Relato de Marcos (2)
Capítulo 2: La recompensa
Llegó el día. El día en el que mi vida daría un cambio para bien o en el que acabaría hundida para el resto de mis días. Me armé de valor al leer en la puerta del departamento de idiomas: "CORRECCIÓN DE EXÁMENES DE RECUPERACIÓN DE ALEMÁN, 17 DE JUNIO". Recé un par de nuestros antes de girar el pomo. Me sudaban las manos. Suspiré profundamente y abrí la puerta. Allí estaba él, apoyado en las mesas bajas dejándome así entrever los encantos que aquellos Levi's me permitían.
-Pasa Carolina.-me dijo conn aparente desinterés. Y comenzó a buscar mi examen en un archivador en e que se leía "4º ESO".
Consiguió lo que buscaba y puso en la mesa las cuatro (¡cuatro!) hojas mal grapadas por la esquina, (su desorden me atraía fuertemente). Comenzamos ejercicio por ejercicio, repasano todas y cada una de las palbras. Un hormigueo me recorría la tripa, no podía de mirar su dulce boca, (incluso me parecían atrayentes los salivazos que soltaba, propio de la fonética del idioma). Me derretía cada vez que veía mover la lengua de aquel hombre. A medida que pasaba tiempo me iba excitndo cada vez más y más. Decidí tirar un boli al suelo, y así provocarle. Al hacero, me agaché suavemente y dejé ver mis redondos pechitos que asomaban por el escote elegido para la ocasin. Henry me miró con extrañeza, pero pareció que no todas las partes de su cuerpo pensaron igual que su conciencia.
-Ehh..Carolia.- tartamudeó- Ya has visto que no podemos sacar esas décimas de ningún lado. Puedes irte, hemos acabado la revisión del examen.
Lo notaba nervioso. Nada de lo que me había dicho me sorprendía. Supongo que ya estaba preparada para oírlo.
-¡Y quién te dice a ti que mi intención era esa=-dije poniendo m´s voz más acaramelada, lo que provocó una sorpresa en mi profesor.
-Ehh...Carolina, lo mejor va a ser que te vayas.- me di cuenta de que Hennry no podía dejar de mirar mis pezones, marcados en mi camiseta. Tanto fue así que no atinó a abrir la puerta. Cuanso consiguió coger el pomo y abrir, me interpuse y cerré la puerta poniendóme delante suya.
-Carolina, no puedes estar aquí, tengo más gente a la que revisar los exámenes.- me dijo- Además tienes frío y te vas a constipar.
Negué con la cabeza, dándole a entender que no estaba pasando frío, que era todo lo contrario. Le sonreí provocándole, me acerqué a él y le cogí por detrás. Éramos de la misma altura y no pareció nada extraño. ¡Cualquiera diría que no quería arriesgar su trabajo por una cosa así! Empecé a darle pequeños mordisquitos en la oreja. Empezó a respirar fuertmente echándose hacia atrás. Debido a mi insistencia comenzó a seguirme. Me cogió por detrás apartando mi cara y empezó a besarme. le sonreí y le sentéen una silla.
CONTINÚARA....