Relatos de verano: La profesora.
Mi inicio a la sexualidad.
Mis padres me prometieron, que aquel año, si las notas eran buenas, podría ir de vacaciones con mi mejor amigo, Jesús, a la costa donde sus padres tenían un apartamento. Según me había contado Jesús, su hermana Luisa, cuatro años mayor que nosotros, solía pasear por el apartamento desnuda cuando estaba sola. Pero Jesús sabia desde donde espiarla sin que nos viese, se me ponía dura nada más que pensar en ver a Luisa desnuda.
Pero todo eso no iba a pasar, pues a principios de junio, mis padres cambiaron de parecer; en marzo, mi tío Tomas, el hermano de mi padre, un cuarentón, que todos creían que se iba a quedar soltero, se casó con Carmen, de 26 años, 18 años mas joven que el. Tenia que reconocer que mi tío sabía escoger, siempre había salido con mujeres de bandera pero tía Carmen las superaba. Como regalo de bodas le compró un adosado en un pueblo costero, donde pasaron la luna de miel, y ahora en verano querían pasar los meses de julio y agosto allí, pero tanto mi tío Tomas como mis padres solo podían ir los fines de semana, así que durante la semana mi tía Carmen se quedaría sola; para que esto no sucediera mi madre propuso que yo me quedase con ella.
A finales de junio, con el curso acabado, justo después de San Juan donde me despedí de mis amigos, nos marchamos mis tíos en un vehículo, que se quedaría allí, y mis padres y yo en otro. El viaje duro casi cuatro horas, paramos para tomar algo. Llegamos a eso de las ocho y media de la tarde, después de deshacer el equipaje dimos una vuelta por el pueblo, y cenamos en un restaurante. Carmen fue la que propuso ir a una disco, mis padres se fueron a la casa, así que me quede con mis tíos; Carmen era la que bailaba, mientras mi tío y yo mirábamos, en la pista había muchas mujeres la mayoría mas jóvenes que ella, pero ella era la atracción, parecía que pidiera guerra, y así era cuando salía de la pista se pegaba unos morreos con mi tío, y mi tío aprovechaba para meterle mano por todos los sitios. Casi a las cinco de la madrugada nos fuimos a casa, al entrar procuramos no hacer ruido.
La casa solo tenia dos habitaciones en la planta superior en una dormían mis padres y en la otra mis tíos; yo dormiría, los fines de semana, en el sofá del salón que se desplegaba convirtiéndose en cama, y durante la semana en la habitación donde dormían mis padres.
Me costaba conciliar el sueño, y sentí unos ruidos en la parte superior, subí y era en la habitación de mis tíos, decidí espiar, abrí la puerta lo justo para poder ver, los pies de la cama daban a la puerta, mis tíos estaban follando, mi tío tumbado bocarriba con la cabeza en los pies de la cama y tía Carmen subida encima moviéndose, sus pechos al aire se movían rítmicamente, mi polla estaba dura, así que metí la mano debajo del pijama y comencé a masturbarme, ella miraba algunas veces hacia donde yo estaba, pero como no decía nada pensé que no me veía, tan excitado estaba que no me dio tiempo a parar y me corrí manchando el pijama, tuve que bajar a la carrera al salón entrar en el lavabo y limpiarme y lavar el pijama.
El sábado, por la mañana, nos levantamos tarde y nos fuimos a la playa, mi madre llevaba puesto un bañador, tenia que reconocer que el cuerpo de mi madre no tenia nada que envidiar al de Carmen, pero esta era mas joven y mas atrevida, llevaba puesto un bikini. Tuve que meterme en el agua para que no se dieran cuenta del empalme que tenia, pero si yo me di prisa mas se dio Carmen, fue meterse en el agua y marcársele los pezones, y comenzó a jugar conmigo primero tirándome agua, después peleando, unas veces sus pechos estaban en mi cara, como otras veces sentí como su mano me agarraba el paquete y tiraba, en ese momento pensé que era casualidad incluso que coincidió que se le subió la parte superior del bikini y su pezón fue a parar a mi boca. Después busco un sitio resguardado de ciertas miradas y se puso a tomar el sol en top-less, en aquella época muy pocas españolas toman el sol en top-less.
Al mediodía fuimos a comer y por la tarde dormimos la siesta y salimos a pasear por el pueblo, mis tíos iban como una pareja de recién casados, muy juntitos y besándose constantemente. Cenamos en un chiringuito y por la noche mis tíos se volvieron a ir a la discoteca, mis padres y yo nos volvimos a la casa. Fue meterme en la cama y pensar en Carmen, la polla dura me la tuve que pelar, en esta ocasión tuve cuidado y antes de correrme fui al lavabo, saliendo de el llegaban mis tíos, me dieron las buenas noches y se subieron a la habitación. Estaba en la cama y solo hacia que pensar que estarían los dos haciéndolo, pensaba en subir pero me reprimí pensando que me podían pillar, nuevamente se me puso dura y tuve que volver a masturbarme.
El domingo, fue un día como el sábado, por la mañana a la playa para que una vez más Carmen exhibiera su cuerpo y a mí como a muchos playistas nos pusiera a cien. Fuimos a comer a casa y a dormir la siesta, la idea de mi tío y mis padres era salir temprano para evitar la caravana de salida, pero entre unas cosas y otras salieron a las nueve.
Nada más irse
- “Hace calor, no crees, voy a darme una ducha, para refrescarme” dijo Carmen, yo solo asentí con la cabeza.
Escuchaba el ruido del agua al caer en la ducha, me entraron ganas de subir y pillarla desnuda, el solo pensarlo se me estaba poniendo dura. A parte de la camiseta solo levaba el bañador, y se notaba el bulto del paquete, pensé en masturbarme, pero ante la posibilidad de que volviera ni me moví.
Poco después bajaba, quede impresionado, solo llevaba las bragas del bikini y una camiseta corta por encima del ombligo, el pelo aun lo llevaba mojado, no se había secado del todo, la camiseta estaba semimojada, pegada a su cuerpo, donde se podían ver sus pechos, pensé, seguro que se había duchado con agua fría pues los pezones estaban tiesos.
Mi polla no cabía en el bañador estaba a punto de romperlo. Me tape como pude con un cojín del sofá, se sentó junto a mí, podía oler su aroma corporal.
- “Esta noche dormirás en una cama, no en este sofá-cama, creo que tu y yo lo vamos a pasar muy bien, porque espero que te guste hacer algo mas que mirar” me dijo Carmen
En ese momento me di cuenta, que me había visto espiándola la primera noche, intente hacerme el tonto.
- “Que”dije sorprendido.
- “Te has puesto colorado, no me digas que nunca habías visto.... follar” ante mi silencio ella sonrió.
- “Follar si que has visto, supongo en películas...” asentí con la cabeza, me miro fijamente “... lo que significa que no has follado” yo negué con la cabeza.
- “Eso quieres decir que no has follado, eres virgen” asentí con la cabeza
- “Eso tiene solución, yo me voy a encargar de ello”
- “Primera lección” me cogió la mano, la puso sobre sus pechos por encima de la camiseta
- “El tacto de una teta, con y sin camiseta” se quito la camiseta y puso mi mano sobre su pecho
- “Siente su textura, su calidez, la dureza del pezón y su sabor” se situó de rodillas encima del sofá y acerco su pezón a mi boca
- “Chupa despacio, pequeños mordiscos, mordisquea” metió su mano por debajo del cojín y la poso sobre mi paquete
- “Como tienes la polla, no puede ser bueno que este así” tiro el cojín a un lado para seguidamente sacarme la polla y lentamente la fue acariciando para inclinarse y metérsela en la boca, y lentamente fue progresando, entre las caricias y el chupeteo me corrí, ella siguió chupando hasta no dejar ni una gota.
Se levanto,
- “Tu primera mamada, me he puesto cachonda, vamos a la habitación, y te enseñare a comerte un coño”.
Y subimos a la habitación, allí ella termino de desnudarse y me dijo que me desnudara, se tumbo sobre la cama abriéndose de piernas, para mi lo que se abrían no eran dos piernas sino un mundo nuevo por explorar, como si de una profesora de anatomía se tratase,
- “ Aunque en vivo no habrás visto ningún coño, si que habrás visto fotografías, ves esa especie de pezoncito, es el clítoris” con las manos se abrió su coño y con los dedos me señalo el clítoris
- “Debes acariciarlo arriba-abajo y en círculos, primero lentamente, ir aumentando la presión y la velocidad” dando ejemplo se lo acaricio con sus propios dedos
- “Las rugosidades debajo del clítoris son los labios menores, esos también los debes acariciar, y debajo tienes la entrada vaginal, por donde tienes que introducir tu polla, aunque en los preliminares debes introducir un dedo o dos, si puedes mas” sus palabras fueron acompañadas con el ejemplo.
- “Ahora tu, sin prisas tenemos todo el tiempo”.
Y yo le hice caso seguí sus instrucciones, ella gemía y se movía lentamente sobre la cama, continuando el monologo de enseñanza.
- “Sigue así lo estás haciendo muy bien”
- “Como tienes la polla”
- “Dura, muy dura” le dije
- “Bien, túmbate bocarriba” lo hice entonces ella se hecho sobre mí.
- “Lo que has estado haciendo me ha excitado y ha hecho que mi coño quede lubricado, ahora será mas fácil que me penetres”
Se puso de rodillas me cogió la polla, y tras darle un par de meneos se la introdujo en el coño y comenzó a moverse hacia delante y hacia tras, en círculos
- “Cógeme los pechos y los pezones acarícialos y estrújalos” y yo lo hice no se el tiempo que estuvo, entre jadeos y gemidos
- “Mas, sigue… estoy llegando, ya, ya ...” hasta que con un gemido se dejo caer sobre mi
- ”Tu sigue hasta que te corras” dijo con voz entrecortada.
No tuvo que esperar mucho
- “Increíble, otra vez estoy llegando” dijo justo antes de correrme.
Y llego.
Después se tumbo junto a mí
- “Descansa, esta ha sido tu primera lección pero no te preocupes que habrá más, no solo conmigo sino con otras, pero me tienes que prometer una cosa”
- “Lo que quieras no podría negarme”
- “Hasta que yo no te dé el visto bueno no podrás hacerlo con otra mujer, prométemelo”
- “Y eso ¿Cuando será?” pregunte inocentemente
- “Cuando estés preparado” dijo.
Durante la semana lo hicimos a cualquier hora y sitio, unas veces era ella la que me lo pedía y otras era yo el que la buscaba, me enseño a usar la boca y la lengua para excitarla, en los pechos y en el coño; usar mi polla en su coño, en su ano, en su boca. Todo lo que ella sabia y yo podía aprender, y lo que aprendimos los dos juntos. Entre semana éramos amantes y los fines de semana tía y sobrino.
(Mi relación con tía Carmen ha perdurado en el tiempo, incluso tras la separación de mis padres pase largas temporadas en casa de mis tíos, y muchas horas solos los dos).