Relato verídico: ayer me follaron por primera vez
Os relato como ha sido mi primera vez por el culo.
Ayer tuve que bajar a Madrid para dejar el coche en el taller. Como había quedado luego con unos amigos, tomé el metro para reunirme con ellos. Era hora punta, asi que el vagón iba hasta arriba. Me quedé de pie, entre la maraña de gente apretada en el vagón. Enfrente tenía un señor maduro, de unos 50 años, con su hombro derecho hacia mi. El metro arrancó y todos hicimos el clásico movimiento hacia atrás. Entoces lo noté. Algo me rozó el paquete. Me sorprendí un poco pero no le dí mayor importancia, supuse que era un accidente. Pero nuevamente lo noté y aquello no dejaba dudas. El viejo me estaba sobando.
El corazón me latía a mil por hora, me temblaba el pulso y creo que hasta me puse colorado. Miré al viejo a la cara y me estaba mirando. Nuestros ojos se miraban fijamente cuando su mano apretaba mi poya ya sin ningún miramiento. Le sonreí excitadísimo y muy nervioso por la situación. Era casi imposible que alguien nos viera, apenas se podía respirar, pero la situación era nueva para mi. Con la mano temblándome la dirigí hacia su entrepierna. Agarré fuerte y allí noté una polla dura, por encima del pantalón. Comencé a manosearle y a masturbarle. El tío no cambiaba de expresión y eso que yo le sobaba cada vez más fuerte. Sólo note que su mano también agarraba más fuerte mi tranca.
Estuvimos así un par de paradas del metro, hasta que el vagón se vació un poco y lo tuvimos que dejar. Estábamos a mitad de camino de la siguiente parada cuando el viejo se volvió hacia mi y me dijo "me quedo aquí, ¿vienes?". Buff!!!. El corazón me latía a cien y dije que si. Mi experiencia sexual se reducía a mamársela a un tío que conocí por internet, por lo que estaba muy nervioso.
Aún asi, le dije que si. Bajamos y fuimos andando a su casa, dos o tres calles más allá de la parada. Durante el camino el tío me iba soltando guarradas del tipo "¿Me la vas a chupar?, ¿Quieres que te folle el culo?". Yo iba cada vez más nervioso e intentaba parecer confiado, soltándole las mayores guarradas que se me ocurrían.
Por fín llegamos a su casa, un piso antiguo de esos que huelen a cocido siempre. El tío me dijo "vamos a lavarnos primero", asi que le seguí al baño. Se sentó en el vidé y se lavó sus partes y el culo. Después me senté yo e hice lo mismo. Nos fuimos a la habitación, desnudos los dos. El tío, aunque viejo, tenía buen cuerpo, algo de tripa y muy peludo, pero con una buena tranca. Se tumbó en la cama y me dijo "ven y chupármela". Me puse a cuatro patas sobre el y comencé a mamar su verga.
Estaba medio flácida, pero pronto empezó a crecer en mi boca, alcanzando buen tamaño. Me esmeré en la mamada, apretando bien los labios y tragando polla hasta que me daban arcadas, aunque cada vez me entra más adentro. El tío puso sus manos en la nuca y se relajó, disfrutando de la mamada. Recorrí su polla con mi lengua, lamí sus huevos, sus muslos, su vientre y volví a meterme la polla hasta el fondo. Con una mano empecé a masturbarme para difrutar yo también. "Túmbate tú", me ordenó. Lo hice y cambiamos las tornas. Agarró mi polla con una mano y comenzó a darme una deliciosa mamada. El tío la chupaba muy bien, cuando se la metía en la boca podía notar su lengua jugando en mi punta. Acaricié su pelo mientras me la chupaba.
Estaba muy, muy cachondo y había decidido que iba a dejar de ser virgen. Subí mis piernas y guié su cabeza a mi ano. El tío no lo dudó y comenzó a lamerme el ano, con su lengua haciendo círculos e intentando entrar. Ufff!, que placer sentir una lengua ahí. Después de un buen rato chupando y masturbándome al mismo tiempo me metió un dedo, que entró muy fácil, sin nada de dolor. Yo me había masturbado muchas veces metiéndome cosas en el culo, pero notar que es alguien el que lo hace es muy diferente. Decidí meterme uno de mis dedos junto con el suyo, y entró también sin dolor. El empezó a escupir en mi culo para lubricarlo más con saliva, al mismo tiempo que metía más bruscamente su dedo. Yo hice lo mismo con el mío, para ayudar a acostumbrar a mi culo a lo que se le venía encima.
Saqué mi dedo y le pedí que me metiera tres de lo suyos. Lo hizo y esta vez noté dolor, pero soportable. En mi culo ya habían entrado cosas mas grandes en mis pajas... Me los metió y sacó un par de veces y me dijo "date la vuelta que te la meto". Buffff!, que nervios tenía. Mi polla estaba totalmente flácida de lo nervioso y el miedo que tenía. Se lo dije "Estoy un poco nervioso, nunca me han follado". "¿No jodas?...¿estás seguro de querer hacerlo?". Le dije que si, estaba decidido.
Me dijo que iba a intentar no hacerme daño y se fue a por un bote de nivea y un condón. Me puse a cuatro patas, con las piernas algo abiertas. Se puso la goma en la polla y me untó nivea en el culo, metiendo de nuevo los tres dedos. Esta vez me dolió algo más, sin duda por los nervios yo cerraba el culo por instinto. Estuvo un buen rato con los dedos hasta que de nuevo entraron del todo. Le pedí que los sacara un momento para dilatarme yo un poco más y me metí cuatro dedos en el culo, bien lubricado, haciendo fuerza para abrírmelo "No te preocupes que ya te va a entrar bien, tienes el culo muy abierto, parece que te han follado ya". Eso me animó un poco y le pedí "Folláme ya, venga, metémela". Sentí la punta de su polla entrando en mi culo. Dolía un poco, no demasiado, por experiencia de mis masturbaciones sabía que lo peor venía ahora. Le pedí que se quedará quieto y ser yo el que se fuera echando para atrás.
Así lo hizo. Comencé a meterme su polla. Joder, que sensación, dura y caliente entrando en mi culo. Notaba como me abría las paredes, con dolor, pero superado por la sensación de ser follado. Empujé, haciendo fuerza con el culo para facilitar al entrada. Cuando calculé que llevaba la mitad le rogué que siguiera él "ahora, metémela hasta el fondo tú, folláme". Obedeció y de un solo empujón me la metió hasta el fondo. "Aaaaahhhhhhhhhhh, mi cu-cu-culo cabrón", acerté a decir. Me había dolido, muchísimo menos de lo que esperaba, pero dolió. Aún asi, la sensación de ser follado por el culo apagaba el dolor. ¡¡¡Por fin!!!!, una polla en mi culo. Empezó a bombear suave, despacio. Mi culo lo agradeció y enseguida se acostumbró a su polla.
Que gusto notaba, cuando entraba me rozaba la próstata y casi me corría. Si la sacaba mi ano se cerraba entorno a ella y me daba un gusto de morirse. Nunca, nunca en mi vida, ni en mis mejores pajas, había tenido esa sensación. Que gusto me estaba dando. Agarré mi polla y me corrí en 10 segundos, lanzando hasta la última gota que me quedaba en los huevos. El orgasmo fue brutal, que placeeeeeeeer. Mi culo se abría y el me la metía hasta los huevos, ya a toda la velocidad que podía moverse, diciéndome cosas como "Toma, toma puta, toma polla". A pesar de haberme corrido, tenía una sensación extraña, como de poder volver a correrme.
Además, me seguía dando mucho gusto, por lo que disfrutaba igual, pero podía concentrarme más en darle gusto a él. Movía mi culo hacia atrás, buscando sus embestidas. "Que polla tienes cabrón, que gusto me das" le decía para excitarlo. "¿Te vas a correr en mi boca?", le preguntaba "Siiii, te lo vas a comer todoooo?", me respondía a mi pregunta. Yo, cachondo perdido le decía "si, por favooor, corréte en mi boca, quiero tragármelo". El había puesto una rodilla en la cama y me follaba como un bestia, me empujaba tanto que mi cabeza daba contra la pared.
Por fín sacó su polla y se quitó el condón. Me dí la vuelta y me quedé tumbado en la cama, con la cabeza en la almohada. Él vino hacia mi y apollándose en la pared puso sus rodillas a ambos lados de mi cabeza, metiéndome la polla en la boca, tanto que tuve que poner una mano en su vientre para retirarle un poco porque me asfixiaba. Comenzó a follarme la boca como un loco "trágatelo putaaaa, trágatelo todoooo". Sus chorros de semen entraron en mi garganta. Yo tragaba y lanzaba ruidos de gusto, de satistfacción. Agarró mi nuca para lanzar el último chorro con su polla metida completamente en mi boca, me fue directo a la garganta. Tragué y chupé. Retiró un poco su polla y yo seguí mamando un rato, aprovechando que aún estaba dura. El gemía y disfrutaba del fin del orgasmo.
Nos tumbamos y me preguntó que qué tal había estado y si me dolía el culo. Le dije la verdad, que me dolía un poco, pero que esperaba mucho más dolor. Me lamenté de haberme corrido tan pronto "Es que te gusta mucho, estás hecho una buena puta". Nos reímos por esta frase. Pasado un rato me vestí y me fuí. Cuando llegué donde mis amigos, que no saben nada de mi bisexualidad, disimulé pero por dentro estaba felíz. Tenía todo el sabor a semen en mi boca y un hormigueo en el culo que me recordaba lo que acababa de hacer. Por fin!.