Relato 50/2- Continúa humillándome hasta que tomo

Una noche de verdadero escandalo, no se olvida con facilidad, además fue la primera de 11, que ya llevamos compartiendo con ese perfil de fiesta sin limites. Algún polvo echamos diferente, pero esas noches son brutales.

Es viernes 16 de Julio, son las 12.06 del mediodía, acabo de levantarme, llegué muy tarde a casa, muy tarde sobre las 5 de la madrugada.

¿Y cuál fue la razón?

Pues ayer jueves por la tarde, después de las cuatro se me ocurrió tomar una toalla y largarme a la playa nudista. Esta a 32 km de casa y no la había visitado en todas las vacaciones. El calor ayer fue sofocante, hoy también iré, allí tengo una zona especial y corre brisa del mar que hace más llevadera esta canícula.

Al llegar, fui a mi zona de rocas, metí debajo de una cortada mi toalla como siempre y sin más me fui a dar un chapuzón, esta fría de hvs. pero es lo que tiene el Atlántico. Salí y me dispuse a dar un paseo a lo largo de la playa para secarme antes de volver a mi toalla. Las miradas, como siempre eran descaradas, pero ya estoy acostumbrado. Al final del recorrido encontré a un chico gay, Fabian, buen conocido y con el que ya había estado en compañía de otros amigos, ellos son habituales de la playa. Estaban cinco chicos y él. Estuve charlando un rato y me fui a la toalla pasando antes por el chiringuito, que ya no debe ser de la misma dueña, esta una pareja al frente que no conozco.

Cuando estaba en la toalla, vinieron a hablar conmigo dos de los amigos de Fabian, me preguntaron si iba a estar muchos días y otras nimiedades, hasta que uno de ellos me dijo:

Joder, Juan, menudo aparato tienes, me encantaría probarlo, de verdad y me dijo Fabian que eres bisex, por eso te lo pregunto.

Si soy bisex, si quieres probarlo, no hay problema, pero os pongo una condición, tenéis que traer también a una amiga para estar los cuatro. Lo veis y decidís. Dije.

Bueno, me dejas el número de teléfono y te digo algo. ¿Vale?

Perfecto, por mi parte acepto, seria estupendo que en vez de una amiga traigas dos, jajajaj, lo pasaremos bien. Mi respuesta, no tengo arreglo, de verdad, alguno de mis lectores lo sabe, ya disfrutó junto a su pareja de mis maldades y sabe que no me corto un pelo.

Gracias, ya te diremos algo.  Dijo (Seguro que hoy tengo respuesta, ayer me pidió una foto de la polla para enseñarle a las amigas. Y sabe que me voy domingo.)

Bueno, a lo nuestro, no quise forzar nada en la playa, pero se acercó a mi toalla el paisano del chiringuito y me dijo:

Hola, mi nombre es Roberto. Somos los nuevos dueños del chiringuito, se lo compre a mi tía, ¿te puedo hacer una pregunta?

Claro, respondí.

Mira, mi mujer y yo, llevamos buen rato hablar de tu polla, nos impresionó y de verdad nos gustaría poder quedar contigo y pasar una buena noche. ¿Te interesa?

Claro, porque no, te acompaño y me presentas a tu mujer.

Salimos andando sin decir palabra. Llegamos en unos minutos y le dice a su mujer:

Charo, este es Juan.

Hola Juan, encantada de conocerte. Dijo ella.

El placer es mío, dije.  Mirando una hembra potente, exuberante que no llega a los cuarenta todavía pero potente y para follarla duro y hacerla gozar.

Juan dice que por supuesto que acepta si tu estas de acuerdo. Dijo Roberto.

Claro, que sí, ya sabes lo que hablamos. Si te apetece, vienes a cenar a casa, estamos en casa de la tía de Roberto aquí a dos kilómetros. ¿Te apetece?

Si claro. Dije.

Pues nosotros cerramos sobre las diez que ya no queda gente aquí, si te parece quedamos a esa hora aquí en el chiringuito. Dijo.

Pues está hecho. Me invitó a la coca cola y me volví a la toalla, faltaban todavía tres horas para las diez y tenia tiempo. Volví a dar un paseo y de nuevo saludé a Fabian, ahora estaba con dos chicas jóvenes en topless y me las presentó. Seguí mi camino y cuando volví a la toalla Fabian, se acercó y me dijo:

Te voy a pasar un numero por whasapp, es de esas chicas, les gustas mucho y si quieres antes de irte, te invitan a cenar.

Perfecto, claro, ya les dices que mañana viernes ceno con ellas. Ya organizamos, porque mañana vuelvo a la playa.

Nos despedimos. Por supuesto a las diez de la noche, me acerqué al chiringuito y Charo, una vez cerrado me hizo una mamada monumental en presencia de su marido, aquello prometía, estuve con ellos, no cenamos más que unas conservas pero hasta las cuatro de la mañana disfrutaron mi rabo por activa y pasiva.

Espero que organicemos una nueva follada, lo que pasa que hoy tengo que quedar con las chicas, pero pensé, ir con ellas sobre las nueve de la noche y luego a las dos de la madrugada irme para casa de Roberto y Charo. Me gustó y quiero repetirlo, son muy activos y les va de todo, me gusto mucho esta noche con ellos.

VAMOS AL RELATO:

Estaba exahusto de la corrida que me acababa de dar, no tardó Maribel de levantarme por el collar y decirme:

Quiero que me comas el coño hasta correrme.

Se abrió de piernas en la esquina de la cama y me puse a comer el coño empapado de esta hembraza monumental.

Me apliqué como siempre y metí primero un dedo, luego dos y luego tres. No tardó en correrse como una perra, estaba salida como una leona en celo.

Agggg, aggg, sigue perro, sigue, quiero correrme bien, sigueeee, aggg, agg. Se corría con flujos muy agridulces que no dejé de seguir lamiendo.

Me ordenó apartarme con un pequeño puntapié y le dijo al perro:

Moro, venga sube. Colocándose a cuatro patas con la cara sobre la cama. Y tu perrillo cuando me tenga clavada quiero tu rabo en mi boca.

No hubo más palabras, ella se quejaba de que el moro, estaba intentando enrabarla una y otra vez pero no atinaba, hasta que de un clavazo le metió la polla hasta las bolas que comenzaban a engordar. Obediente coloqué mi polla en su cara, y no tardó en tragar.

El perro con ansiedad clavaba a su ama con devoción, no me extraña que lo echase de menos, le tenia dentro un tabuco de 25 cmts. bien empalmado y dando rápido cada empujón. Ella jadeaba y lamia, no perdía puntada, estaba salida como una perra que es lo que la considera su Moro.

Moro aguantó muchísimo tiempo y ella se corrió dos veces a gritos como una loca, mientras seguía comiendo mi polla y yo le estrujaba sus tetones.

Cuando el perro se corrió estuvo como diez minutos sin salir hasta que su polla se aglojó y salió como un corcho de champan y saliendo liquido a mogollón. Se había corrido como un animal.

Ella en esa posición me dijo:

Quiero que me folles el culo hasta el fondo, y que sujetes al perro debajo para que mientras me clavas el coma mi coño, es mi obsesión sentir eso, es mi fantasía.

Perfecto, dije, y sujeté a Moro del collar, que lamia la tranca después de correrse.

Me coloqué de pie sobre ella y empecé a colocar el rabo en la entrada del culo de Maribel, Ohh, sorpresa, estaba húmedo de los jugos del perro y abrió sin problema. Ensarté el rabo hasta la mitad.

Dame fuerte, dame fuerte, el perro me monta mejor, joder, clava bien y dame caña, necesito sentir una corrida única. Joder, dame. Dijo.

No lo dudé, metí los 23e centímetros de rabo hasta mis huevos enterrados en aquel culo acostumbrado a tragar los 25 cmts. de rabo de moro, joder que culo enorme y tragón tiene Maribel, pensé.

Comencé a montarla con fuerza y además dejaba caer mi peso para que sintiera bien mi capullo en las entrañas.  Estaba bien clavada y la enterraba toda. Ella sin cortarse me dice:

Dame rápido y por al perro en mi coño que me la chupe bien.

Vale. Dije. Paré, agarré al perro por el collar, lo coloqué debajo de nosotros y nada más se acercó el morro al potorro comenzó una lamida de coño monumental, joder como gemía Maribel, estaba enrabada y el perro con la lengua caliente metiendo todo en su coño caliente.

En unos minutos comenzó el delirio,

No pares, no pares y si te corres sigue moviéndote que me tenéis muy bien ensartada, sigue, me voy a correr seguido, no te asustes tranquilo. Dijo.

No me asusto, Maribel, y aun tengo para mucho tiempo, porque me sacó la leche el moro antes y ahora me costará por lo tanto tranquila y goza. Dije.

Ahora si estaba la tía preparada para algo único que jamás viví, comenzó a correrse bien enrabada y no paraba.

Aggggg, ahhh, ahhh, sigue cabrón, sigue…ahhh, aggg, ahhhh, ahhh.

Estaba encadenando corrida tras corrida y como soltaba flujo el Moro seguía lamiendo mientras yo le clavaba bien el culo hasta los huevos, era un espectáculo increíble lo que se veía en el espejo, que pena no tener el móvil a mano y hacer una foto contra la imagen reflejada.

No se las veces que se corrió encadenadamente, no se si siete u ocho veces, quedó exhausta de rodillas en el suelo y con su cabeza sobre la cama.

Nunca había visto a una hembra encadenar tantas corridas, un espectáculo que ya había logrado antes Moro, cuando la follaba el culo bien clavado y ella se frotaba el coño.

Me salí de su culo aun empalmado, quería que ella se relajase. Y cuando pasaron unos minutos, me dice:

Baja a la nevera y trae algo fresco para beber, estoy sedienta. No sabes como me corrí, esto es lo que realmente deseaba de verdad, me apetecía sentirme ensartada y lamida así. Pero esto aun empezó ahora, dame un rato para recuperarme. Vete a por bebida.

Vale, te traigo agua, ¿te aparece? Pregunté.

No trae cerveza que me apetece disfrutar de una noche única. Dijo.

Cuando llegué de vuelta de la cocina, con la cerveza, estaba sentada en un sillón de dormitorio, secándose con una toalla y fumando un cigarrillo.

Hablamos del palcer que había sentido y me tocaba el rabo una y otra vez. Dijo:

No me extraña que hablen de tu polla, es una pasada y además está muy bueno, jajajajajj. Si te pilla alguna que se yo, te devora, jajaja. En la empresa hay mucha loba mal follada, jajajaj.

Vaya Maribel, no sabia que comentáis esas cosas en la oficina, jajajaj. Dije.

Mira a veces pasamos diez horas juntas, hay que hablar de todo, ¿no crees? Y alguna es mas caliente que otra y cuentan sus deseos, jajajaj. Yo me limito a comentar cosas superficiales, jajaja. Dijo.

Pasamos media hora charlando y eran como las dos de la madrugada y le pregunto a Maribel:

Mira, no se como quieres plantear el tema, pero son las dos y tengo que ir a por el coche aún, para irme a la casa rural.

No te mueves de aquí, mañana ya veremos como organizamos, pero hoy pasas la noche aquí, ¿o tenias alguna palomita para tirarte? Jajajaja. Dijo.

Pues la verdad que no tengo palomitas, ya sabes solo una paloma y porque ella se fue de la lengua. Dije.

Joder mi prima Rosa y yo no tenemos secretos, jajajaj. Respondió.

Bueno Maribel, ahora que conoces mi rabo, seria bueno que me publicitases, jajajaj entre las chicas de la oficina. Dije.

Jajaja, no lo sueñes, eres un cabrón, esto queda para Rosa y para mí, lo demás lo trabajas tú jajajaj, perroooo, eres peor que Moro.

Ya me hice la idea que estaría toda la noche en su casa. Se recuperó y me dice:

Bueno ahora voy a comer el rabo del perro y me vais a montar los dos, quiero que te metas debajo que el perro se sube enseguida una vez que le ponga la polla a cien. Dijo.

Vale, dije mientras me estiraba sobre una toalla en la alfombra.

Ella se aplicó al perro con devoción, que manera de mamar rabo, es una leona y tiene mucha practica con el can, es una artista, me confesó que lleva 6 años en esas practicas y que lo goza.

Cuando el perro volvió a sacar las bolas y hacia gestos de follarle la boca, me dijo:

Prepárate que voy a subirme en tu polla y me echo hacia delante para que el se suba.

Vale, tú mandas. Dije.

Se subió sobre mi polla, era un espectáculo el cuerpo de escandalo de esta hembra, es un monumento y me pone a cien porque es caliente como las brasas. ¿Quién puede imaginarse eso, de una tía distante en su trabajo?.

Colocó en coño sobre mi capullo y dejó que el peso de su cuerpo movido por la gravedad hiciese su trabajo, la metió toda, estaba el coño abierto de la tranca de moro y la tragó sin rechistar.

Agarré sus tetones y me puse a magrearlos, era una pasada. Ella llamó al perro y nada más se echo hacia delante y abrió las nalgas el can como un resorte saltó sobre nosotros, me hizo daño, al intentar enrabar a Maribel, mientras no la enganchó.

Ella lo animaba:

Moro, sube, moro, sube, siii sube.

El moro estaba embaladísimo y no tardó en clavarle los 25 centímetros de tranca a Maribel, mientras la mía cura como una piedra ensartaba el coño.

Ella estaba sobre mi agarrando las nalgas para darle espacio a la tranca de Moro, que no dejaba de empujar y se colgaba de ella con una maestría increíble, un artista el cabrón.

Aguantamos veinte minutos los dos clavándola, hasta que ella dejo de correrse en otra secuencia increíble, iba un orgasmo detrás de otro, morreaba conmigo, volvía a correrse mientras yo le amasaba sus tetas.

Estaba desbocada y gozando como una perra enrabada por el Moro y subida en mi rabo bien clavada, no dejaba de jadear y decir:

Joder, me partis, ahhh, me encanta, me encantan las corridas que me estoy dando, ahhh, siii, sii, aggg. Se volvía a correr, cuando terminaba buscaba mi boca y volvía a morrearme.

La follamos, así como 35 minutos, hasta que Moro comenzó a descargar leche y le salía por el culo a ella, no tardé en sentir el flujo caliente sobre mi polla y ya no había más que decir, descargué una señora corrida en el coño de Maribel (ella dijo que podía follar sin condón, toma pastillas para regular la regla)

No imagináis mi descarga entre gemidos y empujones hacia arriba, me corrí como un animal Y cuando ella notó las descargas de los dos no imagináis que gritos de placer, como si la estuviésemos matando.

Aggg, agggg, ooooo, ooooooohhhh, agggg, ashhhhh,  dios, siiiii, ahhhhh.

La descarga era tremenda. Moro y yo clavados en ella sin movernos, ella sola gozaba del momento como una posesa.

Esa larga corrida dio lugar a un momento de relax, se dejo caer sobre mi, me dijo que le había encantado y que esperásemos a que el perro se desabotonase para irnos a la ducha.

Paso un buen rato, Moro se saltó de Maribel y nos fuimos a la ducha, yo me había corrido dos ves y ambas muy buenas, ella según sus cuentas 23 corridas de vellón, ahí es nada.

Nos duchamos, nos pusimos los batines y bajamos al perro para la cocina, pillamos algo más para beber y me dijo dándome un pico:

Ahora subimos y quiero que me hagas el amor, con delicadeza y me hagas sentir una reina, necesito sentirme deseada.

Hay comenzó una noche de placer que se amplió a los tres días de puente y que además solemos repetir de vez en cuando. De hecho, cuando la pillo por el pasillo le digo:

¿Qué suerte tiene Moro? Jajajaj.

Perro, eres un perroooo, Jajaja.

Y cada uno a lo suyo, hasta que ella quiere otra noche de folleteo, le llamo yó y ella le llama, noche de compartir a mis dos amores.

Espero que os guste, sabéis que el próximo lunes ya estaré trabajando, pero haré lo posible para poder escribir algún relato de mi vuelta. Aunque Puri sigue de permiso de maternidad. Pero no os escribí sobre las chicas de la casa rural, eso dará para un buen relato, que escribiré en breve.