Relatos Históricos: Tenno Iga No Ran
Algunos autores de TR nos hemos animado a escribir relatos sobre la Historia. "Tenno Iga No Ran" de TENCHU. En el Japón del siglo XVI el poder y la independencia de los ninjas despertaba el recelo de muchos.
Nota:
El relato que se desarrollará a continuación se basa en los sucesos ocurridos durante el año 1581, centrándonos en la masacre que realizó Nobunaga Oda al atacar la villa de Ryugu Sanbonmatsu en la provincia de Yamato (3 de noviembre de 1581).
Introducción
Cuenta la historia que todo este penoso acontecimiento comenzó por una tontería. Un día, corría el año 1581, un orgulloso y altivo Shogun transitaba por los caminos de la provincia de Iga acompañado de una pequeña comitiva.
Se desconocen los motivos y aunque algunos historiadores afirman que Oda Nobunaga era un torpe sin remedio (sí, de enserio ^^) el hombre se cayó de su caballo en las proximidades de la aldea de Ryugu Sanbonmatsu .
Para la fecha, los ninjas eran una fuerza militar muy importante; el equivalente a las actuales fuerzas de elite. Sin embargo, era tanta la fama que tenían que rayaba en lo místico; atribuyéndoseles poderes sobrenaturales. Que, aunque el ninja no poseía, no se molestaba en desmentirlo.
Era de público conocimiento que la aldea era el refugio de la mayoría de los ninjas de la región. Como también el hecho de que la máxima autoridad militar de aquel entonces temía sobremanera a los ninjas.
Debió ser por esta razón que Nobunaga atribuyó su caída a los poderes sobrenaturales de los guerreros ninja. Fue esta misma ignorancia, sumada al temor lo que impulsó a uno de los hombres más poderosos del Japón a tomar una decisión tan drástica.
La venganza
Esto es inaudito... caerme yo del caballo frente a mis hombres. Esto no es bueno, esos despreciables perros de Iga son los culpables. Seguramente quieren sacarme del poder como lo hicieron con Kenshin Uyesugi, pero yo no se los voy a permitir. Así hablaba Nobunaga Oda, mientras caminaba nervioso por la habitación.
Mi señor, ¿esta Ud. Seguro de esto? -inquirió uno de sus consejeros.
¡Calla idiota, tu no sabes absolutamente nada de estas cosas! ¡Así que mantente en silencio! -reaccionó el Shogun.
...
Así esta mejor. Es imperioso que me deshaga de los ninjas, se están volviendo una fuerza de mucha importancia y no quiero correr riesgos -cavilaba el nervioso militar.
Nobunaga caminaba de un lado a otro, sabia por experiencia propia lo difícil que era atrapar a un ninja...
Persecución a la luz de la luna
Hacia exactamente un mes, conoció la experiencia de enfrentar a uno de estos míticos guerreros. Esa noche, uno de sus subordinados murió a manos del encapuchado negro; obviamente era el blanco que perseguía.
Pero, los gritos de su victima alertaron a los demás guardias sobre lo que estaba ocurriendo y él mismo tomó su espada y decidió encabezar la persecución.
Aun así, el ninja se movía con gran rapidez; además de poseer una gran habilidad para detectar las trampas con las que contaba el jardín y evadirlas. Eran diez hombres los que comenzaron persiguiéndolo.
En un momento dado, el ninja desapareció entre las sombras del castillo... los hombres, al igual que Nobunaga quedaron atónitos. Y cuando quisieron darse cuenta, el blanco había pasado entre medio de ellos y estaba corriendo en dirección contraria.
Los samuráis dieron la vuelta y reanudaron la persecución, lo hacían confiados. Sabían que daba a un callejón sin salida y efectivamente, ahí estaba el infiltrado. Ahora cercado por Oda y diez hombres más.
El ninja se mantenía inmutable con los dos brazos flexionados delante de su pecho formando una cruz y con las piernas en una posición baja (Jumonji no Kamae). La luna salió de entre las nubes, con esa claridad pudieron ver la rara postura de su oponente.
Los samuráis desenvainaron sus katanas, uno contra diez... era ridículo afirmar que el intruso viviría, a lo sumo lo haría para luego ser torturado por sus sádicos captores.
Pero, contra todas las predicciones el encapuchado salió ileso de esa difícil situación. En el preciso instante en el que se abalanzaron sobre él, todos ellos quedaron enceguecidos por una nube de polvo blanco y para cuando recuperaron la visión, en el lugar en donde hasta hacia unos instantes estaba el ninja... ahora sólo había un pequeño gatito (Kawarimi Jutsu).
Frustrados, los guardias y el mismo señor del castillo siguieron buscando al espía pero no pudieron hallar un solo rastro de él, había desaparecido...
Los motivos del Shogun
En virtud de lo vivido, Nobunaga sabía lo difícil que era enfrentarse a estos guerreros que se movían como las sombras y atacaban con la ferocidad de un tigre, individuos que no le temían a nada ni a nadie. Personas que no obedecían a nadie más que a ellos mismos y a sus familias.
Esto último era lo que mas lo inquietaba e irritaba. Desde el periodo Muromachi los clanes ninjas no servían a un señor sino que se mantenían al margen de los conflictos a menos que sus propios intereses se vieran amenazados.
Y para empeorar la situación, desde ese entonces los clanes de este tipo habían aumentado enormemente (se desconoce la cantidad exacta de estilos que existían, pero eran muchos más que los que se conocen en la actualidad).
Por todas estas razones, se desconoce si existieron otras; Oda Nobunaga daría la orden de atacar la aldea Ryugu Sanbonmatsu.
Ryugu Sanbonmatsu se prepara
Las noticias se difundieron rápidamente y llegaron a oídos de los jonins más importantes de la villa, entre ellos Sandayu Momochi.
Otro jonin legendario se entero de la decisión y confirmo su apoyo, Hanzo Hattori los ayudaría desde las sombras. Ya que él se encontraba al servicio de Leyasu Tokugawa, quien luego se convertirá shogun.
Como en la aldea la noticia fue recibida mucho antes, todos comenzaron los preparativos para el enfrentamiento... Al comenzar con los preparativos había unas trescientas personas en la aldea.
De antemano sabían que Oda no se andaría con minucias, por eso decidieron planear una buena estrategia. Los jonins propusieron disminuir el número de sus atacantes plantando trampas en todo el lugar.
Como segundo paso, ellos mismos entrarían en acción mientras Chunins y Genins esperarían el momento señalado para intervenir a favor de los líderes, escondidos en los escondites que poseían.
La aldea completa se movilizo, los ancianos ponían las armaduras y el equipamiento en condiciones; era como si así revivieran sus viejas misiones. Los mayores armaban las trampas, asegurándose de su correcto funcionamiento. Mientras jóvenes y menores seguían en los bosques de los alrededores entrenando sin descanso para el momento en el que entrarían en acción.
Sin embargo, Sandayu decidió que los niños no debían participar de ese conflicto... aún no estaban listos para esta lucha, por eso los enviaron a otra aldea. Algunas kunoichis les brindaron información sobre la posición actual de sus enemigos.
Otras, como Chunins que eran debían quedarse al frente de sus escuadrones; este fue el motivo por el que abandonaron a sus hijos. Pero, en el fondo de su corazón sabían que si no lograban detener aquí a las tropas de Nobunaga, sus niños serian los siguientes.
Al caer la noche, un nuevo mensaje llegaba a la aldea. Para el amanecer varios ninjas de la región llegarían para unirse a la conflagración. Éstos solo eran movidos por el deseo de probar la efectividad de sus técnicas una vez más.
Esa noche, se ultimaron los detalles para la batalla que se avecinaba. Los padres se despidieron de sus pequeños, tal vez por última vez. Ya que era muy posible que nunca más volvieran a verlos.
Con lágrimas en sus ojos, despidieron a sus pequeños retoños que sin saberlo eran llevados a otra aldea; lejos del peligro. Los ancianos volvieron a vestir sus antiguas armaduras, para realizar una última misión a favor de los suyos.
Los jóvenes trataban de dominar sus nervios ante este bautismo de fuego, muchos escuchaban atentos las historias de los ancianos. Quienes volvían a evocar sus tiempos mozos, en los que eran capaces de acabar con el mismo Fudo Myo en un solo combate.
Sandayu Momochi hablaba con sus camaradas:
Amigos, pelearemos como en otros tiempos; codo a codo. Espero que esta vez no lo arruines Akeshi.
Hey, he mejorado mucho desde esa vez. Además ya han pasado veinte años desde que paso -se defendió el hombrecito barbudo.
Vamos muchachos, basta de jodas. Esto es serio... Que por ahí Oda vuelve a caerse del caballo -comentó en tono jocoso otro de ellos.
Todos rieron de buena gana, el ambiente estaba distendido antes de la batalla.
El ejercito de Oda Nobunaga
El shogun, junto a unos cuatro mil hombres se dispuso a marchar a Yamato; el fin de esto era borrar de una vez y para siempre a los ninjas de Iga. Su ejército se componía solo de samuráis que le eran fieles a sus ordenes, excepto por algunos que tenían sus propios planes.
La infantería iba equipada con sus daishos y yaris, además de las protecciones que brindaban sus armaduras y las recién llegadas armas de fuego. La caballería disponía de lanzas y sus katanas, mientras los arqueros contaban además de sus arcos con sus kotes y puñales.
Una fuerza tan grande, para hacer frente solo a cuatrocientos aldeanos. Esta realidad era algo ridícula y hasta irrisoria, pero cierta. Tal era el temor del dignatario que iba a atacar con una fuerza diez veces superior a la de sus oponentes.
La mayoría de los samuráis eran guerreros dedicados solo a perfeccionarse en sus artes; que iban desde el manejo de la katana hasta la meditación. Pero que solo eran leales a su señor y a nadie más.
Penetrando en Iga
El camino hacia la aldea se hacia fácil de recorrer, pero una vez dentro de la provincia de Iga, las montañas y la niebla comenzaban a dominar la region. Ese lugar, donde leyendas tan cruentas habían ocurrido.
Se adentraban en territorio enemigo, a más de uno se le erizó la piel al comenzar a penetrar en el área. Parecía como si una poderosa y peligrosa presencia los acechara... además, la niebla no disminuía.
Un rugido lejano asustó a algunos soldados que se miraban unos a otros, como queriendo salir corriendo de allí. A Oda Nobunaga le corrió un sudor frío por la espalda, pero se mantuvo firme y continuó avanzando con sus hombres.
Los árboles aparecían retorcidos y sus ramas se levantaban como brazos espectrales hacia el cielo nebuloso. Sin darse cuenta, habían disminuido el ritmo de la marcha... los chunins se felicitaban mas allá.
Sus ilusiones (Genjutsus) aún funcionaban. Decidieron divertirse un poco, antes de la batalla. Mas adelante, los jonins esperaban para entrar en acción.
Momochi y sus hombres se habían dispersado entre las casas de la aldea que para ese entonces se hallaba desierta. Ya sabían que hacer, los amigos volvían a pelear nuevamente codo a codo.
Finalmente, Nobunaga llegó con sus hombres a las proximidades de la aldea... la batalla final daría comienzo.
Las trampas entran en escena
El primer obstáculo con el que se encontraría en breve el ejercito de Nobunaga eran las trampas que plagaban el campo de batalla. Para desgracia de los samuráis, éstas se encontraban más cerca de lo que ellos pensaban.
Cuando el grupo de reconocimiento dio un paso hacia la aldea, una mecha se encendió... los hombres se alarmaron; pero fue muy tarde, los trozos de metal y vidrio impulsados por la explosión acabaron con ellos (Hyakurai Ju).
Otros, oyendo el estruendo salieron, pero también fueron presa fácil de las trampas... tocando los finos hilos, lluvias de dardos envenenados cayeron sobre ellos. Otros cayeron dentro de las fosas infectadas de alimañas para no salir nunca más de allí.
Un grupo, sin mirar dónde pisaban cayeron dentro de las trampas confeccionadas con las kusarigama. De las piernas fueron arrastrados hacia adentro de la tierra, donde murieron a manos de los ninjas que se encontraban ocultos al final de la trampa.
Oda estaba furioso, aún no había podido poner un pie en esa aldea y ya estaba sufriendo bajas. Era una tomadura de pelo, pero era lógico que cayeran así; después de todo el samurai era un guerrero demasiado confiado.
El primer día transcurrió de esa manera, luego de vanos intentos por llegar a la aldea; decidieron sentar campamento. Sabían que tarde o temprano ellos intentarían algo, por eso permanecieron alertas.
Cual fue su sorpresa al notar que nada pasaba, ni una sola persona se acerco a los puestos de vigilancia esa noche, estaban desconcertados. Sin embargo los chunins observaban desde los árboles para informar a sus superiores sobre el alcance de la fuerza que estaban enfrentando.
La misión de Yasumaru
Uno de los chunins, Yasumaru fue designado con un pequeño grupo a atacar. Junto a su grupo, penetraron en el campamento. El chunin, para ese entonces contaba con 58 años de edad al igual que sus camaradas.
Todos ellos, a pesar de su rango eran más experimentados que algunos de los jonins que los dirigían. Con una gran velocidad saltaron y terminaron de escalar la empalizada del campamento. Una vez ahí adentro, los hombres se dispersaron... portando Kuzutsus, otro grupo esperaba la señal convenida para cubrirles la retirada.
Los ancianos fueron emboscados por Oda y sus hombres, pero lejos de acobardarse; se reagruparon al instante y luego de unos rápidos movimientos entrelazando sus dedos comenzaron a combatir en la retirada.
Algunos de los hombres de Yasumaru cayeron victima de los arcabuces que habían adquirido recientemente de los piratas portugueses. Pero, aun así pelearon con gran ferocidad; dejando bien en claro que la diferencia era grande.
Ante la única descarga de los arcabuces, los ninjas atacaron destrozando las armas y a sus portadores. Luego, Gon y Jutaro utilizaron los movimientos circulares de sus kamayaris para mantenerlos a raya.
Pero la situación los superaba numéricamente; por ello, ante la señal del chunin el fuego de los kuzutsus les dio el instante justo para escapar. El campamento enemigo se lleno de explosiones causadas por los artilugios.
Los enemigos entraron en confusión, no esperaban algo así. Sin embargo lograron sortear lo peor del ataque. Mientras tanto, los hombres volvían a la aldea con noticias y no precisamente buenas esta vez.
Chunin Yasumaru, informe de la misión. Fallida, los enemigos portan armas de fuego y se mantienen en alerta constante. La diferencia numérica es de unos diez contra uno en desventaja para nosotros -informó el anciano.
Esto confirma las estimaciones que habían realizado sus camaradas. Ahora sabemos con que cuentan, sin embargo es preocupante el estado actual de sus hombres. Se lo encargamos, Yasumaru -agradeció el Jonin.
Mi grupo esperara nuevas órdenes -respondió el anciano.
Los próximos movimientos pronto le serán avisados -respondió el superior.
El anciano salió de la presencia del consejo, algo más adelante sus amigos esperaban las noticias.
Lo de siempre muchachos -se limito a decir el anciano.
Los hombres volvieron a sus puestos de vigilancia, a la espera de nuevas órdenes. Otros fueron a hacer atender sus heridas. La relativa calma que se cernía ahora sobre el ambiente era preocupante.
Pero lo que ellos no sabían es que el fuego de los kuzutsus había dejado al descubierto muchas de las trampas. Las cosas empezaban a jugar en contra de los locales, Oda sonrió al ver como la situación se volvía en su favor.
Lucha en Ryugu Sanbonmatsu
Ese nuevo día, creyó que la suerte le sonreía y comenzó con el ataque aunque muchos hombres fueron victimas de las trampas una vez más. Lograron por fin abrir una brecha en el sistema.
Frente a esto, los jonins siguieron aguardando la llegada de sus enemigos a la aldea... allí se decidiría todo. Los ejércitos de Nobunaga penetraron en la aldea cerca del atardecer, cuando llegaron la encontraron desierta.
En el centro de la rada, un reducido grupo se hallaba esperándolos; en una actitud temeraria. Los hombres estaban sentados, al verlos llegar; abandonaron sus posiciones.
Algunos soldados comenzaron a retroceder, algo en los ojos de esos sujetos removía sus temores más profundos. Pero los soldados, detrás de estos, avanzaron para trabarse en lucha contra los locales.
Los jonins luchaban con todos ellos a la vez, utilizando sus técnicas y demostrándoles que aun les faltaba mucho para poder vencerlos. Ni bien la ciudad cobijo al ejercito completo, uno de los jonins que se encontraba en los techos de la aldea; disparó una flecha hueca... era la señal que esperaban Chunins y Genins para entrar en acción.
De entre los árboles, del mismo suelo surgieron guerreros dispuestos a luchar contra sus agresores. En sus ojos no había otra cosa más que determinación. Uno de los genins, atacó a los primeros que tenia cerca.
Los eliminó rápidamente, al arrancar o atravesar los centros nerviosos de sus oponentes usando solo sus manos (Koshi Jutsu). Luego desenvainó sus kotes y se lanzó al combate. El centro de la ciudad se convirtió en un infierno, los ninjas parecían estar por todas partes.
El acero cortando y los gritos de agonía y dolor eran los sonidos preponderantes, un grupo de arqueros atacó al encapuchado más próximo. Las saetas silbaron el aire, pero nunca llegaron a tocar al blanco.
El guerrero tenía las siete saetas en su mano. Apretó el puño, destrozando las flechas y luego utilizó una fukiya; con la que llenó de dardos envenados los rostros de sus adversarios.
Un grupo de ninjas se defendía utilizando sus kusarigamas, uno tomó la cadena... creyó haberlo atrapado. Grave error, con un movimiento el ninja envolvió la muñeca de su adversario con la cadena y de un tirón lo atrajo hacia si para ultimarlo con un corte de su hoz.
Otro peleaba contra un samurai y su katana, esquivando los ataques para intentar golpearlo. El corte rozó al combatiente, pero este reaccionó atacando con un golpe de puño con avance de tal poder que el casco del noble quedó roto tras el golpe.
Las ropas generalmente negras, se encontraban teñidas de rojo debido a la sangre... el sudor y el griterío aumentaba la confusión y el caos en el campo de batalla. Los choques eran de una violencia inimaginable, los ojos de esos hombres despedían llamas; sus espíritus ardían con la batalla.
Sin embargo, a pesar de sus grandiosas técnicas y estrategias no podían superar la gran diferencia numérica del bando contrario. Pero la única forma en que se rendirían sería al caer en batalla.
Durante toda una semana, los ninjas de Iga combatieron a las tropas de Nobunaga Oda; fue tal la ferocidad con que lo hicieron los locales que el noble se vio en la necesidad de pedir refuerzos.
Solo en esta última fase, con un total de doce mil hombres el Shogun logro doblegar la aldea. En su mayoría, los ninjas fueron apresados y murieron bajo las torturas impartidas por sus sádicos captores (la mas común era hervirlos vivos, no es joda). Pero, un grupo logró escapar con vida de aquella autentica carnicería.
Sandayu, varios jonins y chunins escaparon disfrazados entre los soldados y se dispersaron por todo el imperio. Oda era consciente de ello, finalmente se dio cuenta de su error. No logro erradicar al ninja, solo lo ayudó a expandirse.
La mayoría de los refugiados desaparecieron ante sus ojos mimetizándose con la época y enseñando en secreto sus artes. Se convirtieron en vagabundos, en maestros, en cortesanos esfumándose en el anonimato.
Hanzo ayudó a muchos de ellos al darles asilo bajo la égida de Tokugawa Leyasu.
Aquí les dejo mi relato, trate de atenerme lo más posible a la historia real, aunque los diálogos pueden no haber sido así. A continuación les dejo un glosario, esta vez mas extenso para que no se pierdan entre tantos términos. Saludos a todos... ^^
Glosario:
Jonin: Ninja de grandes habilidades, son los jefes y los que dirigen las operaciones.
Chunin: Es un ninja algo menor al jonin, pero eran los segundos al mando; eran los jefes de los escuadrones.
Genin: Era el ninja dedicado a luchar y sabotear. Es el que generalmente realizaba las misiones que se encomendaban.
Katana: La espada japonesa por excelencia, capaz de partir en dos a una persona. Era el arma mas utilizada por el samurai.
Kusarigama: Arma consistente en una hoz, de su extremo salía una larga cadena que terminaba en una bola metálica. Un arma muy eficiente en distancias grandes ya que posibilitaba envolver al adversario para luego matarlo.
Fukiya: Cerbatana con dardos envenenados con Zagarashi Yaku. Producía desde problemas neurológicos y parálisis hasta la muerte.
Kotes: espadas algo mas cortas que la katana, muy usadas por los ninjas; ya qué solo los samuráis podían usar katana.
Koshi Jutsu: Técnicas en las que se presionan puntos neurálgicos y vitales del cuerpo, produciendo muchas veces parálisis e incluso matando al receptor.
Kamayari: Lanza con una hoz en cada uno de sus extremos, permitía también desplazarse con gran eficacia entre los árboles. Es el arma emblemática del Gyokko Ryu.
Fudo Myo: El dios Zen del fuego, muy venerado por todos los guerreros, ya qué se trataba de un dios muy combatiente.
Sandayu Momochi: un jonin de la región de Iga que se hizo famoso al pelear y dirigir esta batalla, escapo de sus captores disfrazado de colono. Luego desapareció.
Hanzo Hattori: Era otro jonin famoso por sus grandes habilidades, se cuanta que una de sus técnicas consistía en lanzarse, decapitar al enemigo y regresar al mismo punto todo en un solo movimiento. No lucho en esta batalla, ya qué se encontraba al servicio de otro señor feudal (Tokugawa Leyasu), quien luego fundaría la dinastía Tokugawa.
Daisho: Conjunto de dos espadas, compuesto por la katana (de una hoja de 75 cm. Aprox.) y de una wakisashi o espada mas corta y de una sola mano.
Yari: La lanza, mucho mas eficaz que la katana para el combate en el suelo.
Kayaku jutsu: uso de explosivos
Kazutsu: explosivos alojados dentro de tronco que eran disparados en forma horizontal.
Usura gakure no jitsu: esconderse en pequeños huecos situados entre dos grandes objetos.
Gyokko Ryu: Es una escuela de ninjutsu, se desconoce su origen. Se presume que fue creado en China por una princesa y perfeccionado en Japón, utiliza mucho de Koshi Jitsu.
Yoja no jitsu: penetrar entre los enemigos haciéndose pasar por alguien débil.(Me olvide de poner esta referencia en el guerrero 7, así que aproveche aquí ^^).
Kawarimi Jutsu: Técnica consistente en esperar recibir el ataque del oponente, para desaparecer de su campo visual dejando un objeto en lugar de uno. Muy utilizado para escapar luego de usar polvos cegadores (metsubishi).
Zagarashi yaku: veneno hecho con frutas (ciruelas verdes o melocotón)