Relato 22- Sodomizando y dominando a Carol
Carol, después de divorciada, por su carácter exigente y fuerte, tiene dificil una relación estable. Su ex y mi amiga Montse, me habian dicho que detrás de esa fachada, se esconde una mujer que le en canta ser sometida y el sexo anal, pude hacerla gozar con sus fantasias y ahora seremos follamigos.
Relato 22- Sorpresa en casa de Carol, la sodomice y gozo.
Faltaban unos minutos para las siete de la mañana, era domingo 24, venía andando desde la casa de Chema y Montse, para recoger el coche de Carol e irme a casa. Mañana fría y húmeda, mi Belstaff abriga, pero no tenía gorro de lana para proteger las orejas. Trescientos metros, fueron suficientes para que se hielen los huesos, increíble.
La puerta exterior del jardín de Carol, estaba abierta, pasé, camine los 10 metros que separan la puerta de su casa, estaba entreabierta, a pesar del frio. Tengo confianza suficiente, pensé, empuje la puerta y me dirigí a la cocina, estaba allí, escuche su voz mandándome pasar. La encontré todavía vestida, sentada en un sofá en la esquina, tapada con una manta, mirando la pequeña tele que estaba anclada a la pared. Sujetaba con las dos manos una taza de café grande. Sobre la encimera, estaban colocadas las llaves de su Audi A-3, lo deduje por el anagrama del llavero.
-Siento llegar tan tarde. Perdona, te hice esperar mucho. Dije.
-Tranquilo, acabo de colgar con Montse, jajaja, ya me dijo que te entretuvo tomando un café. ¿Sólo un café? Preguntó.
-Por supuesto, tomamos un café y charlamos un rato. Respondí.
-Me dijo que nos invitan a comer al mediodía, pedirán al chino, ellos cenan en casa de sus suegros y yo en casa de mis padres, por lo tanto si aceptas, puedes quedarte. Comentó.
-Carol, gracias, pero debería dormir un poco y sobre las 12, darme una ducha y si eso, puedo venir y comemos los cuatro, no tengo obligación alguna.
-Bueno, hacemos lo siguiente, duermes aquí, en la habitación de invitados y mañana sobre las 12.30 h., vamos a tu apartamento, te das una ducha y te cambias. Así traes tu coche, ¿Qué opinas? Preguntó.
-La verdad no pensé en dormir fuera, pero es verdad, es tarde y no tengo ninguna necesidad de irme ahora. Dije, mientras pensaba en lo que podría pasar, aunque sé que esta es una estrecha y jamás tuve nada con ella, su ex y ella salieron desde muy jóvenes y se fueron juntos a la universidad.
-Te quedas, ¿te apetece un café? Preguntó.
-No, prefiero un poco de leche templada. Respondí.
-Jajajajja, vaya, ¿para reponer? …pillín, se lo que le gustas a Montse. Dijo.
-Venga ya, eso es pasado, mi vida fue por otros derroteros y el máximo respeto a mis amigas y amigos de juventud. Respondí.
-Ya, ya, ya, ya. Bueno dejemos el tema. Dijo levantándose del sofá, después de apartar la manta que la protegía.
Estaba con la misma ropa que la había visto en la cena, pantalón de cuero negro apretado, botines tobilleros negros, una blusa blanca, que transparentaba su sujetador, también blanco, ahora solo había una diferencia, se veía mejor el canalillo, dos botones no estaban en el ojal.
Su media melena lisa, rubia, se había sacado el maquillaje, pero la que es guapa lo es y punto. Es una hembra monumental, solo la pierde la prepotencia, ser una sabelotodo y bastante despectiva en alguna contestaciones, pero no me impide decir que esta buena, muy buena.
-¿Te pongo azúcar? Preguntó, mientras echaba leche en un vaso.
-Un poco, poco, por favor. Respondí, mientras la observaba poner una cucharada del mismo a la leche. Me la entregó en mi mano.
-Gracias… iba a decir una cosa, pero igual me das un bufido, jajajaj. Dije.
-Vaya, ¿un bufido?, no lo daré, ¿qué es eso que querías decir? Preguntó.
Me quede en silencio, mirando a sus ojos, y con tranquilidad le dije:
-Estas preciosa, siempre fuiste una mujer guapa, pero ahora estas impresionante, bellísima, te sentó bien la maternidad.
-Jajajaja, menudo piropo, no me lo esperaba y menos a estas horas. Dijo, manteniendo la mirada en mis ojos.
-Bueno, tú sabes que es verdad, imagino que desde hace un año y medio tendrías mil pretendientes, seguro. Dije.
-Bueno una historia de un par de meses, pero nada serio, poca cosa, cuerpo sin cerebro, nada de nada. Contestó.
-Sí, imagino que una mujer como tú aparte del físico, busca inteligencia o por lo menos alguien que haga agradable los ratos que estáis juntos. Bueno, sabes que me pasa algo parecido, creo que soy sapiomano, pero bueno, cada cual es como es. Respondí.
-Jajaja, eres un caso, ya decía Adán (su ex) que eres un caso, jajajaj. Por cierto también me dio otra información interesante. Dijo.
-Vaya, puedo saber ¿qué es esa sorpresa?. Pregunté.
-Jjajajaj, prefiero no comentarlo, jajajaj, pero la verdad que siempre tuve curiosidad. Jajajaja. Comentó.
-Vaya, si no me lo dices, no podré saber que debo hacer para sacarte de dudas.Dije.
-Jajajja, nooooo, no pasa nada. Dijo.
-Venga ya, dime lo que es, son las siete de la mañana y no me apetece acostarme con la duda. Dije.
-Bueno, jugasteis al futbol sala juntos, jajaja. Pues me dijo que tienes un pedazo de polla, de caballo. Jajajaj. Comentó.
-Son cotorras, los compañeros y amigos son peores que el sálvame. Respondí.
-Jajajaj, imagino que no mintió. Dijo.
-Jajajaja, no me obligues a demostrarlo, jajaja, ahora es más potente, entonces era un crio, jajajaj, es la vida, cada uno es como es. Dije.
-Vaya, jajaja, ¿debe ser impresionante entonces? Preguntó.
No sabía qué hacer, pero nada perdía,
- Mira, dije, mientras abría el pantalón.
- Noooo, jajaja, no era mi intención. Dijo pero mirando como abría el cinturón.
En unos segundos, tenía la polla fuera, estaba morcillona, de deseo y del polvo que me supo a poco con Montse, necesito varias corridas para quedar tranquilo.
-Dios, menuda polla, jajaja, en mi vida ví tal cosa. Dijo tapándose la boca.
-¿Saliste de dudas? Pregunte, mientras la sacudía hacia arriba con mi mano derecha.
- Es una pasada, eso revienta a una tía, joder, debe doler y mucho. Dijo.
Me lancé, o si o no, pero quedaría allí el tema entre nosotros, pregunte:
-¿Si te apetece, la pruebas? Tócala. Dije, mientras se la acercaba a su cuerpo.
No dijo nada, la sujetó como si cogiese un pepino grande y apretó. Después sí habló:
-Es enorme, esta dura. No la soltaba.
-Aún está por la mitad, dura se ven las venas bien y esta como una piedra, jajaja. Respondí, mirándola a los ojos. Me lancé, le acerque mis labios a los suyos y si bien al principio no aceptó, enseguida se fundió en un morreo genial conmigo. Soltó mi polla y se agarró muy fuerte a mí. Estábamos fundidos en un besazo, apretaba sus tetas contra mi pecho, están durísimas. No dejé de besarla, de acariciar sus nalgas, mientras ella, volvió a tomar mi polla con la mano derecha, uffff, ya estaba empalmado. Se separó un poco de mí y me dijo:
-Debo confesarte que siempre me gustaste, pero cuando Adán me dijo lo de tu polla, me entró curiosidad, pero ya sabes, estaba casada y no quería líos, pero me gustaba la idea de hacerlo contigo, Montse, me dijo que fuiste su primer hombre y que lo pasaba genial. Comentó.
Volví a abrazarla y besarla, aguanté el beso unos minutos, quería hacer algo diferente. Abrí su camisa, bajé su sostén, las tetas, duras y redondas, estaban los pezones erectos, los lamí, ella dio un suspiro. Ella no sabía que tenía información de lo que más le gustaba, cuando éramos más jóvenes, en algún botellón privado, su ex/marido Adán, comentó que le gustaba ser dominada, cosa que también sabía por Montse.
Me acerque a su oreja y le dije:
-A partir de este momento, soy tu amo, vas a hacer todo lo que mande, todo, serás mi esclava desde ya. Chúpamela. Ordené, empujando sus hombros hacía abajo.
Nada más tuve su cara a la altura de mi polla, le di unos pollazos, en su boca, mejillas, y le puse el capullo entre los labios.
-Chupa, perra, traga el pollote, que te voy a reventar la boca, venga, venga. Dije.
No dijo ni palabra, solo aceptaba con la cabeza, se la tenía sujeta, mientras que con la otra mano, empujaba mi capullo en su boca, no es fácil abrirla tanto para que entre el capullo, pensar en tragar un vaso de tubo.
Agarré fuerte la cabeza con las dos manos, apretándola contra mí, metía el capullo, a pesar de que le dieron un par de arcadas, no paré, le iba a meter un buen trozo de tranca, me estaba lengüeteando el capullo con maestría, la animaba:
-Venga putón, traga la polla, vas a ver lo que es bueno, te voy a romper el coño y el culo a pollazos, venga perra traga la polla…
No hablaba, dejé que amoldase su boca a la polla, la lamia y la apretaba bien, estaba gozando, en otras circunstancias le hubiese llenado la boca de leche, pero me había corrido y tardaría bastante en darme la siguiente.
Cuando me harté de que comiese mi polla, la agarré por los pelos, la levanté, de un tirón le baje el pantalón de cuero y el tanga hasta las rodillas. Ahora sin mi polla en la boca jadeaba como una perra en celo.
Una vez, baje su ropa, la coloque mirando la encimera, agarré la polla dura como una piedra, le abrí un poco las piernas y busque su coño caliente. No tuve misericordia, le di una embestida, dio un grito, pero agarrándola por la melena, después de decirle:
-No tengo condones pero voy a clavarte el coño, es lo que querías perra, es lo que querías desde hace tiempo, toma polla perra, toma…Sin dejar de tirar de su pelo y empujar mi pelvis para meterle polla y reventarle el coño.
-Siiii, me gusta, me gusta ser tu puta, que me mandes, me folles, asiii, asiii, asiii. Respondió.
Le di unos empujones que le hicieron gritar e incluso soltó lágrimas, pero no me contuve, sé que estas mujeres necesitan ser sometidas por el poder del macho, ni más ni menos, es lo que hay.
Estuve follándola entre jadeos y gemidos, mientras como un animal follaba a Carol con unas ganas locas, estaba follándome a pija de los cojones, quería verla como gozaba al ser sometida. Noté que aceleraba la respiración, en ese momento, supe que se correría, retire la polla de golpe. Hizo un plofff.
-Noooooo, joder, nooo la saques. Dijo.
-Obedece, tu obedeces…vale, aquí mando yo, nada de protestas. Vamos desnúdate. Ordené.
Cuando estaba desnuda, vi que su cuerpo no tiene una gota de grasa, esta dura como una piedra y tiene unas formas divinas, esta buenísima.
-Venga, sube, quiero verte a gatas por las escaleras, pasa delante. Le ordené mientras la empujaba para que se pusiese de rodillas. Miré la encimera y tomé una paleta de goma de retirar las salsas, me serviría para azotarle el trasero.
Varias cachetadas con la espátula de plástico en las nalgas y subió poco a poco, enseñándome culo y coño, cada vez que subía un peldaño. Cuando llegamos arriba le ordené:
-Quiero que te pongas lo más puta posible, me da igual el color, pero muy puta y que hagas un baile erótico para mi delante de la ventana de tu balcón, quiero que el que mire que vea lo puta que eres. Venga.
-Sí, amo sí. Dijo mientras a gatas se dirigía al armario enorme de espejos en el fondo del dormitorio, tiene dos tremendos armarios.
Me senté sobre la cama, después de desnudarme y estuve viendo como se colocaba un sostén negro, cuando iba a coger una medias negras le dije:
-Putón, por unos pantis que te los voy a romper a pollazos. Venga.
Se puso los pantis, calzó unos zapatos negros de tacón y le pedí una bufanda o algo negro para tapar su cara. Me dio un fular enorme oscuro.
- Ven. Ordené, le coloque el fular sobre los ojos después de enrollarlo y nada más terminar, abrí la persiana, separé la cortina y con toda la luz del dormitorio le dije:
- Baila, provócame perra, como hacías a tu ex, me pajee mucho con las historias que me contaba, se lo puta que eres y quieres leña, venga baila y ponme a cien perra.
- Si amooooo. Respondió.
Estaba contorneándose y jugando con caricias, masajeos a las tetas, se pellizco los pezones, y dejando que siguiese pregunté:
-¿Tienes un consolador?
-Si amo, en la otra mesilla, en el cajón de abajo, hacia atrás. Respondíó.
-Sigue bailando perra, no pares. Ordené, mientras abria el cajón indicado, coño sorpresa, no había uno, había tres dos normales, uno con arnés y uno enorme negro, un pollón de 30 cmts, gordo y venoso. Los tomé todos, los coloque sobre la cama y le dije:
-Perra quiero verte llena. Baila, que no tardas en sentirlos dentro. Dije.
Seguía contorneándose, sabia por Adán que le iba la marcha, a pesar de pija, muy pija le gustaba el sado-ligth, mucho antes de las sombras de Grey, jajaja, esta peli afloró mucho perpertido, ajajaja.
-Ven perra, lámeme la polla de abajo arriba, venga. Ordené.
Vino hacia la cama, despacio, no veía más que penumbras a través del fular oscuro. Coloqué mi polla en su mano y comenzó a lamer una y otra vez.
Dejé que gozase de la dureza de mi polla, hasta que pasado un rato le dije:
-No te muevas, quédate así. Salté de la cama y de un tirón rompí sus pantis dejando un rajazo en medio de las piernas, dejaba coño y culo a mi vista.
-No te muevas, voy a por lubricante. Lo había visto en la mesilla al lado de los consoladores. Volví y engrasé los dos pequeños.
-Colócate perra, empuje el del coño y entro hasta el fondo, el del culo entró más apretado pero al final, aun con alguna queja de Carol, entró. Estaba a cuatro patas y le ordené que se dejase caer de frente sobre la cama, eso me permitía mover mejor los juguetes. Le puse el consolador negro en la boca
-Sujétalo y chupa, trágalo, venga. Ordené.
Estaba taladrada por todos los agujeros, coño, culo y boca, estaba sometida por mi poder absoluto, esta cabrona acostumbrada a mandar, ahora era su amo, debía obedecer.
-Sigue, no te muevas, que no salgan los juguetes, vale. Dije, saliendo de la habitación, baje a la cocina y cogí un cuchillo pequeño.
Al subir el consolador del coño estaba un poco fuera, se lo empuje de nuevo. Miré el arnés, comprobé que con un corte saldría mi polla por debajo, se lo hice, probé y molestaba, corté más hacia atrás y elimine un trozo.
Cuando pasó la polla, cerré el cinturón alrededor de mi cintura y admiré las dos pollas, que iban a taladrar coño y culo de Carol.
Sin más, mientras ella tragaba un trozo de consolador negro, extraje los dos de atrás y me coloque en posición.
-Te voy a reventar el culo y el coño, puta, goza y córrete cuando ordene. Dije.
-Siiii, siiii, seré obediente. Respondió, esto demostraba que no era la primera vez que estaba sometida, la pone a cien, sus tetas estaban durísimas.
Me coloqué detrás, elevé un poco el culo, y así a cuatro patas, enfoque el consolador de arriba al culo, y mi polla la dirigí a su coño. Di un empujón.
-Ahhhh, diosss, me dueleee. Dijo.
-Cállate perra, no te quejes, estabas deseando mi polla de nuevo, puta que eres una puta, te vamos a follar cinco tios, para que goces como una perra. Dije mientras seguía empujando polla y consolador en el culo. Entraban bien, agarré sus tetas desde atrás, en esa posición por primera vez, miré el espejo a mi izquierda, estaba bien clavada y con la boca jugando con el consolador negro. Estaba gozando de una vista increíble, me encantaría haber hecho fotos, estaría genial, pero esta cabrona es abogada, peligro.
Aguanté dándole caña un buen rato, ella sacó el consolador de la boca y dijo:
-Amoooo, voy a corrermeeeee.
-Espera, yo mandoooo, ¿vale? Respondí.
-Siiii, amo tu mandas, síiii. Dijo.
Seguí follandola más rato y ahora era yo el que no aguantaría más tiempo, dije:
-Venga perra, córreteee, venga, córrete, puta, dándole unos cachetazos duros.
-Si me corrooooo, ahhhh, agggg, ahhhh, ahhhh, agggg, Se convulsionaba, gemía, gritaba, jadeaba, descargaba como una perra en celo, soltó jugo vaginal a tope.
Dejé que se corriese, diciéndole una barbaridades que prefiero no escribir, eran secretos que me dijo su marido. Saqué el consolador del culo, aparté el arnés y así desde arriba coloque mi polla en la entrada de su esfínter y deje caer mi peso. No aguantó en esa posición, se dejó caer, mi peso empotro mi polla hasta la mitad, ella sufría la embestida.
-Diooooss, me dueleee, me dueleeee, esta grande…me duele. Se quejaba.
-Cállate, mandó yo, cállate. Mis huevos estaban a punto de llenar el culo de Carol de la leche que estuvieron acumulando durante la hora del polvazo, sin más dije.
-Perraaaa, va toda mi leche, te voy a reventar…agggg, ahhhh, ahhhh, aoggg, ahhh, Me estaba corriendo a borbotones en el culo de Carol, mientras seguía empujando, creo que fue el culo en el cual mi polla entró más. Fue increíble la corrida, ella apretaba como si ordeñase mi cipote, fue genial.
Nos calmamos, nos besamos, sacamos todo lo que había servido para el juego, nos duchamos y nos acostamos acurrucaditos, en ese momento estaba preciosa, tranquila, relajada y sobre todo sometida, que es lo que le gusta, que su macho la domine.
Dormimos y sobre las 11.30 horas, volvimos a follar, pero fue un polvo contenido, donde la hice gozar, correrse varias veces y empujar bien su útero, sin dañarlo, para lograr varios orgasmos uterinos.
Fuimos a mi casa, debía cambiarme de ropa, subió conmigo y me preguntó:
-¿Sales con alguien?
-No, ¿por qué? Pregunté, como buen gallego.
-Me encantaría poder tener algo más íntimo contigo, estar juntos cuando vengas o incluso ir yo a Madrid, para estar juntos, pasear, comer juntos, disfrutar de tu compañía. Dijo, mirándome a los ojos.
Me acerqué, la abracé y le dije:
-Me encantas, sabes que no puedo tener algo serio, pero te garantizo que será un honor estar contigo cuando te apetezca y que vengas a Madrid y pasas fines de semana conmigo. Cedí, es una hembra preciosa, aporta muchísimo, si no fuese su prepotencia seria la mujer ideal.
-Vale, pues por lo menos un fin de semana al mes, si quieres voy, coincidiendo que Adán se quede la niña. Una cosa, prefiero que esto quede entre nosotros, ¿vale? Dijo.
-Tranquila Carol, esto es nuestra intimidad y me encantará seguir mejorando en esta parte de sexualidad que nunca dominé mucho, pero te prometo que estudiaré las mejores formas de hacerte disfrutar. Dije y la volví a besar intensamente, es preciosa, podéis creerme, es preciosa, una belleza increíble, pero difícil de domar, ufff, mucho me queda por hacer.
Nos fuimos a casa de Montse y Chema, de nuevo juntos en el coche, ya no importaba, volvería a traerme antes de irse a cenar con sus padres. Durante la comida nos reímos muchísimo, Chema todavía se quejaba de la resaca, pero fue una velada muy agradable, las chicas se miraban entre ellas y se partían de risa, desconozco si lo hablaron o no. Negaré todo, como buen caballero…
Por cierto, recordar que esta noche invité a cenar a Inés, estaremos solos en mí apartamento y aprovecharé para darle una despedida en toda regla, se casa en breve. Ya os contaré.
Espero que os guste, la verdad es que fue un poco más bestia, pero rebaje la situación en el relato. Carol, es una máquina y sabe mucho de BDSM