Relato real: mi hermana y yo
Con la adolescencia viene el deseo de conocer el cuerpo del otro y de disfrutar e el.
No se si los relatos de los demás suelen ser verdad, supongo que habrá de todo. Este sí lo es.
De esto hace ya mucho tiempo sucedió cuando mi hermana tenia 15 y yo 16 años. Siempre estuvimos muy unidos. Los nombres de los dos es lo de menos, lo importante fue lo que paso en ese tiempo.
En esos años las hormonas me andaban a cien, me masturbaba como como todos a esa edad fue cuando empecé a ver a mi hermana como mujer.
Tenia unas tetas preciosas grandes y duras lo se porque disimuladamente aprovechaba la ocasión para poder rozárselas sin que se no tase que lo hacia con esa intención.
Ya digo que estaba experimentando lo que era todo eso. Cuando íbamos todos en el coche de viaje, siempre solía venir una tía que esta soltera. Me las arreglaba para ponerme en el medio y en las curvas me iba un poco hacía mi preciosa hermana con mi espalda contra sus pechos al principio se apartaba un poco. Pero después de unos cuantos viajes mas y algún tiempo parecía que era ella la que estaba esperando a que cállese hacia su lado ya no se ponía hacia la ventanilla ni cruzaba los brazos sino todo lo contrario creo que le empezaba a gustar todo eso.
Y como siempre viajamos de noche para aprovechar mejor el tiempo nadie se daba cuenta. Terminamos por entrar en el coche y ponerse con sus tetas hacia mi yo ya no esperaba ninguna curva me iba hacia atrás y la apretaba como si estuviese encima, ella con su mano derecha me acariciaba la espalda era algo delicioso me ponía a cien, incluso de vez en cuando me daba algún beso en el nuca, no taba como su respiración se hacia mas fuerte.
Yo le iba acariciando entre los muslos pero nunca me dejaba llegar a tocar su conejito, de vez en cuado solo rozaba su braguita entonces con suavidad me cogía la mano y diciéndome al oído ahí no por favor y dándome un beso me la bajaba un poco, pero nunca me sacaba la mano. Así es como empezamos.
Los sábados mis padre trabajaban y nos quedábamos los dos en casa. Un sábado de estos que estaba muy caliente. Me levante me desnude por completo saque el slip y puse una toalla alrededor de la cintura. Como tenia el pelo muy rizo y necesitaba secador me fui al cuarto de mi hermana y sin abrir la puerta y le dije:
Rosa podrías lavarme la cabeza y secarme el pelo que se me riza mucho.
Dentro de un momento me dijo ella, vete para el baño.
Cogí una especie de tumbona pequeña que teníamos en la terraza y me la puse en el lavabo, me subí mas la toalla hasta que se me veía la punta de mi miembro, al principio estaba un poco cortado pero dije voy a ver que pasa.
Cuando entro en el baño estaba tumbado y tenia la vista hacia un espejo para ver la reacción de mi hermanita, quedo embobada mirando mi polla se quedo parada, sin saber que hacer durante unos segundos.
Hasta que entro cogió el champú.
veo que tienes mucho calor me dijo
alguno dije
como te veo así casi desnudo, te voy lavar la cabeza pero prometes estarte quieto.
Si mujer como no.
Tenia una bata finita, empezó a lavármela y en un momento dijo.
voy tener que sacar la bata sino me voy a mojar toda.
Como quieras rosa, le conteste con voz ronca, casi no podía hablar
Cuando saco la toalla pensé que me daba algo, estaba con un camisón cortito y era tan fino que se le veían, literalmente las tetas, me puso cachondisimo, la polla me salió de toda de la toalla, quedando al descubierto también mis testículos ella se río un poco, pero no dijo nada.
Le roce con una mano el culo
si vas hacer tonterías me voy me dijo.
Saque la mano
-déjame a mí dijo ella
quería llevar la iniciativa y no quería que nada se le escapara de las manos. Me estaba poniendo sus tetas encima mía y con el movimiento rozándome todo yo estaba a cien de vez en cuando miraba ella
de reojo para mi polla.
que incomodo dijo ella, me voy poner por delante, pero si te vas estar quieto.
Si no te preocupes le dije
Se situó delante de la tumbona y me dijo,
pero estate quieto eh
que si mujer.
Abrió sus piernas subió su camisón tenia unas piernas preciosas y me enseño su braguita se metió entre la tumbona que como dije era pequeña y estrecha.
Estaba con las piernas abiertas y encima mía estaba como loco. Despacito sin que se diera cuenta o por lo menos eso pensé baje me polla y la puse a la altura de su coñito. Por encima de su braguita.
No te pases dijo
Yo no le hice caso y deje la polla que tocase su conejito. Ella empezó a lavarme la cabeza a moverse. Sus tetas estaban por todo mi torso me daba cuenta que las movía exageradamente. Y de vez en cuando empujaba su cadera eso hacía que mi polla se hundiera mas en su conejito, notaba su rajita por debajo de su braguita.
Subí las manos por encima de su camisón, con un poco de miedo que me dijese algo y acabara con esta delicia. Pero no fue así. Le sujete las caderas desnudas con mis manos, nunca había sentido nada igual.
Ella se me inclino mas me puso encima, sintiendo todo su cuerpo caliente, empuje mi polla contra su conejo unas cuantas veces y no aguante mas me corrí encima de sus braguitas mojando sus piernas.
Ella se dejo caer todo su peso encima mío me termino de lavar y me dijo:
que te gusto espero que ahora estés mas tranquilo
no supe que decirle.
Me levante un poco avergonzado.
Pero esto no fue el final ni muchísimo menos, seguramente ya os contare que mas paso.
Pero todo lo que cuento es pura realidad, en esto no hay nada inventado.