Relato 11 Sodomizando a mi suegra.

Conocí a una familia compuesta por madre y dos hijas, por fortuna pude ayudar a resolver un conflicto familiar en el que se discutía una herencia, el día que firmaron todos los hermanos en la notaria, como premio Reme me dio su culo virgen.

Relato 11- Mi suegra en aquel momento.

-Nooo, nooooo, agggg, noooo, que dolorrrr para. Aggg, Protestó Reme.

Claro que paré, me quedé inmóvil, pero ya no había marcha atrás, después de diez minutos y lubricar bien mi pollón había entrado, no me extraño el dolor, estaba sodomizando el estrecho agujero de Reme, lo que entraba, para que os hagáis una idea, tiene el mismo diámetro que un vaso de tubo y 5 o 6 cmt más larga. Tiene que doler, fijo, incluso me dolió a mi mientras empujaba, pero desvirgar su culo era mi fantasía y se hizo realidad.

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En ese momento, vino a mi mente un flash y recordé como sucedió todo.

Todo había comenzado, porque José María, mi ayudante en mi nuevo destino en aquella ciudad manchega, me pidio, si podia asesorar a su padre en un problema familiar que tenía en los últimos años, en pie de guerra a sus cinco hermanos. El conflicto por la  herencia familiar, había hecho dos bloques, uno de los tres hermanos mayores y el otro de los dos menores, en este último incluía al padre de José María y a su tía Reme.

Después de aceptar estudiar el tema en profundidad, acepte asesorarles sobre el asunto y a ser posible mediar para terminar un conflicto que llevaba ya, 8 o 9 años, dividiendo a la familia. Solo le puse una condición a José María, que lo hacía por él, por todo el apoyo, que durante los seis meses anteriores, facilitó tanto mi integración en mi nuevo destino como las presentaciones de colegas de la ciudad, que desde ese momento me integraron en su cuadrilla.

El día 3 de Enero, me incorporé, de vuelta de vacaciones y disponía de tiempo por la escasa actividad que me ocupaba. Comencé a ordenar todas las fotocopias, que José María me había entregado, recogía documentos antiguos de su familia y algunas valoraciones de peritos que habían contratado unos y otros. El último sábado de Enero, organizamos una reunión en casa del padre de José María con la asistencia de su hermana Reme, todos nacidos en un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca.

En compañía de José M. llegue puntual a su domicilio, pasamos, se hicieron las presentaciones de rigor y todo discurrió con buen feeling, e incluso simpatía. Me sorprendió que el padre de mi asistente todavía no llegaba a los 50 y su hermana era 3 años más joven. Me contaron que la situación familiar fue complicada por la existencia de un carácter muy agresivo de su padre, por ello, se casaron jóvenes y se fueron a una nueva vida.

Les expliqué cada paso que aconsejaba para encauzar el asunto y me ofrecía a hablar con su abogado y si este lo veía conveniente, hablaría con el letrado de la otra parte. Les encantó mi propuesta y entendían que era muy posible alcanzar un acuerdo con mi propuesta, aunque desconfiaban del hermano mayor, el único universitario, que además vivía en Madrid.

No pude irme de aquella casa si aceptar comer con ellos, la verdad que fue muy agradable la estancia y me encantaba la naturalidad con la que me aceptaron. Ángel, el padre de José M., era un hombre delgado, alto y bien parecido, su esposa era una mujer muy atractiva. Reme la tía de José M. , una señora muy atractiva, por los documentos comprobé que tenía 46 años, alta 1.70 mt. con muy buenas curvas y potente, se diría que 110/80/110 que la hace muy deseable, cuando te gustan las maduras.

Agradecí sus atenciones y antes de despedirnos, Reme me pidió si podía quedar otro día con ella, para explicar lo que les proponía delante de sus hijas Emi (24) y Silvia (18) que pudiesen opinar puesto que ellas querían hacerse con la casa del pueblo, lo deseaban porque habían disfrutado mucho con su abuela, que las cuidaba mientras su madre trabajaba. Respondí aceptando::

-        Por mi parte mañana domingo podría, estoy libre todo el día y no tengo nada en que ocuparme.

-        Perfecto, esta es mi dirección (pasándome una tarjeta de un negocio) nos vemos allí sobre las doce, para que no madrugues, José M. ven con Juan y coméis con nosotras. Dijo Reme.

-        No tía, imposible, mañana tengo una comida con los colegas, celebramos un cumple y no puedo faltar, pero Juan sabe cómo ir, perfectamente. Sentenció.

-        Por supuesto, estaré allí a las 12. Dije, mientras nos despedíamos.

Al día siguiente puntual a la cita, llegué a su negocio, un gran centro de belleza, bien situado en el centro de la ciudad.

-        Hola Reme, buenos días. Saludé cuando me abrió la puerta.

-        Pasa por favor, entra vamos a la pequeña oficina que tengo aquí y luego subimos a casa a comer, preparé un cordero, ayer dijiste que te gustaba. Dijo Reme, mientras la seguía y miraba lo apetecible que estaba esta mujer, una madura como una copa de un pino, con un rostro bonito y una melena oscura..

Cuando llegué al despacho, allí estaban sus hijas, dos preciosidades, guapas no, lo siguiente, dos bombones como s madre, muy arregladas.

-        Os presento a Juan, os hable de él, esta es Emi y ella Silvia.

-        Encantado, es un placer conoceros. Respondí dándole dos besos a cada una.

-        Y para nosotras, nos habló mamá de ti, de cómo explicaste ayer la posible solución, me pregunto ¿cómo en tanto tiempo ni el arquitecto ni el abogado llegaron a esa conclusión? Dijo Emi, mientras Silvia asentía

-        No lo sé, pero lo que preparé lo hice de tal forma que todos ganen, que nadie se sienta perjudicado, esa es la verdadera clave para resolver un conflicto. Sentencié, mientras nos sentábamos alrededor de la mesa del despacho.

Permanecieron muy atentas a mis explicaciones, e incluso hicieron preguntas interesantes sobre las propuestas de los cupos de reparto que había establecido.

Les gustó mi exposición y me pidieron que nada más pudiese recibirnos su abogado, que acompañase a su madre para exponer la posible salida a la situación. Una vez que todo estuvo organizado salimos para comer, no hizo falta tomar el coche, su domicilio ocupaba un piso enorme de la plaza más próxima a su negocio.

No tardamos en sentarnos a la mesa y hablar de multitud de cosas, hasta que a la hora del postre, por cierto el cordero estaba exquisito, Reme me contó los avatares de su vida, su matrimonio con Antonio un vecino, siendo aún muy joven por escapar de casa. El, 10 años mayor que ella, cuando Silvia tenía cinco años se divorciaron, porque él prefirió disfrutar de la juventud de una compañera de trabajo. Me explico, que había trabajado muy duro y que el sacrificio había sido enorme, eso la hizo muy dura y era muy recta con sus hijas, que las enseño a colaborar en todo, tanto en casa como en el negocio.

No dejé de mirar a las dos chicas y ellas se sonreían a cada frase, porque mi acento era muy curioso según sus palabras. Así discurrió la tarde hasta que sobre las seis me fui para casa.

Todo transcurrió con normalidad en aquellas semanas, incluso en compañía de José María y Emi, salí algún sábado a tomar algo. Después de aquellas salidas, algunas noches, Emi y yo hablábamos por teléfono y terminamos haciendo una buena amistad que no pasó desapercibida a su madre. Las cosas relativas a su conflicto se iban aclarando e incluso acompañé a a Reme y Ángel al pueblo para ver a su abogado. La confianza cada día era mayor y desde luego pude comprobar el fuerte carácter de Reme, cuando se cruzaba y la verdad, que no hacía falta mucho para sacarla de sus casillas.

Un sábado por la noche salimos con el grupo y mantuve una conversación muy amena con Emi, estábamos poniendo los cimientos de una relación que duró casi tres años. Esa noche me contó muchas cosas y en un momento de la conversación me dijo:

-Adoro a mi madre, pero todo tiene que ser como ella dice, antes no salíamos porque había que estudiar y terminar la carrera, ahora licenciada dice que no se me pierde nada, no hay quien la entienda, a Silvia le da caña a mogollón, la machaca. A mi madre lo que le hace falta es un buen orgasmo, que la follen bien y se relaje.

-Jajaja, como eres, no será para tanto. Contesté.

-No te imaginas como es dentro de casa, control de todo y sobre todo, y desde que se divorció de mi padre, peor, no tiene descanso y odia todo lo que lleve pantalones. Dijo.

-Pantalones también llevan las mujeres y tampoco todos los hombres somos iguales. Sentencié.

-Ya, pero ella no quiere nadie en su órbita ni en la nuestra, pero bueno ya estamos acostumbradas. De hecho yo nunca salí con nadie y mi hermana tampoco. Contestó.

-Vaya Emi, ¿qué me dices?, no lo creo. Comenté.

-Pues créetelo, hoy hasta que llegue a casa estará controlando y desde arriba verá quien me acompaña, lo hace siempre. Dijo.

-Pues tranquila te acompaño yo, sin problema, a ver que dice. Contesté.

En ese momento se cortó la conversación y José María nos propuso cambiar de pub. No me saqué de la cabeza lo comentado por Emi, sobre la necesidad de buen sexo para su madre. La noche transcurrió hablando con unos y otras, hasta que a la hora de irnos acompañé a Emi, hasta su casa. Me gustaba mucho y creí que podía mantener una relación si ella aceptaba, pero no era el momento de proponerlo.

Las semanas pasaban y continuamos con las negociaciones, finalizando Abril, fui a ver a Reme al mediodía, para informarle del cambio de opinión de su hermano mayor, siempre dijo una cosa y luego la contraria, increíble.

Llegué sobre las dos a su negocio, pasamos a la oficina, nada más cerró el local, cuando se  fueron sus empleadas, comenzamos a estudiar una salida a aquel contratiempo. Fue una hora intensa, me quedó claro lo que pensaba y cuando me iba a levantar, me dijo:

-Espera, te veo muy tenso. Mientras tocaba mis cervicales. Ven pasa por aquí que te doy un masaje rápido y te vas más tranquilo.

-No te molestes, tranquila se me pasará el cabreo. Dije, mientras me indicaba me sentase en una silla de masajes de espalda.

-Sácate la camisa. Obedecí.

Sin más, comenzó a darme un masaje, extraordinario en la zona del cuello, sin dejar de bajar sus manos hasta el inicio de mis nalgas y también por el pecho, metiendo sus manos. Estuvimos un rato en la silla y me dijo:

-        Sácate el pantalón y te tumbas, en la camilla, cúbrete con esta toalla. Me dijo, mientras buscaba unos aceites en un mueble.

-        De verdad, no te molestes Reme, es tarde y debes subir a comer. Dije.

-        No te preocupes, tomé un tentempié y no tengo hambre. Túmbate de frente, espalda arriba. Ordenó.

Sin decir nada, obedecí y no tarde en sentir la fuerza de sus brazos y la presión de sus manos sobre mi espalda, bajó hasta llegar a los tobillos y me dijo:

-Vuelta, la espalda lista. Ordenó.

No sabía cómo disimular mi calentura, mi polla se notaba perfectamente y se salía como 7 cmt del bóxer. Traté de sujetar la toalla mientras me daba la vuelta, pero no logre ocultar mi empalme. Ella no dijo nada y comenzó desde los pies subiendo hacia arriba, paso sus manos pegadas a mi polla, no decía nada, pero era imposible que no viese o notase mi bulto. Continuó hacia mi pecho y cuando estaba a la altura de mi cara, acercó su boca a mi oreja y me dijo muy bajo:

-        Vaya, me sorprendiste, estas muy bien armado, uffff, es enorme.

-        Disculpa, no pude contenerme, es tan agradable el masaje que no me controlé. Perdona. Volví a decir.

-        No debes preocuparte, pero una no es de piedra y llevando tanto tiempo sin marido, es curioso el subidón que me dio, jajajaj. Comentó y decidí lanzarme, no perdía nada.

-        ¿Te gusta? Pregunte.

-        No la vi bien pero es enorme, increíble, no me imagine algo así, mi marido era un polla corta de verdad, esto es increíble. Dijo mientras me masajeaba el pecho y dije:

-        Mírala, así la ves bien. Me saque la polla al completo y fuera toalla.

Se salían sus ojos, jajaja, pero le traicionó el subconsciente y mordió el labio de abajo. Sin más la sujete por su cuello y la besé. Al principio cerro la boca y se resistía, pero no tardó en dejarse llevar y allí estaba morreando a una madura de 46 años, que también deseaba disfrutar después de años y vio su oportunidad. Estuvimos besándonos un buen rato, traté de abrir su bata blanca, pero me paró y me dijo:

-        Aquí no puede ser, mira si quieres, subo a casa, veo a las niñas, les reparto la faena, pongo una excusa y estamos más tranquilos en tu casa, que además quiero confesarte una cosa.

-        Vale, ¿de verdad vendrás? Pregunté.

-        No lo dudes, estaré allí a las cuatro y media, tranquilo, confía en mí. Respondió.

-        Perfecto, ya sabes 5º B encima de la peletería. Dije.

-        No te preocupes, sé dónde es, antes de subir te doy un toque. Dijo.

-        Te espero. Le di un pico y mientras me vestía pasó su mano por mi polla y dijo:

-        Es impresionante, uffff, ojala salga todo bien. Dijo.

-        No te preocupes, sé el lugar que ocupo y esto es, no solo discreción también máximo respeto. Contesté.

-        Me da corte, podría ser tu madre. Dijo.

-        Olvídalo, esta buenísima. Contesté.

Me fui a casa, me duche, perfume y me vestí para no hacer esperar a Reme, a las 4,25 pm. sonó el interfono, descolgué y escuche su voz:

-Abre por favor..gracias.

Se abrió el ascensor y nada más traspasar la puerta, nos cominos enteritos en el pasillo, fuimos dejando ropa por toda la casa, hasta que terminamos follando como adolescentes sobre la cama. La hice gozar cada minuto, era increíble la temperatura y humedad de su coño, con pelito cortado, y sobre todo lo grande y profundo que lo tenía, entraba mi capullo y ya podía clavar el resto era una gozada. Hablamos de muchas cosas y sobre las 7.45 pm. me dijo:

-        Tengo  que irme, pero recuerda que esto lo repetiremos si te apetece, llevaba mucho tiempo, sin disfrutar así, ¿qué digo? Nunca disfruté así, créeme, con mi ex era solo subir galopar y adiós, a mí que me diesen.

-        Pues sabes donde vivo, por lo tanto aquí estoy cuando quieras. Dije.

-        Una última cosa, sé que te gusta Emi, lo sé, sé que la acompañas a casa, y debo decirte que es virgen, tiene el síndrome de Dafne, tiene miedo a la penetración, se está tratando, pero no sé cómo será una relación de pareja con ella, pero bueno me estoy adelantando a los acontecimientos. Ya hablaremos y una promesa, si salís juntos, no quiero que fuerces nada por dios, me tendrás a mí para lo que quieras, te pido que la respetes. Me miró, mientras me besaba, salió de inmediato sin darme tiempo a vestirme.

Nos veíamos tres veces a la semana, siempre después de cerrar su negocio, me dejaba el fin de semana para salir con su hija que aceptó mi petición, me encantaba esta chica y me colé perdido por ella, y nunca forcé una relación sexual, de hecho comenzamos a salir en Mayo y tuvimos sexo el 4 de Enero del siguiente año, creo que me porté bien, eso sí, sin dejar de dar placer a su madre. De mi relación con Emi y su hermana Silvia ya hablaré en otro relato.

El día que se firmó la escritura en la notaria, me invitaron a comer, y después de la celebración, nos fuimos a la casa, ese día, ella era la única propietaria-

Entramos, me dio las gracias acompañadas de un beso intenso y subimos al dormitorio en la planta de arriba. Cuando entramos dijo:

-        Hoy quiero gozar de una tarde de sexo en mi propia casa, además te lo debo, porque hiciste un montón de trabajo y no quieres cobrar.

-        Eso era una condición que puse a José Maria, me ayudasteis mucho a disfrutar de compañía y a conocer mejor la zona. Sentencié, no hubo tiempo para más, nos besamos y comenzó la sesión.

Estuvo comiendo el capullo de mi polla mientras hacíamos un 69, que la hizo correr muy bien, cuando me incorporé la hice levantar, se colgó de mi cuello y apretándola contra la pared, comencé a bombear polla, mientras ella se dejaba caer para clavarla bien y jadear como una perra en celo. Luego, cambiamos de postura y a cuatro patas, estando yo en el suelo y ella sobre la cama de rodillas, agarré sus caderas y la folle como un animal, mis huevos rebotaban contra su coño y ella no dejaba de jadear, cuando llevaba 12 o 13 minutos de clavadas rápidas mi polla empezaba a vibrar de placer y sabia qe la corrida no tardaría, le dije:

-        Me voy a correr, te aviso y me salgo.

-        Ni se te ocurra, no pares, follame, lléname el coño de leche, ufff me encanta tu polla, estoy gozando como una puta..uffffff. Me sorprendieron sus palabras, pero me encendieron.

-        Toma polla, toma así, así, ¿te gusta perra? Te gusta como te folla el novio de tu hija.¿ Te gusta? Me encanta follarte, estas buenísima, dije mientras le daba cachetes. No tardé en descargar en un orgasmo cojonudo que hizo brotar mi lefa dentro del coño caliente de Reme.

-        Agggg, ahhhhh, siiiiii, siiiii, menuda corrida. Pero no deje de empujar, mi polla aun estaba soltando los últimos chorretones cuando dijo:

-        Joder, qe caliente esta tu leche, me encanta, me encanta, estoy llena sigue, sigue, no pares que me corro como una perra.asiii, asiiii, agggg, ahhhh, ummm, siiiiii, me corro, uuffffff. Chillaba como una posesa, mientras se convulsionaba, estaba eufórica cuando se relajo y me dijo:

-        Fue la mejor corrida de mi vida, dios, menuda descarga, mmmm gracias eres increíble.

-        Me alegro, pero aún no terminamos, hoy quiero que me entregues tu culo virgen para follarlo y llenarlo de leche. Dije.

-        Tengo miedo, pero mereces estrenarlo espero que lo hagas despacio y con lubricante. Contestó.

-        Lo haré con delicadeza y te correrás de placer. Dije.

Volvimos a echar otro buen polvo, esta vez, ella se colocó sobre mí y acaricie y chupe sus tetas, terminé corriéndome junto con ella haciendo un misionero sobre la punta de los dedos de mis pies y las palmas de la mano, flexiones sobre la polla dentro de s lindo y caliente coño. Terminada esa primera parte de calentura, nos quedamos relajados y sobre las ocho de la tarde comenzó la parte que os indique en el encabezamiento.

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Volviendo al inicio:

Empecé a moverme muy lentamente, estaba clavando el culo virgen de Reme, estaba con sus tremendas caderas en pompa y yo subido sobre la cama, clavando hacia abajo mi polla en su agujero trasero. La tenía toda dentro y comencé a tomar un ritmo suave hasta que escuche como comenzaban los jadeos en boca de aquella hembra caliente, a la que ya había follado el coño, haciéndola correr tres veces y me entregaba el culo como recompensa por haber logrado su objetivo en la negociación de su herencia, de hecho follaba su culo en la casa que había nacido y que desde esa mañana era de su propiedad.

Seguí follando el culo, mientras ella apretaba y yo buscaba meter dedos en su coño y lo masajeaba, así clavada logré tener una corrida que descargo toda mi leche en su agujero trasero, nada más lo noto caliente en sus entrañas, comenzó a convulsionarse y correrse entre gritos que jamás volví a escuchar a ninguna tia:

-Ahhhh, agggggggg, aggggggggg, siiiii, me matas, sigue, asiiiiii, asiiiii, cabrón como me follas el culo, asiiiiii, aggggg, agggg, ahhhhh.

Se dejó caer sobre su pecho y me quedé encima sin sacar la polla, cuando salió fuera, más relajados, nos duchamos, me invitó a cenar en un bar del pueblo, saludaba alegremente a todos sus vecinos e incluso le dijo al dueño del bar que gracias a mis gestiones, terminaran con el problema de la herencia.

Volvimos a casa sobre las doce de la noche, llamó a sus niñas, y le dijo que esa noche, era una tontería irse, al día siguiente recogeríamos la copia autorizada de la escritura de su casa y les mandó un beso.

Se fue al baño, nos metimos en la cama y volvimos a follar, la verdad que no dejamos de hacerlo en toda la noche, duro, suave, rápido, lento, todo, todo, todo.

Los tres años que duró mi relación con Emi, seguimos follando su madre y yo, y siempre tuve claro que Emi lo sabía, pero prefería a su madre tranquila y bien follada, que estuviese siempre histérica, no me extrañaba, 13 años sin gozar de buenas corridas justificaban su cabreo.

Hacer gozar a esa hembra monumental que estaba a barbecho y hacer que gozase de nuevo era importante,  porque era además: Mi suegra, la madre de Emi, mi novia en aquel momento.

Gracias a tod@s por leerme.