Relato 48- Como mi exnovia, organizo la fiesta.
Mi exnovia Ana y yo tenemos una larga experiencia sexual juntos, hace 20 años que comenzamos y aunque ella esta casada nos vemos cuatro o cinco veces al año. Le tenia muchas ganas a Gloria una compañera profesora recién separada y desde luego pensó que juntos venceríamos esa muralla.
Estoy de vacaciones en el pueblo, llegué el 26 de junio sobre las diez de la noche, pasé por casa de mi prima a recoger la llave de la casa familiar que utilizo para pasar los días que estaría allí, aproveche, para cenar y me fui a ordenar las cosas y asentarme.
El domingo por la mañana, me levanté sobre las nueve y fui a dar un paseo matutino, llamé a mi tía Ruth, que ya os escribí un relato sobre ella y me invito a comer en su casa. Después de la comida, fuimos a disfrutar de una buena sienta con fiesta ya que ella deseaba pasar una tarde a tope.
La mañana del lunes, aproveché para dar una vuelta por el pueblo, fui al cajero, compré un libro y me fui a tomar un café.
Estaba sentado en una esquina de la terraza y me fijé en una mujer de unos treinta años, que se acercaba acompañada de una niña de unos 4 años. No tardó en sentarse en una mesa una mesa justo en la otra parte de la terraza, que separaba una jardinera. No podía ver en plenitud toda su belleza, pero he de deciros que me impresionó mientras andaba, calcule sobre 178 de altura con sus sandalias de medio tacón. Un vestido de color azul turquesa, entallado con un escote redondo, no dejaban duda alguna de la hembra que llevaba dentro. Me impresionó que se le viesen casi la mitad de las tetas y un canal enorme. Con una melena larga y castaña, me encantó. He de deciros que tengo un modelo de mujer que me encanta, que sea alta, grandes pechos y cuerpo exuberante. Es verdad que no todas son así, pero la verdad que prefiero hacer un trabajo mas constante con dos o tres tías que me gusten que mil que no me llenan. Es lo que tiene ir cumpliendo años.
Después de tomar el café y de observar a aquella mujer de nuevo caminando por la acera, me fui a saludar a Pilar y a Luis a su agro-tienda.
Cuando llegué, estaba solo Luis y me pidió que fuese a comer con ellos, después de hablar de todo lo que había sucedido en el pueblo en los últimos dos años, pregunté quien era esa mujer tan espectacular.
Luis, se partió de risa y me pregunta:
¿Te gusta, cabroncete? Jajajaj.
Imagino como a todos los del pueblo. Jajajaja. O es que estáis ciegos. Respondí.
Bueno es profesora, vino con su niña después del covid, por lo que comentan está separada y está en el colegio desde septiembre pasado. Me dijo.
Bueno chico, voy a visitar a Félix y al mediodía comemos en tu casa. Chao.
Chao, sobre las dos estará también Pilar por casa, hoy hace la comida mi suegra. Pórtate bien, jajajaj. Dijo.
Saludé a varias personas que me conocen desde niño y fui a ver a Felix. Estuvimos un par de horas hablando y sobre las dos menos cuarto, fui para casa de Antonio.
La comida fue muy agradable y Pilar, me interrogó para saber cada paso que dí en esos dos años y como había pasado la cuarentena.
Ayudé a recoger y Antonio dijo:
Tengo que irme, debo llevar el pienso y el abono a la granja de José, porque le quedan solo dos comidas para las vacas.
Pilar le dio un pico y se fue. Su madre comentó:
Vete despacio, Pilar yo voy a tomar una siesta que estoy cansada.
Cuando quedamos solos y estaba ordenando los platos en el lavavajillas, ella se acercó por detrás y me dice:
Eres un cabrito, la cuarentena, la pasaste de fiesta, fijo, que te conozco.
Jajaja, eres desconfiada de verdad, estuve trabajando, algunos de mis clientes no pararon y además desde mayo estoy en una cooperativa y me ocupa todo el tiempo. Dije.
Jajaja, no chupo el dedo, jajaja. De hecho, nosotros abrimos solo por las mañanas y la verdad que me aburrí como una ostra. Además, sabes que Antonio es muy hipocondriaco y andaba eléctrico. Comentó.
Sin más me dijo, ¿cuándo vas a tener un rato para mí, me apetece repetir una buena sesión, hace tres años que no te tengo a tiro?
Pues ya sabes, estoy por casa, solo envías un whasapp y vienes cuando quieras.
Te parece ¿mañana por la mañana? Tengo tiempo porque Luis va a ir al almacén con el camión grande y tarda como cuatro o cinco horas.
Genial, te espero. Por cierto, hay una palomita por el pueblo que vi esta mañana y no conozco, ¿va sola siempre por lo que veo?
Jajaja, lo sabía, mira es profesora y por las tardes sobre las ocho, está con Santi y Ana tomando algo en la Moderna. Ellas son compañeras en el colegio. Ya sabes que Ana aún no te olvido, eres un perro. Dijo.
Por dios, hace mas de quince años de nuestra historia, eso quedó muy atrás. Dije.
No chupo el dedo, se que estuviste con ella otras veces e incluso casada que no soy tonta, pero haces bien, aprovecha. Dijo.
Nada de eso, una vez que se casó pasé de todo. Dije, mintiendo descaradamente.
Pilar, tengo que irme porque sino te meto un polvazo aquí mismo que flipas. Comenté.
Venga ya, venga, jajajaja. Dijo.
Juegas con ventaja, mañana te ajusto las cuentas. Dije, dándole dos besos y bajando a la calle.
Pasé la tarde en casa de mi prima y sobre las nueve de la noche fui a ducharme, puse un pantalón azul claro ajustado y una camisa de lino blanca cuello mao, y salí hacia la cafetería moderna.
Cuando llegué estaba esta mujer tan espectacular con un vestido blanco muy bonito y como antes marcando escotazo. Me puso a cien. Pedí un bitter y esperé a ver si había suerte y aparecía Ana y Santi.
Fue una espera de más de 40 minutos, pero al final, aparecieron. Se sentaron con ella, ambos de espalda hacia donde estaba yo sentado. Cuando les sirvieron la consumición le dije al camarero:
Por favor, cóbrame y también lo que pusiste en la mesa de Santi. Dándole 50 pavos.
Cuando paso por la mesa de ellos, les dijo:
Están invitados.
Santi preguntó:
¿Quién nos invitó?
Ese señor que está, en esa mesa, el de blanco. Le dijo.
Ana y él se dieron la vuelta y ella como un cohete se levantó y dice:
Y tú ¿Cuándo llegaste? Llevamos tiempo sin saber de ti.
Santi se levantó y a pesar del covid, me dio un abrazo y me dijo:
Ven para nuestra mesa, no te quedes ahí solo, además te presentamos a Gloria, es una profe, compañera de Ana. Me hizo un guiño.
Antonio y yo siempre tuvimos un buen feeling a pesar de saber que el primer chico de Ana fui yo, pero jamás eso nos separó, es más, llevan una empresa de transportes con el hermano de Ana y me consultaron muchos temas sobre países extranjeros a donde iban a descargar.
Me levanté y los acompañé a la mesa.
Y dije: Espero no molestar.
Los tres, me dijeron, siéntate al mismo tiempo.
Me presentaron a Gloria y no me pasaron desapercibidos los guiños que Ana le hacía. Fue muy alegre el rato y Ana me dijo:
Por cierto, el viernes tienes que venir a cenar a casa, vamos a preparar una churrascada y lo pasaremos bien.
Y Santi, corrige:
Porque no hacemos mejor comida, en la piscina de tus padres, porque seguro que tengo que llevar a un chofer a Burgos a recoger un camión y llevarlo a Fuenlabrada en Madrid. Un par de días, los tengo ocupados, hay que cargar en Madrid lunes a las seis de la mañana. Ya te diré como organizo.
Pues comida, si aceptáis, a ti Gloria ¿Cómo te va la comida?
Me va bien, mis padres pasaran aquí todo el mes de Julio y mi madre atiende a la niña, estoy libre, después en Agosto ya no será igual. Contestó.
Por mi parte, vale, así saludo a tus padres que me apetece verlos. Dije.
No están, vienen para la semana, porque mi padre fue a hacer una visita a mi tía en Asturias, no la había visto y pasó por el covid.
Bueno pues antes de irme los saludo.
Los días siguientes estuvimos quedando sobre las nueve de la noche en la Moderna y ya fuimos teniendo más confianza. Incluso, coincidí con los padres de Gloria y su niña en alguna de las mañanas que desayunamos. Me cae la baba con esta mujer, pero por lo visto no se acerca nadie, porque aún está en esa fase de duelo de su separación.
El día 8 sobre las ocho treinta de la tarde, mientras estaba delante del ordenador escribiendo un relato, recibo un whasapp. (OS COMENTË QUE TENIA QUE ATENDERLO)
Decía:
Juan, tengo unas horas libres, me apetece estar contigo.
Ana, y ¿no te arriesgas mucho a quedar? Pregunté.
No, porque, tengo que ir a casa de mis padres y nadie se imagina que voy a llevar a nadie allí, Santi, me llamó no llega hasta las doce de la noche y los críos están con los primos.
Bueno, ¿cómo hacemos? Pregunté.
Mira, dejas el coche cerca del colegio, yo vengo por la calle de atrás y tu te metes en el asiento de atrás, estirado a lo largo, así no te ve nadie.
Vale. Respondí.
A las nueve estaba dentro del coche y en tres minutos ella abría el garaje. No hubo palabras, nos besamos y subimos a una sala que conozco muy bien de cuando salíamos juntos.
No tardamos en estar morreando y ella no dejaba de gemir, me bajó los pantalones y dijo:
Dios como lo hecho de menos.
Todo tuyo, jajaja. Dije.
Se puso a mamar y empezó casi tres horas de placer para los dos, fue muy intenso, tenia muchas ganas de estar con ella, es una belleza, bajita sobre 160, pero un cuerpo increíble, de niña mala, una perdición.
Cuando estábamos relajándonos después de varios polvos, le pregunto:
¿Y esta chica, Gloria de que va?
Bueno, pues llegó en septiembre pasado aquí, se separó del marido, porque estaba enrollado con una compañera de trabajo y quedo muy jodida. Dijo.
Joder, que subnormal, con esa mujer y le pone los cuernos, no me jodas. Dije.
Es lo que hay, por cierto, a mi me pone, se me parece mucho a Ximena, te acuerdas, aquella chica que liamos y nos la llevamos al catre.
Como no voy a acordarme, todavía me pone pensar en las dos con el dildo fallándoos como locas, joder me encantó. Dije.
Pues a esta le tengo ganas, estuvimos muy unidas todo el curso y nos apoyamos mucho durante los exámenes. Es muy buena chica, lo que pasa que no sé cómo empezar, deberías proponer una estrategia, tu que eres un golfo. Dijo.
Bueno algo se nos ocurrirá antes del viernes.
Estuvimos chateando y comentando estrategias y una la convenció, ella seria la protagonista de la movida y dar los pasos para intentar meter a Gloria al redil.
El viernes sobre las doce y media, me llamó Ana y me dijo:
En media hora en casa de mis padres, Gloria está aquí conmigo y la llevo, solo hay un problema, Santi, como algo y se tiene que ir, ya no cuento con el hasta el domingo a mediodía.
Bueno, estaré allí, ya cojo el pan y unas bebidas. Dije.
No cojas nada, hay de todo, Contestó.
Algo tengo que llevar, jajaja, vamos a estar unas horas y ya sabes es mejor que sobre y no falte. Besos.
A la una y cuarto aparque en el garaje abierto de la finca de los padres de Ana. Ellas estaban enfrascadas en hacer las brasas. Nos saludamos y le dije.
Voy a preparar un salpicón de marisco para entrada, traje todas las cosas.
Ana dijo:
Jo, Gloria me debí casar con este, es detallista y cocina como los chefs de prestigio, veras que salpicón nos hace.
En ese momento vino a mi mente que ese cocinero que me enseño a prepararlo, acababa de enterrar a su esposa hacia tres días. Me disguste, lo aprecio mucho.
Preparamos, la comida y a las dos y media llegó Santi, comentó:
Comemos rápido porque sobre las cuatro tengo que salir, ya llevo otro chofer, porque cambiar las gabarras nos va a llevar más tiempo del que pensaba, creo que al final hay que comprar otra gabarra para tener siempre aquí a mano.
Nos sentamos los cuatro y durante una hora las charlas iban y venían, era todo muy agradable, Santi no bebió alcohol y yo no lo bebo nunca, ellas sin embargo estaban disfrutando un albariño fresco y no tardaron en comenzar la segunda botella.
A las cuatro y veinte, Santi, dijo:
Bueno, chicas, tengo que irme, siento de verdad no poder disfrutar el fin de semana, sobre todo por los críos, pero tenemos una carga lunes y no puedo fallar a ese cliente. Chicas, cuidar mucho Juan, por favor, que tenga ganas de volver, jajajaj. Dio un beso a Ana y chocó el puño conmigo. Gloria le dio un abrazo y le dijo que fuese despacio.
Por lo tanto, a las cuatro y media seguíamos en la sobremesa y Ana, después del postre y los chupitos, dijo:
Juan, porque no preparas ese coctel tan rico que me encanta.
Eso está hecho. Dije, saliendo hacia la cocina.
Tenia todos los ingredientes y preparé un Vanilla Honey Martini, un poco cargado de vodka. Por supuesto después de darle muchas vueltas al coco, decidí poner unas gotas milagrosas que preparó mi colega Roberto. Ni de ello había hablado con Ana, es más salvo el nadie sabe que dispongo de ese afrodisiaco.
Lo presenté bien y les encantó, de hecho, Gloria dijo:
Ahora nos vamos a dar un chapuzón y luego preparas otra y me enseñas como prepararlo.
Tranquila, verás que surtido tiene de cocteles, nos hará más, me encanta otro que prepara que es el coctel de Jazmín y también esta buenísimo el Daiquiri pasión. Dijo Ana.
Estuvimos otra hora en la sobremesa y sobre las seis, les dije.
Me voy a dar un chapuzón, que tengo calor.
Gloria, ¿vamos a la piscina? Preguntó Ana.
Espera, tengo que ir al baño y me pongo el bañador. Dijo.
Pues, ven, que yo quiero cambiar el bañador por un bikini para estar más cómoda, somos de casa. Dijo, saliendo ya con Gloria al lado.
Me di un chapuzón y ellas después de veinte minutos apareció Ana con su cuerpo esbelto, sin arrugas, morenita y como siempre la recordé, menudita pero resistente, su culo es un pecado y sus tetas 90 son perfectas porque tiene unos pezones muy bonitos.
Gloria, vino con un bañador azul turquesa, tiene un cuerpo increíble, las caderas bien marcadas porque el bañador es de talle alto, los pechos inmensos abren el sostén del bañador y dejan ver un amplio espacio del lateral de sus tetas.
Al rato, estaban también en el agua, nadábamos de un lado a otro, hasta que Ana, fue a por mi cabeza y dijo:
Recuerdas, aun me debes una aguadilla, jajajaj.
Cabrona, eres una cabrona, dije, cuando salí del agua, después de no oponerme a lo que había hecho.
Comencé a perseguirla nadando y le metí mano por uno y otro sitio de su cuerpo, la sujeté por detrás contra un lateral y le metí los dedos en el Kiki.
Se partía de risa, mientras Gloria nadaba por el otro lateral. No la dejamos al margen. Ana la llamó y le dijo:
Gloria, ayúdame que este cabrón es un animal y está abusando, las dos lo vamos a poner en su sitio.
Voy, se va a cagar este tío. Jajajaj. Contestó.
Me agarró por detrás y entre ambas me empaquetado. Notaba los tetones de Gloria en mi espalda y cuando pude girarme, dije:
O sea que tú también estás conta mí, te vas a arrepentir.
Me agarré a ella abrazándola y bajando hacia el fondo de la piscina. Subimos pegados y ella colgada de mi cuello.
El juego prometía, después de veinte minutos en el agua, salimos a tomar un rato el sol, Ana dijo:
Gloria, tengo bikinis ahí, sácate ese bañador que esta empapado y así además tomas mejor el sol.
Si mejor, quiero ponerme bien morena y en la playa no me atrevo a poner bikini. Dijo.
¿Como no pones bikini en la playa? Pregunté, mientras ellas entraban en casa.
Porque hay mucho baboso. Contestó.
Entraron en casa y estuvieron como quinde minutos en la elección de bikinis, estaba la estrategia, en marcha, habíamos quedado de que esa seria la justificación para estar desnudas ambas en el mismo dormitorio, hacerla probar varios bikinis y alabar el cuerpo de Gloria.
Al salir, guiño de ojo de Ana, había salido bien. El bikini de Gloria era diminuto, dejaba todo bien visible, pero la había convencido y el alcohol ayudo. Y dijo:
Camarero, ese coctel ya esta tardando.
Voy, en un plis lo preparo. Dije.
Entré y cuando volví, Ana estaba poniendo crema en la espalda de Gloria, que estaba estirada y relajada.
Al pasar las copas, se incorporó Gloria y pude observar las mejores tetas de las últimas fechas, no las más grandes, pero si la más duras y redondas con un 110 de talla y un pezón grandote que se marcaba me ponía loco.
Me empalmé en el acto y decidí seguir con el plan. Dije:
Voy a cambiar el bañador, esta mojado y me apetece estar más cómodo.
Fui al garaje, en el coche tome una bolsa y ya allí saqué el bañador y la polla estaba a mil, puse un slip de arena color blanco que es increíble como me sienta, además si coloco la polla de lado, al elevarse trasparenta todo.
Cuando subí, Ana me mira y le dice a Gloria, mira que escándalo, jajajaja.
Que escandalo ni leches, o sea vosotras cambiáis los bañadores y yo ¿no puedo? Dije.
Bueno os preparo otro coctel, que ya veo que el calor no da tregua y ya vengo a sentarme.
Esa era la clave para que ellas hablasen sobre mi físico y ver las reacciones de Gloria. Dejé un rato de tiempo y volví a por ellas.
Ya esta bien, o sea, me tenéis de camarero y a mi quien coño me pone crema. Solté.
Venga túmbate en esta hamaca que te ponemos crema a cuatro manos, jajaja, venga Gloria, que no se queje por no ser activas. Dijo Ana.
Gloria, dijo:
Bufff, yo ya no sé si seré capaz de ponerle crema, jajaja, estoy a cien, el alcohol no es mi aliado y no te olvides que llevo casi 2 años sin tocar a un tío.
Jajaja, Aprovecha, aprovecha, lo tenemos para nosotras. Dijo Ana.
Ambas echaron crema en mis hombros y espalda, fueron bajando y Ana no se cortó, me bajo el slip un poco para darme crema en las nalgas y al separar las piernas frotó mis huevos. Gloria aplicaba crema a las piernas.
Al darme vuelta, la polla estaba pletórica, no se aguantaba dentro, es más casi 5 cmts. estaban muy poco cubiertos.
Ana, le dijo a Gloria:
Mira que dotado está este cabrón, es enorme, pero hace gozar a una como jamás te imaginaste.
Vaya, Ana, ¿entonces ya estuviste con Juan? Preguntó.
Claro, fue mi primer noviete, y me hizo mujer, estuvimos juntos casi dos años, luego se fue y comencé a salir con Santi. Pero de verdad, jamás volví a disfrutar tanto como con él. Ana no perdía puntada, estaba calentando a Gloria, era parte del plan.
Gloria me daba crema en mi cara y cuello, AAna sentada a mi lado, a mi pecho y bajando. Era ahora o nunca.
Ana, apartó en slip y mi polla se disparó. Gloria miró y dijo:
Dios eso es enorme, jajajaj.
Jajaja, es una tranca de verdad, dijo Ana sujetándola.
Gloria, tu no viste nada, ¿vale? Dijo Ana.
Y se fue con su boca a mi polla, Gloria no daba crédito, pero Ana cogió su mano y la acerco a mi rabo que estaba enorme, venoso y duro como una roca.
Gloria estaba caliente no, lo siguiente, agarró la tranca y masajeó un poco, quiso soltar, pero Ana lo impidió. No podía perder la oportunidad y llevé mi mano entra las piernostas de Gloria, que se sobresalto y las apretó, pero no cedí, así en unos segundos estaba frotando su coño sobre el diminuto bikini.
Ana, le hablo al oído a Gloria y está le dijo:
Joder, no se que me dá pero me apetece. De esto jamás se dira nada ¿verdad Ana? Dijo.
Gloria, Juan y yo ya disfrutamos de todo lo que te puedas imaginar y jamás nada se supo. Dijo ella, acercando la cabeza de Gloria a mi rabo.
Ana mientras Gloria comía mi polla, se acercó a besarme y tocó una y otra vez el culo de Gloria, que estaba tan bien que no se inmutó.
Separé la tanguita del bikini de Ana y metí un dedo dentro, estaba empapada y caliente. Sabia que no se iba a cortar y se subiría encima de mi rabo nada más la otra apartase la boca.
Estuvimos como diez minutos así hasta que yo había logrado frotar los labios del coño de Gloria una y otra vez, su coño tiene unos labios exteriores muy abultados y jugosos.
Ana, cuando ya estaba a cien le dijo a Gloria.
Espera un momento que quiero subirme encima.
Se colocó y poco a poco metía el rabo en el coño que tantas veces había hecho mío y como conoce bien el proceso, enseguida estuvo enrabada y comenzó a frotarse y el mete saca. Mis dedos estaban dentro del coño de Gloria, que no perdía detalle de la clavadas que se estaba dando Ana. No tardó en acelerar la respiración y dijo:
Me corrrro, ahhh, agggg, me corro, ahhhh. Gemía y disfrutaba Ana de lo lindo.
Se relajó y yo sin dejar de meter los dedos en el coño de Gloria le dije:
¿Quieres probar Gloria? Ya sabes Ana es una mujer casada y por nada del mundo queremos lios.
Dios es enorme, pero me encantó ver correr a Ana, nunca había visto una cosa asi. Dijo.
Ana le dijo:
Espera que le pongo un condón y te subes. Mientras entraba en casa.
Aproveche para acercar la cara de Gloria a mi boca y nos fundimos en un besazo, estaba a cien, caliente entre vinillo, chupitos, cocteles sin olvidar el remedio de Roberto que es como llamo a su pócima.
No tardó Ana, me colocó el condón y le dijo;
Gloria cógela con la mano y frota el coño, así poco a poco te la vas metiendo, esto funciona distinto a una polla pequeña, o la frotas o te revienta.
No tardó Gloria en abrirse de piernas encima de la hamaca, se veían sus tetones enormes colgados, su tripita y sus piernas enormes como iban a devorar el rabo de verdad.
Frotó los labios exteriores y cuando estaba colocándola, le di un empujón hacia arriba, ploff, entró el capullo. No se quejo y poco a poco fue bajando en el rabo para amoldarlo y no tardo en tener la mitad dentro, su mirada era fija en mis ojos y comenzó a jadear al sentir ya la polla haciendo su trabajo, empujando hacia arriba para clavarla un poco más. Ana se colocó detrás y acarició mis huevos y frotaba el trasero de Gloria, esta seguía jadeando. Cuando estaba ya bien enrabada, Ana la comenzó a acariciar, a besar el cuello y poco a poco fue a por sus tetas.
No podéis imaginar esta hembra clavada en el rabo y Ana comiendo sus tetas, porque eso era parte del plan. Asi estuvimos hasta que Gloria dijo:
Dios, dios, me voyyy, me corro, ahhhh, ahhhh, aggg. Se calló de inmediato porque la boca de Ana se fundia en un morreo monumental con Gloria mientras esta no dejaba de correrse.
Se relajo el ambiente y esperamos como iba a trascurrir la conversación. Gloria salió de mi polla y dijo:
Dios mío, jamás imagine estar haciendo esto-Ana acarició su espalda- Jamás me imagine esto, de hecho, nuestra relación de pareja era del todo tradicional y esto no lo imagine, jamás.
Ana, no dio tregua y le dijo: No es nada malo, es placer.
Esto hay que vivirlo, solo se vive una vez, de hecho, yo cuando Juan viene en verano echo unos polvazos con él cojonudos y luego llego a casa y me follo a Santi como una loba. Me encanta ufff, y a ti Gloria ¿te gusto la corrida?
Jo, me encantó, me encantó, dios cuanto tiempo sin sentir esto, uffff. Respondió.
Y dije:
Yo estoy aquí, espero que me deis una buena sesión de placer, porque os voy a follar a las dos bien duro y Ana, quiero que subamos a la habitación de invitados que me apetece recordar buenos ratos ahí.
Ana me beso y le dijo a Gloria:
Todo esto es sagrado, tendrás a Juan cuando te apetezca incluso cuando no esta en el pueblo podéis quedar, el ahora trabaja a 200 km de aquí y en un par de horas ya esta a tiro.
Ana, me encanta Juan, me gusta mucho, es más me gusto desde el primer día que lo vi, pero no imaginé verme, así como estamos ahora disfrutando los tres.
Con el rabo derecho como un pilar, acompañe a Ana, que llevaba de la mano a Gloria hacia la habitación.
Centramos toda la actividad en Gloria, no queríamos perder la oportunidad de que formase grupo con nosotros y así que Ana durante el invierno también pudiese darle alguna comida de coño, porque en el fondo era lo que deseaba.
Sobre la cama, acostada a lo largo, tapé los ojos de Gloria y le indiqué a Ana que le comiese el potorro bien comido, y así lo hizo, mientras yo comía aquellas tetas que ahora me tienen loco. cuando le sacó la corrida me subí encima y comencé a bombear el coño de la jaca hasta hacerla correr, como nunca se había corrido en una follada de su marido, de hecho, me lo dijo el día siguiente.
Pero yo también quería descarga y no desaproveche, para indicarle a Ana que se pusiese al 69 sobre la hembraza que teníamos en cama, esto ya lo habíamos hecho con Ximena y Ana se había derretido de gusto.
Se colocó sobre la cara de Gloria, no sabia como iba a reaccionar, pero cuando sintió la lengua de Ana en su coño, ella dio las primeras lamidas de manera delicada, para poco a poco enfrascarse ya en comer los jugos del coño de Ana, mientras esta abría bien los labios exteriores de su coño y le clavaba la lengua. El espectáculo era especialmente morboso, una jamona debajo y una poquita cosa llevando el control del polvazo lesbi que estaban echando. Dejé que se gozasen un rato y me saque el condón. Pensé, voy a clavar bien a Ana y me corro en ella, quiero ver la reacción de Gloria.
Me coloqué por detrás de Ana, ensarté el coño que tan controlado tengo y no me fue difícil enrabarla bien y hacerla jadear. En unos minutos de empujar y de decirle cosas guarras que la ponen a cien, no aguantamos y como nos conocemos muy bien dimos rienda suelta a nuestras corridas de manera dual.
Nos corrimos confundiendo los gemidos y mi leche lleno el coño de Ana hasta las trancas, y no tardó en rebosar por los labios de su delicado coño y hay estaba la prueba definitiva:
Gloria comió mi lefa y los jugos de la corrida de Ana, estaba ya en el equipo.
Estuvimos hasta las doce de la noche dando duro, hasta que Ana y Gloria se fueron a su casa y yo me fui a descansar porque he de reconocer que corriéndome cuatro veces estaba baldado. Ya quedo organizada otra quedada de los tres para el martes, ya que Ana, tiene que estar sola para poder disfrutar de las fiestas, pero por mi parte, espero quedar a solas con Gloria y tenerla en cada una noche entera antes de que se vayan sus padres.
Pero os aseguro que una vez descanso unas horas ya estoy buscando otra presa para hacerla gozar. Repito soy un zorro.
Es lunes 12 de Julio y en el relato siguiente os contaré lo que sucedió ayer domingo, fue el resultado de un trabajo hecho a lo largo de 15 días con la propietaria de una tienda de pan, gominolas y dos mesas de cafetería que solo podía usar por tener que cumplir el protocolo del covid.
Fue una cosa muy especial y me encantó.
Solo los nombres no corresponden con las personas de este relato, pero es real como la vida misma y todo sucedió el pasado viernes 9 de julio por la tarde. El sábado, fui a casa de mi tía Ruth y por supuesto me pidió otra siesta con ella, no pierde puntada y se aprovecha de mi calentura para darse buenas corridas aun estando cerca ya de los 60 años.
Espero que os guste y por supuesto me gustaría que comentaseis lo que os parece.
Juan.