Relato en sauna
Experiencias de una mujer a raiz de entrar a una sauna.
Si alguien me lo hubiese dicho unos meses antes yo habría contestado que eso era una locura. Me refiero a que fuese a tener la primera experiencia lésbica de mi vida a los cincuenta años.
Amo a mi esposo, sí, pero a nuestra edad lo sexual es materia esporádica y el caso es que eso no es motivo de reproche del uno con el otro. Ambos nos conformamos con las cosas tal y como están, aunque puede que él tenga una amante. No sé qué pensar, creo que a mi marido ya no le queda entusiasmo ni para eso.
Como otras tardes de noviembre, Basilio, mi esposo, me lleva con el coche hasta el centro de hidromasaje para mi sesión de sauna. Me despido de él dándole un beso y entro al complejo para dirigirme a vestuarios a quitarme la ropa. Frente al espejo desnuda, valoro mi físico y no me engaño diciéndome a mi misma que aún conservo gran parte de mi atractivo juvenil. Quizá la piel no sea ya tan suave y tersa, los senos tan firmes y duros, pero mi rostro es amable como hace años y los hombres de mi edad aún se vuelven por la calle a observarme.
Emmanuelle no es un hombre, es una mujer diez años mayor que yo que elogia siempre mi belleza. La conocí en la sauna, donde nos hicimos amigas y llegado un momento decidimos compartir cabina de vapores y acudir coincidiendo las mismas tardes a la misma hora. Era tan amable que de ningún modo podía confundir yo las palabras con las que describía la lozanía de mi cuerpo. No podía pensar de ella que De modo que hubo una primera vez que me acarició un brazo y no la rechacé, un día puso la mano sobre una de mis piernas y yo tampoco reaccioné. Aún así nuestra amistad crecía, hasta que un día me propuso entrar a la sauna sin cubrirnos con la toalla. Lo hicimos, lo acepté por no parecer una mujer remilgada y después de estar desnudas la una frente a la otra varios minutos me hallé relajada. Pero ocurrió que tras un buen rato la intuición me llevó a comprender que aquello nos conducía hacia otro tipo de relación entre nosotras, una relación nueva.
El amor con una mujer es genuino, lo sentí. El amor con una mujer diez años mayor que yo es sensual y gozoso. El amor con Emmanuelle es distinto y estoy dispuesta a exprimirlo.