Relatos de Terror: Aquel ruido

Aprovechando la proximidad de Halloween, algunos autores de TR hemos decidido escribir una serie de relatos de terror. "Aquel ruido" por ERÓTIKA.

Eran las tres de la madrugada, cuando un extraño ruido me despertó. Era la primera noche que pasaba sola en mi nuevo piso, no me gustaba demasiado vivir sola, pero no había tenido más remedio. Escuché atentamente y el ruido volvió a sonar, era una especie de repiqueteo sobre algo, seguido de un fuerte golpe. Me mantuve un rato quieta, en la cama, escuchando, cuando el ruido volvió a sonar. No me atrevía a levantarme, estaba asustada, pensando que podría ser aquel ruido.

Traté de pensar que probablemente no sería nada importante, quizás un vecino que acababa de llegar a su casa, o el aire que entraba por alguna de las ventanas de la escalera, que quizás movía alguna puerta. Y volví a cerrar los ojos, tratando de olvidarme.

Pero el ruido siguió sonando y además parecía más cercano, incluso me pareció oírlo en el comedor, lo que aún me asustó más. Saqué fuerzas de flaqueza de donde pude y me levanté. Al destaparme un extraño frío pareció recorrer todo mi cuerpo. Encendí la luz, cogí la bata que tenía tras la puerta y me la puse, salí al pasillo y encendí la luz. Caminé despacio hacía el comedor, paso a paso, oyendo aquel ruido que se metía poco a poco en mis oídos, haciendo que un terrible escalofrío recorriera todo mi cuerpo. Al llegar al comedor me pareció ver una sombra sentada en el sofá, así que asustada volví a mi habitación. El corazón me iba a mil por hora, parecía que quería salirse de mi pecho.

Cerré la puerta, apretándola fuertemente contra el marco. Estaba paralizada por el miedo y no podía moverme. El ruido me parecía cada vez más intenso, más seguido y más fuerte. Cogí la lámpara que había sobre la mesita de noche, la desenchufé, y me dispuse a salir de nuevo de la habitación en dirección al comedor. Mientras caminaba por el pasillo, apretaba la lámpara con fuerza.

El ruido seguía sonando y cada vez se hacía más pesado. Llegué por fin al comedor y.... encendí la luz y entonces lo vi, la sombra que se reflejaban en el sofá, esa que creí que era un extraño, la que provocaba el sonido; era un búho, un búho que se había posado en el alféizar de la ventana y picaba con el pico sobre le cristal. ¡Maldito búho! Pensé, me había pegado un susto de miedo, jamás en toda mi vida había pasado tanto miedo en mi propia casa. Empecé a reírme a carcajada y me senté en el sofá mirando al búho.