Relato 62- Esposas maduras en el camping
Desde el pasado domingo estoy disfrutando de una cabaña en un árbol, en el camping de un conocido, unos días que espera descansar y al final me tienen a cien de lo buenas que están varias de las maduritas que frecuentan la piscina. Que pasada como esta el personal de ganas de marcha.
El domingo 22 de Agosto, tenía reservado una cabaña en un árbol, en un camping de un conocido en un pueblo del interior.
Llegué a las seis de la tarde, quería descansar de unos días brutales de sexo, que disfrute estando de vacaciones, escribiré varios relatos comentándolos, fueron de verdad días brutales, de hecho, ese domingo por la mañana me despertó Oti, buscado un buen polvazo y después de comer mi tía Ruth me tenía preparada la despedida y terminamos follando en la ducha.
Descansar unos días era mi intención, no conozco a nadie, solo a sus dueños, José y Maika, que saben de mis aficiones, pero sabia que con el negocio a tope dejaríamos la fiesta para octubre.
Cuando llegué el calor era sofocante, me indicaron mi cabaña de madera para instalarme y coloqué mis cosas. El calor era sofocante a pesar de estar entre árboles. Fui a la piscina a darme un chapuzón. Tienen dos piscinas, una para críos y otra para adultos separada por un seto.
Estaba a tope de matrimonios charlando y disfrutando de la tarde, no había ninguna persona sola, todo eran parejas, fue lo que percibí a primera vista.
Me estuve bañando un rato y disfrutando de la buena temperatura del agua, cuando salí fui a la zona de duchas comunes para sacarme el bañador y ponerme otro, no me gusta estar mojado y con cloro en mi piel.
Cuando entre estaba otro hombre en las duchas, tenia como 48 o 50 años y con un poco de barriga cervecera, estaba enjabonándose. Miré de reojo su polla, era pequeña oscura y con huevos grandes y con pelo.
Saqué el bañador y me metí debajo del agua fresca de la ducha, tomé jabón del dosificador y procedí a sacar el cloro de mi piel. Cuando miré hacia el paisano, esté estaba terminando su ducha y mirando mi polla descaradamente. No es nada nuevo, de verdad, jamás desde que me puse en pelotas después de hacer gimnasia en el instituto, jamás paso desapercibida mi tranca en unas duchas.
En esos casos, quiero que el tío la pueda ver bien, e incluso la enjaboné para darle un toque de poder.
Terminé la ducha y cada uno estaba secándose, puse mi bañador nuevo, haciendo el despistado para que pudiese ver más mi polla, me gusta calentar.
Cuando salí fui a la barra del exterior donde sirven cocteles y zumos de distintas variedades de frutas. Y busqué una mesa tranquila para sentarme.
Llevaba unos quince minutos allí sentado y vi llegar al paisano que había coincidido conmigo en la ducha, también se dirigió a coger bebida y se sentó a dos mesas de donde estaba yo.
Media hora después, se acercaban tres personas hacia la mesa del caballero, dos mujeres y un señor.
Se sentaron y comenzaron a charlar. Ellas dos hembras de muy buen ver. Una como cinco años más que la otra, pero ambas muy bien conservadas. Estaban con el bañador puesto y pareos, pero aun así podía ver sus formas.
Cuando consideré me levanté, los saludé y me fui a cambiar para ir a cenar al buffet. No tardé en estar listo y pasar a la zona de cenas.
Estaba solo en una mesa pequeña a mi lado otra mesa, tenía el cartel de reservada. Cogí lo que me apetecía para tener una cena suave y dormir plácidamente, me apetecía descansar de tanto lio que me producen las vacaciones en mi pueblo.
No tardaron en llegar las dos parejas, ya vestidas para cenar y se sentaron en la mesa reservada después de coger las viandas en la zona de catering del buffet.
Ellas estaban muy alegres y animadas, ellos, se metían con ellas una y otra vez. Se reían, estaban comentando cosas que les hacia gracia. No sabía el motivo.
Cuando volví a por fruta para los postres, el señor que coincidió conmigo en la ducha, estaba también buscando postre, nos sonreímos y me dijo:
Acabas de llegar ¿verdad?
Si llegué esta tarde. Contesté.
Si, me fijé que estás solo, perdona que me meta en tu vida, pero vienes solo ¿verdad? Preguntó.
Si, vengo a descansar tres o cuatro días, logre a última hora alquilar la cabaña y aprovecho para estar tranquilo. Dije.
Genial, perdona que no me presenté. Soy Antonio. Dijo.
Encantado, mi nombre es Juan. Un placer conocerte. Dije.
Lo mismo digo, luego si te apetece te invitamos a una copa, vamos a hacer una queimada. Dijo.
Gracias, no bebo alcohol, pero no pasa nada, no tengo nada que hacer y puedo tomar otra cosa. Dije. Cogiendo ya lo último del postre. Melón, sandía, melocotón, piña y plátano todo en macedonia.
Perfecto. Dijo
Me fui a la mesa y ya vi que los tres que esperaban, nos habían visto hablar, se sonreían cuando me senté.
Volvió Antonio a la mesa y me dijo:
Si te apetece te puedes sentar aquí en la cabecera. Dijo.
Me levanté y me acerqué a la mesa, Antonio me presentó a Nuria, Carmen y Jorge.
Me senté en la cabecera y comenzamos a hablar de lo magnifico que está el camping, para ellos era su primera vez, habían llegado el viernes tarde y estarían hasta el día 29 domingo que se iban a Logroño.
Hablamos de todo y cuando ya teníamos cierta confianza, me preguntó Jorge:
Juan, ¿de verdad estas solo?
Si, no tengo pareja y la verdad que me apetecía mucho pasar unos días de tranquilidad y mañana disfrutar del rio, de la zona tan bonita y natural que rodea este lugar.
Vaya, no me imaginé que estuvieses solo, dijo Nuria.
Pues es así. Dije.
Estuvimos hablando de todo, lo relativo a sus matrimonios, que son amigos desde jóvenes, que ellos trabajan en la misma empresa y que ellas son amigas, de hecho. Carmen comenzó a salir con Jorge porque Antonio y Nuria les presentaron.
Estuvimos haciendo una queimada y nos dieron las dos de la madrugada, estaban todos un poco puestos, entre combinados, vino de la cena y copas previas a la queimada, que baja sola, pero tumba.
Estábamos solos en la zona de la terraza en la que cenamos, ya no quedaba nadie por allí. Y dije:
Perdonar voy al baño un momento.
Ok, dijo Antonio.
Yo también tengo que mear, demasiada bebida y reviento. Dijo levantándose.
Ambos nos encaminamos a los baños exteriores de la terraza y nos pusimos cada uno en un urinario. Cuando estaba meando, mi chorro es potente y sonoro.
Jorge miró hacia mí y dijo:
Joder debes tener una chorra potente, menuda meada. Ya me dijo Antonio que tienes una tranca grande y gorda, quedo impresionado.
Jajaja, bueno, es una polla un poco más grande, pero nada especial. Dije.
Mi mano agarraba la polla y él se separaba hacia atrás para intentar verla y como le era imposible me pregunta:
¿Juan puedes enseñarme la polla? Joder, no se que digo, jajaja. Dijo.
Si hombre, dije. Poniendo la polla a su vista perfectamente, a pesar de tenerla parte dentro del pantalón. Sabia que estas parejas tenían algo más que una amistad, porque de hecho no sabía quién era esposa de quien, estaban muy unidos los cuatro.
Entonces, abrí el botón del cinturón y saqué la polla del todo. El miró y abrió los ojos, mi polla estaba ya morcillona ante las circunstancias.
Menudo pollón tienes chico, joder que chorra, eso hace feliz a la hembra más exigente. Dijo.
Jajaja, me alegro que te guste. Dije.
Dios mío, me encanta el capullo gordo y brillante que te gastas tío. Dijo.
Gracias. Dije, me alegro que te guste.
Jajaja, y si la ven las chicas se ponen locas, jajaj. Son unas lobas. Dijo.
Vaya, jajaj, ¿qué ocurre sois swingers? Pregunté.
Si, pero solo lo hacemos los cuatro, es el trato, no meter a nadie en el tema, tenemos tanta confianza que no importa que cambiemos las mujeres de vez en cuando y así ellas tampoco se aburren. Dijo.
Te entiendo, es una buena manera de tener un circulo intimo controlado. Dije.
Si, pero de verdad me gustaría ver a las dos con tu tranca, dobla la nuestra de verdad. Mira. Dijo enseñando una polla de unos 9 centímetros morcillona, imagine que eso media 12 o 13 en erección.
Esta muy bien. Comenté.
Bueno no me jodas, comparado con la tuya es un garbanzo, jjajjaja. Dijo.
Bueno lo importante es que ellas disfruten de vosotros y sobre todo al tener confianza lo pasaran bien.
Oye, ¿te gustaría hacer un juego y que disfruten con tu polla, te lo pregunto antes si quieres puedo organizarlo? Preguntó.
Eso depende de ellas, nosotros no tenemos nada que hacer si no quieren. Dije.
Bueno, vamos y ya te digo algo. Dijo saliendo hacia la mesa donde estaban los otros.
Llegamos y volvimos a la charla, ellas menos perjudicadas que ellos, pero si contentas. De repente dice Nuria.
Carmen, de verdad acabo de fijarme bien y tienes unas tetas preciosas. Dijo.
Gracias Nuria, tu si estas muy bien, a mi me sobran unos kilos. Contestó.
No entendía aquella deriva en la conversación delante de nosotros y de repente dijo Jorge:
Pues creerme chicas, Juan tiene la polla más grande que vi jamás, ya quisieran los actores porno tener esa tranca.
Ambas mujeres me miraron y dijeron:
¿de verdad?
No hagáis caso, jajaja, vuestros maridos son unos coñones. Dije.
Jajaja, Chicas no os miento, es como dice Jorge, es una señora polla y eso debe ser una maravilla para las tías, ya quisiera yo. Dijo Antonio.
Ellas, se interesaron más, eran las dos y media de la madrugada y no había nadie en la zona del camping, no hay que olvidar las copas y Nuria me pregunta:
Juan ¿de verdad tienes esa polla tan grande?
No hagas caso, es un poco más que lo normal, pero nada más. Dije.
Y entonces Jorge suelta la bomba.
¿Porque no lleváis a Juan a nuestra cabaña y que os la enseñe? Juan, ¿te parece bien que la vean? Me dijo, pero note el guiño del ojo, era una invitación.
Para nada, solo deben pedirlo ellas. Dije.
Ya estas tardando. Dijo Carmen levantándose.
Vamos. Dijo Nuria que me tomó de la mano.
Bueno, Antonio y yo, terminamos la queimada y ya nos vamos, que lo paséis bien. Dijo Jorge.
Seguí a Nuria y Carmen, las dos maduras buenorras, de buenas patas, Nuria más tetuda, pero ambas con buen cuerpo. Miré sus culos y pensé, estas follan fijo, no hay otra, están calientes como brasas y van a gozar porque me estuvieron poniendo cachondo durante la conversación.
Estaban instalados en una cabaña de madera con dos habitaciones y un salón cocina americana. Era amplia y entre otras cabañas más pequeñas.
Entramos, encendieron la luz y me dijo Carmen:
Mira Juan, nuestros maridos llevan toda la noche hablando de tu polla y de verdad ya tenemos curiosidad.
Jjajaja, desde luego, no paso desapercibida para ellos. Dijo Nuria.
¿Quereis verla? Dije.
Siiiiii, dijeron ambas.
Jajaja ¿y yo que gano enseñando la polla? Estaba en plan cabrito ya, quería meterme en el juego. Dije.
Jjajaja, bueno tu enseña y luego te sorprendemos. Dijo Nuria.
Solté el cinturón y en un plis estaba la tranca al aire, enérgica, ya a un 60% de su poder, no erecta del todo, pero si ya en marcha.
Las dos, se miraron y dijo Carmen.
Dios mío, que pollón tenían razón ellos.
Joder chico, menuda tranca, eso debe ser la leche tenerla dentro. Dijo Nuria.
Ahora si tenia que ser valiente y lanzarme.
Pues si queréis sentirla dentro, solo con pedís permiso a ellos y listo, por mí no hay problema.
No necesitamos permiso, ellos llevan dos horas animándonos. Dijo Carmen.
No esperé más y les dije.
Aquí la tenéis para las dos. Mientras la masajeaba y dejaba caer el pantalón.
Ambas vinieron hacia mí, Nuria se arrodilló y fue con su boca a por la polla mientras masajeaba con la mano y Carmen me metió un morreo monumental.
Disfrutando de la mamada fuimos desnudándonos hasta que los tres estábamos como dios nos trajo al mundo y le dije a Nuria:
Déjame comerte el coño y dejamos que la chupe Carmen.
Hecho, Dijo Nuria, abriéndose de patas en el sofá.
No lo dude, entre en el coño de la mujer de Antonio y comencé a lamer con intensidad, quería hacerla correr como una loba, mientras comía el coño le estrujaba las tetas y Carmen me estaba haciendo una mamada magistral, que gozada de comienzo.
Estuvimos un buen rato hasta que noté que se aceleraba la respiración de Nuria y dijo:
Dios, me voy a correr, menuda lamida de coño, y esos dedos son increíbles, como sabes cabrón.
En ese momento, Carmen se levantó y comenzó a lamer los tetones de Nuria y besó su boca, ellas se abrazaron por el cuello y ya me quedó claro que ese juego ya era repetido, había practica y se morreaban muy intensamente.
No tardó en gemir fuerte Nuria y se separó de Carmen.
Dios, dios, me coorrrorooo, aggg, ahhh, aggg, me corrrooooo, ahhhh.
En ese momento mis dedos fueron a por el coño de Carmen, me lo dejó a huevo y no iba a desaprovecharlo. Los metí y comencé a darle con velocidad. Una se corría y la otra gozaba de dedos a tope.
Quería ensartar a Carmen, me ponía mucho follar a esa hembra, esta buenorra y me apetecía empotrarla hasta el fondo.
Se relajó un poco Nuria y yo me centré en Carmen,
Nos morreamos intensamente y cuando mis dedos ya notaban un rio en el coño les dije:
¿Tenéis condones?
Si, los tenemos, espera. Dijo Nuria que en un plis me los entregó.
Cuando solté a Carmen para colocarlo, me quedé flipado, aquello no cubría ni la mitad de mi polla y era sumamente apretado. Hay que joderse pensé.
Sin más le dije a Carmen.
Colócate de rodillas en el sofá.
Lo hizo y ante la mirada de Nuria comencé a frotar la tranca con el coño de la casada, quería atravesarla y que se corriese como nunca.
Unos minutos de frotar y ya hacia ploff, ploff, ploff, estaba empapada.
No quería dejar a Nuria abandonada y la acerque para besarla mientras que enfocaba la tranca al coño de su amiga.
Embestí con fuerza y el coño abrió como si entrase un bulldog en una pared.
Agarré sus caderas mientras morreaba a Nuria y comencé a meter y sacar.
Carmen solo gemía y gozaba.
Dios, agg, aggg, ahhh, ahhh. Me revienta, ahhh, ahhh, dios, es enorme Nuria, es enorme, aggg, ahhh.
¿Te gusta verdad? ¿te gusta cómo te folla Juan? Dijo Nuria.
Siii, siii, me encanta.
En ese momento entraron ambos esposos y miraron hacia nosotros.
Dales duro, que necesitan un buen pollón para reventarles el coño. Dijo Jorge.
Joder como disfruta mi mujer, joder, que clavada le estas dando. Dijo Antonio.
Ella se estaba acercando a la corrida y no iba a ser yo quien bajase el ritmo para que no terminara de correrse bien.
Aggg, ahhh, agggg, siiiiii, aggg, siiiii, aggg. Se corria Carmen antes mis pistonazos potente que le llegaban al útero, que gozada de coño, estrecho, húmedo y profundo. Me encanta follar a esas hembras que sienten por primera vez como un pollón llena su coño y no deja un solo rincón del interior sin trabajar.
Dejé que se relajase y saque la polla.
Entonces Nuria dijo:
Ahora a mí, por favor. Colocándose al lado de Carmen que todavía se mantenía de rodillas sobre el sofá.
Saqué el condón e intenté poner otro y Jorge me dijo:
No te pongas condón, joder, se te ve sano y quiero que le llenes el coño a mi mujer, que sienta lo que son unos buenos chorreones dentro.
No lo pensé más y enfoqué mi polla al coño de su esposa, esta muy buena, es más estrecha que Carmen, pero con un cuerpazo para follar. Se quejó un poco cuando entró mi capullo, pero no pare y su marido dijo:
Venga clávala bien, que veras como se corre esta perra, es una caliente de cjns y nunca la dejamos satisfecha, hazla gozar como nunca.
Eso me calentó y le endiñé la polla hasta el fondo de un empujón, agarre bien fuerte con las dos manos y comencé a clavar como un loco. Sabia que aquella hembra recién corrida por mi lamida de coño, quería gozar igual que lo había hecho su amiga y no la iba a decepcionar.
Los maridos observaban mis embestidas y como el empujón hacia ploff, ploff, y el golpeo de plaff, plaff, de mi pelvis contra sus nalgas.
No estaba toda la polla dentro, pero se sentía caliente la cueva y con las ganas que tenia lo iba a llenar todito de leche.
Aguante unos minutos hasta que ella comenzó a acelerar la respiración y jadeaba como una loca.
Te esta llenado, esta como jamás la ví. Dijo Antonio mirando a Jorge.
Es que la esta taladrando como nunca y esa polla llena todo el coño, esta desbocada y se va a mear de gusto. Dijo Jorge.
Dicho y hecho.
Aggggg, aggg, ahhh, ahhhh, ahhhh
Gemía de repente y jadeaba, Comenzó a soltar squirt como un grifo, mientras se convulsionaba desde los dedos de los pies hasta su pelo, estaba desbocada y se corría mientras yo no dejaba de embestir y agarrar sus caderas.
Me encantaba la escena, ambos maridos con las pollas fuera, pajeándose y ellas gozando con un macho ajeno, que pasada.
Carmen rodeó el sofá y comenzaron a besarse como diosas, que pasada.
Eso terminó de ponerme a mil y dije.
Me voy a correr, me voy a correr. No pude más y solté leche a borbotones dentro del coño de la esposa de mi nuevo amigo y ella aun con las últimas convulsiones.
Aggg, ahhh, ahhh, ahhh. Mi tranca largaba leche a cien, llenaba el coño y lo sentía caliente en cada embestida, joder como me estaba corriendo, era de esas corridas que te dejan buen sabor de boca, un coño que te ordeña bien y desde luego te hace gozar.
Cuando saque la polla ya flácida, Carmen dijo.
Te la voy a limpiar todita, te importaría que mi marido me ayudase, es que me pone a mil verlo con una polla en la boca.
Toda vuestra. Dije.
Y hay estaban ambos esposos chupando los jugos de la última lefa que había llenado el coño de Nuria, en ese momento me fije que su estaba comiéndole el coño y limpiando también la corrida que le deje a su hembra.
Hay comenzó la madrugada, no dormí hasta las siete de la mañana, que me fui a mi cabaña, dios que pasada de noche.
Estas dos hembras son divinas y les gusta mucho follar, de hecho, llevo varios días en el camping y ni un solo día dejamos de hacerlo. Aún no les folle el culo a ellas, pero los dos maridos mamaron mi tranca e hicieron de palancaneros para que taladrase el coño de sus esposas.
Dos matrimonios amigos que me invitan a pasar fines de semana en Logroño cuando me apetezca. Veremos que hago, pero a día de hoy, Jueves 26, aun no folle esos dos culos y no quiero que se vayan el domingo sin llenarlos bien de leche. Eso seguro que os lo cuento y además tengo fotos de las dos maduras, hechas por la noche en las afueras del camping, jajaja. Follando no hicimos fotos, ellos grabaron videos, pero se ven las caras. Por cierto, pasaron varias chicas por mi cabaña y alguna siesta con esposas en estos días.
Espero que os guste y disfrutéis del relato.
Comentarios, por favor.