Relato 8- Viernes con Encarni en Córdoba.
Como habia garantizado,el viernes llegué a Córdoba y con Encarni la esposa de Antonio nos fuimos para la casa del pueblo en Villanueva del Rey, el llego el sabado y disfrutamos de un fín de semana estupendo los tres.
El viernes, 24 de noviembre, cumpliendo con mi compromiso, llegué a Córdoba sobre las 18,30 de la tarde, me dirigí a la gasolinera que Antonio me había indicado, no tardó en llegar. Nos dimos el abrazo de rigor y entramos para tomar un café.
-¿Que tal el viaje? Preguntó Antonio.
-Bien, vine despacio, sin prisa, es un paseo la verdad. Contesté.
.Bueno te comento, en media hora llega Encarni y os vais juntos al pueblo, es a 60 kms. de aquí, se llama Villanueva del Rey, allí estamos más tranquilos en la casa del pueblo. Ya avisó a su prima para que encienda la calefacción, cuando lleguéis estará caliente la casita, por lo tanto, nada más llegue si no te importa ya salís los dos, porque tengo una cena con la peña y no puedo fallar, pero no llegaré muy tarde. En mi maletero, tengo cosas para que cenéis y también una maleta con algo de ropa, si te parece, la pasamos a tu maletero y ya quedo tranquilo. Me explico Antonio.
-Por supuesto, no es problema, ¿si quieres cambiamos las cosas ya? Pregunté.
-Vamos, no tardara mucho Encarni. Contestó levantándose, le seguí.
Un par de bolsas de lo que parecía estaba la cena y un bolso grande con ropa, imagino que para ambos, por su tamaño.
Mientras colocamos las cosas, cerramos el maletero, vimos acercarse a Encarni, tardo tres minutos en darme dos besos. Comentó los pormenores con Antonio y le advirtió que no fuese muy tarde, que le esperábamos.
-Para nada, no me esperéis levantados, cenáis y hacéis lo que os apetezca, llegaré un poco tarde y no es caso que estéis pendientes de mí. Le dijo mientras le daba un pico.
Encarni, estaba muy atractiva, vestía pantalón vaquero, con botas de caña alta, y un jersey de cuello alto, de lana color gris. Está muy buena, a pesar de sus 47 años, buenas caderas y buen pecho, me encanta.
Nos despedimos de Antonio y arrancamos dando ella las instrucciones del viaje, tomamos la N-432 y comenzamos la conversación, sería una hora de viaje aproximadamente, con lo cual sobre las 20.00 estaríamos en el destino.
No tardamos en pasar a conversar sobre lo sucedido el pasado fin de semana y la cosa se fue calentando, toque su pierna, acaricie sus tetas por encima del jersey y no tarde en que mi polla se pusiese tonta.
-Sabes llevo todo el día mojada y Antonio aún me puso más cachonda con sus comentarios, la verdad es que está desconocido, si bien siempre fue muy especial, no era precisamente un hombre que necesitase sexo todos los días, como es mi caso, él dice que soy un volcán y la verdad que me gusta mucho disfrutar de buen sexo. Dijo Encarni, mientras ponía su mano encima de mi bulto de la entrepierna.
-Ya sabes que podemos repetir cuando queráis, por mi parte no es problema, solo hay que coincidir. Contesté.
-Por supuesto, te confieso que hablamos mucho esta semana de lo sucedido e incluso Antonio consiguió una erección aceptable, pero te quiero comentar que sí llegamos a una conclusión, no vamos a estar con ninguna otra persona porque conseguimos lo que buscamos y no queremos riesgo ninguno, a mí me encanta como lo hicimos el fin de semana pasado y quiero que este sea mejor. Fue estupendo conocerte, me dijo.
-Por mi parte no hay problema alguno, sabes que bajo a Sevilla una o dos veces al mes y lo hago en AVE, pero no me importa tomar el coche y quedar. Comenté.
- Pues cuando bajes haces noche en Córdoba, si puedes y te recogemos y te llevamos a la estación, procura siempre traer tiempo, jajajajaja. Comentó.
Seguimos acariciándonos y la cosa se calentó cuando Encarni saco mi polla del pantalón y comenzó a masajeármela, le dije:
-Encarni, no sigas que no respondo, nos ponemos a follar de camino y no es el caso, ya sabes, aun siendo noche, no es cómodo el coche.
-Jajajaja, por supuesto quiero que lo hagamos en el coche, jajaja, no vamos a esperar a llegar, ya te digo yo donde sales de esta carretera. Dijo, mientras masajeaba mi polla ya empalmada y pidiendo guerra.
Antes de llegar a El Vacar, nos desviamos por la CO-3406, circulando despacio buscando un sitio tranquilo para poder aparcar. El segundo camino de la derecha, estaba bien y colocamos el coche mirando de nuevo hacia la carretera y detrás de unos árboles.
Ya no perdía el tiempo Encarni, sacó el cinturón, se puso de rodillas en su asiento y haciendo sitio coloco su cabeza encima de mi entrepierna y no tarde en notar su lengua sobre mi capullo que ya estaba soltando jugo seminal.
Deje que me comiese la polla mientras que con la mano derecha le acariciaba las tetas, con el sostén y el jersey puesto.
No tardé en sacarme los zapatos y el pantalón, ella se encargó de abrir la camisa y besarnos intensamente aun colocado yo ante el volante.
La noche era fresca, por lo tanto salir, no era buena idea, decidí que mejor nos poníamos detrás, ella bajó del coche y entro atrás, yo pasé contorsionándome entre los asientos. Ya atrás le saque el jersey, saque las tetas de sus cazoletas y comencé a lamerlas con recorridos circulares hasta llegar al pezón, ella sujetaba las tetas con las dos manos, juntándolas para que fuese más fácil para mí el lameteo.
No tardó en sacarse las botas y el pantalón, y quedar con una tanguita negra diminuta, estaba super-caliente, cuando la aparte y acaricie los labios del coño.
No era fácil comerle el coño en ese espacio, pero le indique que colocase los pies sobre el asiento abriendo las piernas y apoyando su culo en los asientos delanteros. No era una postura muy cómoda, pero pude comerle el coño unos minutos. Hasta que ella dijo:
-Juan, por favor quiero que me la metas.
- Vale, sube aquí sobre mí. Dije, mientras echaba mi espalda hacia atrás y mi pelvis la adelante un poco al límite del asiento. Cogí un condón y me lo puse.
No tardo nada en tener la polla en la mano, rozarse el clítoris y la entrada del coño con el capullo, hasta que decidió clavarse sobre ella. Bajo despacio y note el calor de su cueva palpitante y húmeda, yo seguí acariciando y apretando sus tetas y lamiéndolas de vez en cuando.
Cuando entró el capullo, agarré sus caderas y tirando hacia abajo, di un empujón con mi pelvis, para que entrase más. Estaba empapada y no tardó en entrar la mitad de mi polla, entonces cuando la sintió dentro comenzó a galopar y tomar ritmo, poco a poco, la polla entraba y creedme, sus jadeos y sus gemidos me embriagaban.
Se dejó caer hacia delante, con lo cual tenía a mi merced sus tetas y su boca, ella estaba muy, muy caliente. No tardó más de diez minutos de entrar y salir y mientras jadeaba, estaba disfrutando de una clavada a su medida e imponiendo el ritmo, para buscar el mayor placer, y entre jadeos me dijo:
-Empuja cariño, empuja, que ganas de sentirla, uffff, voy a correrme, me encanta estoy llena, estoy llena, que gusto, así, así. Mientras se daba unas clavadas sobre mi polla.
No tardó en cambiar de registro decir de nuevo:
- Me voy a correr, me voy a correr…
- Correte, descarga, tendrás mucha polla para el fin de semana, correte. Dije mientras apretaba y clavaba mi polla hasta el fondo del coño de aquella hembra, que se iba a resarcir del tiempo que estuvo sin polla.
- Si quiero que me folles, que me folles todos los días..siiii, siiiii, siii. Rompió en un orgasmo brutal entre convulsiones. Agggg, agggg, agggg, así, mmmm, ummmm, mmmm, ahhhh.
Dejé que terminase los espasmos y se relajase, mientras nos fundíamos en un beso intenso y largo.
- Ahora te toca a ti, cariño. Quiero que te corras. Dijo.
- Encarni, en esta postura será difícil, además no es lo mismo el coche que estar tranquilos en una cama, si no te importa lo hacemos en casa cuando lleguemos. Contesté, mientras saqué a Encarni de encima muy despacio.
Saque el condón, nos volvimos a besar unas cuantas veces y tomó el bolso del asiento delantero. Sacó su móvil y realizó una llamada.
-¿A quién llamas? Pregunté.
Tapando mi boca con su palma, dijo …Chuuuuu.
-Hola cariño, ¿qué tal estas? Preguntó Encarni, deduje de inmediato que era Antonio y así era por la conversación, aunque no escuchaba claramente lo que decía el interlocutor.
- Yo genial, ya sabes el primero ya está y como te dije, quiero llevar la cuenta y disfrutar mucho del fin de semana. No tardes en venir, le advirtió.
Antonio le pidió que me pasase el móvil y me dijo:
- ¿Qué tal?
- Bien, tranquilo, ya sabes estoy a lo que mandéis. Contesté.
- Jajaajaj, pues este fin de semana te va a mandar mucho, prepárate y de la comida y cena me encargo yo. Igual tardo en llegar, os acostáis en cama, yo cuando llegue os despierto. Jajajaj. Dijo Antonio.
- Perfecto, por mi parte no es problema, cenamos algo y nos acostamos.
Contesté.
- Perfecto, intentaré llegar pronto. Chao. Se despidió Antonio.
- Chao Antonio, ven despacio, Chao. Fueron las últimas palabras y colgué.
Nos vestimos, nos besamos y continuamos el viaje al pueblo. No tardamos mucho en llegar y después de aparcar en la puerta de una casa de pueblo muy bien encalada, con ventanas protegidas por rejas y una puerta de madera que abrió y pasamos dentro. La casa estaba caliente, Encarni, aprovecho para llamar a su prima y decirle que acababa de llegar y que al día siguiente, pasaría a verla, le dio las gracias por poner la calefación y se despidieron.
Dejamos las bolsas en la cocina y subimos al primer piso, ella delante, podía ver lo bonito que es su culo, aun con un poco de sobrepeso, lo lleva muy bien repartido.
Una vez dejamos las bolsas de la ropa en el suelo, me fui al dormitorio asignado y me preguntó:
-¿Te apetece ducharte?
-Si, por favor. Contesté.
-Genial, me ducho contigo, ¿no te importa verdad? Pregunto.
-Para nada, jajaja es tu casa. Fue mi respuesta.
Entramos en el baño, puso el radiador, nos desnudamos y entramos en la bañera. No tardamos en enjabonarnos el uno al otro, e incluso pasarle mi polla por su coño, meter un poco la punta, pero sin ir más allá. Me dijo que prefería, cenar algo y luego podíamos disfrutar toda la noche.
Me sequé, pase a mi habitación, me vestí, y bajé a la cocina. Esperé que bajase Encarni, no tardó, estaba impresionante. Traía un batín negro de seda, abierto, un picardías transparente, que dejaba ver perfectamente el sostén, los ligueros,el tanga, las medias, todo negro, y sus botas de caña alta también negras. Encarni tiene unos kilos de más, pero a sus 47 años es una señora y una buena hembra, esta cañón, me pone a mil.
Nos besamos en la puerta de la cocina, acaricie su cuerpo, suave con un olor a jazmín que embriaga, me dijo al oído:
-Vamos a cenar algo que seguro que te parece. Luego seguimos.
-Perfecto, te ayudo a poner la cosas. Contesté.
Preparamos un plato con cuñas de queso, un poco de embutido y corté dos tomates, sobre los que eché unos filetes de caballa en conserva, mientras ella ponía la mesa. Nos sentamos y comenzamos a charlar sobre la semana, terminamos y preparó unos cafés. Después de la cena, aproveche para besarla de nuevo y comenzamos el juego. Estuvimos besándonos, le comí el cuello, saque sus tetas de las cazuelas del sostén y lamí sus pezones con delicadeza, se ponían duros y puntiagudos.
Cuando estaba a cien, la senté en la mesa y separé, su tanga, y me propuse poner su coño a punto a base de lametazos y chupeteos en el clítoris. Estaba gimiendo constantemente, no dejaba de presionar mi cabeza mientras aproveche para meter dos dedos y buscar su punto G.
Cuando estaba a cien, me dijo;
-Fóllame. Mientras bajaba de la mesa.
Se apoyó en la encimera y me dejó su impresionante culo a mi voluntad, le di un cachete, saque mi polla y se la roce en todo el coño, y le dije:
-Espera que me ponga un condón.
-No por favor, déjalo, quiero tu leche dentro, me encanta como te corres y la quiero dentro, toda la leche dentro, caliente, hace tiempo que no me llenan el coño.
-Tú mandas. Dije mientras empujaba el capullo para taladrar el coño tan caliente de Encarni.
Aguanté como 15 minutos bombeando su coño y hablándole, cosa que la pone a cien, según me dijo Antonio y pude comprobar.
No deje si un solo momento en decirle lo que me gustaba, lo buena que estaba y como me gusta follarla…
Estaba de pie apoyada en la encimera mientras la sujetaba por su cadera con una mano y con la otra acariciaba sus tetones, que se frotaban sobre el mármol. Comenzó a acelerar sus jadeos y su respiración, síntoma inequívoco de que en breve descargaría todos sus jugos, por el placer de la corrida que se acercaba.
Comencé a darle pollazos fuertes, pasando a agarrarla con las dos manos por las caderas, estaba gozando y se podía ver que ella buscaba unas buenas clavadas, hasta que no aguantó y paso de jadeos a gritar sin pudor:
-Aggggggggg, me corro, me corrooooo, agggg, ahhhh, agggg, ahhhh, ufffff.
Se corría empujando hacia atrás cuando yo me salía, quería que mi polla llenase su coño, pero fue imposible. Seguí moviéndome, hasta que me pregunto:
-¿No te apetece correrte? Hoy como aguantas cabrón, así me encanta aunque mañana no ande….le diré a Antonio lo bien que me estas follando dentro de un rato, se va aponer cachondo.
-Hoy aguanto, estuve a punto de irme, pero aguante y ahora creo que voy a tardar. Dije.
Se salió de la posición en la que estaba y me dijo:
-Ven vamos a nuestra cama, quiero que me folles, en nuestro dormitorio.
-Vamos….Dije, la seguí como un corderito mirando el cuerpo de la tiarrona que estaba gozando de mis buenas clavadas, mientras su marido cenaba con sus amigos.
Llegamos al piso de arriba, nos dirigimos a su cama de matrimonio y nos dejamos caer fundiéndonos en un abrazo y un intenso beso. Me dijo al oído:
.Ufff me encanta como me follas, gozo como una perra, tienes la polla durísima y es enorme, me llena todita….mmmmm…quiero más, si más…
-Tranquila vas a gozar mucho, no te preocupes, tenemos todo el tiempo del mundo y hoy me costará correrme. Dije.
Me coloqué para que se subiese en mi polla, pero antes le pregunté:
-¿De verdad? No quieres que me ponga condón.
-Que no te preocupes, tranquilo, lo hablamos y le dije a Antonio que me apetecía sentir tu leche dentro y me dijo, hazlo, llénate el coño y goza. Contestó.
No me preocupé más y la subí sobre mí, tomó la polla, bien dura, son 23 cmt. de carne muy dura, con una circunferencia en la base del capullo de 17.5 cmt. bien medido. Comenzó a frotarse de nuevo el coño, no tardó mucho en enfocar el capullo a la entrada de su vagina y empujara hacia abajo dejando caer su peso su cara era un cuadro de placer, cada vez que se metía un trozo dentro.
Con la mitad de la polla dentro, comenzó a cabalgarme y me dijo:
-Ahora quiero que te corras y llenes mi coño de leche caliente.
-Perfecto, lo haré. Contesté.
Comenzamos a dar ritmo al polvo y la verdad que en ningún momento dejó de jadear y gemir, sus sonidos son embriagadores y no solo eso, ver su cuerpo sobre mí, con la lencería negra, en contraste con su piel, me encanta y me pone a mil.
Estuve un rato diciéndole guarradas mientras ella subía y bajaba, en algunos ratos la atraía hacia mí y la besaba, luego se incorporaba y estrujaba sus tetas mientras la sujetaba por las caderas. Aguantamos un buen rato, hasta qe comenzó a acelerar el ritmo del polvo y su respiración. No dejé que perdiese el ritmo y empecé a empujar hacia arriba mi pelvis, buscando el fondo del coño.
No tardó en cambiar los gemidos por las palabras.
-Sigue cariño, siii, asíiii, sigue, fóllame bien, me encanta tu polla, me llena toda, ffff, me encanta, sigue me encanta sigue, quiero que me folles asíiiii. Dijo.
-Gózala, gózala, hay tienes toda la polla para ti, te voy a llenar de leche, mucha leche, Dije. Mientras comencé a frotar con mi mano derecha el coño a la altura del clítoris. No tardó en estallar en una corrida por el morbo de las palabras, la polla que le clavaba y la hacía gozar.
-Me corrrooo, me corrrrooooo, así, asi, dios, sige, me corrooooo, ahhhh, agggg, ahhhh, ahhhh, agggga, mmmmm, que bueno. Dijo entre convulsiones.
Había soltado jugo seminal sobre mi cintura y polla, lo que demostraba la intensidad de su orgasmo. Lamentablemente no me corrí, a pesar de desearlo.
Se dejó caer sobre mi y nos besamos intensamente, me dijo:
-Me encanta como me follas, me encanta, me corro como nunca, la verdad es que tienes una polla enorme y durísima, como los actores porno.
-Jajajaj, jajaja. No pude contener la risa. No será para tanto, Contesté.
-Te digo que me llena toda y al rozar arriba por esa curva me hace correr como una perra, llena todo el coño. Es una sensación increíble. Dijo.
Estuvo un rato sobre mi polla hasta que más relajados, se levantó y fue a por cola a la nevera, cuando subió se fue a la bolsa de la ropa y saco algo. Lo levantó en su mano izquierda y me dijo:
-¿Te gusta mi juguete? Me enseñaba consolador de unos 15 cmts. y buen diámetro.
-Eso te lo voy a meter en el culo. Dije sin más, no sé por qué.
-Ni se te ocurra, protestó.
-Pues pienso metértelo en el culo mientras follo tu coño, veras como gozas. Dije.
-Ni se te ocurra, si fuese más pequeño aun, pero este es enorme. Dijo.
-Que va, una vez que dilate, lo disfrutas. Contesté.
Seguimos hablando de lo bien que lo pasamos, cortó y dijo:
-Son la once y algo, voy a llamar a Antonio, a ver si ya salió.
Marcó y espero que contestase.
-Hola cariño,¿ ya terminasteis? Preguntó, mientras esperaba la contestación.
Pero ¿cómo dices? ¿Qué prefieres quedarte en Córdoba y venir temprano? Pues te estábamos esperando. Dijo, mientras esperaba la respuesta.
Lo entiendo, si bebisteis es mejor que no tomes el coche, descansas ahí y vienes temprano, por mí no te preocupes que miedo no paso, jajaaa. Contestó pasándome el móvil.
-Hola Antonio, te esperábamos. Dije.
-Te cuento, ya sabía de la cena de la hermandad, pero no quise decirle nada a Encarni, deseaba que estuvieseis a solas esta noche y que luego me lo cuente. Te pido que no te cortes y la hagas gozar mucho, déjala muerta, jajajaja.
- ¿Pero de verdad no vienes? Pregunté de nuevo.
-No, quiero que esta noche sea para ella y sin cortarse porque este delante yo. Por lo tanto disfrutar, mañana esto ahí después de desayunar sobre las once llego. Respondió.
-Bueno, tú decides, ven despacio. Chao. Dije.
-Pásame a Encarni, Chao. Se despidió y le entregue el móvil a ella.
- ¿Dime? Preguntó, escuchaba muy poco lo que le decía, hasta que le contestó:
-Tranquilo, muy bien, llevo tres increíbles, esto aún empieza, ya sabes tenemos tiempo y voy aprovecharlo bien. Un beso cariño, hasta mañana, ven despacio. Muahh, un beso. Y colgó.
Me miró y me dijo:
-Ya ves Antonio es un cielo, nunca pensé que haríamos esto a pesar de que era una de sus fantasías, que terminó generando curiosidad en mí, la verdad que tuvimos suerte contigo la hicimos realidad. Gracias.
-Me alegro, no tienes que darme las gracias, se el morbo que produce en Antonio saber que estas follando gozando de otra polla, pero no te imaginas lo que supone para mí que tu esposo, me pida que te folle bien y te haga gozar, es increíble. Dije.
Estábamos relajados charlando, hasta que ella vio la polla semi-erecta y dijo:
-Jo… no te corriste y quiero sentir tu leche caliente en mi coño, lo tengo decidido.
-Tranquila, te lo llenaré y bien, porque estos días no me corrí y además llevamos un rato dale que te pego y cuando salga será una catarata caliente, ajajajaja. Contesté.
- Lo deseo, deseo ese calor en mi coño, sé que me corro si lo noto dentro y ese calor, uuuuffff, llevo muchísimo tiempo sin sentirlo, Dijo, y me besó.
Empezamos otro juego y esta vez llevaría las riendas. La coloque sobre la cama, espalda arriba y comencé a besarle, cuello, espaldas y cada trozo de su piel, hasta que entre lametones y caricias ya estaba caliente el tema, abrí sus nalgas y comencé un beso negro, que la puso a mil, mi lengua jugaba con su ojete y con toda la zona del perineo, mientras media dos dedos. Tomé el consolador, lo mojé con mi saliva y se lo acerqué a la entrada, mientras seguía lamiendo las nalgas. Cuando entró el capullo, dio un salto y se quejó.
-Despacio. Dijo.
Seguí poco a poco, logré meter la mitad, en ese momento, volví a salivar sobre el consolador y comencé el bombeo un poco más rápido, no tardo en gemir muy suave, aproveche para meter dos dedos en el coño y empujar el consolador, hasta que poco a poco s placer se incrementó y ya estaba lista para una buena clavada de coño y culo.
Baje de la cama, la acerqué un poco y la coloque a cuatro patas sin sacar el consolador, agarre mi polla, la coloque en la entrada del coño y se lo ensarte con un empujón.
-Animallll, jo, animal. Joooo. Se quejo, pero seguí bombeando.
-Te gustan las dos pollas, ehhh, te encanta tener el culo y el coño lleno ehhh. Me encanta que seas tan caliente y tan perrita…así, asi. Le decía mientras bombeaba sin parar.
- Si me encanta, me gusta cómo me follas, me encanta tu polla, me gusta ser así, tu perrita, tu putita, así, que me folles el culo y el coño, que me llenes de leche y contárselo a Antonio. Sii, siii, así. Respondió. La verdad que me sorprendieron sus palabras, pero he de deciros que me calentaban muchísimo.
-Así que te calienta decírselo a Antonio, ehhh, me encanta como follas, estás buenísima, estás cachonda y eres caliente como el fuego, me gusta follarte mucho, así, así. Dije mientras empujaba mi polla dentro del coño , apretaba mi estómago contra el consolador para clavarlo más y apretaba sus tetas con las dos manos, uffff, ya me empalma volver a pensarlo. Miraba las caderas de Encarni, su cintura y sentía el calor de su coño en mi polla, sabía que la cosa no iba a durar mucho, cuando aceleró su respiración y jadeaba más fuerte, mi mano derecha dejo sus tetas para ir a por el clítoris, comencé a frotarlo rápido con tres dedos, mientras su culo y su coño estaban llenos de juguete y polla.
No tardó en jadear fuerte y a empujar para clavarse más, baje mi mano izquierda le di nos buenos cachetes mientras le hablaba, ella comenzó a gemir fuerte y sin más comenzó a correrse, soltando chorros de jugos vaginales una y otra vez, mientras decía a gritos:
-Joder como me corroooo, asiiiiiiiiiii, como me corro, dios como me corroooo, agggg, ahhhh, ahhhhh, ahhhh. Uffff. Chilló pero no paré de frotar su clítoris y seguir empujando, me apetecía correrme en su coño y llenárselo con mi lefa, hasta que saliese por todos los lados.
Seguí, empujando y acelerando el ritmo, sin dejar de darle empujones para que sintiese bien mi polla, quería correrme, así en esa postura lo tendría difícil, se que la postura del misionero me ayuda a terminar. Le dije:
-Cambiamos de postura. Sacando mi polla.
Se colocó boca arriba, subimos un poco para salvar lo empapado del edredón y la agarré por las caderas, apreté el consolador y comencé a darle duro, uffff, que buena esta y como aguanta esta tía, pensé, mientras veía sus ojos en blanco y sus tetones saltar a cada empujón de mi polla; no tardé en sentir que llegaba mi corrida, lo estaba deseando, lo deseaba de verdad, descargar era mi objetivo. Segí bombeando y comencé a decirle:
-Me encanta follarte, que goces como una putita se lo cuentes a tu esposo, siii, así..estás buenísima te voy a llenar el coño de leche como nunca, vas a reventar…siii, asiii.
-Si llénalo, llénalo, me encanta como me clavas, así, así, me gsta estar llena por el culo y el coño, así, me gusta, me gusta… correte cabrón, lléname de leche. Me encantaba ver de frente su cara de viciosa y como apretaba s pelvis a cada clavada. Joder aquello era increíble, que pena que Antonio no fuese testigo, aunque dudo que ella se entregase de esa manera. No aguanté, cerré los ojos y..
-Joder, joder…me corroooo, uuffff, me corrrro, (descargue leche a borbotones y parecía una fuente, no dejé de entrar y salir) asíiii, me encanta, me encanta, toma leche, toma leche, asíiiiii.agggg, ahhhh. Abri los ojos y vi su cara.
-Esta caliente,uuffff, la noto, esta hirviendo, uffff, me corro, que gustazo, como me gusta, ffff, vaya lechada me echaste, me corro, me corrooooo, aggg, agggg, agggg, ahhhh. Fue el resultado del polvazo que acabábamos de disfrutar.
Después de besarnos y más relajados, saque la polla, me lamió cada milímetro de mi miembro y cuando terminó volvimos a besarnos. Ya descansados cambiamos el edredón y nos acostamos para descansar un rato. A las 4.30 de la mañana comenzamos el segundo asalto que terminó sobre las 7.30, luego dormimos hasta las 11,30, que nos despertó Antonio, para qe bajásemos a desayunar que había traído churros. Encarni, le contó todo con pelos y señales, se fueron juntos a echar un polvo, porque quería aprovechar la erección de Antonio..
Sé que es un poco largo el relato, podía dividirlo en dos, pero al final decidí así terminar esta experiencia con Encarni y Antonio, a pesar de que follamos todo el fin de semana. Fueron 16 orgasmos para ella, que gozó más que en Madrid..
Esta es la VERDAD de lo sucedido la noche del pasado viernes.