Relato 4

Un viaje inesperado, una llegada sin anunciar, es mi deseo hecho realidad, al fin podre verte, al fin podre estar contigo, la suerte esta de mi lado, tu madre autoriza a que me quede en tu casa....

un viaje inesperado, una llegada sin anunciar, es mi deseo hecho realidad, al fin podre verte, al fin podre estar contigo, la suerte esta de mi lado, tu madre autoriza a que me quede en tu casa, con la única condición de que me reprima los deseos de besarte frente de ella, es su forma de aceptar nuestro amor, luego de cenar nos sentamos a conversar y después tu madre me muestra la habitación en donde dormiré y lamentablemente no será a tu lado si no la de tus hermanos que no llegaran esa noche , ya es hora de dormir y cada uno se va a su habitación. Los minutos avanzan lentamente esperando la oportunidad en que ya todos estén durmiendo, el nerviosismo y la excitación no me deja cerrar los ojos, me mantienen en una desesperante vigilia. han pasado casi dos horas y decido salir de la habitación lentamente para dirigirme a la tuya, voy descalzo para evitar hacer cualquier tipo de ruido me pongo frente de tu dormitorio y mi corazón late tan fuerte  que sería capaz de despertar a todo el barrio o por lo menos así lo siento abro la puerta poco a poco y logro ver tu hermoso y frágil cuerpo, tu habitación tiene una decoración que me enternece y se me imagina cono el de una pequeña princesita, ¡mi princesita! llevas un pijama que tus sabanas me dejan ver, para tener una mejor visión me acerco a tu cama  cerciorándome en que nadie se ha despertado al cerrar la puerta, quito las mantas que te cubren y admiro tu bella forma de dormir me pongo a tu lado y siento tu respirar lentamente pongo mis labios sobre los tuyos y te beso lentamente y tú los respondes aun dormida cuando abres los ojos lentamente te dejas llevar poniendo más de tu parte haciendo que estos se vuelvan totalmente pasionales  y profundos, me separo de tus labios para  dirigirme a tu cuello y sueltas un gemido  suave mientras mis manos bajan por tu cuerpo disfrutando cada centímetro de piel hasta llegar al límite de tu blusa y tu pantaloncito momento en que aprovecho para ponerlas debajo de tu ropa, arqueas levemente tu cuerpo como indicándome que las dirija a tu espalda  y mientras subo mis manos arrastro tu blusita hasta quitártela dejándote solo con el sujetador  y tus pantaloncillos mi boca que ahora besa tu cuello y tus hombros baja lentamente a besarte en esos hermosos pechos que tantas veces había deseado tener cerca mío y ahora no dejare que se escapen sin disfrutarlos y que tu sientas que mi amor y deseo, tus suspiros son cada vez más fuertes y profundos y eso hace entregarme más aun si cabe mientras, mientras continuo besándote bajo uno de los tirantes y tú me ayudas bajándote el otro y mis manos que continuaban en tu espalda terminan por quitar esa innecesaria prenda, dejo caer mi cuerpo sobre ti  tratando de posar mi miembro sobre tu entrepierna sintiendo tu calor interno y tu mi dureza que se incrementa proporcionalmente a tus suspiros, me comienzo a mover en círculos sobre ti haciendo más fuerza en los momentos en que nuestros objetos de deseo se encuentran más cerca, ya solo nos quedan una prenda a cada uno que nos separan de nuestro irreversible y deseado destino, dejo de presionarte con mi cuerpo para comenzar a bajar lamiendo tu vientre en mi descenso mis manos acompañan mi travesía y llevan a cabo la inmejorable tarea de quitarte ese pantaloncito, tú te dejas hacer y te levantas levemente para facilitarme la tarea, al hacer esto tu entrepierna rozo la punta de mi nariz impregnándome tu aroma y tu calor. Ya estas totalmente desnuda y mi boca disfruta de este manjar delicioso, te beso, te lamo, muerdo suavemente tu clítoris y tu interior es agradecido a mi labor entregándome tu deliciosa miel la cual forma un circulo vicioso o más bien dicho un circulo delicioso en el que te doy placer y tú me entregas tu exquisito flujo, poco a poco mi lengua entra en ti y tu separas mas las piernas y a veces las cierras fuertemente apretándome la cabeza, invito a uno de mis dedos a participar de esta magnífica tarea, el que anteriormente te lo entrego para que lo humedezcas con tu boca y tú me sorprendes al tomar otro de ellos y me dices "usa dos por favor" y sin hacerme de rogar hago caso de tu pedido, lo hago lentamente mientras los giro tanto al entrar como al salir, en cada entrada aumento la velocidad sin que mi lengua deje de lamer tu clitoris.Para mi es un placer escuchar tus gemidos, como tu respiración se acelera, ver tus ojos entrecerrarse y abrirlos para ver como sigo dándote un oral que no se lo he dado a nadie. Mi pene se siente celoso de mis dedos y quiere tomar un lugar protagonista y como mis deseos son los dueños de mis acciones subo hasta ti pero tú no me dejas entrar, me pides que te lo deje lamer, deseas humedecerlo bien, quieres probar parte de mi antes y lo lames desde la base hasta la punta y lo introduces hasta que tu boca queda llena de mi lo vuelves a sacar y a introducir un sinnúmero de veces, no quiero que acabes de hacer esto pero tú lo sacas lentamente hasta que la punta de mi pene y comienzas a masturbarme a la vez le lameteas suavemente y con pasión lo que queda dentro de tu boca, y lo vuelves a introducir hasta el fondo, mientras haces esto te pido que te lamas un par de tus propios dedos para que te los introduzcas en tu vagina, y viendo que el deseo tuyo es tan grande como el mío lo haces sin decir nada, es mas ahora haces que nos giremos para que yo quede acostado y tu quedas en posición de perrito para que la entrada de tus dedos sea más profunda, lo que antes hacías lentamente ahora lo haces cada vez más rápido, el sonido de tus dedos al entrar y al salir se hace mas fuerte debido al flujo constante de tu matriz, para hacer más placentera esa auto exploración en ocasiones introduces uno, luego dos , otra vez uno y sorprendentemente tres y vuelves a uno , no sabes qué cantidad te produce más placer porque uno es más profundo y llegas al fondo y cuando usas dos se ajusta perfectamente al ancho de tu entrada, pero al usar tres sientes que te abres a nuevas experiencias y es por eso que los intercalas. Mi boca extraña tu sabor y te tomo la mano para beber de tu miel que quedo impregnada en los dedos, poco a poco te incorporas para sentarte sobre mí, la entrada se hace sin problemas gracias a tu humedad y mi erección, el llegar al fondo siento como si llegara al paraíso del placer y pensando que no se puede mejorar las sensaciones, me sorprendes. Tus movimientos que en un principio eran de sube y baja ahora los mezclas con círculos, eso hace que nuestros sexos se ajusten, si esto es posible, perfectamente, superando lo que yo pensaba que ya era perfecto. No sé cuánto tiempo nos hemos dedicados a entregarnos placer y satisfacción, pero no quisiera que acabara nunca, pero como dicen todo lo bueno , en este caso todo lo perfecto, tiene un final y después de haber realizado innumerables posiciones y demostraciones placenteras siento que mi esencia quiere depositarse fuera de mi y entregártelo tal como tú me lo has entregado en un sin contar de orgasmos te lo digo al oído  y tú me dices que quieres sentirlo en tu piel y momentos antes de llegar al final me retiro lentamente para que tu lo tomes en tus manos y lo masturbes sobre tu vientre esto hace que expulse todo mi semen llegando incluso sobre tus pechos, lo recibes con una expresión de placer y alegría, y una vez que ha salido la última gota de mi interior lo esparces deliciosamente con ambas manos impregnándote completamente cada poro, cada centímetro de tu piel dejando un poco en tus dedos para llevártelo a tu boca y degustarlo lentamente mirándome con una cara que mezcla gratitud y excitación. Con eso damos por acabado, momentáneamente, nuestro primer encuentro y nos recostamos mirándonos a los ojos y besándonos suavemente, después de un rato escuchamos ruidos en el resto de la casa lo que nos hace volver a la realidad y me despido de ti no sin antes agradecer a los dioses del Olimpo las horas que hemos disfrutado y avisarte que esto solo será el inicio de nuestras furtivas escapadas nocturnas. Y silenciosamente vuelvo a mi habitación.