Relatos de adolescencia 1
Sola en casa y cachondísima.
Hola de nuevo, ¿te han gustado mis anécdotas? aquí tengo otra para ti.
Tenia alrededor de 18 años, vivía con mi padre y mi hermano. Mi padre siempre ha dormido en la sala, en una hamaca, el clima de la ciudad, así como las costumbres de la región lo favorecen.
Yo comparto habitación con mi hermano, solo hay dos habitaciones y la otra es prácticamente una bodega y donde teníamos la computadora.
Tenemos una cama matrimonial y una hamaca en la habitación, mi hermano y yo, nos vamos turnando el uso de cada una. Esa noche yo estaba acostada en la hamaca, mi padre dormía ya, podía escuchar sus ronquidos, mi hermano no estaba, el siempre ha sido de andar en la calle mas que en su casa. La habitación no tiene puerta y por la distribución del apartamento no se podía ver nada desde la sala.
A estas alturas la masturbación es parte de mi vida. No he sido penetrada nunca, no había perdido mi virginidad. Si, he sido una niña buena. He visto algunas escenas de las películas de Golden a media noche, ya sabes cuales ¿no? Me he puesto cachonda, mi coñito está caliente y mojadito.
Me levanto y apago la luz, apago la televisión, no quiero ninguna luz. Vuelvo a acostarme en la hamaca y me cubro con mi sabana. Mi mano se desliza por mi estómago, lentamente, meto mis dedos bajo mi short y desciendo hasta mi rajita, sobre mi panty, masajeo levemente, estoy sensible. Bajo mi dedo justo a la entrada de mi coño y rasco sobre mi panti, me gusta esa sensación, pero no es suficiente.
Pliego mi panty entre mis nalgas, siempre he tenido un buen par de nalgas. Perfectas para posar tus manos en ellas y exprimirlas con fuerza y no las abarcarías todas. Ahora pliego el resto de mi panty entre mi rajita bien caliente, y comienzo a jalar hacia arriba creando fricción, HHMMM que bien se siente. Puedo sentir mi panty comenzar a mojarse, mi coño inundándose un poco más. Con mi otra mano acaricio mis labios gorditos que sobre salen a los costados, peluditos, mojados, hinchados, calientes. La fricción me gusta mucho, acaricio mi clítoris un poco, esta hinchadito, palpitante. Mojo mi dedo medio en mis jugos y sobo ese botoncito duro, arriba y a bajo una y otra vez, unos cuantos círculos sobre el y de nuevo arriba y abajo. Se siente bien, se siente rico.
En el fondo estoy pendiente de cualquier ruido que me delate, no puedo gemir muy alto, debo hacerlo con discreción, calladita. Mi padre sigue roncando, y yo sigo masajeando mi raja con mi panty y mi clítoris con mis dedos. Pero quiero más. Es hora, me bajo mi short y enseguida bajo mis pantys hasta medio muslo, sigo cubierta por mi sabana, pero ahora tengo espacio para maniobrar. Abro mis piernas y levanto un poco mis rodillas. Estoy abierta, si pudieras verme, mi coñito estaría brillante para ti.
Vuelvo a jugar con mi clítoris con una mano y con la otra meto un dedo por mi coñito, un poco cada vez, esta lleno de jugos, puedo escuchar el sonido que hacen mis dedos penetrar mi coño mojado, me pone mas caliente y acelero el masaje a mi clítoris, mis caderas de mueven adelante y atrás, despacio y luego con prisa. He hecho esto muchas veces, esta noche necesito algo más, busco algo en mi buro, lo encuentro, un tubo de mascara de pestañas, jajaja, es pequeño, pero servirá. Lo tomo y lo posiciono en mi coñito virgen, está tan mojado que no cuesta mucho que entre, esta resbaloso.
Lo meto un poco mientras masajeo mi clítoris, mi respiración es más errática ahora, se siente tan rico meterte algo, está duro, no es flexible pero me sirve, aumento la velocidad, ahora mi pelvis se mueve como loca, mi coño comienza a apretarse en el tubito, mi clítoris se siente duro y muy hinchado. De repente siento un poco de dolor, pero no le tomo importancia y continuo. Estoy tan caliente, siento esa sensación en las piernas, ya viene, puedo sentir mi orgasmo construyéndose, meto y saco el tubito, sigo escuchando el sonido que hacen mis jugos en mi coño.
Comienzo a gemir, muy bajito, en mi cabeza grito, si, así, justo ahí y presiono con más fuerza mi clítoris y lo muevo con más rapidez hhhmmmm si, mis caderas se mueven hacia adelante y lo siento, mis ojos se cierran fuerte, mis espalda se arquea, mis pies se plantan firmes donde pueden, y mi coño aprieta con fuerza el tubito, ya no me es tan fácil meterlo y sacarlo, así que lo hago mas lento. Dios que rico se sintió. Puedo sentir las replicas en mi coño. Mi clítoris se ha vuelto hipersensible, lo toco un poco mas y siento una pequeña convulsión de mi cuerpo. Mis jugos bajan por mi culito. Fue delicioso.
Me levanto y acomodo mi ropa. Me dirijo al baño, mi padre sigue durmiendo. Debo limpiarme, así que me bajo de nuevo la ropa y paso papel por mi raja para limpiarla, hay sangre, no es mucha, pero se que no debería sangrar, aun no estoy en mi periodo. creo que me acabo de desvirgar yo sola.
Después de ese día vuelvo a repetir algunas veces con el mismo tubito, un día casi me cacha mi hermano, nunca lo escuche abrir la puerta de casa, yo en pleno mete y saca cuando lo veo pasar hacia la otra habitación, ese día la tele estaba encendida así que había un tenue resplandor. Dejé el tubito en mi coño y acomodé mi ropa, el entró a la habitación y me saludó, platicamos un poco mientras buscaba su pijama, y yo con el tubo en el coño chorreando de jugo. Se fue al baño y yo rápidamente me saque el tubo y lo guarde, no sé si sintió el olor, sabes ese olor a coñito. Mientras, me quedé con un calentón que no me pude quitar esa noche.
Nunca supe si me vio o no, nunca mencionó nada. Me paso de nuevo pero esa vez con mi padre, creo que tampoco se dio cuenta. Eso me ponía muy cachonda.
¿te gustó? Nos veos en otro relato.