Relatos cortos I El curioso

Un hombre maduro ayuda a un joven a descubrir su sexualidad

Lo conocí hace tres semanas en una subasta de cómics donde le gane una puja por un original de Watchmen . Un muchacho blanco, joven, de ojos pardos y pelo casi rubio. Un par de cafés de por medio y termino en mi casa leyendo cómics de la vieja escuela.

Se topó con un original de Ralf Konig "El condón asesino" un cómic gay de los 90´s. Esto abrió la conversación, él quiso que se lo prestara pero no presto mis libros. Accedió a leerlo en la sala de lectura. Mientras lo fingía leer los capitán américa que él había traído, me dedique a estudiarlo y observar sus reacciones a medida que el leía.

Como mínimo te puedo decir que le había gustado, tras terminar hablamos un poco sobre el argumento y que se yo, no te voy a marear con tecnicismos. De pronto me pregunta -¿Por qué la gente común mira tan mal la homosexualidad?

Preguntaza,

  • Yo creo que es la opción de cada uno, por ahí hay gente que no discrimina y gente que sí. Yo no tengo tiempo de cambiar a la gente para que piense como yo digo, hay que querer a la gente como es y no como uno quiere que sea.- Le dije y se quedó tranquilo un minuto. Yo lo veía mover los ojos, estaba pensando rápidamente entonces me dice; -Es que si no hubiese tanta represión social, agente podría experimentar más libremente y con menos culpa.

"Este chico quiere probar una pija" pensé yo de inmediato. - Y supone que existiera un lugar donde no hay esa "represión" que tú dices ¿Que te gustaría experimentar?- Le abrí una puerta a ver si entraba y me responde:

-TODO, nunca he estado con nadie, quizás porque soy demasiado nerd y las chicas que me interesan no me hacen caso o porque me muero de vergüenza si tengo que decir las cosas que he imaginado hacer. El punto es que ni si quiera he dado un beso.

Me lo quedo mirando y le digo:

  • Y la vergüenza sucede cuando un pieza en los demás o cuando te cuestionas a ti mismo. En el sexo no hay nada de qué avergonzarse. Cada uno tiene sus gustos y eso no es tema de nadie, además aquí nadie te va a cuestionar ni nada, así que si te place puedes contar lo que sea.

Ocurrió una breve escaramuza de excusas y contra argumentos que concluyeron cuando se dio cuenta que se estaba censurando a sí mismo.

-Hace unos meses.- Dijo en una exhalación resignada- en una fiesta de la universidad de mi hermana, me tocó ver a dos tipos besándose y manoseándose. Me impacto, sentí una curiosidad en la piel, me imagine tocando y siendo tocado. Esa visión se repite en mis fantasías.

-¿Cual visión?- Lo urgí a dar detalles.

-Un hombres que me toca.- Respondió y le puse la mano sobre el hombro y lo apreté ligeramente.

-¿Así?

-No, así no.- Me dijo el

-Entonces ¿Cómo?.- Note un poco de rubor

-Que me apriete el pene por encima del pantalón.- Me soltó al final, entonces baje mi mano, ubique su polla y se la apreté con toda la intención de hacerlo gozar. Se estremeció, mordió sus labios y me miro casi asustado. Sonreí.-¿Así?.- No dijo palabra, cerró los ojos y asintió suavemente.

Me dedique a apretarle la verga. No lo bese ni toque otra cosa que no fuera su pija. Me concentre en su cabeza, en apretarla como pinza y dejarla escapar mientras mi otra mano ahorcaba su falo en medio de gemidos y estremecimientos. Me miraba  con los ojos muy abiertos como si preguntara que el estaba haciendo. Quzas fue la resperacion entrecortada y los gemidos que le impidieron articular queja alguna.  Se mordia los labios, se mecia mecanicamente  intentando incrementar la sensacion de mis dedos  al tocarlo sobre la ropa.

Con mi otra  mano comprimi un poco sus testiculos al tiempo que usaba las puntas de mis dedos como garras que intentaban dergararle  la cabeza endurecida de su pene. En un espasmo instintivo llevo su mano a mi entrepeierna pero de inmediato retrocedio. De estaba debatiendo entre el  deseo y  temor.Su orgasmo era impostergable, estaba el demasiado caliente así que resolví hacerlo aún más intenso. Se mordió los dedos mientras eyaculaba. La mancha de semen  sobre  el pantalon claro  bastaba como evidencia.

Confieso que no supe qué tipo de aftercare aplicar. Me recosté junto a él y espere una reacción. Falle, me pido el baño y luego de una media hora adentro salió y se despidió de mí.

Hace dos días me escribió pidiéndome disculpas, que irse así había sido un acto de inmadurez y preguntaba si podía ir a leer a mi casa de nuevo.

Le dije que si........