Relatos de un matrimonio (incesto, infidelidad)
Primer capítulo de una historia basada en la vida real. Viviana prepara una fiesta sorpresa por el cumpleaños de su esposo; Esta actividad coincide con la llegada Inesperada de Valentina, La atractiva sobrina de Víctor. Durante la fiesta, se desarrollan una serie de sucesos que cambian su matrimonio
Relatos de un matrimonio (incesto, infidelidad y fantasía)
Primer capítulo de una historia basada en la vida real. Viviana prepara una fiesta sorpresa por el cumpleaños de su esposo Víctor; Esta actividad coincide con la llegada Inesperada de Valentina, La atractiva sobrina de Víctor que después de una fuerte pelea con sus padres, se refugia en la casa de su tío. Durante la fiesta, se desarrollan una serie de sucesos que cambian todo en la vida del feliz matrimonio. Mientras intentan deshacerse de su rutina diaria, exploran la sexualidad y cumplir sus más oscuras fantasías.
Capítulo 1 El despertar de Viviana
El cumpleaños de Víctor era el sábado y yo quería celebrárselo como él se lo merecía, junto a las personas que amamos y que nos aman, no tenía el número de ninguno así que para crear el grupo tuve que conseguirlos del celular de mi esposo.
Sin que él se diera cuenta accedí a su whatsApp para recolectar los números, me llamo la atención un grupo que tenía archivado de nombre “los que somos” lo abrí y la primera imagen en aparecer fue dos negros haciéndole una doble penetración a una rubia, este video lo acababa de enviar mi esposo, seguí subiendo y me seguía encontrando videos pornográficos, no sabía que mi esposo y sus amigos compartían este tipo de contenidos, me extrañaba de Matías que siempre se veía tan serio, de mi esposo no me extraño ya que a él le gusta mucho el porno, es mas siempre me muestra algunos videos “ya sé de donde los saca” no le preste más atención al famoso grupito lo cerré y saque los números que necesitaba para crear el grupo “CUMPLEAÑOS VICTOR”
El primer en hablar fue Santiago que respondió con un "manden porno" quién sabe que habrá pensado que era el grupo lo salude y al saber que era yo, automáticamente envió emojis de cara apenado, les explique que la idea era celebrarle el cumpleaños a Víctor y que requería la ayuda de todos para organizar lo correspondiente a la fiesta sorpresa, hablamos de que debía traer cada uno y que sería una noche inolvidable para mi esposo. Matías el mejor amigo de Víctor era el más respetuoso y desde el primer momento sentí que era mi aliado para que todo saliera bien. Santiago cada vez que escribía hacia bromas estúpidas y no aportaba nada y ya me tenía estresada; Daniel el hermano de mi esposo no participaba mucho pero a todo mandaba una manito hacia arriba indicando que todo estaba bien. No sentía mucho apoyo de estos dos, en cambio Matías era muy caballeroso siempre contestaba lo que yo preguntaba y se veía muy comprometido con el cumpleaños de mi esposo.
Un día antes del cumpleaños, recibí un mensaje de Matías a mi whatsaap, estaba ves no escribió al grupo lo hizo más privado.
- Matías: Viviana esa blusa se te ve muy bien resalta tus ojos. (y me envió una carita de emojis picando el ojo)
Matías es una persona misteriosa siempre es muy caballeroso, aunque a veces me sorprende su forma de ser. Recordé que hace unos meses en una salida a bailar con mi novio y algunos de sus amigos entre ellos Matías, después de varios tragos en medio del baile, me confesó que sentía una gran admiración por mí y que si no estuviera con mi novio el de fijo seria mi pareja, aunque eso paso hace mucho tiempo su mensaje me genero unas cosquillas en el estómago porque para serles sincera Matías es un hombre muy guapo, él es alto, con un poco de barba espalda ancha, manos grandes, su aspecto muestra que hace mucho ejercicio, la verdad está buenísimo, pero pude controlar mis pensamientos y le conteste.
- Viviana: jajajjaja no te creo, hola Matías como estas
- Matías: enserio te ves muy bien
Mi corazón automáticamente se aceleró, mi mente empezó a jugar y me preguntaba si era coqueteo o era una conversación normal. “además él es una persona muy cordial así debe saludar a todas sus amigas” así que decidí contestarle dejando a un lado sus comentarios formales.
- Viviana: ¿sí? Y para que soy buena
Ese mensaje se los juro no fue con doble sentido, después que lo envié caí en cuenta que con ese comentario me estaba ofreciendo, “bueno eso pensaba yo”. Yo estaba expectante a lo que él me escribiera y en el chat aparecía que estaba escribiendo, pasaban los segundos y no me llegaba su respuesta, pero me atormentaba que seguía leyendo "Matías amigo Víctor está escribiendo" cuando después de una larga espera, un simple... “Estoy pendiente para lo que falte del cumpleaños de Víctor”, todo lo que escribió solo para eso... ¿O se arrepintió al escribirme? No lo sé, ¿o sería que yo me estaba empeliculando más de la cuenta?, no lo sé, pero si quedé intrigada por todo lo que se demoró para decirme eso, o será que se arrepintió de algo.
- Viviana: lo único que falta es que estés presente ese día temprano y con tu novia.
Ese "tu novia" lo dije solo para averiguar si estaba soltero, de todo el tiempo que lo conozco nunca he visto a su novia, pero lo que me respondió me desinflo al instante.
- Matías: vale, si yo voy con Karina.
No sé porque me sentí desilusionada, sentí un poco de celos, la verdad el amigo de mi esposo me parecía un poco atractivo pero no para empezar a empelicularme por si tenía novia o no. Le conteste con un “ok” muy cortante y él no me respondió más.
Esa noche llegó mi esposo un poco tarde, yo lo esperaba con ansias, el cansancio del dia hacía eco en él, le prepare la comida como siempre y entrada la noche nos acostamos.
Mi esposo es muy obvio cuando quiere tener sexo conmigo, como si se tratase de un ritual coloca una película porno y empieza a tocar mis piernas suavemente, sus manos tocan mi cintura hasta que se reposan en mis nalgas, a pesar que siempre es lo mismo, a mí me encanta. Su ritual continua mientras vemos la película introduciendo su pene en mi vagina y diciéndome cosas al oído “la verdad sabe cómo calentarme” esa noche puso una película que se llamaba “compartiendo a mi esposa” su costumbre por estas películas fue desde que una noche le confesé “que me encantaría hacer algo así y que hiciera conmigo lo que él quisiera” creo que le gusto tanto esa sensación, que busca repetir las emociones de aquella noche y por eso susurro a mi oído lo dichoso que él fuera si yo estuviera en el lugar de la actriz, que me imaginará que esa mujer que estaba en la pantalla de nuestro televisor era yo y que el junto a otro hombre me estaban dando así de fuerte.
Mi esposo siempre ha sido muy fantasioso y constantemente me dice cosas al oído, muchas veces me molesta su insistencia, pero no le digo nada, él es mi esposo y prefiero que se satisfaga conmigo y no esté buscando en otras partes lo que puede hacer con su esposa, el me habla siempre que vemos porno, me dice que sería rico hacer lo que están mostrando en la película, que si me gustaría ser la actriz, en fin, pero esa noche cuando él empezó a susurrar en mi oído, lo primero que se me vino a la cabeza fue la imagen de su amigo Matías. Estábamos de cucharita, él metía su pene y preguntaba si me gustaría estar como la actriz que estábamos viendo, yo absorta por la imagen de dos hombres muy guapos y atléticos disfrutando de una mujer rubia de ojos verdes, con senos pequeños y con unas nalgas grandes. Viéndola bien se parecía mucho a mí y eso ayudaba a entrar más en la fantasía, la actriz disfrutaba una doble penetración, el que hacía de esposo estaba recostado en la cama, ella estaba encima y el amante estaba por detrás metiendo su pene por el culo, luego en la película paso lo que me encantaría que me hicieran a mí, el amante saco su pene del culo y lo enfilo al lado del pene del esposo y los dos entraron al mismo tiempo por la vagina, Víctor me preguntaba si me gustaría hacer lo mismo, yo le respondí de inmediato que sí, en mi mente nublada por el goce estaba mi esposo y Matías dándome doble placer, cerré los ojos y el continuaba susurrando a mi oído
- Víctor: te gustaría estar así, a mí me encantaría verte de esa forma.
Mi mente sumida en el éxtasis, buscando la plenitud del candente orgasmo a todo le decía que sí, mi esposo por mis afirmaciones espontaneas hacían que sus movimientos fueran cada vez más fuertes, ya entregada al placer empujaba mi cola con fuerza hacia él, pero Víctor no cesaba, seguía comentando al oído.
- Víctor: tú serias capaz de hacerlo? Yo lo haría si tú me lo pidieras… me encantaría tenerte así mi zorrita rica
Yo respondía casi sin aliento que siiii, estaba al borde del orgasmo, cuando de repente siento que él se viene dentro de mí, suspiraba con fuerza, eso me calentaba mucho y también me deje llevar... empuje con fuerza y con una de sus manos obligue a tocar mi clítoris para hacer más presión y sentir el orgasmo, hasta que estalle, un gran espasmo me invadió y mi mente turbia anhelaba a mi esposo y Matías corriéndose dentro mí, mi clítoris palpitaba como un corazón y mis jadeos eran intensos, mi esposo me besaba la espalda y seguía hablándome, yo absorta en mis pensamientos intentaba escuchar lo que me decía.
- Víctor: amor estuvo delicioso, me encanta cuando me sigues la corriente y participas en mis fantasías
Pero en cambio yo empecé a sentirme un poco mal, imaginarme a su amigo de esa forma, me hacía sentir un cargo de conciencia, había sentido uno de los mejores orgasmos de mi vida y pensando en Matías. Me levante para limpiarme y el semen bajaba por mis piernas y cada vez me sentía más mal, mi esposo no se merecía eso, él era buen hombre y nunca pensaría serle infiel, me acosté nuevamente reflexionando por mi actitud hasta que finalmente pude quedarme dormida.
A la mañana siguiente despertamos a la hora de siempre, todo transcurría como era habitual, me levante primero a hacer el desayuno y él seguía durmiendo. Le prepare algo especial por motivo de su cumpleaños; le cante el feliz cumpleaños y le dije lo mucho que lo amaba, la verdad fue un instante muy conmovedor hasta se me aguaron los ojos y todo, ese momento tan lindo fue interrumpido por el celular de Víctor que nos sacó de la celebración, él contestó y lo poco que pude escuchar era una voz femenina, al principio se veía muy feliz ya que parecía lo estaban felicitando, pero luego su cara cambió de expresión, frunció el ceño y se veía preocupado, bajo el celular tapó el micrófono y me preguntó.
- Víctor: ¿amor se puede quedar mi Sobrina unos días con nosotros?
Yo consentí inmediatamente y le dije que no había ningún problema, pero su decisión de irse a vivir con nosotros me dejaba un poco intrigada, me preguntaba ¿Qué habrá hecho Valentina la Sobrina de mi esposo, para llegar a esa medida? él respondió que no había problema y que la esperaba, yo con la intriga que me consumía pregunte.
- Viviana: ¿qué paso amor?
- Víctor: no se bebe, lo único que sé, es que parece que están agarrados allá y Valentina se quiere venir unos días para acá.
- Viviana: bueno amor no hay lio, al contrario ya tengo quien me haga compañía cuando tu no estés. Además levántate que se te va hacer tarde mira la hora, te van a regañar.
Mi esposo se levanto, se metió a la ducha y desde ahí me grito que íbamos a hacer hoy, eso me confirmaba que no tenía ni idea de la sorpresa que le estábamos preparando, yo le dije que no sabía que ahí pensaba en algo. Salió del baño, se arregló y se fue. Así me dio tiempo de organizar todo en la casa.
Estaba concentrada en las tareas de la casa cuando sonó el timbre, me dirigí a la puerta y allí estaba Valentina una jovencita de veintidós años con su maleta, la abrace y pude ver que había crecido bastante, ya hacía tiempo que no la veía, no me imaginaba que se hubiera desarrollado tanto, sus senos eran más grandes que los míos y contrastaban con su cara angelical, su baja estatura la hacía ver más joven de lo que era, pero finalmente se veía como una mujer hecha y derecha, me sorprendió lo voluptuosa que estaba se veía con un cuerpo muy bonito y además su carita de niña buena que no rompe un plato, me lleno de ternura.
No le quise preguntar nada del problema para no hacerla sentir mal, además mi esposo y yo somos muy buenos anfitriones y mi objetivo era que ella en ningún momento se sintiera incomoda. Cuando le conté a Valentina que estaba preparando una fiesta sorpresa para su tío, se puso muy feliz y empezó a ayudarme activamente. Se emocionó tanto que me dio ideas de decoración que a mí la verdad no se me habrían ocurrido jamás.
El tiempo transcurría y ya se acercaba la hora de la llegada de los organizadores, me metí al baño apresurada para darme una ducha y pensando que si no me hubiera demorado en los nuevos arreglos que había propuesto Valentina, no estaría corriendo ahora, además no quería que me vieran con las fachas en las que estaba.
Mientras me bañaba sonó el timbre y desde allí le pedí el favor a Valentina que abriera la puerta, abrió y escuche la voz de Matías, que llegaba con la que creo era su novia, él era el encargado de traer el pastel, escuchar su voz me hizo recordar la noche anterior cuando mi esposo me susurraba al oído que imaginará que yo era la actriz y que él junto a mi esposo me hacían una doble penetración; acaricie un poco mis senos y cuando llegué a mi zona v la frote suavemente haciéndome sentir cosquillas, el agua caía sobre mí y yo no lograba sacar esa imagen de mi cabeza, hasta que nuevamente ese maldito timbre volvió a sonar, esta vez el que había llegado era Santiago, quien se había comprometido a traer el trago, escuche a Matías escandalizarse por la cantidad de licor que había traído, apresure mi ducha dejando a un lado mis juegos húmedos para salir rápido.
Salí del baño envuelta en la toalla esperando no encontrarme con nadie, pero para mí mala suerte, me encontré de frente con Matías, que ese día estaba mejor que nunca, me saludo con un beso en la mejilla y pude sentir su fragancia, una loción muy rica para mis sentidos, me escandalice al ver una caja de whisky completa que traía con sus fuertes brazos, busque con la mirada a Valentina y la vi hablando con Santiago así que no le preste mucha atención, lo que no me gustó fue la forma como Santiago me miró, sentí que sus ojos se clavaron en mis piernas, la toalla que llevaba no tapaba mucho, el al sentirse descubierto con un poco de vergüenza me saludo con un movimiento de cabeza a lo que yo le respondí de la misma manera.
- Matías: Vivi ¿dónde puedo dejar esto? (refiriéndose a la caja)
Abrí mis ojos pensando que era mucho trago, con una seña le mostré el camino hacia la cocina, su respuesta de agradecimiento fue una sonrisa en su rostro y no sé si era por la calentura que aun tenia, pero lo vi más atractivo que nunca, me dirigí a mi habitación con un calor que recorría todo mi cuerpo, antes de entrar a mi alcoba, voltee a mirar a Matías una vez más y descubrí que estaba mirando mi trasero, él al sentirse descubierto esquivo rápidamente su mirada y continuo su camino, su reacción me hizo sentir cosquillas en el estómago, con un poco de nervios y riéndome de la situación, entre rápidamente al cuarto pero antes de cerrar la puerta observe a Valentina que me miraba con una sonrisa pícara.
Al cerrar la puerta me preguntaba ¿por qué su sonrisa?, ¿será que se dio cuenta que me gustaba Matías?, ¿fui muy obvia? o de pronto ya estoy viendo cosas por el sentimiento de culpa.
Empecé a vestirme con la ropa que ya tenía lista, me puse el vestido negro que me compró mi esposito, también me puse las medias en maya de ligero para sorprenderlo, eso iba perfectamente combinado con un conjunto de lencería negro que había pedido por revista, yo sabía que lo vuelve loco. La idea era celebrarle el cumpleaños como a él más le gustaba, y esta iba a ser una noche perfecta, cuando él sonido de un reggaetón me saca de mis pensamientos, escuche animar a Santiago que es el más bulloso de los amigos de mi esposo a la que creo es Valentina y la novia de Matías a bailar y bajar hasta el piso. Por lo que veo la fiesta había empezado afuera y yo veía que me faltaba una eternidad para terminarme de arreglar, me puse el vestido, me miraba en el espejo y me empezaba a sentir un poco mostrona, si no fuera porque le quería dar la sorpresa a Víctor, nunca me habría vestido de esa forma, pero ya era muy tarde para arrepentirme.
Los gritos de Karina se hacían más intensos en la sala de mi casa, y yo solo pensaba que por lo menos era de buen ambiente, cuando golpearon la puerta de mi habitación, fui directamente a abrir y me encontré con Valentina con su carita de yo no fui.
- Valentina: ¿ya estas lista?
Sus ojos se iluminaron al verme, me repaso de pies a cabeza como si fuera un escáner, con una mano hizo darme la vuelta
- Valentina: wau pero que churra estas, estas preciosa, ese vestido te queda súper, vas a ser la sensación de la noche.
Sus mejillas estaban coloradas, no sé si por el baile o por el whisky que había ingerido, lo sé por su aliento.
- Valentina: ¿a qué hora llega mi tío, Será que me alcanzo a bañar?
Estaba por responderle a Valentina, cuando se abre la puerta muy lentamente, y detrás de ella aparece Matías con su gran sonrisa que adornaba ese hermoso rostro, con botella en mano me ofreció un poco de whisky a lo que me negué automáticamente.
- Matías: es solo un poco
Al ver mi negativa le ofreció el trago a Valentina, ella lo recibió y se lo tomó de un solo sorbo, me pareció que no era la primera vez que esta jovencita tomaba.
- Valentina: sírveme otro porfa
Matías como si fuera su mesero personal accedió. Ya el vaso estando servido ella lo toma y me lo brinda.
- Valentina: Vivi si tome yo, tú también tomas
Me vuelvo a negar pero ella con su cara de inocente
- Valentina: como me vas a dejar tomar sola
- Viviana: hay Valentina no seas mala, soy pésima para tomar y me emborracho muy rápido
- Valentina: acaso no estamos en tu casa, si te emborrachas te acuestas y se acaba el problema.
- Viviana: si pero si me emborracho antes que llegue tu tío la voy a embarrar
- Valentina: cuando llegue mi tío vas a estar más contenta y así va a ser mejor la celebración
Me pareció un muy buen argumento, tomo el vaso con un poco de dudas, siento como los dos me miran fijamente y al sentir sus ojos encima me animo y me lo tomo de un solo sorbo, Valentina celebra como si hubiera logrado algo muy importante, Matías sirve otro trago y se lo toma rápidamente, Valentina se da vuelta
- Valentina: mi trabajo está hecho, me voy a bañar (mira de reojo a Matías) no la vallas a dejar enfriar
Sale muy divertida por la hazaña que acaba de realizar y veo mover sus caderas de manera desafiante, es más, lo hace exagerando sus movimientos naturales, mueve su culo para lado y lado, Matías que no pierde detalle de Valentina respira profundo me mira a los ojos y dice.
- Matías: es candela pura
Su comentario me pareció muy gracioso y no puede evitar la risa, Matías aprovechando el buen momento me brindo otro trago, lo mire a los ojos y el solo me responde con esa hermosa sonrisa, me veo tentada a tomarlo, pero mi mente dice que no acepte tan rápido, al ver mi negativa pone el vaso al nivel de mi boca y yo al sentir tan cerca el vaso lo agarro con mi mano y le preguntó a Matías
- Viviana: ¿me quieres emborrachar?
- Matías: son solo unos tragos, además me encomendaron no dejarte enfriar
- Viviana: y tu tan obediente
- Matías: cuando se trata de servir a mujeres tan bellas, soy un buen caballero
Matías siempre me transmitía confianza, al ver su serenidad me llene de seguridad y me tome el trago de un solo sorbo, exagere más de la cuenta por el licor a lo que él se carcajea, al ver su sonrisa, siento que se burla de mí y para no dejar caer mi orgullo golpeó suavemente sus grandes brazos haciendo que él esquive mis torpes golpes, cuando lo miró a los ojos veo que me está mirando de una manera diferente; sus carcajadas ya se habían desvanecido y su mirada estaba en mi boca, esa mirada la verdad me intimida mucho y yo solo trato de evadir el momento.
- Viviana: tengo algo en mi cara
- Matías: no nada, solo que...
- Viviana: ¿qué?
El silencio en la habitación se hace eterno hasta que una incómoda voz a lo lejos llama a Matías
- Matías: creo que me llaman –
Sonríe y sale de la habitación, dejándome sola. Apenas sale me siento culpable, me pregunto ¿si estuve coqueteando con el amigo de mi esposo? No lo sé. Pero esos dos tragos me hacían pensar cosas que no estaban ocurriendo. Me mire al espejo y terminó de maquillarme, resaltando mis ojos y boca. Suena nuevamente el timbre, miro el reloj y obviamente no es mi esposo, alguien abre la puerta. Al parecer es mi cuñado Daniel quien se había comprometido a traer la comida.
Terminó con mi labor de maquillaje y decido salir a la fiesta, cuando llego a la sala lo hago con un paso firme, a la primera que veo es a Karina, una mujer de 29 años con el cabello tan rojo que sentía que me encandelillaba los ojos. Sus medias de maya combinada con una minifalda la hacía ver como una prostituta barata, además la blusa mostrando su ombligo adornado con un piercing me hacía pensar “de donde sacaron a esta mujer tan vulgar” sus senos se veían más grandes de lo que eran, además amenazaban con salir si ella hacía algún movimiento brusco, por un momento me sentí victoriosa y más bonita. Santiago al verme me abrazo como si fuéramos amigos de toda la vida, sus manos rodearon mi cintura, me separe de él y salude a mi cuñado Daniel, el me abrazo fuertemente dándome un beso en la mejilla, pude percibir que todos los hombres de la habitación me observaban admirando mi cuerpo y eso me gustó; me hacían sentir la mujer más bella de la noche. Karina se presentó dándome un abrazo y un beso, la verdad no sé porque, pero sentí un poco de hipocresía en esa acción, pero más hipócrita me sentí yo al responderle el saludo de la misma forma, el que nos separó fue Matías con otro trago, Karina lo recibió y se lo tomó de una, le devolvió el vaso a Matías y el en el mismo vaso me sirvió un poco más de lo que le ofreció a su compañera. Le hago una mirada fulminante
- Viviana: por qué a mí más que a ella
- Matías: ya te llevamos mucha ventaja. tienes que ponerte a tono
- Karina: si amiga ya te llevamos como una botella
Suspiro profundamente y me tomo el trago de un solo sorbo, Matías me mira con picardía y se dirige dónde está mi cuñado para ofrecerle en el mismo vaso donde nos dio a Karina y a mí. No sé por qué, pero esta vez ese trago había pasado más suave que los anteriores, Karina como si fuéramos íntimas amigas se queda a mi lado a hablarme de diversas cosas. La verdad era una buena muchacha y yo la estaba juzgando sin darle la oportunidad de conocerla. Suena un reggaetón y Karina se desprende de mí y pasa a lo que ahora es la pista de baile "mi sala" con una mano saca a mi cuñado a bailar, él se niega a su invitación pero todos los presentes lo animamos para que salga a bailar con Karina, al sentirse presionado por todos, se levanta a bailar pero antes le indica a Matías que le dé un trago para que le de fuerzas, Matías ni corto ni perezoso le llena el vaso hasta la mitad y se lo pasa, sin importarle se lo toma de un solo sorbo, "nunca había visto a mi cuñado tomar así" también se me hacía raro que no viniera acompañado de milena su esposa, pero no quise dañar el buen momento que estaba viviendo. La que si me sorprendió fue Karina que le restregaba el culo sin ninguna vergüenza, además lo acababa de conocer y ya bailaba de esa forma con mi cuñado, me hacía reafirmar mi teoría de que era una zorra.
El tiempo pasaba y se iba acercando la hora para la llegada de mi esposo, Matías que era nuestro barman nos servía whisky tomándolo como si fuera agua. Suena un merengue muy movido y Matías me saca a bailar. La verdad es que no puedo despreciar cualquier instante donde pueda bailar. Estaba de lo más cómoda bailando oliendo la rica loción de Matías y apreciando lo bien que bailaba, cuando el ordinario de Santiago me saca de mis pensamientos con un silbido que casi me deja sorda. Se trataba de Valentina que ya había terminado de arreglarse. Para ser sincera la vi muy linda. Un jean roto con una cadena que le adornaba la parte delantera, el pantalón era Semidescaderado y permitía ver su abdomen desnudo, una camiseta ombliguera blanca ajustada al cuerpo que resaltaba sus senos que tenían un muy buen tamaño y no dejaba nada a la imaginación; Su cabello estaba suelto, el maquillaje que llevaba que aunque era muy sutil resaltaba mucho sus ojos y la hacía ver muy angelical, su look lo terminaba con unos tenis blancos que hacían ver a esta pequeña más joven de lo que realmente era. La presencia de Valentina había impactado en el personal masculino que no dejaban de ver disimuladamente la cola o los senos de esta chiquilla. Yo como estaba alegrona solté a Matías y la abrace como si fuera una íntima amiga, ella correspondió mi abrazo y todos en la sala empezaron a chiflar por nuestra forma como demostrábamos nuestro amistad "creo que ya era por la cantidad de alcohol"
Karina puso un reggaetón y mi cuerpo de inmediato reaccionó y se empezó a mover de forma sensual, Valentina que se encontraba frente a mí también empezó un sexy movimiento, Karina con sus movimientos exagerados se unió a nosotras. Los hombres nos alentaban a continuar bailando, parecía una competencia de baile, la primera en hacer alarde de sus pasos fue Valentina que con sus movimientos sutiles pero sexis se llevó una gran ovación. Yo también saque mis pasos prohibidos, moviendo mi cintura solamente, gane algo de halagos, pero sentía que no fue igual a Valentina, así que con el mismo movimiento empecé a bajar flexionando mis piernas quedando casi sentada en el piso, coloque mi manos sobre el vestido para que no se me viera nada, este lo termine poniéndome de pie de un solo tiro, haciendo una figura muy sexy y ahí fue que me gane al público. Todos los asistentes incluidos Valentina, gritaron y aplaudieron mi hazaña, la verdad me sentí un poco perra, pero ese sentimiento me llegó después de haberlo hecho. Creo que era obra del alcohol que de quien yo ya era su presa.
Continuamos bailando reggaetón y Karina se dirigió a Matías y empezó un movimiento que para mí percepción era obsceno y no dejaba nada a la imaginación. Todos alentaban sus pasos pero la verdad a mí no me parecía tan buenos, no si era por celos o porque esta vieja me caía mal. Luego se dio vuelta y bailaba restregándole el culo a Matías, él también bailaba muy sensual detrás de ella. Pero Karina fue más allá, se desplazó hasta donde yo estaba, reposo sus brazos en mis hombros y empezó a bailar, quedando en medio de Matías y yo, Matías estiró sus brazos por encima de los hombros de Karina y me abrazo. Empezamos este baile que para mí era lo más erótico que había hecho en años, ella me tocaba de manera muy sexy mi cintura y para el deleite de los asistentes simulaba que tocaba mis pechos, mientras Matías tocaba mi piel muy suave. Sus manos subían por mis brazos hasta llegar a mi cabello, luego tocaba mi cuello y volvía a repetir el movimiento. Todo lo que estaba pasando hacían que mi cuerpo se electrizara de pies a cabeza, cuando la puerta que daba a la calle se abrió y apareció mi esposo, estábamos tan contentos tomando y bailando que no nos dimos cuenta que mi esposo estaba por llegar. Al notar su presencia todos gritaron en una sola voz "sorpresa". Me separe de mis compañeros de baile y fui directamente hacia él, lo abrace y bese como si llevara una eternidad sin verlo. El sorprendido me cargo cogiéndome las piernas, me alzo como si fuera una niña. Dio una vuelta y mi vestido se alzó, no pude hacer nada para evitar que todos los asistentes vieran mi ropa interior, sé que vieron todo ya que sus gritos y silbidos fueron fuertes. La primera en saludar a mi esposo fue Karina. También lo abrazo, y no sé si vi mal o qué; pero me pareció que el beso que le dio fue casi al borde de sus labios. Él también cogió su cintura de una forma… que para ser sincera no me gustó mucho. Valentina, saludo a su tío con medio vaso de whisky, lo recibió y se lo tomó de un solo sorbo, acto seguido le dio un abrazo y un beso muy fraternal, así continuó todos saludándolo y felicitándolo por su cumpleaños.
La noche transcurría entre alcohol y baile; estaba feliz bailando, me turnaba para bailar con todos. Hasta sentía que se peleaban por mí. Mi esposo era quien tenía la exclusiva de bailar conmigo, Santiago a pesar de ser un fastidio, era con el que más me entendía para bailar. Daniel por su parte no lo hacía tan mal, supuse que ya estaba pasado de tragos ya que me arrimaba más de la cuenta, pero eso a mí no me importaba. Con Matías sentía que había química, además su loción me encantaba y no perdía oportunidad de sentir toda su masculinidad.
Todo estaba bien hasta que vi que Matías estaba discutiendo con Karina, no escuchaba lo que él le decía pero se veía bastante enojado, le hice caras a mi esposo pero él tampoco sabía lo que pasaba, hice una señal para acercarnos y sacarlos a bailar para que no siguieran discutiendo, deje a Santiago en la mitad de la pista de baile y nos acercamos a la pareja, yo saque a Matías y mi esposo sacó a bailar a Karina, estábamos bailando un merengue y Matías se veía muy tenso por la discusión, puse mis brazos sobre sus hombros y lo mire directamente a los ojos.
- Viviana: por qué tan Bravo –
Le dije, él mirándome a los ojos me contesta
- Matías: es una zorra.
Yo no entendía por qué hablaba así de la novia. Si, se vestía como una, pero no era para tanto.
- Viviana: Pero que pasó –
Le pregunte intrigada
- Matías: Nada –
Evadiendo mi mirada
- Viviana: Uno no se pone así de bravo por nada
- Matías: Lo que pasa es que la muy perra, no se sabe tomar unos tragos sin hacer show
- Viviana: Pero que pasó –
Ahora si ya estaba totalmente intrigada
- Matías: lo que pasa es que cuando estaba bailando contigo la canción anterior, la vi muy confianzuda con Daniel, pero luego de un rato ya no la vi más, apenas se acabó la canción me fui a buscarla y la encuentro en la cocina con Daniel. Pero el problemas es que apenas me vio se puso nerviosa. ¿Si no estaba haciendo nada malo porque se pone nerviosa?
Esto último me lo dijo mirándome a los ojos. No supe que contestarle y desvíe la mirada, vi donde estaba Karina con mi esposo y los vi bailando muy amacizados, me dio un poco de celos pero en vez de hacer una escena, puse mi cabeza sobre el hombro de Matías, toque suavemente su nuca con mis manos y me dispuse a bailar más pegada a él. Sus manos se aferraron fuertemente a mi cintura y consumida por el baile lleno de sensualidad, hacían palpitar mi pecho. Pude sentir como su pene iba creciendo dentro de su pantalón, los nervios junto con el exceso de alcohol, hicieron sentir un vacío en el estómago y más cuando siento su respiración en mi cuello; “la excitación se estaba apoderando de mí”. Por lo que me di cuenta mi esposo estaba en las mismas con Karina. La canción continuaba y yo me encontraba en los paisajes más bonitos bailando muy pegada con el mejor amigo de mi esposo. Un beso en el cuello me hace erizar la piel. No le prestó atención, cuando otro beso hace que me ponga en alerta, al primero que miro es a Víctor, pero él está sumido en los encantos de Karina. Así que me dispongo a seguir mi romántico baile con Matías cuando unos ojos acusadores me estaban observando, Valentina que bailaba con Santiago, al parecer si se había percatado de lo que estaba sucediendo. Entro en pánico y disimuladamente me separó un poco de Matías y continuó mi baile, ya no tan sensual como hacía unos instantes. No sé porque pero pude notar una sonrisa pícara de esa muchachita. ¿Será que se dio cuenta? No lo sé, pero creo que me estaba excediendo con Matías, así que tocaba ponerle punto final.
Miró nuevamente a mi esposo y había desaparecido, lo busco rápidamente en toda la sala y no estaban, ni él, ni Karina, me lleno de celos y suelto a mi pareja de baile. Me dispongo a buscarlo.
El primer sitio donde busco es en la cocina, allí estaba hablando como si fueran “íntimos amigos”. Creo que destilaba odio por mis ojos, tuve muchos celos. Pero la pareja feliz no se dio cuenta y para no armar un alboroto solo atine a decir
- Viviana: vengo por un vaso
Los dos guardaron silencio mientras entré; La rabia se apodero de mí, salí echando chispas "cuidado me hacía parte de la conversación" pero en vez de eso, el muy pendejo espero que yo saliera para continuar hablando con esa maldita zorra.
Salí de la cocina y me dirijo directamente donde estaba Matías que tenía la botella de whisky en sus manos, aproveche el vaso que había sacado de la cocina para que me sirviera un trago, él me sirve un poco menos de la mitad del vaso, proteste por lo poco que sirvió, así que sigue llenando el vaso hasta casi llenarlo todo, Matías me miraba con ojos grandes y no entendía mi actitud. Tomé la mitad del trago de un solo sorbo, ante los ojos incrédulos del amigo de mi esposo. Mi mente estaba que ardía, por la perra de Karina, termine el vaso de licor de otro sorbo y mi cabeza solo repetía “para una zorra hay una peor”.
Tomé de la mano a Matías y lo dirijo a nuestra improvisada pista de baile, él pone la botella de whisky encima de una mesa y se dispone a bailar conmigo; el ritmo de la música cambia de repente a un vallenato pero eso no me importa, abrazo a Matías por el cuello y él encaja sus manos en mis caderas, al pasar los segundos mi pelvis se pega a Matías y puedo sentir un bulto en mi entrepierna. Cerré los ojos y me deje llevar por la emoción y la frustración que sentía. Sentir su respiración en mi cuello, hace electrizar nuevamente todo mi cuerpo. Cuando la luz se apaga repentinamente y toda la sala quedó a oscuras, no preste interés a eso y continúe nuestro baile; la mano de Matías aprovechando la oscuridad, bajo por mi cintura hasta una de mis piernas para luego empezar a subirla suavemente; sus manos atraviesan mi intimidad llegando hasta el liguero que tanto le gusta a mi esposo, explorándolo con sus dedos; sigue su paso por mi muslo hasta llegar a mi cola, la aprieta fuertemente mientras su boca se apodera de mi cuello. En esos momentos no soy consciente de lo que está pasando y le permito que me tome en la oscuridad. Mi respiración se agita llamando a viva voz calmarla con sus labios, hasta que por fin se encuentran entrelazadas las respiraciones y perdiendo la cordura nos fundimos en un gran beso húmedo. Él toca mi culo descaradamente; fascinada por la forma como me acaricia me pierdo en un laberinto erótico; mientras su otra mano llega hasta uno de mis senos, lo toca por encima de la tela y el miedo se apodera de mí, me separó bruscamente y prendo la luz de inmediato. Me encuentro de frente con Valentina quien me mira con su cara de asolapada y me hace esa sonrisa pícara que cada vez se vuelve más reiterativa, miro para todos lados y veo que Daniel está hablando por celular, Santiago está dormido en una silla y mi esposo y Karina no se encuentran en la sala; así que no creo que se hayan enterado de lo que acababa de ocurrir.
Voy directamente hasta la cocina y no puedo creer lo que allí pasaba, Víctor estaba abrazando a Karina y ella al parecer estaba llorando. “Pobrecita como sufre, la perra esta”
- Viviana: disculpen la molestia, será que podemos bailar o está muy ocupado.
Víctor soltó a Karina y se dirigió hasta donde yo estaba, agarro mi cintura y me direcciono hasta la sala. Empezamos a bailar al ritmo de la música y solo resoplaba de la rabia que cargaba. Él sabía que yo estaba brava, así que acariciaba mis brazos y cabello, para apaciguar el momento, pero yo no prestaba atención a sus cariños; no le decía nada para evitar armar un alboroto.
Matías se acercó a nosotros con una nueva botella de whisky, le ofreció a su amigo un trago y él se lo toma de un solo tiro; luego me sirve a mí y en el momento que me lo pasa me pica un ojo. Su descaro me llena de nervios, observó rápidamente a Víctor quien no se da por enterado y no tiene ni idea de lo que pasa a sus espaldas; rechazo el trago pero mi esposo es quien lo recibe y lo pone en mis labios, casi que me obliga a tomar; yo con mi cabeza revuelta abro mis labios y permito que casi todo el trago entre en mi boca, dejando escapar bastante por fuera de mis labios.
- Víctor: No lo botes que es muy caro
Esto lo dice en tono de broma y con su lengua empieza a lamer el trago que se escapó de mi boca; por último me da un beso muy apasionado, Matías que estaba a nuestro lado empieza a protestar
- Matías: noooo, pero que, no coman pan delante de los pobres
- Viviana: fresco que él prefiere dárselo de comer a otras
- Matías: no pues muy imbécil si lo hace
Su comentario me hace reír; cambió un poco de humor y olvido por un momento porque estaba peleando con mi esposo. Al parecer Matías era mi antídoto para no estar de mal genio. La música nuevamente cambia de ritmo, esta vez es un reggaetón y me doy cuenta que es Valentina la que tiene el control desde su celular. Mi esposo empieza a bailar delante de mí, Matías con botella de whisky en mano, también empieza a bailar detrás de mí; empieza a mover su cadera muy sexy. la situación me encanta, bailo sin pensar poniendo mis manos en el pecho de mi esposo y sacando un poco la cola casi tocando el paquete de Matías, Valentina da un grito alentado la situación y sin pensar doy la vuelta; esta vez le doy la espalda a mi esposo que baila muy feliz. Le refriego mi culo descaradamente a Víctor y al amigo de mi esposo le pongo mis brazos sobre sus hombros. Estando así, un recuerdo de la noche anterior llega a mi mente. Una doble penetración a través de la pantalla, más las palabras de mi esposo en mi oído de hacerlo realidad, palpitaban en mi mente. La fantasía de estar con mi esposo y su mejor amigo al mismo tiempo, me volvía loca. Los tragos y el baile sensual hacían que el calor subiera por todo mi cuerpo, la sensación me llevaba casi al límite, me sentía transfigurada por la excitación. Mi esposo me restregaba su paquete sin reparo, tocaba mi cola y mis piernas descaradamente; empecé a sentir su pene erecto presionar por detrás, mientras yo tocaba descaradamente el pecho de Matías. El baile estaba bueno hasta que apareció Karina; se unió al baile y la atmósfera cambió, recordé que había invitados en la casa y decidí guardar la compostura.
La escena erótica se había desvanecido y mi rabia por esa puta había vuelto. El que seguía contento era mi esposo quien empezó a bailar con ella, yo continúe mi baile con Matías pero ya no era lo mismo. Mi atención estaba en como mi esposo bailaba con esa zorra; la luz se volvió a apagar y quedamos a oscuras, Matías no perdió oportunidad y me volvió a meter mano, intentó besarme, pero esta vez no se lo permití, estaba intrigada en lo que podía estar pasando entre mi esposo y Karina, el amigo de mi esposo tocaba por encima del vestido mi cola, pero solo pensaba en que la pareja del lado podrían estar haciendo lo mismo; furiosa no aguante la incertidumbre y fui directamente al interruptor de luz, la prendí y Karina estaba de espaldas a mi esposo bailando normal. “Creo que estaba más condicionada de lo normal”.
La noche transcurría entre alcohol y baile. Los celos habían desaparecido; creo que era por el exceso de licor y la verdad, todos estábamos bastante tomados. Estaba sentada intentando conllevar la borrachera, mientras Valentina y Karina bailaban muy pegadas a ritmo de un reggaetón muy sensual; detrás de cada una estaba mi esposo y su hermano Daniel. Cuando de repente, valentina sorprende a la perra y la besa; ella no se queda atrás y responde al beso abrasando a la sobrina de mi esposo, ellos lo único que hacen es celebrar la acción de su pequeña sobrina. Todo pasaba como en cámara lenta, mientras ellos bailaban y reían; Matías no perdía tiempo; me sirvió otro trago, como una máquina lo recibí y lo tome de un sorbo. Con una mirada casi perdida observaba el cuadro; dos mujeres sexis, bailando con dos hombres atractivos, sin importar que son hermanos. Los vi muy contentos. Valentina bailaba muy pegada a Karina, sus labios se juntaban y todos los recuerdos venían a mí; “hacia mucho no besaba a una mujer”. Nunca lo había hecho delante de mi esposo; hay muchas cosas que él no sabe de mí. Me pareció lindo verlo tan feliz; al fin y al cabo estábamos celebrando su cumpleaños, siempre me dijo lo bueno que sería verme besar así a una mujer. Yo sabía que estaba cumpliendo una fantasía, aunque la protagonista fuera su sobrina, por eso no hice nada al respecto.
Después de un rato, me levante y apoyando mis manos en las paredes me dirigí al baño.
Me mire en el espejo; mi rostro se veía muy alcoholizado, lo humedecí con agua; como si de esa forma se me quitara la borrachera que tenía. Una silueta conocida aparece detrás mío, poniendo sus manos en mis hombros como si me estuviera haciendo un masaje; Matías me había seguido hasta el baño.
- Viviana: perdón pero está ocupado
- Matías: lo sé, ¿pero podemos compartirlo, Cierto?
Y continúo con su masaje; retiro mi cabello hacia un lado permitiendo que sus manos hicieran mejor su trabajo. Luego sus masajes fueron acompañados con un beso en el cuello, por lo borracha que estaba, permití que sus labios navegaran por donde quisieran. Luego sus manos que ya no estaban en mi cuello se dirigieron hasta mis senos; mi cabeza estaba revuelta por la excitación y el alcohol. Matías cerró la puerta y sentí un gran vacío en mi estómago, intentando avisarnos de la tragedia que se avecina; mi cuerpo y mente, no estaban conectados. Sus besos se hacían cada vez, más apasionados, mientras sus manos estrujaban fuertemente mis senos. No aguante más, gire quedando frente a él, lo bese abriendo mi boca, permitiendo que su lengua entrará en la mía y jugaran entre sí; sus fuertes brazos me alzaron, sentándome en el lavamanos. Subió el vestido y vi como sus ojos admiraron mi cuerpo, yo estaba muy excitada y no era consciente de lo que estaba haciendo; al parecer el placer alborotaba mis ideas. El amigo de mi esposo, corrió mi tanga hacia un lado y un dedo invadió mi vagina; luego lo saco y lo chupo como si fuera un bon bon bum, también chupe su dedo y pude saborear mis propios fluidos en sus dedos fuertes. Una presión algo extraña, golpeando en la entrada de mi cuevita del amor, me alerto "ese ya no era su dedo", intentando frenar la situación, pero mi gemir se hizo interminable y su pene empezó a ingresar sin nada que lo restrinja; un suspiro que más parecía un suplicio salió de mi boca y el con su mano ahogo mi grito, luego cambio su mano por su boca y un beso prohibido sello nuestro encuentro clandestino. Me comió la boca con tantas ganas; era tanto lo que estaba disfrutando que por un momento no creía lo que estaba pasando, sentir su pene entrar y salir me hacían sentir al borde de la locura, descubriendo la pasión del instante, hasta saciar mis fantasías. Un espasmo aleja el momento perfecto; Matías gimió mostrándome que estaba terminando, sus últimos vestigios de orgasmo fueron con ganas, esos segundos de fuerza me gustaban mucho, pero la desilusión llego; no faltaba mucho para venirme y el saber que ya él había terminado me cortaba las ganas.
Cuando un golpe en la puerta me saca de mis pensamientos y la voz de mi esposo detrás de la puerta me llena de preocupación, la borrachera se me quita casi de inmediato, coloco un dedo en la boca de mi amante improvisado y solo atinó a decir.
- Viviana: ¿Qué pasa?
- Víctor: ¿estás bien?
Matías se incorpora mientras Víctor nuevamente toca la puerta
- Víctor: ¿pero qué pasa; Por qué no abres? –
Estaba al borde de un ataque de nervios, no sabía qué hacer y solo digo
- Viviana: ya salgo amor.
Cuando escucho la voz angelical de Valentina acercarse
- Valentina: Tío bailemos esta canción; deja a Vivis tranquila
- Víctor: Ahora no valentina, ya estoy cansado
- Valentina: dale tío… a mí me encanta como bailas
Hubo unos instantes de silencio. Pero mi ángel de la guarda volvió a decir
- Valentina: vamos tío, si…
Se lo lleva nuevamente a la pista de baile, no sin antes darle un último golpe con el pie a la puerta; para luego irse con su Sobrina a la sala.
Abro la puerta despacio y no veo por ninguna parte a mi esposo, le doy indicaciones a Matías para que salga y se dirija a la cocina. Salgo como si nada a la sala, cuando llego allí, observo que Valentina está hablando con mi esposo; Víctor se ve muy alterado, me acerco disimulando la situación, pero antes de llegar donde ellos estaban, él se levanta violentamente y apaga el equipo, sin pronunciar una sola palabra; “lo que evidencia que la fiesta se acabó”. Al ver su reacción mi corazón empieza a latir muy rápido, el miedo se apodera de mí. Todos al ver la exaltación de mi esposo quedan en shock. El primero en reaccionar es Daniel quien mira el reloj y dice:
- Daniel: Que pasa marica si todavía es temprano –
- Víctor: me importa un culo, esta mierda se acabó
- Daniel: pero no me tiene que hablar así, gran guevon
Víctor siempre ha respetado mucho a su hermano, hace una pausa… respira profundo y responde
- Víctor: si mi hermano, que pena; lo que pasa es que ya estoy cansado. No quería responderle así, pero creo que ya fue suficiente.
Los dos hermanos desde que los conozco nunca se han peleado; es más, creo que se conocen demasiado; porque Daniel al darse cuenta que el problema no es con él, entiende que debe darle espacio a su hermano.
- Daniel: si ya está como tarde… mejor me voy-
Santiago se despierta, al vernos a todos serios, sabe que algo pasa.
- Santiago: yo me voy con usted, espéreme Daniel
Se pone su bléiser y sale con mi cuñado.
Karina está sentada en un sofá y se ha quedado dormida; Matías aparece en la sala como si no hubiera pasado nada, al ver que todos los invitados se están yendo se acerca a Karina y la despierta. Ella somnolienta se levanta y se dispone a salir; Matías se despide extendiendo su mano a su amigo, pero Víctor no corresponde a su cortesía. El entiende perfectamente el mensaje y se retira, junto con Karina.
Sus ojos irradian furia; pocas veces lo había visto tan furioso, al salir todos nuestros invitados, Víctor le dice a Valentina que es hora de dormir, ella me mira compadeciéndose con su carita de ángel, como diciéndome con su mirada que estoy en grandes problemas; luego se retira a su cuarto.
Quedamos solos en la sala; el silencio se torna incómodo y para amortiguar la tensión que había, me siento en el sofá quejándome de lo cansada que estaba. Víctor toma un poco de whisky que quedaba en un vaso. Empiezo a quitarme uno a uno mis zapatos de tacón, trataba de disimular el problema; pero seguro mi esposo sospechaba algo. Finalmente se dirigió a mi quedando al frente mío, mire hacia arriba para encontrarme con sus ojos; mi corazón latía muy fuerte, los brazos del susto me pesaban y sentía que me estaba faltando la respiración, él me miraba fijamente a los ojos; su mirada transmitía furia. Sentí miedo que en cualquier momento me pegara, es más; vi una lágrima salir de sus ojos; eso me devastó. Yo estaba completamente paralizada; no sabía qué hacer ni que decir, hasta que por fin con la fuerza que pude, me arriesgue.
- Viviana: ¿te pasa algo? –
- Víctor: nada… ¿luego tiene que pasar algo?
Sus ojos estilaban rabia. Al ver su respuesta, contraataque con otra pregunta.
- Viviana: ¿pero que tienes? estás todo raro y no me miras como siempre.
Mi esposo tomo aire profundo, resoplo con ganas; se agachó y quedo a mi altura y dijo
- Víctor: ¿que estabas haciendo con Matías en el baño?
La tensión en mi cuerpo, era insostenible; no sabía que responder, sentía que todo se había acabado; baje mi rostro, tome aire, lo mire a los ojos y conteste
- Viviana: yo no estaba con Matías en el baño.
Mi esposo apretó los puños y frunció el ceño.
- Víctor: por qué putas me mientes, si yo vi cuando te paraste al baño y el muy cabrón se fue detrás tuyo.
- Valentina: sí, pero la puerta estaba cerrada… el no entró, creo que se fue para la cocina o que se yo para donde se fue.
Víctor estaba furioso; en su rostro se leía que no me creía ni una sola palabra. Yo intentaba mantener la calma y hacia lo posible para que no descubriera.
Nunca fui buena mintiendo; Menos cuando me sentía observaba. El me miraba a los ojos intentando ver más allá, tratando de descifrar mi pensamiento.
- Víctor: no creí que fueras capaz de hacerme una cosa de esas.
- Viviana: ¿una cosa como qué? Si yo no hice nada
Al decir esto, lo abrace, pero el aparto bruscamente mis brazos.
- Víctor: no me crea pendejo, que yo conozco al hijueputa de Matías… vi como la estaba mirando toda la noche… y lo peor de todo… también la vi a usted toda confianzuda con ese malparido… es más, estoy seguro que se encerraron en el baño a terminar lo que tanto querían.
No sabía qué hacer; mi esposo se había dado cuenta de todo, pero no estaba seguro de lo último. Porque si estuviera seguro, se hubiera armado la grande; pero no estaba segura que tanto él sabía. Intentando alivianar la situación, volví a abrazar a mi esposo; lo bese en los labios y limpie una lágrima que bajaba por su mejilla. Él respondió a mi gesto y también me abrazo; sentí que me volvía el alma al cuerpo.
Lo bese con ganas para borrar cualquier duda que tuviera, el respondió a mi beso con gran furor, cuando una de sus mano se aferró a una de mis piernas; sentí que la noche por fin iba a terminar como tanto la había planeado. Me besaba el cuello y tocaba mis senos con gran calentura, ya me sentía más tranquila, al parecer todo había quedado en un mal entendido. Su otra mano hizo un recorrido por uno de mis senos hasta llegar donde iniciaba mi vestido y mi corazón se aceleró. Aún estaba excitada por el encuentro que apenas unos minutos antes había tenido con el mejor amigo de mi esposo. Pero por la precocidad de él, no pude llegar al clímax; mi esposo introdujo su mano dentro de mi vestido hasta llegar a mi vagina y la toco por encima de la tela, eso hizo, que toda mi piel se erizara. El momento era perfecto; los tragos, más lo excitada que estaba, me hacían sentir en el paraíso, me recostó en el sofá y empezó a bajar mis pantis muy lentamente; yo estaba fascinada por la forma como mis pantis bajaban por mis piernas adornadas con las medias de maya que había escogido para celebrarle su cumpleaños. Cuando un recuerdo vino a mi mente y me atravesó como un puñal. Recordé que Matías había terminado dentro y por los nervios del momento no me había limpiado. Entonces retire bruscamente sus manos que se acercaban peligrosamente a mi vagina desnuda. Mi reacción fue contraproducente; al ver mi reacción, me miro a los ojos y su ceño se volvió a fruncir. Siguió tocando mi cuerpo desnudo; entre en pánico y volví a retirar sus manos violentamente. Víctor al ver mi respuesta me agarro con más fuerza y jalo mí vestido de la parte superior, dejando mis pechos al aire libre, protegidos solos por el brasier transparente; acto seguido jaló y los arranco de un solo tiro y hay si quedaron totalmente desnudos. Yo estaba en shock por la forma como me estaba tratando. Nunca se había comportado así, verlo comportarse como un animal vehemente me hacía sentir miedo, pero a la vez, me gustaba la idea, que hiciera conmigo lo que quisiera. Sentir su violencia y la fuerza con la que me estaba cogiendo, hacia que me calentara más de la cuenta; hasta llegar a olvidar el pequeño detalle del semen de su amigo que estaba depositado en el interior de mi vagina.
Se levantó, bajo sus pantalones, luego sus interiores, quedando completamente desnudo; su pene estaba más duro que nunca, se puso sobre mí y apunto directo a mi vagina desnuda; introdujo su miembro viril con mucha violencia, entro sin ningún esfuerzo; “creo que era por lo mojada que me encontraba y también por el semen de Matías”. El placer envolvió mi cuerpo y la excitación era más que yo. Lo único que quería era sentir el pene de mi esposo dentro de mí, Víctor bajo su mano hasta mi vagina y con dos dedos recolecto un poco de fluidos que estaban en los labios vaginales, acerco sus dedos viscosos a su nariz y pudo evidenciar que había algo raro. No sé qué pasaba por su cabeza, pero empezó a penetrarme con más fuerza. Luego se acercó a mi oído y me dijo casi susurrando.
- Víctor: Me puedes responder una pregunta gran puta… ¿si yo no me he venido, porque tiene semen?
Quede paralizada, no sabía qué hacer, habían descubierto mi infidelidad. Agarro uno de mis senos con fuerza, los apretó y volvió a preguntar
- Víctor: ¿Te cogiste a Matías?
No sabía que contestar. Mi mente estaba nublada por todo lo que estaba pasando. Mi esposo había descubierto el semen de su mejor amigo en mi vagina, pero seguía penetrándome con muchas ganas.
Volvió a recolectar con sus dedos fluidos de mi vagina; esta vez eran más abundantes. Los metió con furia a mi boca, haciendo que yo chupara sus dedos con el semen de Matías. Los chupe con ganas y obviamente sabia a semen. Volvió a preguntar.
- Víctor: ¿dígame grandísima perra, le gusto como la cogió?
Yo no sabía qué hacer. Sentir sus embestidas me producían mucho placer, además ultrajaba mis senos con mucha fuerza; hacían de mi un placentero juguete. No le contestaba nada, pero él seguía preguntándome.
- Víctor: ¿Le gusto como se lo hizo, malparida?
Hasta que debido a mi mente nublada por el alcohol y el placer que mi esposo me estaba ofreciendo; conteste inconscientemente.
- Viviana: siiiii, me gustó mucho
Él se transfiguro. No sé, si fue por mi respuesta o qué; pero sentí, qué empezó a empujar con más fuerza. Besaba mis senos, luego mi boca. Estaba al borde de un orgasmo. Pero él seguía preguntando.
- Víctor: ¿Cómo fue?
- Viviana: en el baño, mientras todos estaban acá
- Víctor: y le gusto… zorra –
Al decir esto puso sus manos en mi cuello. Empecé a sentir una pequeña asfixia y como pude conteste.
- Viviana: siiiiiii me gusto… muchooo
Al escuchar mis palabras empezó a venirse con fuerza. Yo entrecortada, extasiada y agitada, también me deje ir. Un gran orgasmo se apodero de mí. La locura intensa y desenfrenada dejaba escapar la perversión que gratamente llegaba al ser infiel. Todo su semen quedo dentro, la verdad fue uno de los mejores orgasmos que he sentido en mi vida. Todo mi cuerpo estaba electrizado, en un sin fin de suspiros y vibraciones, mi abdomen subía y bajaba debido a mi agitada respiración. Víctor se puso de pie, se levantó, recogió su ropa y se fue para la habitación; dejándome en la sala, completamente sola, “bueno eso creía yo” vi la silueta de Valentina entrando al cuarto que tenía asignado, al parecer pudo presenciar todo lo que paso con mi esposo; no le preste mucha atención, estaba más preocupada por mi matrimonio. Víctor se había enterado que me había cogido a su mejor amigo; es más, yo se lo había confirmado. Así, que ya no había nada qué hacer. Quede unos minutos reflexionando de todo lo que había pasado. Hice conciencia de la gravedad de la situación; me levante y me dirigí a mi habitación, pero al intentar abrir la puerta, me di cuenta, que mi esposo se había encerrado y que no me iba a dejar entrar. Golpee y no recibí ninguna respuesta, así entendí, que me había equivocado y que no sabía cómo recuperar mi matrimonio.