Relato 34/1- Memorias deÁfrica
Mi estancia en África, fue toda una experiencia al disfrutar del buen sexo de dos hermanas con muchas ganas de follar y que no se ocultan nada. En esa edad en la que las mujeres no están dispuestas a perder un minuto en cuentos, hacerlas gozar es para no olvidar,follando cuando estamos juntos.
Cuando llego el momento de dejar África y como despedida a Rosa, pasamos la noche anterior dando duro, quería volver a Madrid habiendo disfrutado como nunca de unos polvos monumentales y gozado como nunca.
Tardó diez días en llegar Carmen al país, su estancia estaba prevista para cinco meses y estaría los dos primeros meses acompañada de Noemi, su sobrina y luego sería su hermana gemela la que viniese para pasar unos días en la planta.
Carmen, es una mujer muy seria en los cincuenta, exuberante y con una cara agradable, no es tan guapa como Rosa, pero su cuerpo es similar y con un poco de menos pecho y caderas, pero igual de elegante, alta y siempre en su sitio.
Cuando llevaba un par de meses con Carmen, enseguida congeniamos y la verdad era más fácil trabajar que con Rosa, pero sin embargo es un poco más distante y se preocupa mucho por sus hijas, sobre todo dando ejemplo en el esfuerzo y sacrificio para el negocio.
Una tarde me llamó a mi apartamento, me preguntó:
-Juan el sábado se celebra una reunión de empresarios españoles en la embajada y me gustaría que me acompañases. ¿Puedes?
-Por supuesto, no tengo problema, de hecho no tengo planes, pero si deseas llevar a Noemi lo entiendo. Respondí.
-No quiero que conozcas a varios empresarios que me preguntaron varias veces por como llevamos la ampliación y les hable de ti, es un buen momento para que conozcas al embajador y a estos señores. Por cierto, la noche del viernes quedaremos en un hotel en la capital y por favor para la embajada, traje, porque estos son muy especiales y además comemos allí.
-Perfecto, de todos modos, mañana me comentas como es el plan y preparo las cosas, lo digo por si deseas que explique algo a alguien. Respondí.
-Hablamos mañana. Descansa. Despedida.
-Descansa y gracias por la oportunidad. Dije y colgué el teléfono.
Los dos días fueron normales y a las 16, 00 del viernes, salíamos en el coche hacia la capital, conducía yo.
Hacía calor y por supuesto el aire acondicionado a tope, pero decidimos parar en una gasolinera y poner combustible y pillar unas coca-colas frescas. Caían los pájaros, el calor era sofocante a las seis de la tarde, imaginaba una noche calurosa no, lo siguiente. Carmen fue al baño un momento y arrancamos.
Durante el viaje, hablamos de trabajo y ningún comentario en el ámbito personal, solo temas laborales. A las 19.45, llegamos al hotel, aparcamos en la entrada y pasamos a recepción, mientras que recogían las maletas y aparcaban el coche.
Cada uno se instaló en su habitación y quedamos en una hora en el hall para la cena y descansar para el día siguiente. El calor era sofocante, puse el aire en acondicionado y me di una ducha, elegí un conjunto ibicenco de lino perfecto para las noches calurosas y además, siempre aprovecho para ir sin calzoncillo, no me preguntéis porqué.
Bajamos al hall y eche un ojo a Carmen, estaba espectacular con un vestido apretado de gasa con unos volantes todo el con flores. Cuando nos dirigíamos al restaurante, nos indicaron que hoy la cena era un evento especial y se serviría en la zona de piscina.
La zona estaba amenizada por un grupo étnico local que hacia una música muy pegadiza y varias parejas estaban bailando a todo meter. Nosotros elegimos una mesa hacia la esquina y con nuestros platos nos fuimos hacia la zona de los cocineros que servían el buffet. Estaba encantado con el menú y aproveche para ponerme ciego de gambas, langostinos enormes a la plancha y para el final un estupendo ceviche de pescado y marisco, cenamos genial. Carmen cenó con un vino blanco sudafricano y se zampó la botella porque se veía que bajaba solo y estaba fresco.
Postres, cafés, cocteles y combinados en una barra libre que estaba muy concurrida, todo el mundo haciendo corros y bailando. Eran las 12.00 de la noche y la fiesta prometía, finalizaría a las 2 de la madrugada.
Se acercó Carmen a mi oreja y me dijo:
-Estoy a cien con el vino, si con las copas me pongo borde, me acompañas a la habitación, hoy fijo que desfaso.
-Tranquila, yo estoy a coca colas, por lo tanto, ningún problema. Y aprovecha, porque además mañana hasta las 12 no hay que ir a la embajada. Dije.
-Si me paso cuídame. Dijo y me dio un beso en la mejilla.
-Hecho. Respondí, mientras ella se iba a por champan.
La noche avanzaba y en un momento una chica preciosa de color, se acercó para que bailase, luego me explico que era miembro del grupo de animadores del hotel. Lo pasé genial.
Estuvimos bailando buen rato y no desaproveche para que notase mi poderosa herramienta que no tardó en empalmarse.
Cuando llego el momento de que el grupo anunciaba la finalización del festorio, Carmen se acercó a la mesa y me dijo:
-Que pasa bailas con la joven negrita y no te dignas a invitarme a bailar. Mientras me tomaba de la mano. Los efectos de las copas y el vino habían desinhibido a Carmen que se la veía eufórica.
-Por supuesto bailamos- Dije, mientras que la tomaba de las manos.
Fueron diez minutos de frotarnos descaradamente, Carmen estaba muy lanzada y por supuesto notó enseguida mi empalme. No se apartó es más, acercó más la pelvis para notar mi badajo empalmado y buscando guerra.
Cuando terminó la música, fuimos de los últimos en retirarnos, Carmen volvió a pedir otra copa, me dijo:
Ven tomo la última y nos vamos a la habitación, mientras me tomaba de la mano y me acercaba a la zona cubierta de la piscina, el calor a pesar de ser las 2.30 de la madrugada era sofocante. Media hora después solo quedaban los empleados del hotel recogiendo los últimos vestigios de la fiesta, por la mañana debería estar todo impoluto.
Ya en la hamaca sentados ella hablaba con cierta dificultad, pero se mantenía erguida y muy activa. Me preguntó:
-Te gusta la negrita, sé que te la follarías como un toro si la pillas…
-Jajaja. Carmen, estamos aquí para un tema importante y hoy no tengo ganas de complicarme la vida, además estas tu aquí y debo guardar las formas. Respondí.
-Jajaja, eres un perro, se te nota, muchas veces pienso en como serás en la cama y si es cierto lo que me dijo Rosa, que tienes una polla enorme y dura. Dijo
Me quedé helado, o sea su hermana le dijo que se había desfogado conmigo y que eso le hacía más llevadera su estancia en África.
- ¿Y dónde vio mi polla tu hermana? Pregunte como haciendo el loco.
-Jajaja, no tenemos secretos las dos y te digo que me dijo que es enorme, eso sí prefirió no contarme detalles. Respondió.
No tuve nada que decir, me quedé mudo y ella volvió a preguntar.
- ¿Verdad que te follabas bien duro a la negrita?
-Bueno Carmen la verdad que está muy bien, pero esta noche debo comportarme y no atender más que lo que me pidas, estamos aquí para la comida de la embajada. Respondí.
Ahh…, o sea que también aquí ¿soy tu jefa? Preguntó.
Claro lo eres siempre, mientras dure nuestro contrato de consultoría. Respondí.
Jajaja, vaya y eso a que me da derecho. Dijo ya en plan leona, mientras su mano buscó mi pierna. Ella estaba sentada en la hamaca y yo en una silla a pocos centímetros.
Carmen estoy a tu disposición para cuanto necesites, dije. Sabía que era un órdago, pero solos en aquella zona de la piscina, calor y copas podían haber hecho un milagro que esperaba me beneficiase.
Jajaja, hoy estoy muy lanzada, las copas me pusieron cachondísima y ven…No dijo nada más y tiró de mí para darme un morreo brutal.
Estaba a cien, se notaba jadear a cada beso y mi mano recorriendo su cuerpo, mientras ella se dejó caer hacia atrás en la hamaca, no dejé de acariciarla y comerle la boca, mientras de reojo miraba que un hubiese testigos.
No tardé en sacar mi polla del pantalón y sin decir ni palabra comenzó a darle lengüetazos al capullo, que ya estaba a cien y soltando flujos.
No tardamos en estar enzarzados en un sesenta y nueve sobre la hamaca, abría bien las piernas para que mi lengua recorriese todo el coño y pudiese hacer un buen cunnilingus en su clítoris, empujaba su pelvis hacia arriba y gemía con mi polla en la boca.
En ese momento, pensé, vaya no tengo condones. Este era el primer problema, tenia que ver la posibilidad de ir urgente a la habitación, justificando tener que ir al baño, siempre con el riesgo de que saliese de su estado de excitación.
-Carmen, tengo ir que ir un minuto al baño y continuamos. Dije.
-Vete rápido y trae condones, nos van hacer falta. Respondió. Me leyó el pensamiento.
-Voy. Dije, mientras volaba subiendo el pantalón y disparado al dormitorio.
Creo que Usain Bolt no me superaría en el recorrido de ida y vuelta.
Cuando llegué, seguía boca arriba en la hamaca y aproveché para besar las piernas y meter la lengua de nuevo en su coño, mientras comía con habilidad y abría los enormes labios vaginales para llegar con la lengua profunda, ella gemía y subía y bajaba la pelvis.
Todavía no había sacado los tetones de la camisa, cosa que aproveche para hacer sin dejar de lamer el coño, cuando los retire de las cazoletas, capte unos pezones duros como piedras y unas tetas de tamaño considerable. Pasado un rato, fui abriendo su camisa del todo y subiendo recorriendo cada punto de su vientre con mi lengua, hasta que comencé a subir por las tetas, que poco a poco, lamí hasta que me puse a disfrutar de lametones en sus pezones, cosa que la hacia retorcer, era su punto débil.
No deje de meter la mano en el coño mientras comía y estrujaba sus tetas con una mano, ella cerraba los ojos y gemía una y otra vez.
De repente, dijo:
-Fóllame duro, estoy a cien y necesito sentirte dentro…
-Tranquila, me pongo el condón y empezamos. Dije, mientras estiraba el condón y metía la polla que estaba como una estaca.
Acerqué la punta del capullo al coño de Carmen, cuando lo tenia enfocado, ella subió la pelvis y dejé caer mi peso con lo cual entró la mitad de una clavada.
Coño, que húmedo caliente y profundo era el coño, no tenia nada que envidiar al de su hermana Rosa, con un triangulito de pelo muy arreglado sobre los labios vaginales, era un cuadro de Gustave Coubert.
Metí todo mi falo en el interior de su coño, mientras besaba su boca y nos comíamos la lengua, estaba salida a tope y no tardó en jadear ante mis empujones. Era un follar suave, sobre un cuerpo voluptuoso que me permitía recrearme en la belleza de sus tetas y la cara de vicios que ponía, mordiendo el labio inferior una y otra vez mientras jadeaba y decía:
-Agg, siii, clávame bien, venga, fóllame, lo necesito.
-Tranquila, es toda tuya, disfruta, Respondí mientras trataba de clavar a empujones potente mi polla hasta el fondo de su coño, llegué a meterla toda y notar mis huevos golpear sus nalgas.
Estaba haciéndola gozar de lo lindo y no tardó en decirme:
-Sigue, me voy a correr, uff, que gustazo, me voy a correr, me encanta tu pollón, me voy a correr.
-Goza, disfruta y córrete como una perrita quiero ver como gozas de una buena corrida…Quiero follarte cada día. Dije.
-Si follame cuando quieras, lo necesito, quiero tu polla dentro, así, asiiiii, asiii. Ufff me corro, me corroooo, aggg, ahhh. Agggg.
SE estaba corriendo como una loba, mientras le daba pollazos llenando su coño para provocar un orgasmo potente y largo. No dejé de bajar el ritmo hasta que ella se tranquilizó.
Mi polla estaba como un ariete en plena batalla, duro, venoso y con el capullo como un champiñón talla XXXL, estaba sintiendo las entrañas de Carmen y el placer era inmenso.
Si seguía me correría de inmediato y pensé:
-Cambia de posición que te la clavo a cuatro patas. Dije.
-Si me encanta esa postura y además me gusta que me folles el culo bien fuerte. Me encanta el sexo por detrás. Respondió.
Nada mas se coloco de rodillas sobre la hamaca le clavo el falo sin pedir permiso, dio un pequeño gritó pero enseguida sujeté las caderas de aquella hembra potente para iniciar un mete y saca buscando que gozase y se corriese de nuevo, luego ya soltaría mi leche, lo importante era que gozase Carmen.
Estaba dándole cachetes y clavando fuerte el coño y con la otra mano magreando los tetones de aquella hembra que volvía a acompasar mis envestidas con sus empujones buscando la clavada total en su coño.
Cuando levanté la vista, vi a un joven negro, con la polla fuera, haciendo un pajote mientras nos miraba, estaba a cinco metros de nosotros al lado justo de un montón de hamacas y de la pared. Me impresionó el tamaño de la polla, si la mía mide 23 cmts la de aquel chico media 30 por lo menos, era enorme con el capullo pequeño, pero se iba ensanchando hacia la base. Un pollón de padre y señor mío.
-Carmén, mira cómo se pajea ese chico. Le dije, pensando en que se cortaría.
-Vaya tenemos espectador, jajaja, sigue, no pares, me encanta mirar como se pajea mientras me follas. Respondió.
-Si quieres le hago un gesto para que se acerque. Dije.
-Si quiero ver mejor su polla. Respondió.
Hice un gesto al chico para que se acercase mientras seguía envistiendo aquel cuerpo monumental de una hembra caliente y con ganas de fiesta.
El chico se acercó hacia nosotros poniéndose a un metro más o menos, apoyado en la pared, si antes me parecía grande la polla, tan cerca era un monstruo para aquel chico delgado de no más de 25 años.
Seguía pajeando mientras Carmen miraba la polla a poca distancia de su cara. Le dije:
-Menudo pollón tiene el crio.
-Es enorme, es enorme. Dijo mientras acercaba su mano al aparato del chico que era como un tronco, negro y venoso.
El chico se acercó mientras ella tomo la polla con su mano y lo pajeaba, yo no dejaba de darle empujones que la hacían jadear y ella respondía empujando para clavarse más.
El chico negro se puso de frente a unos centímetros de la cara de Carmen y no pudo aguantar los masajes de la mano, comenzó a soltar leche, sin decir ni hacer gesto alguno.
Saltaba leche en todas las direcciones e incluso algunos chorreones fuero a parar a la cara de Carmen, que ante lo que estaba viendo no aguantó y comenzó a correrse con una corrida larga e intensa.
-Siiii, agggg, ahhh, aggg, que bueno, que bueno. Decia, mientras jadeaba.
Cuando levanté la cara ví al chico meter la polla en su pantalón y salir de la zona sin decir ni mú…Mi corrida estaba llegando y no aguanté.
Aceleré mis empujones, clavaba hasta el fondo mientras el coño de Carmen estaba dando las últimas convulsiones y apretaba mi capullo lo que hizo que mi leche saliese como un cohete.
-Me corroooo, me corroooo, uffff, agggg.
-Si mi macho, córrete, córrete con tu putita, quiero ser tu putita…Respondió.
Aquello me puso más a cien y solté leche para hacer un parmesano tamaño extra.
Menuda corrida me acababa de dar, quedé un momento k.o. pero poco a poco, logré mantener las formas y salir del coño caliente que acababa de follar bien duro y cuando estaba fuera saqué el condón, Carmen se sentó en la hamaca, agarro mi polla y limpio con su lengua toda la lefa que había quedado en mi capullo.
Fue un polvazo de 10, gozamos mucho y la visita inesperada, lejos de molestarnos nos activó más.
Nos levantamos y sujetando a Carmen por su cintura, nos fundimos en un beso intenso y largo. Unos minutos después dijo:
-Ven vamos a la habitación, dormimos juntos y si nos apetece volvemos a echar un buen polvo, pero ya sabes mañana por la mañana me apetece un mañanero, de los buenos, hace años que no lo disfruto.
Así comenzó mi historia con las dos hermanas, que estén en África o en Madrid, si coincidimos follamos con autentica devoción. Por supuesto, contrataron mi asesoramiento de gestión y paso unos 20 días cada trimestre en la factoría de África y eso es un puntazo.
Espero poder escribir pronto el Relato 34/2 , la fiesta que me montaron las gemelas cuando menos esperaba