Relatos de viaje: La cocina
Cuando te despiertas en una casa que no es la tuya.
Era un dia diferente en la vida de Neu, se habia levantado en una cama que no era la suya, con la cabeza dandole vueltas y un olor al que no estaba acostumbrada, a su lado se encontraba un chico desnudo, bastante delgado y moreno.
Tras un momento de recuerdos y ensoñaciones sobre la noche anterior decidio recomprobar si sus recuerdos coincidian con la realidad, asi que bajo un poco las sabanas y pudo ver el arma que gastaba el chico, un ancho que le permitia hacer la O con la boca y una largada considerable. Después de sospesar si cabalgarla como sino hubiera mañana decidió esperar e ir a al baño y a la cocina.
En la cocina preparó el desayuno: leche, galletas, colacao...y mientras concentrada trasteaba los ultimos cotilleos en el mvl sintió a su espalda el tacto caliente de otra piel y las grandes manos del chico aguantandola por los hombros mientras le daba los buenos dias en un susurro aun soñoliento y le echaba en cara con picaresca que hubiera desaprovechado esa oportunidad.
Neu que iba con una camiseta larga y unos pantaloncitos, nunca habia sido una silfide y esos ultimos años parecia mas una musa helénica con unas cuantas curvas mas que las de los cuadros sobretodo por su considerable pecho.
Se dispuso a fregar los platos cuando notó en su culo el arma del chaval y en su espalda el calor del chico que la acompañaba en esa cocina de corte clasico.
Sin permiso siguió recorriendo con besitos el cuello y nuca de la joven mientras con la mano le movia el pelo a los sitios que no le molestara y con la otra mano recorría cada una de esas curvas de las que tan insegura se sentia. El miembro seguia temblando y poniendose como el acero cada vez que rozaba el culo deseando que no hubiera tanta ropa de por medio, asi que después de un par de comentarios sobre el tiempo y los platos, la mano de las caricias procedio a empezar el ataque colandose por el pantaloncito de la chica, recorrió inseguro los pliegues hasta que a Neu se le escapó un suave gemido entonces supo donde tenia que ir, con un movimiento magistral de sus dedos cazó el boton de la chica y procedió a juguetear con él mientras su mano libre se metió por debajo de la camiseta a jugar con su pecho y sus pequeños pezones.
Cuando Neu sintió como uno de los largos dedos entraba en su interior se estremecio y deseó con todas sus fuerzas que fuera el miembro del chico el que estuviera ahi, pero parecia que el moreno tenia otros planes.
Cuando Neu ya suplicaba por tenerla dentro el chico desocupó las dos manos y la giró para que le mirara, era levemente mas alto que ella pero para susurrarle tenia que bajar a su altura asi que con la boca a pocos centrimetos de su oreja le susurró "es tu turno ...". Neu lo miró con una medio sonrisa y se arrodilló en el frio marmol de la cocina, con delicadeza empezó a besar la linea hacia el paraiso mientras con las manos bajaba los molestos gallumbos negros del chico.
Cuando asomó la cabezita le dió un beso en la puntita y se deshizo de ellos. Siguió por lamer el tronco sin dejar ningun recoveco y siguio por el capuchón absorbiendola casi entera en su boca mientras con la lengua saboreaba aquel mastil y miraba con ojitos al chico que la observaba desde las altura como su polla aparecia y desaparecia en la boca de la joven.
Sin aviso, el chico le hizo una señal para que se levantara y pese a las negativas de Neu la hizo separarse de ese sabroso manjar. Cogió un condon de la mesa de la cocina, Neu penso por un momento como llegó ahi, y se lo lanzo a las tetas.
Diligentemente Neu lo abrió y se lo colocó con la boca y con ayuda de las manos. La hizo sentarse en el frio marmol de la cocina, mientras con su boca recorria cada centrimetro de sus pliegues centrandose en el botoncito y con un dedo travieso recorria el interior del cuerpo de Neu. Siguieron dos dedos. Neu ya no podia concentrarse entre los gemidos y las embestidas de los dedos del chico notando descargas electricas en su cuerpo..Cuando Neu notaba que estaba aputno de rozar el cielo el chico le hizo una señal con la cabeza para que mirara, desconcertada miro curiosa y vió como se empamaba la polla en saliva y se acercaba a ella, con su boca en su oreja susurrandole "disfruta de la entrada pequeña" , al tiempo que sintió una punzada de placer al sentir entrar aquel pedazo de mastil en su cuerpo. Le siguieron algunas embestidas, algunas palabras malsonantes, unos arañazos y mordiscos de más hasta que notó el acelerón del chico y su seguido frenazo y perdida de fuerza. Sonrió y le acarició el pelo.
La mañana siguió con normalidad, al final salieron de viaje pero los platos se quedaron sin fregar a la espera de un segundo round.