Relato de una infiel
Es aquí cuando todo lo que quise evitar en su momento no me importó más, ni las consecuencias que esto podría traer si se descubriera.
Tu perfume se ha impregnado en mi ropa y mi mente no deja de acariciar el recuerdo de la tarde de hoy. El sabor de lo prohibido aún persiste en mis labios, tus besos.
Ha pasado tiempo desde la última vez que te vi, siendo hoy el día que rompió ese lapso tan largo de espera.
Admito que lo deseaba. Deseaba volver a mirarte a los ojos, conversar sobre lo que has hecho… pero deseaba más aún volver a sentirte.
Es aquí cuando todo lo que quise evitar en su momento no me importó más, ni las consecuencias que esto podría traer si se descubriera.
Sentí tus labios junto a los míos, un tímido beso había emergido inesperadamente. Qué maravilloso fue el revivir aquel momento. Luego, los besos se hicieron más repetitivos. Ya nada importaba, sólo tú y yo, otra vez. Como tantas veces anhelé, pero que siempre trataba de reprimir de mi mente.
Te abracé fuertemente y aunque quieras negarlo, los latidos de tu corazón te delataban. Aún me quieres.
Nuestros corazones latían, mientras nos abrazábamos y tú me besabas con más pasión, yo en tanto enredaba mis dedos en tu cabello. Sentí tu lengua jugar con la mía y luego ésta en mi cuello. Cada vez me sentía más excitada, era un punto de no retorno, sabía lo que iba a suceder en aquel cuarto pequeño y prohibido.
Amarnos en la mesa y en el piso fue algo tan excitante como nuevo. Jamás había hecho algo así. Sentir tu boca en mi sexo, inundándome de placer, algo digno de querer repetir. Ver como también te provocaba esa misma sensación, me motivaba a continuar. Un placentero pero a la vez corto y postergado reencuentro entre los dos que se limitó a besos, caricias y algo más.
¿Terminaremos lo que hoy empezamos? No lo sé, pero deseo volver a sentir el calor de tu cuerpo y su perfume, esas manos traviesas jugueteando en cada centímetro de mi piel, tus besos húmedos y esa sensación de adrenalina que siempre fue parte de nuestra relación. Lo de hoy sólo fue una precuela a lo que podría suceder la próxima vez que nos volvamos a ver.
No pude evitar comparar la sensación que me producen tus besos y los de mi pareja mientras me iba a casa. Los de él me saben a costumbre, los tuyos a adrenalina, a algo que no está permitido.
Han sido meses de cuestionarme que es lo mejor, pero en lo único que puedo pensar y lo que más espacio ocupa mi mente es en ti. Recordar aquellos días en los que paseábamos juntos de la mano por las calles de Santiago, nuestras conversaciones y en todo lo que sentía por ti, a pesar de que nunca supe lo que exactamente sentiste o sientes por mí en la actualidad. Creo que ya no es algo tan relevante, sólo me limito a creer lo que tu cuerpo expresa, más que en lo que dices. Además, el hecho que me hayas buscado en más de una ocasión, habla mucho al respecto.
Ya no sé qué pensar ni que hacer. Me siento atada a dos personas, mi presente y mi pasado. Sé que no puedo pasar más tiempo en una mentira, sabiendo que quizás, sigo amando al otro…
Espero les guste. Si quieren saber más detalles, sólo pídanlo en los comentarios y subiré un relato más detallado, besos (: