Relato Mixto VI

Intercambio de relatos entre Amo y sumisa.

--Ve a la ducha, límpiate bien --Me ordenas mientras me quitas el collar y las muñequeras para que pueda ducharme sin mojarlas--. Después espérame en la cama, tumbada en cruz con el antifaz puesto.

Yo acabo de correrme, pero esa sugerencia hace que otra vez sienta cosquillas en mi estómago.

" Soy una insaciable" pienso.

Asiento con la expectación y nervios otra vez instalados en mí y desaparezco de la cocina.

Sopesas acompañarme a la ducha, pero sabes que si lo haces, te darán ganas de hacerme cualquier perversidad que cruce tu mente, y quieres darme unos minutos de tregua.

Además, tienes cosas que preparar...

Empiezo a oír correr el agua en la ducha cuando entro en la habitación tras haber dejado el salón listo. No deberías pasar por allí, así que no debo preocuparme porque veas lo que hay allí preparado.

Deshago la cama para dejar sólo la sábana bajera puesta; cuantas menos cosas haya, menos habrá que lavar después...

Dejo preparadas las muñequeras y tobilleras, los amarres, visibles en las esquinas de la cama, cada uno atado a la pata de la misma y el antifaz. Además hay un par de cojines que tengo previsto usar para elevar tus caderas y hacer que tus agujeros de putita pervertida sean más accesibles; en una caja bajo la cama guardo el par de cosas que tengo pensado usar para no tener que buscarlas después...

Compruebo la hora en el móvil; vamos bien, hay tiempo, todo está listo y tengo tiempo de una ducha rápida en el otro baño, así que salgo del dormitorio dejando la puerta abierta, esperando verte allí la próxima vez que entre en la habitación.

Me dirijo a la ducha pensando si no me habré excedido, y lo descarto mientras me enjabono rápidamente.

Pienso en lo que vendrá mientras me seco; no deben de haber pasado más de 10 minutos desde que el agua empezó a caer por mi cuerpo hasta que he cerrado el grifo. Me concentro en los sonidos, pero no escucho nada que me resulte llamativo. Me seco con la toalla, la enrollo alrededor de mi cintura y salgo descalzo hacia la habitación.

Donde te encuentro.

Tumbada boca arriba, con el antifaz puesto y con tus extremidades apuntando hacia las esquinas de la cama. Te has puesto las muñequeras y las tobilleras. Tus piernas ligeramente separadas dejan a la vista tu perfectamente rasurado coñito de putita pervertida. Tus pezones destacan ligeramente sobre tus bonitos pechos.

Desde el dintel me sorprende tu entrega y sometimiento. Pese a lo mucho que hemos hablado por internet, los mails intercambiados, los conocimientos de los gustos propios y ajenos, me sorprende tu entrega total. Estás siendo una perfecta sumisa, complaciente, entregada, obediente...

Pensé que antes, en la cocina, cuando te tenía a punto para sodomizarte y he empezado a clavarme en tu interior te removerías o, de algún modo, te "rebelarías" contra tu primera enculada, pero no. Te has mantenido entregada a lo que quisiera hacerte...

Espero que ahora se repita la situación.

  • ¿Ya estás lista, pequeña putita, para que te ensucie de nuevo?- pregunto acercándome a tu cuerpo.

  • Si Señor, estoy lista para que haga conmigo lo que quiera- respondes haciendo que sonría levemente

  • No espero menos de ti- contesto-. Ahora voy a inmovilizar tus extremidades a las esquinas de la cama; nada que no hayas intuido al ver las amarres en la cama, ¿verdad?

  • Verdad, Señor- contestas ruborizándote ligeramente al tiempo que tus piernas se retuercen.

  • También voy a ponerte unos cascos con música suave para que te relajes- "aunque seguro que no hace falta" pienso-. Vas a dejar de oírme, pero si necesitas algo, puedes hablar. Y, cómo siempre, ten presente la palabra de seguridad...

Termino de hablar cuando recorro con mi mano tu pierna derecha, desde la ingle hasta el tobillo, bajando despacio por la cara interior de tu muslo y del gemelo, hasta llegar a la tobillera. Te abro más, alineando la pierna con la esquina de la cama, haciendo que los labios de tu coñito se separen ligeramente. Fijo el mosquetón del amarre a la tobillera y lo tenso enérgicamente, haciendo que un gemido salga por tus labios.

Me levanto y pongo al otro lado de la cama para situar mi mano en tu entrepierna, donde noto su calor, para deslizar mi palma algo mojada por tu pierna izquierda; rozo con mi palma tu muslo, con las yemas de mis dedos tu rodilla y uso las uñas para surcar la piel de tu pantorrilla antes de llegar a la tobillera, que enlazo con el mosquetón antes de dar un seco tirón, alineando tu pierna, haciéndote gemir nuevamente.

Tras esto saco de debajo de la cama la cajita, y de ella saco unos auriculares y un movil a ellos conectado. Me coloco sobre la cama, clavando las rodillas en el espacio que dejan tus piernas abiertas. Voy subiendo lentamente, colocando las rodillas a los lados de tu cuerpo, rozando con mis pelotas tu vientre al hacerlo.

Vuelvo a estar medio empalmado.

  • ¿Estás disfrutando, Bea?- pregunto

  • Sí, estoy disfrutando- respondes, haciendo que tome un pezón con mis dedos y lo retuerza

  • Sí, estoy disfrutando, Señor- respondes tras un gemido

  • Y por qué Bea está disfrutando, me pregunto- pregunto de manera indirecta sin dejar de torturar tu pezón con mi mano libre

No tienes claro si debes responder, pero dado que no aflojo, pruebas

  • ...porque soy una putita pervertida?- comentas

  • Sí, eso es, putita pervertida- te susurro al inclinarme sobre ti y aflojar la presión en tu pezón- eres mi putita pervertida digo mirando el reloj del móvil.

  • Ladea la cabeza- ordeno para colocarte un auricular-. Hacia el otro lado ahora

Nuevamente obedeces, y pulso el play para que una suave música empiece a llenarte los oídos.

Vuelvo a erguirme sobre ti y tomo tus pechos, amasándolos y apretándolos, jugando con ellos. Me gusta su tacto, tienen un buen tamaño y están muy bien colocados. Tienes un bonito pecho que seguro llama mucho la atención.

Deslizo mis manos hacia tus axilas para tomar tus brazos y llevarlos hacia las esquinas de manera simétrica, donde finalmente las aprisiono y tenso. Siento tu cuerpo bajo el mío y el pequeño respingo que has dado al notar la tensión. Mi polla está tan cerca de tus labios que estoy tentado de hacer nuevo uso de tu boca, pero me contengo. Decido besarte, usando tu boca, pero de otro modo...

Oígo ruido en el salón, y miro la hora.

Bien, me gusta la puntualidad.

No dejo de besarte y deslizo una mano a tu entrepierna, que encuentro, como no podía ser de otro modo, húmeda...

Me entretengo jugando con mis dedos en tus labios mayores y menores, estimulando tu clítoris, haciendo que tus gemidos se ahoguen en mi boca, follándote con los dedos... Disfruto del calor y de tu entrega. Mi polla dura roza tu vientre, haciendo que notes mi excitación.

En esto me encuentro cuando entran en la habitación.

Dejo de besarte para mirarlos.

Desnudos, tal y cómo habíamos acordado. Al tenerlos allí me doy cuenta de lo excitante y morboso de lo que está por llegar.

Llevan en la mano la nota de papel con las instrucciones que les he dejado en el salón. Un repaso a lo que habíamos acordado para que lo tuvieran fresco en la memoria antes de verte desnuda y ofrecida como una vulgar putilla.

Voy bajando por tus pechos, lamiéndolos, besando tu piel, mientras los veo colocarse. Voy reduciendo el contacto con tu piel al mínimo; sólo mis labios marcan una senda hacia tu entrepierna. Lamo ligeramente, haciéndote gemir por primera vez en su presencia. Luego...

...me retiro sin que lo notes, dejándole mi posición.

Ella entonces se coloca y cuando su Amo sujeta su nuca y pega sus labios a tu coño, Sara empieza a comerte el coño.

Ángel es el Amo de Sara, y he estado hablando con él sobre la posibilidad de disfrutaros en conjunto. Tras varios mails en los que hemos fijado límites, reglas y protocolos, llegamos a un acuerdo para ello. Y aquí están.

Sara lamiendo tu coño, bastante bien por cómo tu respiración se ha acelerado, y Ángel y yo disfrutando del espectáculo, ambos duros.

Creo que no eres consciente de su presencia, la música te ha aislado bien, así que me acerco a tu oído para retirar los auriculares tras pedirles silencio por última vez.

  • ¿Estás disfrutando, putita pervertida?- te susurro, haciendo que notes que no estamos solos

  • ¿Qué??- preguntas

Chasqueo los dedos, haciendo que Sara se retire de tu coño, dejándolo libre para que pueda palmearlo

  • ¿Te he dado permiso para preguntar? ¿O te he hecho una pregunta?- inquiero-. No querrás dejar a tu Señor en mal lugar delante de nuestros invitados, ¿verdad?

Por tu cabeza pasan muchas preguntas: ¿Invitados? ¿Cuántos? ¿Hombres? ¿Hombres y mujeres? ¿Desde cuándo? ¿Hasta dónde?

Tantas preguntas aturullan tu cerebro, haciendo que sonrías nerviosamente.

Una nueva palmada en tu coñito excitado hace que tu mente se centre.

  • He preguntado si estás disfrutando, putita pervertida

  • Así es, Señor- respondes algo más centrada

  • ¿Así que Sara está haciendo un buen trabajo en tu coñito de puta?

  • Sara es una excelente comedora, tanto de coños como de pollas- menciona Ángel

"Al menos un hombre y una mujer" piensas

  • Si Señor, lo está haciendo- respondes para no ganarte una nueva palmada.

  • Mi putita también es una buena comedora, pero ya tendremos tiempo de comparar sus habilidades... ¿Ángel, podrías hacer que tu sumisa reanudara su labor?

Ángel chasquea los dedos y vuelves a sentir unos labios jugar en tu coñito. Lo hacen bien, lamiendo los pliegues, jugando con tu clítoris, metiendo la lengua en tu vagina, follándote con ella...

  • Ángel, ¿quieres probar a Bea?- digo ofreciéndote como una vulgar mercancía...

Un gemido sale de tu boca, no tengo tan claro si es por las atenciones que estás recibiendo o por el hecho de haber sido ofrecida, aunque sospecho que es por lo segundo...

Una mano se aferra a tu pecho, amasándolo duramente; poco después, una segunda mano toma tu otro pecho.

Sara no ceja en su empeño de llevarte al orgasmo, centrando su atención en tu clítoris.

Gimes mientras amasamos tus pechos y acariciamos tu piel.

Me coloco a un lado de tu cabeza, y Ángel se coloca en el otro. Su polla es algo más gruesa que la mía, puede que un pelín menos larga; venosa. Presenta una buena erección.

Tomo tu cabeza con mi mano para girarla hacia mi polla.

Abres los labios, sabiendo que es lo que va a pasar: vamos a follarte ambos la boca mientras estás atada a la cama, abierta de piernas para que una sumisa a la que ni siquiera has visto te coma el coño y te lleve al orgasmo.

Un leve gemido sale de tus labios cuando te imaginas así, abierta, ofrecida, inmovilizada, a mi merced sobre la cama.

Una polla entra en tu boca, tus labios se cierran sobre ella justo antes de que empiece a follarte. Tu lengua acaricia la verga en el interior de tu boca mientras sientes los labios deslizarse sobre ella.

De pronto tus pezones son pellizcados y retorcidos.

Miro cómo la putita de Ángel se afana en comerte; sus manos están en tus nalgas, empujándote contra su boca, haciendo que su lengua eleve tu excitación...

La mano sobre tu cabeza gira tu cara hacía el otro lado cuando la polla que ocupaba tu boca sale de ella.

Has perdido el contexto, y aunque te imaginas que soy yo quien maneja tu cabeza, no sabes si mi polla es la que acaba de salir de tu boca o la que sabes que en breve entrará en ella.

Gimes de nuevo justo antes de que una polla se clave entre tus labios. Se mete hasta el fondo y se mantiene ahí.

  • Si me permites un consejo para tu sumisa, Ángel, esta putita pervertida tardará poco en correrse si la mete un par de dedos en ese agujero de zorra que tiene entre las piernas- le comento

La polla en tu boca empieza a follarte de nuevo. No damos tregua a tu boca-coño...

Oyes un nuevo chasquido de dedos antes de notar como unos dedos se abren paso en tu interior. Sara empieza a follarte con ellos, despacio, mientras sigue lamiendo tu clítoris, llevándote al límite.

  • SHHeennhhooorrr- dices con la polla en la boca

  • Vaya, parece que nuestra putita pervertida tiene algo que decir; ¿la dejamos hablar un momento?

  • Hagámoslo- dice Ángel antes de notar como tu boca pierde la polla que la estaba follando

  • Señor, ¿me permite correrme?- dices mientras gimoteas

  • Vamos, Bea, puedes hacerlo mucho mejor...- contesto

  • Sara, más rápido- ordena Ángel justo antes de sentir cómo las atenciones de su sumisa se intensifican...

  • Señor, permita que esta putita pervertida se corra en la boca de la sumisa del Amo con el que ha tenido a bien compartirme- dices al borde del orgasmo

  • Buenas respuesta- digo-.Déjate ir, putita pervertida...

Digo antes de empezar a oír cómo gimes al llegar al orgasmo.

Sara no deja de lamerte ni de follarte con los dedos, intensificando tu sonoro clímax.

Un doble chasquido hace que Sara deje de tocarte y se coloque en posición de espera entre tus piernas.

"Bien adiestrada" pienso mientras la observo con toca su cara brillante por tus flujos.

  • Ángel, que te parece si...- escuchas antes de que baje el volumen para que no termines de oírnos.

Tu orgasmo termina de sacudir tu cuerpo inmovilizado cuando sientes movimientos en la cama.

  • Sara, aquí- ordena Ángel para que su sumisa se acerque y le susurra instrucciones al oído

  • Bea, abre la boca- ordeno yo al tiempo que coloco tu cabeza mirando hacia el techo

Nos hemos colocado de tal modo que nuestras pollas están sobre tu cara. Sara se coloca a horcajadas sobre tu vientre, y aferra nuestras pollas con sus manos.

"Tiene una piel suave" pienso cuando siento sus dedos ceñirse sobre mi verga.

  • Verás, putita pervertida, ahora vamos a acabar nosotros- empiezo a contarte-. Vamos a hacerlo sobre tu boca y tu cara de zorrita. La sumisa de Ángel va a pajearnos y a dirigir nuestras descargas a tu boca y cara. Quiero que tengas la boca abierta para sentir nuestra esencia, Bea.

Sara empieza a pajearnos mientras te explico esto, haciendo que oigas el sonido típico de ello.

  • ¿Te parece bien, putita pervertida? ¿Algún problema en satisfacer los deseos de tu Señor?

  • No Señor, mantendré la boca abierta y sentiré cómo descargan sobre mi rostro- contestas-. ¿Quiere que trague lo que termine en mi boca?

La paja de Sara está próxima a lograr su objetivo; la situación en general me tiene bastante excitado, y por cómo veo respirar a Ángel, diría que a él, también.

  • Mantenlo- ordeno; la idea me acerca al orgasmo justo cuando empiezo a escuchar un sonido gutural procedente de Ángel...

Un instante después, su polla empieza a escupir leche mientras Sara sigue masturbándonos. Debo reconocer su habilidad para mantener ritmo en mi polla y dirigir la de su Señor a tu cara y boca, lo que logra que grumos de lefa blanca se depositen en tu boca, mejillas, cuello y barbilla.

Miro para verte cubierta de leche y exploto en un intenso orgasmo.

La sumisa de Ángel afloja el ritmo sobre mi polla a medida que mi simiente se une a la de Ángel sobre tu rostro: mejilla, barbilla, cuello, boca...

Sara suelta mi polla al oír un nuevo chasquido de dedos. Miro orgulloso cómo tu boca se mantiene abierta marcada con pegotes de semen diseminados...

  • Cierra los labios y deja caer la lefa por la comisura de tus labios, putita pervertida- ordeno.

Obedeces diligentemente, grabando en mi cerebro la secuencia de imágenes...

, y yo aprovecho para sujetar mi flácido miembro y pasear mi glande por tus labios