lenguaje, geografía y todo eso, tan solo para deducir las consecuencias que tendrán en su futuro. Es por ese motivo que decidimos qué planeta está con los días contados y únicamente con ellos es que nos permiten divertirnos de esta manera.
La Tierra tiene los días contados?
Por supuesto. Va camino a la autodestrucción sin ningún lugar a dudas.
Pero cuánto tiempo le queda de vida?
Poco, aunque tú no tienes por qué preocuparte, ya que en tiempo terrestre será dentro de varios años y tú ya no estarás para verlo.
Años o siglos?
Si no entendimos mal, un siglo son 100 años, verdad?
Sí.
Entonces te diré con exactitud que el planeta Tierra no llegará al siglo 22. Por supuesto, eso en caso de que tú aprietes el botón correcto, sino lamentablemente ya no habrá un mañana para ustedes.
Pero no entiendo por qué este planeta es retrógrado.
En ningún otro planeta hay tantos jefes de estado, ni tantas separaciones de territorios, ni tantos países, como les llaman ustedes. Sólo en éste encontramos que ponen prioridades por encima de la vida de los seres. Es como que estuvieran obsesionados por el dinero y el poder, y eso que al principio nos pareció tan estúpido, lo fue más aún cuando averiguamos su promedio de vida, que es tan bajo. Si por lo menos tuvieran la mitad del nuestro, hasta sería entendible, aunque nunca justificable.
Cuál es el promedio de vida de ustedes?
Si tomamos en cuenta la medición de edad de los terráqueos, diría que unos 2.000 años. Estamos aspirando a alcanzar la inmortalidad que han logrado los del planeta Mjdkstr.
Y eso dónde queda?
En tiempo terrestre, diríamos que a quince minutos de distancia.
A velocidad luz?
No, esa es otra de las pruebas de que ustedes están tan retrasados con respecto al resto de la vía láctea, ya que aún no han batido la velocidad de la luz. O me equivoco?
Creo que no.
Bueno, esa sería a grandes rasgos la explicación. Más vale que seas siniestro y que oprimas el botón adecuado para que este planeta se destruya instantáneamente y de ese modo evitarás que sigan haciendo el ridículo en la galaxia.
El gordito miró el botón que se encontraba a su izquierda, y casi al instante desvió la vista hacia el otro, a su derecha. Pensó por un instante en que realmente no le importaría el destino de este planeta, ya que lo único que recibía él de la gente eran puras burlas y bromas de la peor calaña.
Bueno decídete de una vez, que no tenemos todo el tiempo.
Ustedes van a volver aquí en alguna otra oportunidad?
No, nunca más, sea cual sea tu elección.
El gordito levantó la mano izquierda y comenzó a dirigir el dedo índice extendido en dirección a la pantalla para apretar el redondo botón rojo.
En ese instante, vio una fotografía al costado del equipo de audio, donde estaba él mismo al lado de Daniel, su mejor amigo, abrazados y riendo a las carcajadas mirando hacia la cámara, tomada el día en que ambos empataron en el primer lugar del concurso de inteligencia realizado en el liceo hacía apenas dos meses.
Sus lágrimas comenzaron a rodar cuesta abajo por sus mejillas y sin dudarlo suplantó la mano por la derecha y con el dedo oprimió el botón cuadrado de color verde.
Inmediatamente desaparecieron ambos botones, y al segundo se esfumó también todo rastro de actividad en la pantalla
El monitor permaneció apagado, mientras el gordito miraba el cable de alimentación que aún tenía apoyado sobre sus muslos.
"No... Esto indudablemente nunca sucedió. Creo que me he quedado dormido y todo no ha sido más que un sueño.
De pronto el cursor rojo apareció nuevamente en el mismo lugar de siempre.
Bueno, ya vemos que has salvado a tu planeta. Cuándo descubriste qué botón apretar?
Desde el principio.
Supongo que lo has deducido porque eres diestro.
No, en realidad soy ambidiestro, pero esa fue la pista que me guió.
Muy bien. Ya te dejamos, debemos llegar al otro planeta enseguida.
Esto fue una broma de mal gusto, verdad?
No. En absoluto. Una última cosa, dile a tu madre que lo que está horneando debe ser de las cosas más sabrosas de toda la galaxia.
Y la pantalla quedó definitivamente a oscuras.
Como un reflejo, el muchacho giró su cabeza velozmente hacia la bandeja que continuaba sobre su cama. El plato estaría completamente vacío de no ser por apenas las cuatro migas pequeñas que ocupaban el lugar de las galletas.
FIN.
MORALEJA 1: El destino del planeta, podría estar siempre en las manos de quién menos te imaginas.
MORALEJA 2: Nunca juzgues a nadie por su aspecto exterior. Ese es el envase que te puede gustar o no. El verdadero contenido siempre se encuentra dentro.
MORALEJA 3: No te burles de la persona que tienes enfrente, porque aún ella puede salvarte la vida en alguna oportunidad.
MORALEJA 4: Si posees dos galletas recién horneadas, no las desprecies dejándolas de lado para poner otra cosa entre tus manos, ya que te podrías encontrar de pronto y sin darte cuenta, con que apenas cuatro migas pequeñas han ocupado su lugar.