Relatos de infancia 1

Esta ocasión vengo a contarte algo que nadie mas sabe, solo esa persona y por supuesto yo.

Mis padres se habían separado 2 o 3 años antes, mi madre se fue con otro hombre y nos llevó a mi hermano y a mí con ella cambiando nuestra ciudad de residencia.

En el momento de esto, nos habíamos cambiado  a vivir los 4 a una casa independiente de la familia de este señor.

Puedo recordarlo pidiéndome que le de besitos en la mejilla, a veces cerca de la boca, creo que nunca se atrevió realmente a un beso como tal.  Tengo 31 años ahora,  sé que eso no es normal, se que es atentar contra la integridad de un menor pero sabiéndolo no puedo evitar que mi vagina se apriete con el recuerdo.

No se como se dio ese momento en especifico, no se donde estaban mi madre y mi hermano, simplemente no lo sé. Solo sé que estábamos el y yo, solos, en la sala. Lamento no tener todos los detalles para ti, sé que te gustaría que te lo contara paso a paso, pero solo tengo una parte clara.

Estando sentada y el me pregunta si quería probar algo rico, supongo que debí decirle que sí, lo recuerdo diciéndome que cerrara los ojos, fuerte, que no los abriera para nada. Y yo obedecí.

He cerrado mis ojitos y estoy sentada en una de las sillas del comedor, siento que se me acerca y pone una de sus manos en mi carita para alzarla un poco. Justo ahí me pide que abra mi boquita, grande, me dice, abre grande. Y yo lo hago.  Siento algo caliente, algo duro pero suave a la vez, no recuerdo sabor alguno solo la sensación. Y lo mete a mi boquita bien abierta para él. Lo mete y lo saca una vez, dos veces, está un momento así y luego lo saca y se aleja.

No se que pasó solo me dijo que abriera los ojos y que no le dijera a nadie, ni siquiera a Mamá, que era un secreto.

He sido una niña muy buena, nunca conté nuestro secreto, hasta ahora.

Debo dejarte, escribir esto me puso caliente, estoy mojada y dispuesta. Ya sabes lo que viene. ¿Verdad?. Hmmmm algo muy, muy rico.

Hasta pronto.