Relato 53 – Haciendo gozar a la abuela de casa

Las oportunidades son para aprovechar y desde luego, trato de ser efectivo y no fallar el tiro, ya falle muchos de joven por precipitado pero otras veces me quede corto, ese equilibrio es difícil pero lleva al éxito.

El viernes 4 de Diciembre de 2020, sobre las seis de la tarde me fui a la casa rural un tiempo cruel, lluvia, viento e incluso aparecía todo nevado al amanecer, no me apetecía salir a ninguna parte, entre el covid y el clima, la verdad que me quedé a pesar de no tener que trabajar hasta el miércoles.

Ese viernes por la noche, el fuerte temporal afecto a una línea de baja tensión que iba hacia la casa rural y las cuatro casas que hay próximas, al pasar por carreteras rodeadas de pinos no hay duda que una rama o cualquier árbol que caiga, organiza un fiasco. Y pasó.

Eran las ocho de la tarde, ya noche y ayudé a José Antonio a poner el generador en marcha, para tener energía en una zona de la casa. Decidimos ir a la gasolinera de la cooperativa a por diesel, ya que el riesgo de quedar sin él era real.

En el camino fuimos hablando muy amigablemente, íbamos en mi coche, un todo terreno Toyota, por lo tanto, tanto el agua como el hielo, al no ir rápido no eran un riesgo. La noche era de perros.

Cuando volvimos a la casa con 50 litros de combustible, dejamos las garrafas en la zona del sotanillo que guardaba el generador y cerramos la puerta para evitar el ruido, pero antes comprobamos que el gas saliese por el conducto habilitado para ello.

Cuando llegamos a al salón de la casa, estaba Marlem, la esposa del dueño, su hija Mari Mar y Marta. Con la chimenea puesta y con la ayuda de velas, además de una bombilla fruto de la energía del generador preparando los platos para la cena. Nos sirvieron una sopa y unas chuetas de aguja de cerdo. No tardamos mucho en terminar la cena. Marta debía irse a casa y José Antonio se ofreció a llevarla, pero me adelanté y le dije:

Hace un día de perros, llevo mi coche y aprovecho para recoger unos documentos que me dejaron en la oficina y además miro si afecto la energía a la cooperativa estaré por allí un rato y vendré sobre las doce de la noche y ya me acuesto.

Eran las nueve y media, Marta, subió de copiloto y sin preguntar nada, puse el piloto automático mental para casa de la madre de Adolfo, imagine que allí si habría luz porque está hacia el otro lado del pueblo, en dirección al cementerio.

Aparqué en el lateral y le dije:

Esa minifalda te queda espectacular, hoy tengo ganas de hacerte gozar como nunca, ahora eres una mujer sin novio y yo igual

Jajaja y ¿eso que tiene que ver? Dijo.

Pues que ya no te vas a sentir culpable y vas a gozar sin remordimientos. Respondió.

Jajaja, hoy si os sí, quiero este culito precioso, Dije metiendo un pellizco.

Entramos la besé, la desnudé, pero dejé se minifalda y su sostén, estaba preciosa con su melena lisa larga, sus ojos picarones y un cuerpo para pecar, 25 años es una edad preciosa.

Le metí un polvazo de tres corridas muy rápidas y luego la puse a cuatro patas y le comí el coño y el culo e incluso metí uno y dos dedos dentro a pesar de sus quejas, pero quería hacer mío ese agujero, sin desvirgar y lo haría sí o sí.

La lubrique bien, lubrique mi polla y fue a por el culo con la polla en bayoneta para entrarle hasta todo lo que entrase mi tranca. Me costó meter el capullo y ella se quejaba, hasta que le dije.

Marta, relájate y abre las nalgas te va a encantar la corrida con la `polla en el culo.

Jo, joooo, nunca lo hice por ahí y tu polla es inmensa. Dijo.

Bueno un dia será el primero y hoy vas a gozar de un culeo guapo, ¿veras? Dije.

Hay amigo, tardé como 10 minutos en meter el capullo, ella no se relajaba y apretaba más al notar la tranca entrando, hasta que comencé a frotar el coño metiendo las manos por debajo, ella empezó a gemir y se relajó.

La empotré con 5 centímetros y decía.

Dios, dios, duele, duele, duele, frótame el coño, frótame el coño, así, así. Decía mientras yo me aplicaba.

No tardé en meter otro trozo más y me dedique a follárselo bien y con mi mano apretar el clítoris enorme que tiene (tengo fotos) y no tardó en jadear y cuando iba a llegar al climax, empuje un poco más y no aguanté mi corrida, ese culo estaba apretado de verdad, era increíble como largue leche.

Ella notó mi descarga y no aguantó su corrida, era la cuarta.

Aggg, ahhh, ahhh, aggg, aggg. No me moví para no hacerle daño.

Cuando mi polla aflojo la saqué despacio y salió un chorreón de leche inmenso.

Una vez recuperada, la besé y le dije:

Verdad que es distinto, ¿te gusto?

Me dolió al principio, pero cuando tocaste mi clítoris me puso cachonda y me corrí muy bien al sentir el calor de tu leche dentro de mí, ufff, tengo el culo reventado.

Jajaja, vuelve a su sitio, pero recuerda, cuando tengas la regla lo hacemos por el culo y aún es mejor, al estar tan caliente. Dije.

Nos besamos, nos vestimos y ya eran las once y media, la dejé en su casa sin más.

Volví deslechadito a la casa rural, cuando aparque ví a José Antonio, salir de la caseta semisótano del generador, me acerque y le dije:

Le echamos más combustible.

No, acabo de echar diez litros y para cuatro o cinco horas llega, de hecho, en dos horas el reloj de control corta y así mañana a las siete arranca de nuevo. Pasa, estaba tomando un café con unas gotas. Me dijo.

Le acompañe y estaba solo en la mesa donde habíamos cenado, todos estaban ya en cama. Me senté y comenzamos a hablar del tiempo, de la problemática de la electricidad en esa zona, etc

Pasamos como una hora tranquilos y el iba tomando chupitos de aguardiente tostada, la conversación era amena.

Me explico su emigración, primero a Suiza y luego a Alemania, como conoció a Marlen, que era hija de uno de sus capataces en la fabrica de hacer envases metálicos, etc. Me contó el sacrificio que hacían los españoles para poder mandar dinero a casa, los años setenta eran muy duros todavía con sueldos bajos en España y ellos ganaban caso tres sueldos de aquí, pero ahorraban porque deseaban volver.

Me contó lo que le costo a su mujer adaptarse aquí, de los disgustos que tuvieron cuando Mari Mar se separó del marido, etc. No sabia que estaba separada, sabia que el padre de sus hijos estaba en Alemania, que era alemán pero lo demás no lo sabía, de hecho, ella siempre mantiene cierta distancia.

Hablamos de todo y cada vez era más intima la conversación, el había vivido bien en Alemania y había tenido sus rollos, tanto con emigrantes como con nativas de allí. Me dijo que conoció a Marlen, un dia que su padre la trajo al trabajo para hacer un trabajo para la universidad, tenía como 21 años, era una preciosidad, me dijo.

Interrumpí y le dije:

Todavía es una mujer muy guapa y para su edad se conserva muy bien.

Juan, ahora ya no es la misma, no sabes que gozada estar con ella en la cama, era una diosa impresionante, para un paleto, tener una mujer así era una pasada. Dijo.

De paleto nada, jajaja, le echasteis unos hvs de cjns, os fuisteis sin hablar el idioma a reventaros a trabajar y eso no es para paletos. Dije.

La verdad que sí, pero eso nos pasó factura, estuve en una parte de la fábrica jodida, era la litografía, tanto producto químico nos afectó, cuando volví a España me costó recuperarme, vine jodido. Comentó.

Le entiendo, la química es peligrosa. Dije.

Y tanto, de hecho, aún estoy jodido, a veces con mucho calor me cuesta respirar, por eso esta casa aquí es mi salvación. Mira Juan, antes me ponía a follar y le daba tardes enteras de fiesta a mi mujer, ella es muy fogosa aún hoy, pero yo no soy el mismo de hecho, si echo un polvo cada tres meses, en veinte minutos estoy caput. Dijo.

Bueno, pero ella eso lo entiende ya son muchos años juntos y además ellas con la edad tampoco piden lo mismo. Dije.

Mira Juan una mujer pide siempre, aguanta más que nosotros y no pienses que no les gusta follar a todas y te digo que los orgasmos que tienen con 60 años, son más intensos que cuando tienen 20, ya me lo había dicho un italiano que conocía de la fábrica, pero no lo creí. Hoy tendría que decirle que es verdad.

Si algo de eso sé, que es más intenso incluso a los 70 años, leí sobre ello. Dije.

Pues no veas como goza Marlen ,(un borracho no miente y el alcohol lo había desinhibido) en un minuto acaba conmigo pero cogemos el juguete y lo mete hasta el fondo mientras la como toda. A veces no doy crédito a lo que hacemos, pero cada dos o tres meses lo preparo, ella cada día se alivia con el bicho, necesita todos los días descargar, así está más tranquila. Comentó de carretilla.

No daba crédito a la conversación, pero llevaba ya siete meses allí y él no tenía nadie más con quien sincerarse y aquella noche me puso los dientes largos, a partir de ese momento nunca más mire a Marlen como una señora mayor.

Seguimos hasta las tres de la madrugada a la luz de una vela y luego lo acompañé a la puerta de su habitación, la cerré cuando entró y me fui.

Cuando salía de la ducha, estaba empalmado imaginando a Marlen con el juguete bien clavado y llegando al climax. Me Hice una paja imaginándola, es más puse un video de sexo con abuelas y me dí un homenaje y eso que había llenado el culo de una preciosidad de 25 años, pero de verdad no tengo arreglo, soy un caso perdido.

Estuvimos esos días, de sobremesas largas y hablamos de todo, ellas se iban y cuando tenia a tiro a Marta o a Conchi les da un buen polvazo, no tenía otra cosa que hacer. Miento la noche del domingo me llamó Maribel para que hiciésemos una fiesta con Moro al día siguiente, que no trabajábamos.

Todo ocurrió de casualidad, la mañana del lunes amaneció todo nevado y Marlen había quedado con su esteticien para un masaje y hacerse las manos y pies. Pero un turismo normal corría riesgo, como estábamos desayunando le dije:

Mira, aprovecho para hacer unas compras y pillar tinta para la impresora y te llevó yo, Marlen.

Tanto Mari Mar como su padre estuvieron de acuerdo, pero había un problema, ella había quedado a comer con una amiga venezolana. Le dije, que no me importaba, que yo hasta las nueve de la noche no tenía compromiso, que esa noche estaba invitado a cenar a casa de Adolfo (mentí, era Maribel la anfitriona)

Así a las once, quedamos y venia diferente, una falda negra ajustada, una blusa con botones de color beige, y zapatos de tacón en charol, encima de la blusa un abrigo de piel muy mullido, y sobre su cabello castaño un gorro de lana blanco grisáceo. Sacó el abrigo lo coloque en el asiento de atrás y salimos para recorrer los 40 kilómetros que separan el pueblo de la capital de Provincia.

Miraba de medio lado las tetonas de Marlen y las piernas con unas medias preciosas negras. Estaba hermosa y es una jaquetona, jamás imaginé ponerme cachondo con ella, en la casa rural el chándal gris y flojo, era su indumentaria.

Teníamos tiempo y fuimos hablando de su adaptación a España, la diferencia cultural, etc.

No tardamos en llegar al centro de estética y me dijo;

Mira hasta la una y media no termino, porque quiero que me corten el pelo y me tiñan, por lo tanto, si quieres quedamos a esa hora, de hecho, ves ese restaurante que está ahí a media calle. Ahí quede con mi amiga a las dos, por lo tanto, ven y comes con nosotras.

Perfecto, termino en un par de horas y vengo más o menos sobra las dos. Dije subiendo al coche y ella entrando al negocio.

Hice lo que necesitaba y a la una terminé, hice tiempo tomando un café tranquilamente, porque estaba el tiempo frio, frio.

A las dos como estaba previsto entre al restaurante y ellas ya estaban sentadas. Marlen, con el pelo cardado color caoba y con un color de piel precioso del maquillaje. A su lado una mujer guapísima, a pesar de los cincuenta años que calculé que tenía. Me miraron y las salude andando hacia la mesa.

Me senté y me dijo Marlen:

Ella es Irina.

Encantado, soy Juan. Dije.

Supe en la comida que es venezolana de padre español y madre lituana, lleva ya diez años aquí en España, antes estuvo viviendo en Miami y en Houston, por una enfermedad de su marido.

Vino el camarero, encargamos los primeros y la bebida, cuando volvió pedimos los segundos y ya comenzamos a charlar y comentar como estaba el tiempo y lo que suponía para ellas.

La comida salió perfecta, hice un truco, dije que iba al baño y en un despiste de ellas, le pedí la cuenta al camarero y al volver le di la tarjeta, gestión terminada.

Volví a la mesa y les dije que si les apetecía un chupito y aceptaron. Le pedí al camarero y cuando vino dijo:

A los chupitos invita la casa.

Y Marlen, dijo:

Bueno, pero traiga la cuenta por favor.

Esta pagado, Dijo el camarero.

Me miró y dijo:

Vaya o sea que haces de taxista y pagas la cuenta de la comida, eso no puede ser.

Jajaja, no tendría dinero para pagar como me tratan en su casa, todos sin excepción, es lo menos que debo hacer, no tuve oportunidad de hacerlo antes.

Marlen y Irina se miraron y dijeron.

Gracias de verdad.

La sobremesa, resultaba muy agradable, e Irina me preguntó a que me dedicado y por supuesto se lo expliqué perfectamente y además le expuse que me peleo con hacienda para ahorra dinero a mis clientes. Eso le intereso porque estaban inspeccionando unas operaciones importantes que hizo su padre y su difunto marido con lo que ella heredó mucha fortuna y hacienda quería dinero fresco, no hay un euro en la caja de este país. Le dije que si necesitaba algo le facilitaba mi teléfono o en caso contrario que llamase a Marlen y se lo pidiese. Me pidió una tarjeta, comenté que se la daría al ir al coche.

Irina es una mujer muy guapa, luego supe que había sido miss caribe, es alta, elegante y con un tipazo espectacular, lo comprobé cuando salí detrás de las dos al abandonar el local.

Al llagar al coche, le di la tarjeta y se despidieron ellas y por supuesto Marlen y yo volvíamos a casa.

Una vez en el coche, Marlen estaba más contenta y le dije lo guapa que estaba con su peinado, la piropeé.

Por supuesto íbamos de camino a la casa rural y no muy rápido, es más el día no estaba bien, comenzaba a llover de nuevo y se hiela la carretera en las curvas que no desaguan bien.

La noche caía, estaba nublándose el día de verdad y le dije a Marlen.

Cuando quieras venir a ver a Irina, te traigo sin problema solo me lo dices dos días antes y listo.

Estiró su brazo y puso la mano sobre mi brazo que estaba puesto en el volante.

Eres estupendo, pero de verdad, quiero que me digas cuanto pagaste de comida que debo entregártelo. Por favor.

No es nada, de verdad, estaba acompañado por dos preciosidades era lo mínimo, que pagase. Dije.

Jajaja, somos dos abuelas, yo seis años mayor que Irina, estoy en los 61 ya y ella en los 55, pero tratamos de cuidarnos. Dijo.

Pues la verdad, que nadie diría que tenéis esa edad, es más hoy estabais preciosas y cualquier hombre se derretiría, jajaj. Fui metiendo baza, pero he de decir, que me faltaba inspiración ese día, pero ella vino en mi rescate.

Bueno, hablemos de ti, ¿tienes o no tienes novia Juan? Preguntó.

Pues no, no salgo con nadie. Dije.

Eso será porque no quieres, pero creo que Marta dejó a su novio para ver si tu te animabas. Soltó.

Marta es muy buena chica y muy guapa, pero es joven y a mi me gustan las mujeres maduras y difíciles de ligar, jajaja, soy muy especial en eso. Dije.

Vaya o sea ¿qué te gustan los imposibles?, jajaja

Pues sí, soy muy raro, pero es mi naturaleza y no puedo cambiar. Dije.

Se hizo un rato de silencio y me suelta:

¿Qué opinas de una mujer como yo, que ya es abuela? Preguntó.

Pues me encantas Marlen, de verdad me gustas mucho y si siempre te miré con respeto, hoy te miro como mujer y me encantas, de verdad. Dije.

Jajaja, eres tremendo, sabes una cosa. Te voy a sorprender. Dijo.

Sorpréndeme. Dije.

Pues esto que quede aquí entre nosotros, por nada del mundo quiero que afecte a nuestra relación y menos a Mari Mar. Una tarde estábamos recogiendo la ropa en el tendal de la terraza, íbamos a bajar por las escaleras exteriores y justo desde el descanso de la mitad te vimos desnudo sobre la cama, estabas erecto y sujetabas el pene, lo vimos Mari Mar y yo perfectamente, ambas nos sonrojamos y salimos de allí, pero te confieso que las dos buscamos sitios diferentes para mirarte, porque desaparecimos por un rato, hasta que te pusiste el bañador y saliste a la piscina. Jajaja, ya ves que también sabemos cosas. Comentó con cierta naturalidad.

No me digas ¿qué me viste masturbándome? Dije.

No dije eso, dije que tenias el cipote de punta y se veía enorme, de verdad, nunca vi algo así tan gorda. Dijo.

Bueno cosas de la naturaleza, eso es por herencia genética, no tengo merito ninguno. Dije.

Jajaja, pero imagino que las mujeres deben disfrutar mucho con un pene así de enorme, de verdad lo vi gigante. Dijo.

Bueno se hace poco a poco, pero sí cuando lo tienen dentro y se adaptan disfrutan muchísimo. Dije.

¿Qué pena no ser más joven para poder vivir algo especial con un pene así? Dijo.

No hace falta ser joven, solo hay que querer y pedirlo, veras como aparece, jajaj. Solté.

No me digas ¿qué te acostarías conmigo? Preguntó. Ahí si estuve hábil.

Mejor te preguntó yo. ¿Te apetecería probar la fuerza de mi pene y disfrutar como cuando eras joven con mucha intensidad y placer?

Huy, que listo salió el chico, cambió el orden, o sea que ahora debo decidir yo, jajajaj. Dijo.

Depende solo de ti, nada más, creo que con esto mi respuesta está dada. Dije.

Eres el diablo, jajaj, pues no me importaría probarlo, pero es difícil en la casa estamos muchas personas y esta J. Antonio y no quiero problemas. Dijo.

No es necesario que sea en la casa rural, son las cinco de la tarde, si llamas y retrasas la llegada diciendo que estas con Irina y que yo iba a estar con un amigo, listo, nos podíamos ir al motel, está a cinco kilómetros de aquí. Solté.

Para espera que llamo.

Aparqué a la derecha de la carretera y esperé como se producían los acontecimientos.

Llamo y escuche:

Hola Antonio, estoy esperando a Irina, comimos juntas y va a un recado, Juan va a ver a un amigo y seguro que nos retrasamos un poco. Dile a Mari Mar, que sobre las ocho y media o nueve llego. Estoy bien.

Escucho y se despidió.

Un beso, en un rato llego.

Venga vamos al motel, tenemos un rato, pero no debo despeinarme mucho, se notaría que estuve acostada, jajaja.

Perfecto, Dije, girando 360 grados para volver en dirección contraria y acelerar al motel.

Nada más entrar en la habitación no sabia como comenzar y entonces le dije:

Marlen, sé que una mujer como tú disfruta mucho el sexo, tiene los orgasmos más intensos y que los varones no aguantamos igual que vosotras.

Pues es así, de hecho, Antonio ya no es el joven que conocí, ahora le cuesta ponerse y si se pone acaba rápido, yo necesito a veces mucho más. Dijo.

Vaya y ¿cómo solventas el problema? Pregunté.

Tengo un juguete bastante grande, porque necesito sentirme bien llena, por eso me encantó tu pene, pensé en el muchas veces, pero jamás me imaginé esto que vamos a hacer, estoy loca. Dijo.

No está loca, siempre fuiste fiel al matrimonio y esto no va a ser más que una experiencia en busca de un placer distinto. Dije.

Eso deseo, quiero sentirme llena de un pene caliente y resistente, que me llene, me llegue al fondo y cuando ya esté bien follada me llene de leche, eso me pone a cien, me hace gozar como una loca. Dijo.

Esta mujer es un libro abierto, vaya tía, pensé.

Pues de verdad, soy todo tuyo, ¿cómo te apetece comenzar? Dije.

Espera voy al baño, apaga la luz y deja solo que, entre la luz del aparcamiento, lo prefiero así si no te importa. Dijo.

Sin problema, lo hacemos como digas. Dije, mientras me daba la espalda e iba al baño.

Cogí condones del bolsillo, al bajar del coche, metí varios en la mano y los pasé al bolsillo, no quería mostrarlos, pero por si acaso en la guantera siempre hay.

Pasó un rato y se acercó desnuda, con un cuerpo escultural para su edad, con buenas piernas y el pecho un poco caído, solo llevaba puestos los zapatos y las medias negras con liga de pierna. Yo estaba tumbado en la cama sobre mi lado izquierdo y vi su aproximación con deleite.

Me dijo:

Túmbate aquí hacia fuera y no agarres mi cabeza, se notaría en el pelo.

Obedecí sin decir palabra y rápidamente su mano estaba frotando arriba y abajo mi rabo bien empalmado, me encantó el tacto y la suavidad de la abuela en la paja. Sujeta firme y rodea la polla cuando baja y vuelve a rodearla cuando sube. Sabe y punto.

Me estaba gustado y de repente noto como saliva en mi capullo, frotó bien y no tardo en dar lametones que me ponían más duro de lo que ya estaba. Dijo muy bajito:

Dios mío esto es un monstruo caliente y duro como el acero.

Ya no hubo más palabras comenzó a comer rabo y a masajear polla y me estaba llevando a la gloria. Estiré mi brazo y metí la mano entre las piernas, al principio cerró pero no cedí y a medida que chupaba fui entrando, unos minutos después dos dedos estaban dentro del coño de Marlen, he de decir que tardó en mojarse, pero cuando se mojó estaba muy caliente.

Cuando ya estábamos en acción le dije;

Porque no te pones de rodillas, me apetece comerte el coño, no estropeas el peinado.

Se salió de mi polla y me dio un morreo vbrutal, estaba ya a cien.

Se colocó de rodillas en la cama dejando todo el potorro a mi disposición y no deje un milímetro sin chupar, es más, me deleite con su clítoris, qué si Marta lo tiene grande, este es casi el doble y mas gordo.

Le di una mamada de coño completa y me apliqué al clítoris hasta que conseguí su primera corrida, sin aguantar comenzó su jadeo:

Agg, aggg, ahh, me encantaaa, aggg ahhh, siiii, aggg. Se derretia mientras mi lengua golpeaba el clítoris bien y mis labios lo sorbian.

Dejé un rato que se relajase y le dije:

Mira si te bajas de la cama te la meto a cuatro patas, es la mejor postura para ti. Espera que me pongo un condón. Dije.

No pongas nada, métemela, se que estas sano y te cuidadas, venga que me apetece probar ese rabo bien dentro. Comentó.

Coloque el capullo en la entrada del coño, de verdad no había mucha luz, pero es oscuro, casi negro, con labios muy abultados. El primer tramo ensartó bien, pero luego apretaba dentro y me costó meter dos tercios de rabo.

Hay amigos cuando se ajustó la polla y ella empezó a sentir mis empujones, comenzó el baile. Y decía.

Dios mio, es más grande que mi consolador, joder que dura y caliente está, ufff, nunca folle con una polla así es enorme y me llena todita.

Gozala, veras como te corres como nunca lo hiciste. Dije, mientras sujetaba sus caderas y envestia el coño de Marlen para enrabarla hasta el fondo, que a medida que se relajo lo encontré sin problema. La hice correr de nuevo en diez minutos, agarraba sus tetas, empujaba en su coño e incluso acerqué un dedo a su culo. Cuando lo saque me dijo.

No saque es el dedo, mételo más y dame rápido por los dos agujeros.

No hice más que meterlo, empujar un pococ dentro y ella como estaba muy próxima a la corrida soltó una descarga con convulsiones y se corría a gritos:

Aggg, ahhh, aggg, aggg. Ahhh. Esta es una de esas mujeres que escuchas chillar cuando vas a los moteles, es así, hay muchas y lo se por experiencia.

No quería sacar la polla, seguía moviendo el dedo y le pregunté:

¿Te gusta el sexo anal Marlen?

Me encanta pero lo practico poco, Antonio no fue muy devoto de ese agujero, ¿ a ti te apetece? Preguntó.

Me encanta además me gustaría llenarlo de leche si me dejas. Dije.

Si me la metes despacio por favor, vemos, si me duele no seguimos vale, Dijo.

Saque mi polla que estaba lubricada de sus jugos me elevé un poco sobre la punta de los pies y coloque el capullo en la entrada del trasero de Marlen.

Podía contaros que fue un paseo militar, pues no, tuve que meter dedos, volver a lubricar y después de unos minutos de acariciar el coño y lubricar el culo, pude meter el capullo dentro.

El capullo estaba comprimido, pero no deje de empujar, me encantaba lo caliente que estaba y en ningún momento mi mano dejó de frotar el coño de ella.

Tenia dentro un buen tramo de polla y comencé a bombear lentamente, se dilataba poco a poco y no tardé en meter todo el rabo dentro del cuerpo de la abuela, que distinto es follar a una madura, que placer más morboso.

No paré hasta que logré meter dos dedos en lo más profundo de su coño y  pajearselo entrando y saliendo con intensidad. La cuestión es que no faltaba mucho para que descargase la leche dentro del agujero.

Cuando estaba a punto de correrse Marlen, comenzó a apretar la vagina y el ano de forma constante, soltaba y apretaba, soltaba y apretaba, me encantaba.

Le dije:

Marlen, voy a llenar tu precioso culo de leche, mientras le daba un cachete en las nalgas que tenía en pompa.

Llénamelo, pero si esperas un poco me corro contigo, Dijo.

No se si aguantaré mucho. Dije, los apretones hacían su efecto y mi polla estaba toda dentro entraba la mitad y salía, cuando entraba me la comprimía tanto que me derretía y eso no iba a durar mucho.

Me corrooo, aggg, ahhh, me corrooo, me corroooo, aggg. Mis disparos de leche abundantes debieron llegar a su estómago porque aparte de presión ya habitual de disparo se unía la presión de las nalgas comprimiendo el rabo.

Joder como me estaba corriendo, ufff que pasada.

Ella al llenarla de lefa caliente y dejarse llevar por la tranca en el trasero mis dedos frotando coño y clítoris y se soltó como una loba.

Aggg, ahhh, aggg, ahhh, ahhhh. Se corría con convulsiones empujando su culo hacia atrás.

Joder con la abuela, que polvazo nos metimos, me encantó, pensé.

Cuando mi polla bajó, la saqué despacio y le dije:

Me encantó y además el peinado está en su sitio, jajaja.

Ufff, dios mío me reventaste el culo, tienes una polla enorme, un dia quiero que mientras me haces el trasero, poder meter mi consolador en el coño, eso me apetece mucho, nunca hice algo así y quiero una corrida por los dos agujeros al mismo tiempo ensartada. Dijo.

Cuando quieras me avisas y listo. Dije.

Pues mañana por la tarde, las chicas no están y Mari Mar y su padre, van a casa de mi cuñado a comer, por lo tanto, estamos solos si quieres te hago una buena mamada por la mañana y así estas relajado para la tarde.

Nos besamos de nuevo y le dije que aceptaba la propuesta.

Pagué el motel al salir y raudo y veloz para la casa rural llegamos a las nueve de la noche y pillamos cenando a la familia. Nos sentamos a cenar y nos despedimos de buenas noches.

Fui a llevar a casa a Marta y volvimos a follar en el asiento de atrás del coche, pero a las doce de la noche estaba en cama.

A las nueve de la mañana, escucho abrir mi puerta, nunca cierro por dentro, la finca está vallada y no hay riesgo ninguno.

Vi sonriente a Marlen, con una bandeja con un suculento desayuno y me dijo:

Me gusta cumplir mis compromisos como buena centroeuropea, venga vago.

Levantó el edredón nórdico y me dijo:

Quiero ponerla dura y sentirla como se agranda en mi boca y no te cortes suelta todo dentro que me encanta la leche caliente.

No hubo más palabras, hizo un trabajo magistral, quince minutos de mamada espectacular y cuando no aguanté, pensé digo o no digo algo.

Decisión no digo nada y suelto, es lo que quiere tragar lefa, pues la va a desayunar todita. Mis corridas siempre son abundantes, pero por la mañana especialmente disparo con mas fuerza. Solté lo que no está escrito y no dejo una gota sin limpiar.

No dijo nada más, me dio un pico y como había entrado salió, eso si cumpliendo su palabra.

Esa tarde follamos unas cuatro o cinco horas y jugamos con su juguete, es enorme pero no deja de ser silicona.

PD.

Espero que os guste, a Mari Mar, tuve que esperar a la noche de Reyes de 2021 para poder hacerla gozar, ahora como Conchi, si me pilla estando sola entra a mi habitación, la mama y se sube encima sin pedir permiso, jajaja.

Deseo que enviéis comentarios y como os dije envié fotos a quien las pidió, por lo tanto animaros.

El viernes 4 de Diciembre de 2020, sobre las seis de la tarde me fui a la casa rural un tiempo cruel, lluvia, viento e incluso aparecía todo nevado al amanecer, no me apetecía salir a ninguna parte, entre el covid y el clima, la verdad que me quedé a pesar de no tener que trabajar hasta el miércoles.

Ese viernes por la noche, el fuerte temporal afecto a una línea de baja tensión que iba hacia la casa rural y las cuatro casas que hay próximas, al pasar por carreteras rodeadas de pinos no hay duda que una rama o cualquier árbol que caiga, organiza un fiasco. Y pasó.

Eran las ocho de la tarde, ya noche y ayudé a José Antonio a poner el generador en marcha, para tener energía en una zona de la casa. Decidimos ir a la gasolinera de la cooperativa a por diesel, ya que el riesgo de quedar sin él era real.

En el camino fuimos hablando muy amigablemente, íbamos en mi coche, un todo terreno Toyota, por lo tanto, tanto el agua como el hielo, al no ir rápido no eran un riesgo. La noche era de perros.

Cuando volvimos a la casa con 50 litros de combustible, dejamos las garrafas en la zona del sotanillo que guardaba el generador y cerramos la puerta para evitar el ruido, pero antes comprobamos que el gas saliese por el conducto habilitado para ello.

Cuando llegamos a al salón de la casa, estaba Marlem, la esposa del dueño, su hija Mari Mar y Marta. Con la chimenea puesta y con la ayuda de velas, además de una bombilla fruto de la energía del generador preparando los platos para la cena. Nos sirvieron una sopa y unas chuetas de aguja de cerdo. No tardamos mucho en terminar la cena. Marta debía irse a casa y José Antonio se ofreció a llevarla, pero me adelanté y le dije:

Hace un día de perros, llevo mi coche y aprovecho para recoger unos documentos que me dejaron en la oficina y además miro si afecto la energía a la cooperativa estaré por allí un rato y vendré sobre las doce de la noche y ya me acuesto.

Eran las nueve y media, Marta, subió de copiloto y sin preguntar nada, puse el piloto automático mental para casa de la madre de Adolfo, imagine que allí si habría luz porque está hacia el otro lado del pueblo, en dirección al cementerio.

Aparqué en el lateral y le dije:

Esa minifalda te queda espectacular, hoy tengo ganas de hacerte gozar como nunca, ahora eres una mujer sin novio y yo igual

Jajaja y ¿eso que tiene que ver? Dijo.

Pues que ya no te vas a sentir culpable y vas a gozar sin remordimientos. Respondió.

Jajaja, hoy si os sí, quiero este culito precioso, Dije metiendo un pellizco.

Entramos la besé, la desnudé, pero dejé se minifalda y su sostén, estaba preciosa con su melena lisa larga, sus ojos picarones y un cuerpo para pecar, 25 años es una edad preciosa.

Le metí un polvazo de tres corridas muy rápidas y luego la puse a cuatro patas y le comí el coño y el culo e incluso metí uno y dos dedos dentro a pesar de sus quejas, pero quería hacer mío ese agujero, sin desvirgar y lo haría sí o sí.

La lubrique bien, lubrique mi polla y fue a por el culo con la polla en bayoneta para entrarle hasta todo lo que entrase mi tranca. Me costó meter el capullo y ella se quejaba, hasta que le dije.

Marta, relájate y abre las nalgas te va a encantar la corrida con la `polla en el culo.

Jo, joooo, nunca lo hice por ahí y tu polla es inmensa. Dijo.

Bueno un dia será el primero y hoy vas a gozar de un culeo guapo, ¿veras? Dije.

Hay amigo, tardé como 10 minutos en meter el capullo, ella no se relajaba y apretaba más al notar la tranca entrando, hasta que comencé a frotar el coño metiendo las manos por debajo, ella empezó a gemir y se relajó.

La empotré con 5 centímetros y decía.

Dios, dios, duele, duele, duele, frótame el coño, frótame el coño, así, así. Decía mientras yo me aplicaba.

No tardé en meter otro trozo más y me dedique a follárselo bien y con mi mano apretar el clítoris enorme que tiene (tengo fotos) y no tardó en jadear y cuando iba a llegar al climax, empuje un poco más y no aguanté mi corrida, ese culo estaba apretado de verdad, era increíble como largue leche.

Ella notó mi descarga y no aguantó su corrida, era la cuarta.

Aggg, ahhh, ahhh, aggg, aggg. No me moví para no hacerle daño.

Cuando mi polla aflojo la saqué despacio y salió un chorreón de leche inmenso.

Una vez recuperada, la besé y le dije:

Verdad que es distinto, ¿te gusto?

Me dolió al principio, pero cuando tocaste mi clítoris me puso cachonda y me corrí muy bien al sentir el calor de tu leche dentro de mí, ufff, tengo el culo reventado.

Jajaja, vuelve a su sitio, pero recuerda, cuando tengas la regla lo hacemos por el culo y aún es mejor, al estar tan caliente. Dije.

Nos besamos, nos vestimos y ya eran las once y media, la dejé en su casa sin más.

Volví deslechadito a la casa rural, cuando aparque ví a José Antonio, salir de la caseta semisótano del generador, me acerque y le dije:

Le echamos más combustible.

No, acabo de echar diez litros y para cuatro o cinco horas llega, de hecho, en dos horas el reloj de control corta y así mañana a las siete arranca de nuevo. Pasa, estaba tomando un café con unas gotas. Me dijo.

Le acompañe y estaba solo en la mesa donde habíamos cenado, todos estaban ya en cama. Me senté y comenzamos a hablar del tiempo, de la problemática de la electricidad en esa zona, etc

Pasamos como una hora tranquilos y el iba tomando chupitos de aguardiente tostada, la conversación era amena.

Me explico su emigración, primero a Suiza y luego a Alemania, como conoció a Marlen, que era hija de uno de sus capataces en la fabrica de hacer envases metálicos, etc. Me contó el sacrificio que hacían los españoles para poder mandar dinero a casa, los años setenta eran muy duros todavía con sueldos bajos en España y ellos ganaban caso tres sueldos de aquí, pero ahorraban porque deseaban volver.

Me contó lo que le costo a su mujer adaptarse aquí, de los disgustos que tuvieron cuando Mari Mar se separó del marido, etc. No sabia que estaba separada, sabia que el padre de sus hijos estaba en Alemania, que era alemán pero lo demás no lo sabía, de hecho, ella siempre mantiene cierta distancia.

Hablamos de todo y cada vez era más intima la conversación, el había vivido bien en Alemania y había tenido sus rollos, tanto con emigrantes como con nativas de allí. Me dijo que conoció a Marlen, un dia que su padre la trajo al trabajo para hacer un trabajo para la universidad, tenía como 21 años, era una preciosidad, me dijo.

Interrumpí y le dije:

Todavía es una mujer muy guapa y para su edad se conserva muy bien.

Juan, ahora ya no es la misma, no sabes que gozada estar con ella en la cama, era una diosa impresionante, para un paleto, tener una mujer así era una pasada. Dijo.

De paleto nada, jajaja, le echasteis unos hvs de cjns, os fuisteis sin hablar el idioma a reventaros a trabajar y eso no es para paletos. Dije.

La verdad que sí, pero eso nos pasó factura, estuve en una parte de la fábrica jodida, era la litografía, tanto producto químico nos afectó, cuando volví a España me costó recuperarme, vine jodido. Comentó.

Le entiendo, la química es peligrosa. Dije.

Y tanto, de hecho, aún estoy jodido, a veces con mucho calor me cuesta respirar, por eso esta casa aquí es mi salvación. Mira Juan, antes me ponía a follar y le daba tardes enteras de fiesta a mi mujer, ella es muy fogosa aún hoy, pero yo no soy el mismo de hecho, si echo un polvo cada tres meses, en veinte minutos estoy caput. Dijo.

Bueno, pero ella eso lo entiende ya son muchos años juntos y además ellas con la edad tampoco piden lo mismo. Dije.

Mira Juan una mujer pide siempre, aguanta más que nosotros y no pienses que no les gusta follar a todas y te digo que los orgasmos que tienen con 60 años, son más intensos que cuando tienen 20, ya me lo había dicho un italiano que conocía de la fábrica, pero no lo creí. Hoy tendría que decirle que es verdad.

Si algo de eso sé, que es más intenso incluso a los 70 años, leí sobre ello. Dije.

Pues no veas como goza Marlen ,(un borracho no miente y el alcohol lo había desinhibido) en un minuto acaba conmigo pero cogemos el juguete y lo mete hasta el fondo mientras la como toda. A veces no doy crédito a lo que hacemos, pero cada dos o tres meses lo preparo, ella cada día se alivia con el bicho, necesita todos los días descargar, así está más tranquila. Comentó de carretilla.

No daba crédito a la conversación, pero llevaba ya siete meses allí y él no tenía nadie más con quien sincerarse y aquella noche me puso los dientes largos, a partir de ese momento nunca más mire a Marlen como una señora mayor.

Seguimos hasta las tres de la madrugada a la luz de una vela y luego lo acompañé a la puerta de su habitación, la cerré cuando entró y me fui.

Cuando salía de la ducha, estaba empalmado imaginando a Marlen con el juguete bien clavado y llegando al climax. Me Hice una paja imaginándola, es más puse un video de sexo con abuelas y me dí un homenaje y eso que había llenado el culo de una preciosidad de 25 años, pero de verdad no tengo arreglo, soy un caso perdido.

Estuvimos esos días, de sobremesas largas y hablamos de todo, ellas se iban y cuando tenia a tiro a Marta o a Conchi les da un buen polvazo, no tenía otra cosa que hacer. Miento la noche del domingo me llamó Maribel para que hiciésemos una fiesta con Moro al día siguiente, que no trabajábamos.

Todo ocurrió de casualidad, la mañana del lunes amaneció todo nevado y Marlen había quedado con su esteticien para un masaje y hacerse las manos y pies. Pero un turismo normal corría riesgo, como estábamos desayunando le dije:

Mira, aprovecho para hacer unas compras y pillar tinta para la impresora y te llevó yo, Marlen.

Tanto Mari Mar como su padre estuvieron de acuerdo, pero había un problema, ella había quedado a comer con una amiga venezolana. Le dije, que no me importaba, que yo hasta las nueve de la noche no tenía compromiso, que esa noche estaba invitado a cenar a casa de Adolfo (mentí, era Maribel la anfitriona)

Así a las once, quedamos y venia diferente, una falda negra ajustada, una blusa con botones de color beige, y zapatos de tacón en charol, encima de la blusa un abrigo de piel muy mullido, y sobre su cabello castaño un gorro de lana blanco grisáceo. Sacó el abrigo lo coloque en el asiento de atrás y salimos para recorrer los 40 kilómetros que separan el pueblo de la capital de Provincia.

Miraba de medio lado las tetonas de Marlen y las piernas con unas medias preciosas negras. Estaba hermosa y es una jaquetona, jamás imaginé ponerme cachondo con ella, en la casa rural el chándal gris y flojo, era su indumentaria.

Teníamos tiempo y fuimos hablando de su adaptación a España, la diferencia cultural, etc.

No tardamos en llegar al centro de estética y me dijo;

Mira hasta la una y media no termino, porque quiero que me corten el pelo y me tiñan, por lo tanto, si quieres quedamos a esa hora, de hecho, ves ese restaurante que está ahí a media calle. Ahí quede con mi amiga a las dos, por lo tanto, ven y comes con nosotras.

Perfecto, termino en un par de horas y vengo más o menos sobra las dos. Dije subiendo al coche y ella entrando al negocio.

Hice lo que necesitaba y a la una terminé, hice tiempo tomando un café tranquilamente, porque estaba el tiempo frio, frio.

A las dos como estaba previsto entre al restaurante y ellas ya estaban sentadas. Marlen, con el pelo cardado color caoba y con un color de piel precioso del maquillaje. A su lado una mujer guapísima, a pesar de los cincuenta años que calculé que tenía. Me miraron y las salude andando hacia la mesa.

Me senté y me dijo Marlen:

Ella es Irina.

Encantado, soy Juan. Dije.

Supe en la comida que es venezolana de padre español y madre lituana, lleva ya diez años aquí en España, antes estuvo viviendo en Miami y en Houston, por una enfermedad de su marido.

Vino el camarero, encargamos los primeros y la bebida, cuando volvió pedimos los segundos y ya comenzamos a charlar y comentar como estaba el tiempo y lo que suponía para ellas.

La comida salió perfecta, hice un truco, dije que iba al baño y en un despiste de ellas, le pedí la cuenta al camarero y al volver le di la tarjeta, gestión terminada.

Volví a la mesa y les dije que si les apetecía un chupito y aceptaron. Le pedí al camarero y cuando vino dijo:

A los chupitos invita la casa.

Y Marlen, dijo:

Bueno, pero traiga la cuenta por favor.

Esta pagado, Dijo el camarero.

Me miró y dijo:

Vaya o sea que haces de taxista y pagas la cuenta de la comida, eso no puede ser.

Jajaja, no tendría dinero para pagar como me tratan en su casa, todos sin excepción, es lo menos que debo hacer, no tuve oportunidad de hacerlo antes.

Marlen y Irina se miraron y dijeron.

Gracias de verdad.

La sobremesa, resultaba muy agradable, e Irina me preguntó a que me dedicado y por supuesto se lo expliqué perfectamente y además le expuse que me peleo con hacienda para ahorra dinero a mis clientes. Eso le intereso porque estaban inspeccionando unas operaciones importantes que hizo su padre y su difunto marido con lo que ella heredó mucha fortuna y hacienda quería dinero fresco, no hay un euro en la caja de este país. Le dije que si necesitaba algo le facilitaba mi teléfono o en caso contrario que llamase a Marlen y se lo pidiese. Me pidió una tarjeta, comenté que se la daría al ir al coche.

Irina es una mujer muy guapa, luego supe que había sido miss caribe, es alta, elegante y con un tipazo espectacular, lo comprobé cuando salí detrás de las dos al abandonar el local.

Al llagar al coche, le di la tarjeta y se despidieron ellas y por supuesto Marlen y yo volvíamos a casa.

Una vez en el coche, Marlen estaba más contenta y le dije lo guapa que estaba con su peinado, la piropeé.

Por supuesto íbamos de camino a la casa rural y no muy rápido, es más el día no estaba bien, comenzaba a llover de nuevo y se hiela la carretera en las curvas que no desaguan bien.

La noche caía, estaba nublándose el día de verdad y le dije a Marlen.

Cuando quieras venir a ver a Irina, te traigo sin problema solo me lo dices dos días antes y listo.

Estiró su brazo y puso la mano sobre mi brazo que estaba puesto en el volante.

Eres estupendo, pero de verdad, quiero que me digas cuanto pagaste de comida que debo entregártelo. Por favor.

No es nada, de verdad, estaba acompañado por dos preciosidades era lo mínimo, que pagase. Dije.

Jajaja, somos dos abuelas, yo seis años mayor que Irina, estoy en los 61 ya y ella en los 55, pero tratamos de cuidarnos. Dijo.

Pues la verdad, que nadie diría que tenéis esa edad, es más hoy estabais preciosas y cualquier hombre se derretiría, jajaj. Fui metiendo baza, pero he de decir, que me faltaba inspiración ese día, pero ella vino en mi rescate.

Bueno, hablemos de ti, ¿tienes o no tienes novia Juan? Preguntó.

Pues no, no salgo con nadie. Dije.

Eso será porque no quieres, pero creo que Marta dejó a su novio para ver si tu te animabas. Soltó.

Marta es muy buena chica y muy guapa, pero es joven y a mi me gustan las mujeres maduras y difíciles de ligar, jajaja, soy muy especial en eso. Dije.

Vaya o sea ¿qué te gustan los imposibles?, jajaja

Pues sí, soy muy raro, pero es mi naturaleza y no puedo cambiar. Dije.

Se hizo un rato de silencio y me suelta:

¿Qué opinas de una mujer como yo, que ya es abuela? Preguntó.

Pues me encantas Marlen, de verdad me gustas mucho y si siempre te miré con respeto, hoy te miro como mujer y me encantas, de verdad. Dije.

Jajaja, eres tremendo, sabes una cosa. Te voy a sorprender. Dijo.

Sorpréndeme. Dije.

Pues esto que quede aquí entre nosotros, por nada del mundo quiero que afecte a nuestra relación y menos a Mari Mar. Una tarde estábamos recogiendo la ropa en el tendal de la terraza, íbamos a bajar por las escaleras exteriores y justo desde el descanso de la mitad te vimos desnudo sobre la cama, estabas erecto y sujetabas el pene, lo vimos Mari Mar y yo perfectamente, ambas nos sonrojamos y salimos de allí, pero te confieso que las dos buscamos sitios diferentes para mirarte, porque desaparecimos por un rato, hasta que te pusiste el bañador y saliste a la piscina. Jajaja, ya ves que también sabemos cosas. Comentó con cierta naturalidad.

No me digas ¿qué me viste masturbándome? Dije.

No dije eso, dije que tenias el cipote de punta y se veía enorme, de verdad, nunca vi algo así tan gorda. Dijo.

Bueno cosas de la naturaleza, eso es por herencia genética, no tengo merito ninguno. Dije.

Jajaja, pero imagino que las mujeres deben disfrutar mucho con un pene así de enorme, de verdad lo vi gigante. Dijo.

Bueno se hace poco a poco, pero sí cuando lo tienen dentro y se adaptan disfrutan muchísimo. Dije.

¿Qué pena no ser más joven para poder vivir algo especial con un pene así? Dijo.

No hace falta ser joven, solo hay que querer y pedirlo, veras como aparece, jajaj. Solté.

No me digas ¿qué te acostarías conmigo? Preguntó. Ahí si estuve hábil.

Mejor te preguntó yo. ¿Te apetecería probar la fuerza de mi pene y disfrutar como cuando eras joven con mucha intensidad y placer?

Huy, que listo salió el chico, cambió el orden, o sea que ahora debo decidir yo, jajajaj. Dijo.

Depende solo de ti, nada más, creo que con esto mi respuesta está dada. Dije.

Eres el diablo, jajaj, pues no me importaría probarlo, pero es difícil en la casa estamos muchas personas y esta J. Antonio y no quiero problemas. Dijo.

No es necesario que sea en la casa rural, son las cinco de la tarde, si llamas y retrasas la llegada diciendo que estas con Irina y que yo iba a estar con un amigo, listo, nos podíamos ir al motel, está a cinco kilómetros de aquí. Solté.

Para espera que llamo.

Aparqué a la derecha de la carretera y esperé como se producían los acontecimientos.

Llamo y escuche:

Hola Antonio, estoy esperando a Irina, comimos juntas y va a un recado, Juan va a ver a un amigo y seguro que nos retrasamos un poco. Dile a Mari Mar, que sobre las ocho y media o nueve llego. Estoy bien.

Escucho y se despidió.

Un beso, en un rato llego.

Venga vamos al motel, tenemos un rato, pero no debo despeinarme mucho, se notaría que estuve acostada, jajaja.

Perfecto, Dije, girando 360 grados para volver en dirección contraria y acelerar al motel.

Nada más entrar en la habitación no sabia como comenzar y entonces le dije:

Marlen, sé que una mujer como tú disfruta mucho el sexo, tiene los orgasmos más intensos y que los varones no aguantamos igual que vosotras.

Pues es así, de hecho, Antonio ya no es el joven que conocí, ahora le cuesta ponerse y si se pone acaba rápido, yo necesito a veces mucho más. Dijo.

Vaya y ¿cómo solventas el problema? Pregunté.

Tengo un juguete bastante grande, porque necesito sentirme bien llena, por eso me encantó tu pene, pensé en el muchas veces, pero jamás me imaginé esto que vamos a hacer, estoy loca. Dijo.

No está loca, siempre fuiste fiel al matrimonio y esto no va a ser más que una experiencia en busca de un placer distinto. Dije.

Eso deseo, quiero sentirme llena de un pene caliente y resistente, que me llene, me llegue al fondo y cuando ya esté bien follada me llene de leche, eso me pone a cien, me hace gozar como una loca. Dijo.

Esta mujer es un libro abierto, vaya tía, pensé.

Pues de verdad, soy todo tuyo, ¿cómo te apetece comenzar? Dije.

Espera voy al baño, apaga la luz y deja solo que, entre la luz del aparcamiento, lo prefiero así si no te importa. Dijo.

Sin problema, lo hacemos como digas. Dije, mientras me daba la espalda e iba al baño.

Cogí condones del bolsillo, al bajar del coche, metí varios en la mano y los pasé al bolsillo, no quería mostrarlos, pero por si acaso en la guantera siempre hay.

Pasó un rato y se acercó desnuda, con un cuerpo escultural para su edad, con buenas piernas y el pecho un poco caído, solo llevaba puestos los zapatos y las medias negras con liga de pierna. Yo estaba tumbado en la cama sobre mi lado izquierdo y vi su aproximación con deleite.

Me dijo:

Túmbate aquí hacia fuera y no agarres mi cabeza, se notaría en el pelo.

Obedecí sin decir palabra y rápidamente su mano estaba frotando arriba y abajo mi rabo bien empalmado, me encantó el tacto y la suavidad de la abuela en la paja. Sujeta firme y rodea la polla cuando baja y vuelve a rodearla cuando sube. Sabe y punto.

Me estaba gustado y de repente noto como saliva en mi capullo, frotó bien y no tardo en dar lametones que me ponían más duro de lo que ya estaba. Dijo muy bajito:

Dios mío esto es un monstruo caliente y duro como el acero.

Ya no hubo más palabras comenzó a comer rabo y a masajear polla y me estaba llevando a la gloria. Estiré mi brazo y metí la mano entre las piernas, al principio cerró pero no cedí y a medida que chupaba fui entrando, unos minutos después dos dedos estaban dentro del coño de Marlen, he de decir que tardó en mojarse, pero cuando se mojó estaba muy caliente.

Cuando ya estábamos en acción le dije;

Porque no te pones de rodillas, me apetece comerte el coño, no estropeas el peinado.

Se salió de mi polla y me dio un morreo vbrutal, estaba ya a cien.

Se colocó de rodillas en la cama dejando todo el potorro a mi disposición y no deje un milímetro sin chupar, es más, me deleite con su clítoris, qué si Marta lo tiene grande, este es casi el doble y mas gordo.

Le di una mamada de coño completa y me apliqué al clítoris hasta que conseguí su primera corrida, sin aguantar comenzó su jadeo:

Agg, aggg, ahh, me encantaaa, aggg ahhh, siiii, aggg. Se derretia mientras mi lengua golpeaba el clítoris bien y mis labios lo sorbian.

Dejé un rato que se relajase y le dije:

Mira si te bajas de la cama te la meto a cuatro patas, es la mejor postura para ti. Espera que me pongo un condón. Dije.

No pongas nada, métemela, se que estas sano y te cuidadas, venga que me apetece probar ese rabo bien dentro. Comentó.

Coloque el capullo en la entrada del coño, de verdad no había mucha luz, pero es oscuro, casi negro, con labios muy abultados. El primer tramo ensartó bien, pero luego apretaba dentro y me costó meter dos tercios de rabo.

Hay amigos cuando se ajustó la polla y ella empezó a sentir mis empujones, comenzó el baile. Y decía.

Dios mio, es más grande que mi consolador, joder que dura y caliente está, ufff, nunca folle con una polla así es enorme y me llena todita.

Gozala, veras como te corres como nunca lo hiciste. Dije, mientras sujetaba sus caderas y envestia el coño de Marlen para enrabarla hasta el fondo, que a medida que se relajo lo encontré sin problema. La hice correr de nuevo en diez minutos, agarraba sus tetas, empujaba en su coño e incluso acerqué un dedo a su culo. Cuando lo saque me dijo.

No saque es el dedo, mételo más y dame rápido por los dos agujeros.

No hice más que meterlo, empujar un pococ dentro y ella como estaba muy próxima a la corrida soltó una descarga con convulsiones y se corría a gritos:

Aggg, ahhh, aggg, aggg. Ahhh. Esta es una de esas mujeres que escuchas chillar cuando vas a los moteles, es así, hay muchas y lo se por experiencia.

No quería sacar la polla, seguía moviendo el dedo y le pregunté:

¿Te gusta el sexo anal Marlen?

Me encanta pero lo practico poco, Antonio no fue muy devoto de ese agujero, ¿ a ti te apetece? Preguntó.

Me encanta además me gustaría llenarlo de leche si me dejas. Dije.

Si me la metes despacio por favor, vemos, si me duele no seguimos vale, Dijo.

Saque mi polla que estaba lubricada de sus jugos me elevé un poco sobre la punta de los pies y coloque el capullo en la entrada del trasero de Marlen.

Podía contaros que fue un paseo militar, pues no, tuve que meter dedos, volver a lubricar y después de unos minutos de acariciar el coño y lubricar el culo, pude meter el capullo dentro.

El capullo estaba comprimido, pero no deje de empujar, me encantaba lo caliente que estaba y en ningún momento mi mano dejó de frotar el coño de ella.

Tenia dentro un buen tramo de polla y comencé a bombear lentamente, se dilataba poco a poco y no tardé en meter todo el rabo dentro del cuerpo de la abuela, que distinto es follar a una madura, que placer más morboso.

No paré hasta que logré meter dos dedos en lo más profundo de su coño y  pajearselo entrando y saliendo con intensidad. La cuestión es que no faltaba mucho para que descargase la leche dentro del agujero.

Cuando estaba a punto de correrse Marlen, comenzó a apretar la vagina y el ano de forma constante, soltaba y apretaba, soltaba y apretaba, me encantaba.

Le dije:

Marlen, voy a llenar tu precioso culo de leche, mientras le daba un cachete en las nalgas que tenía en pompa.

Llénamelo, pero si esperas un poco me corro contigo, Dijo.

No se si aguantaré mucho. Dije, los apretones hacían su efecto y mi polla estaba toda dentro entraba la mitad y salía, cuando entraba me la comprimía tanto que me derretía y eso no iba a durar mucho.

Me corrooo, aggg, ahhh, me corrooo, me corroooo, aggg. Mis disparos de leche abundantes debieron llegar a su estómago porque aparte de presión ya habitual de disparo se unía la presión de las nalgas comprimiendo el rabo.

Joder como me estaba corriendo, ufff que pasada.

Ella al llenarla de lefa caliente y dejarse llevar por la tranca en el trasero mis dedos frotando coño y clítoris y se soltó como una loba.

Aggg, ahhh, aggg, ahhh, ahhhh. Se corría con convulsiones empujando su culo hacia atrás.

Joder con la abuela, que polvazo nos metimos, me encantó, pensé.

Cuando mi polla bajó, la saqué despacio y le dije:

Me encantó y además el peinado está en su sitio, jajaja.

Ufff, dios mío me reventaste el culo, tienes una polla enorme, un dia quiero que mientras me haces el trasero, poder meter mi consolador en el coño, eso me apetece mucho, nunca hice algo así y quiero una corrida por los dos agujeros al mismo tiempo ensartada. Dijo.

Cuando quieras me avisas y listo. Dije.

Pues mañana por la tarde, las chicas no están y Mari Mar y su padre, van a casa de mi cuñado a comer, por lo tanto, estamos solos si quieres te hago una buena mamada por la mañana y así estas relajado para la tarde.

Nos besamos de nuevo y le dije que aceptaba la propuesta.

Pagué el motel al salir y raudo y veloz para la casa rural llegamos a las nueve de la noche y pillamos cenando a la familia. Nos sentamos a cenar y nos despedimos de buenas noches.

Fui a llevar a casa a Marta y volvimos a follar en el asiento de atrás del coche, pero a las doce de la noche estaba en cama.

A las nueve de la mañana, escucho abrir mi puerta, nunca cierro por dentro, la finca está vallada y no hay riesgo ninguno.

Vi sonriente a Marlen, con una bandeja con un suculento desayuno y me dijo:

Me gusta cumplir mis compromisos como buena centroeuropea, venga vago.

Levantó el edredón nórdico y me dijo:

Quiero ponerla dura y sentirla como se agranda en mi boca y no te cortes suelta todo dentro que me encanta la leche caliente.

No hubo más palabras, hizo un trabajo magistral, quince minutos de mamada espectacular y cuando no aguanté, pensé digo o no digo algo.

Decisión no digo nada y suelto, es lo que quiere tragar lefa, pues la va a desayunar todita. Mis corridas siempre son abundantes, pero por la mañana especialmente disparo con mas fuerza. Solté lo que no está escrito y no dejo una gota sin limpiar.

No dijo nada más, me dio un pico y como había entrado salió, eso si cumpliendo su palabra.

Esa tarde follamos unas cuatro o cinco horas y jugamos con su juguete, es enorme pero no deja de ser silicona.

PD.

Espero que os guste, a Mari Mar, tuve que esperar a la noche de Reyes de 2021 para poder hacerla gozar, ahora como Conchi, si me pilla estando sola entra a mi habitación, la mama y se sube encima sin pedir permiso, jajaja.

Deseo que enviéis comentarios y como os dije envié fotos a quien las pidió, por lo tanto animaros.