Relato 60- Una madura hace su fiesta de divorcio.

Con 52 años, Aurea, una funcionaria muy buenorra, quiere que le saque las telarañas del coño. Después de tres años de nula convivencia con su marido, se refugió en leer todorelatos y me contacto para quedar, la fiesta de divorcio esta siendo un éxito para ambos.

El pasado miércoles al mediodía, recibo un mail (entre los cientos que me solicitan fotos, sobre todo) que dice:

“Hola Juan, me gustaría recibir fotos de las protagonistas de los últimos relatos y si pudieses mandarme unas tuyas, me vale vestido, pero desearía ver si de verdad dispones de una polla de 23 centímetros como dices”.

Por supuesto, ese mismo día conteste al mail, enviando las fotografías como hago siempre y además incluí tres imágenes mías para demostrar lo que me pedía.

El jueves recibo otro mail y dice:

Hola Juan, de verdad quede impresionada con las fotos, me encanta como escribes, puedo imaginarte en la cama a través de tus relatos y me gustaría saber ¿si puedes quedar conmigo el próximo sábado?

Por supuesto acepté la invitación y le facilité mi teléfono. Sobre las once de la noche recibí una llamada, estaba con Marta en el coche, bajé y me alejé para hablar, sabia que era ella porque así habíamos quedado.

Diga. Respondí.

Hola Juan, soy Aurea, ¿Cómo estás?

Bien ¿y tú?

Muy nerviosa, por esto que estoy haciendo, jajaja, pero me apetece mucho quedar contigo y conocerte, me encantan los relatos que escribes y he de decirte que me imagino en ellos, gozando y corriéndome con tu pene. Dijo.

Tranquila, primero nos conocemos y luego decides lo que te apetece. Dije.

No tengo nada que decidir, te cuento, el lunes después de un año, firme el divorcio con mi marido, fueron 32 años casados y puse fin a tres años de mala vida conyugal que no ha hecho más que hacerme sentir mal y ya es hora de vivir como deseo. Me comentó.

¿No me digas que te divorciaste, esta semana? Pregunté.

Si, bueno firmamos el divorcio, realmente hace tres años que no tenemos nada, pero esperamos a que mi hija terminase la universidad y no hacer un cisma en casa, ahora todo terminó. Mi hija se va a trabajar a Madrid, a la empresa en la que hizo las practicas y yo me quedo sola, soy funcionaria y aun me queda mucho para jubilarme, tengo 52 años. Dijo.

Eres muy joven aún, te queda mucho por vivir, jajaja. Dije.

Pues deseo empezar a vivir, siempre viví una vida encorsetada, sin hacer nada que pudiese causarme problemas y llevaba 35 años con mi marido, sin haber tenido ni un desliz, ya ves de que vale. El lleva 8 años liado con una compañera de trabajo y fui la última en saberlo como siempre pasa.

Bueno, esas cosas pasan. Dije.

Te parece que mañana por la noche te llamé y organizamos para quedar, como te comenté en los mails, vivo a 40 kilómetros de donde trabajas, si te apetece venir a comer a casa, genial.

Perfecto, descansa. Dije.

Gracias por todo y por tu sinceridad, un beso. Chao. Y colgamos.

Volví al coche y continué comiendo el coño de Marta, que ya estaba haciéndose un dedo, pensando en que la iba a dejar caliente sin terminar y eso jamás. Terminamos con un buen polvo y por supuesto le enseñé las fotos que le había hecho por la tarde, cuando salimos a correr y terminamos follando.

El viernes noche, hable con Aurea y organizamos lo que deseaba para el sábado, estaba sola y quería que fuese antes de comer si me apetecía.

Sábado, 7 de agosto, me encaminé a la dirección que me indicó la verdadera protagonista de este relato.

Una urbanización pequeña, con casas muy discretas, rodeadas de vegetal y con vallas altas. Aparqué delante de la dirección exacta.

Eran, las doce y cuarenta y cinco minutos, llamé al timbre y enseguida escuché la voz de Aurora, me indicó que pasase.

Abrió la puerta de casa, y allí estaba esa mujer que deseaba comenzar una nueva vida y había decidido disfrutar de una buena polla para arrancar nuevas aventuras.

Nos dimos dos besos y me dice.

Dios mío, eres más alto de lo que imaginaba, jajaj. Y me encantan tus ojos.

Gracias Aurora, tu si eres muy atractiva y además me pareces muy interesante e inteligente. Dije.

Pasamos a casa y me dice:

Mira Juan, llevo toda la mañana mojada, necesito follar y disfrutar de verdad, llevo casi cuatro años de malos tiempos y ahora quiero disfrutar. Jajajaj.

No hizo falta más. Nos besamos y comenzó la fiesta.

Nos desnudamos a toda prisa y no me dio tiempo a nada, agarró mi tranca y arrodillada entre mis piernas, comenzó a lamer la polla y se aplicó al capullo.

Dejé que ella hiciese y cuando ya estaba a tope me dice:

Quiero que me folles, ahora, aquí.

Se apoyó en un mueble tipo aparador y dejó su trasero a mi disposición. No lo dudé. Agarré mi cipote y lo dirigí al chocho de Aurea, esa hembra caliente y deseosa de un buen polvo.

Clavé sin oposición, entró en el coño, mojado, grande y profundo, no costó trabajo enrabarla hasta el final.

Comencé un mete y saca y ella pediá:

Dame más fuerte, dame mas fuerte, siii, así, así. Dame.

Tranquila que vas a tener polla cuanta quieras. Dije.

Mientras la follaba, gemia, jadeaba, ahh, ahh, siii, sigue, ahhh, me encanta, dios que bueno, que ganas tenia, ahh.

Estuve diez minutos clavando bien el coño de la funcionaria hasta que no aguantó más, comenzó a jadear fuerte a incrementar sus gemidos y aceleró su respiración. La corrida era inminente.

Agggg, agagag, me corro, no pares, me corro, aggg, ahhh, ahhh, dios como me gusta, me corro, ahhh, aggg, asi, así, así, agggg.

Estaba mojando el suelo con los chorreones de su squirt, la verdad que no me imaginaba que eso pudiese pasar ya en el primer polvo de una serie de ellos que terminó, según ella dijo, con 45 orgasmos desde las 13 horas del sábado a las siete de la madrugada de lunes, es verdad que son muchas horas, pero no imagine semejante manera de gozar.

Dejé que se relajase y dando la vuelta me tomó del cuello con los brazos y me dijo:

Dios, me encantó, como deseaba esta polla, después de leer los relatos me hacia un buen dedo, terminaba reventada.

Me alegro, espero que te guste y me tienes a tu disposición cuando quieras. Dije.

Estaré de vacaciones hasta septiembre y decidí no hacer un viaje, tal como están las cosas me quedo aquí y si vienes por las tardes, disfrutas de la piscina y yo de lo que tanto me gusto, esta polla, Dijo tocándola.

Miré a Aurea, una mujer de 172 de altura, ancha de caderas, piernas largas, estomago plano y unas tetas de 120, no muy caídas, pero si ya de mujer madura, un poco flácidas. Aun las tenía en el sostén. Entonces pensé, vaya no me puse el condón.

Aurea, no me puse el condón, ¿te fías?

Si me fío, se que estas sano, además ya pasé la menopausia y no me dejas preñada, tranquilo, lo que si quiero es sentir la leche como me llena. Ven.

Tiró de mi y subimos tres escaleras a otra zona de la casa donde están los dormitorios. Entramos en uno que supuse que había sido del matrimonio y me empujó sobre la cama.

No tardó un minuto en chupar la tranca para volver a ponerla como un obelisco, estaba bien empalmado y no imagine, llegar y llenar, que curioso cada mujer es un mundo.

Comía polla, lamia los huevos, los acariciaba, los apretaba, yo no me quedé quieto, quería meter mis dedos en su coño y ponerla a cien de nuevo, pero no hacia falta, estaba caliente como una yegua en lo más activo del celo, joder que mojada estaba. Mis dedos se empaparon y a las metidas, hacia ploff, plooff, era un sonido divino para demostrar lo cachonda que estaba esa hembra.

Cuando notó que mi tranca estaba como una piedra, marcando las venas, con el capullo ya dilatadísimo, me dijo.

Quiero meterla toda dentro y que te corras en mí, soy multiorgásmica y no quiero que te preocupes, tu te corres cuando te apetezca.

Vale, sube y disfruta. Dije.

Elevó su cuerpo y ví a aquella hembra deseosa de polla, bajar para con la mano derecha enfocar mi tranca al coño, un espectáculo, en unos segundos estaba enrabada hasta el fondo. Que placer, sentir esa humedad y ese calor de una madura bien caliente con muchas ganas de gozar, nada supera eso.

Comenzó a galopar y dijo:

Dios mío, que ganas tenia de galopar este pollón, me ponen a cien tus relatos y quiero que escribas uno con mi nombre real, me importa una mierda, quiero que me dediques uno y cuando pase un tiempo me masturbaré con él, pero antes quiero que me folles bien todo el fin de semana.

¿Con tu nombre real? Pregunté.

Si, con mi nombre real agg, ahh, si con mi nombre, me encanta clavarme tan profunda, aggg.

Vale, te lo prometo el martes lo preparo y lo envio, espero que te guste. Dije.

Lo que me gusta es esto, ufff, aggg, que bueno, como estoy gozando, quiero que llenes mi coño de leche. Que te corras como un toro, agg, agg.

No te preocupes que te lo voy a llenar bien, te haré gozar mucho, veras, pero quiero que me dejes follarte el culo, como se lo folle a Doña Manuela y a su hija Mercedes, quiero ese culo para llenarlo bien de tranca y hacerte correr como una loba.

Jjajaja, sabia que me lo ibas a pedir, pero nunca lo hice por el culo, nunca, ni mi primer novio ni mi marido lo pudieron disfrutar, uff, como me gusta, interrumpió su charla porque se acercaba el orgasmo.

Aggg, ahhh, aggg, siiii, me coorro, ahhh, ahhh, agg. Se estaba convulsionando y corriéndose con un ploff de humedad total y gemidos de placer que de estar en un piso lo escuchaban todos los vecinos.

No aguanté y largué unos chorreones brutales que inundaron el coño de esa madura potente con unas ganas locas de que una buena tranca le sacase las telarañas de su coño grande y profundo.

No hubo palabras, nos relajamos, besándonos y acariciándonos y pasados unos quince minutos me dice:

Dios, que falta me hacia un abrazo y sentir el calor de un hombre, como lo echaba de menos.

Tranquila, me tienes para lo que desees y sabes que en cuarenta minutos estoy en tu casa, por lo tanto, podemos quedar cuando quieras. Dije.

Bueno eso será si no estás follando a otras, jajajaj. Dijo.

Bueno, ya sabes como soy, no puedo cambiar, jajajaj. Dije.

No me importa, solo quiero que sepas, que me encuentro muy bien sin pareja, esto al comienzo fue muy duro, pero ahora me quiero plantear la vida de otra manera, tengo mi casa, mi coche, mi hija trabajando y puedo decir que mi trabajo no me mata, no gano una locura, pero entre lo que recibo de pensión y mi suelto viviré bien. Bueno me faltaba tu polla, y si tú quieres aquí está tu casa, para cuando desees.

Gracias Aurea, gracias, eres encantadora, me alegro que te interesases por mí al leer los relatos, gracias. Dije.

Cuando escribiste sobre la cooperativa, sabia cual era y la distancia que nos separaba, a pesar de estar en provincias distintas, la empresa es famosa en la zona. Dijo.

Pues repito gracias por leer y por desear que esté hoy aquí. Dije.

Vamos a dar un chapuzón en la piscina, comemos algo y luego disfrutamos de una tarde muy especial, ¿Te apetece?

Si por supuesto. Dije, levantándome.

Fue un fin de semana magnifico y follamos por activa y pasiva, sé que tardaré en follarle el culo, pero caerá, jajajaj, ¿verdad Aurea que sabes que caerá? Jajajaj. Solo deseo una cosa, que me lo pidas tú, jajaja eres encantadora y me encantó verte gozar sin ningún tipo de limite, eres encantadora.

Ya le envié por mail el relato a Aurea, ahora va para todos vosotros, es corto, pero es lo que hay.

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