Relajandome con Paty
Cuando la nueva empleada de limpieza me sorprendió...
RELAJANDOME CON PATY
Cuando la nueva empleada de la limpieza me sorprendió...
Como a veces sucede, justo después de terminar una relación bastante tormentosa, me había sumergido en el trabajo; en este estado de cosas, coincidió que la mujer que había trabajado para la familia como sirvienta durante casi diez años renunció, así que hubo necesidad de contratar a una nueva, el día que mis padres la contrataron, yo no me encontraba en la ciudad, así que la primera vez que vi a Paty ya tenía algunos días trabajando en la casa, para mi sorpresa, la nueva empleada era una verdadera preciosidad a sus 21 años, aunque era muy bajita (media apenas 1.55 metros), tenía una figura preciosa, sus senos eran erguidos y desafiantes, su cintura muy estrecha, sus nalgas redondas y firmes y sus piernas perfectamente torneadas, su piel era de un tono canela oscuro, lo único que afeaba un poco el cuadro eran sus facciones demasiado afiladas para mi gusto y sus manos maltratadas por el trabajo, sin embargo al hablar con ella, su voz de contralto hacía que se me olvidaran esos pequeños detalles.
Baste decir que dada la situación en la que me encontraba en ese momento, encontrarme tan delicioso bocado en casa me hacía mantenerme en un estado bastante alterado, sin embargo como ella nunca demostró alguna actitud que me permitiera realizar algún avance, y principalmente por el tonto prejuicio de involucrarme con una chica de estrato social mas bajo, yo tampoco hice ningún intento de seducirla.
Sin embargo, un día en que me encontraba solo (o al menos eso pensaba yo) mientras veía en mi habitación una película erótica, el tiempo de abstinencia cobró su cuota y tuve la urgente necesidad de aliviarme, así que me despojé de mis pantalones y boxers y lentamente comencé a masturbarme; me encontraba totalmente concentrado en mi placentera labor, cuando el repentino ruido de un objeto al caer al piso me sacó de mi concentración y al abrir los ojos ahí estaba Paty, con los ojos abiertos como platos y su mano en la boca, mientras a sus pies yacía una canasta de ropa con su contenido desparramado por el piso; tratando de taparme me levanté de golpe de la cama y en ese momento Paty dio media vuelta y se alejó corriendo.
Totalmente apenado, me puse apresuradamente el pantalón y bajé a ofrecerle una disculpa a Paty, la encontré en la cocina lavando los trastes con una expresión muy extraña en el rostro, cuando me acerque, me vio de reojo rápidamente y después con las mejillas muy rojas bajó la vista, pues a pesar de haberme puesto el pantalón aún era tremendamente notorio el bulto de mi pene; manteniéndome a cierta distancia para que no se asustase mas, comencé a disculparme con ella y le explique que creí estar solo, y que trataría de que no se volviera a repetir una situación como esa, pero ella sin verme me preguntó como un hombre de mi edad (en ese entonces contaba con 23 años) alto y fuerte tenía necesidad de hacer esas cosas, que porque mejor no me conseguía una novia o algo así; entonces, no se porqué, pero le conté lo de la relación que acababa de terminar, que aún no me sentía preparado para una nueva relación y que después de todo era natural que un hombre después de mas de un mes sin relaciones buscara la manera de aliviarse.
En ese momento, ella se dio la vuelta y con el rostro totalmente rojo y sin levantar la mirada me dijo "Si tú quieres, yo puedo ayudarte"; me quedé mudo durante un segundo, pero al instante siguiente ya la había tomado de la mano y la llevaba hacía mi habitación, donde ella sin mediar palabra se inclinó y desabrochando mis pantalones liberó nuevamente mi erecto pene, para inmediatamente tomarlo entre sus manos y comenzar a acariciarlo con gran habilidad, mientras murmuraba para si misma "Que rica verga tienes, que dura está", después de un par de minutos, se dejó caer sobre sus rodillas y mientras una de sus manos pasaba a acariciarme los testículos atrapó la cabeza de mi pene entre sus labios y comenzó a succionarlo mientras pasaba su lengua alrededor de él; acompasando el movimiento de su mano derecha al de su cabeza, mientras su mano izquierda no dejaba de acariciar mis testículos.
La verdad, ante el eficiente tratamiento que Paty me estaba proporcionando, me resultaba difícil mantenerme firme sobre mis piernas, además que no deseaba terminar aún, por lo que me separé de su boca y levantándola me incliné a besar sus labios, pero movió la cabeza hacia un lado y dijo "No, no me beses, por favor, que no somos novios", pensé que era un tanto ridículo que no quisiera que la besara en esa situación, pero no de di mayor importancia, por lo que comencé a desnudarla rápidamente, y a depositarla en la cama, donde pude admirar la tremenda perfección de su cuerpo y el atrayente aspecto de su sexo totalmente depilado, me hicieron sentir cerca de la locura, acabé de desnudarme y me acosté rápidamente a su lado; comencé inmediatamente a acariciarla, sintiendo la firmeza y suavidad de su piel, me incliné para chupar sus erectos pezones mientras mis manos viajaban por su cuerpo; dado lo pequeñita que era comparada conmigo (mido 1.74 metros) me resultaba muy fácil acariciarla desde el rostro hasta las rodillas sin soltar sus pezones, que cada vez estaban mas duros.
Entonces, dejé por un momento su pecho y continué bajando por su cuerpo, hasta que el rico aroma de su sexo llenó mis fosas nasales, y al adivinar lo que me disponía a hacer, ella separó totalmente sus piernas, lo que hizo que los labios de su sexo se abrieran invitadoramente; mientras comenzaba a lamer suavemente su sexo, noté la gran cantidad de fluidos que salían de él, delatando la gran excitación que sentía, por lo que hice mucho mas intensas las caricias con mi lengua, concentrándome principalmente en su diminuto clítoris, mientras introducía mis dedos en su vagina, hasta que atrapó mi cabeza con sus piernas y apretándome contra ella comenzó a estremecerse en un tremendo orgasmo; poco a poco se relajó y tomando mi mano me atrajo hacia su rostro y me dijo "Métemela por favor".
Me acomodé sobre ella y poniendo sus piernas alrededor de mi cintura me acerqué poco a poco hasta que sentí claramente cómo mi pene comenzaba a entrar muy despacio dentro de ella, la sentí tremendamente apretada, por lo que deteniéndome un momento le pregunte si acaso era su primera vez, a lo que con una risa un poco forzada y el rostro enrojecido, me dijo "Para nada, pero mi novio es mucho mas pequeño que tú en muchos sentidos", por lo que mas relajado continué hasta que en un último empujón logré acomodar todo el largo de mi pene dentro de ella, que clavándome las uñas en la espalda me suplicó que permaneciera quieto por un momento, mientras respiraba entrecortadamente; después de un momento, comencé a moverme lentamente, arrancándole gemidos de placer a cada movimiento, por mi parte, sentía en mi piel cada milímetro de su deliciosamente apretada vagina y eso me hacía calentarme cada vez mas.
Estuvimos un buen tiempo en esa posición hasta que repentinamente sentí que Paty llegaba a un nuevo orgasmo, por lo que aprovechando su poco peso, la sujeté firmemente de las caderas y me levanté sobre mis rodillas llevándola conmigo, en esta nueva posición ella estaba prácticamente en el aire, pues sólo sus pies tocaban levemente la cama, por lo que podía penetrarla mas profundamente y además me permitía sentir como su cuerpo al tratar de mantener su equilibrio me apretaba el pene de distinta manera a cada movimiento; en esta situación, sentí aproximarse rápidamente mi propio orgasmo, por lo que comencé a moverme mas rápido, en ese momento Paty asustada me dijo "No acabes dentro por favor, estoy en mis días fértiles", por lo que me detuve y se la saqué rápidamente y me quedé ahí al borde del orgasmo; Paty me tomó de los hombros y me dijo "acuéstate" , hecho lo cual, volvió a tomar mi pene con su mano derecha y sonriendo dijo "Eres un caballero, cualquier otro no se hubiera detenido, te mereces un gran premio", e inclinándose tomo mi pene entre sus labios y comenzó nuevamente a chuparlo, como me encontraba muy excitado no aguanté mucho, sentí como mis testículos se contraían y mi pene comenzaba a arrojar grandes chorros de esperma, mismos que Paty recibió valientemente sin dejar escapar ni una gota; cuando mi orgasmo terminó ella se quedó lamiendo mi pene hasta dejarlo completamente limpio y comenzó a relajarse, con un último beso a la cabeza de mi pene ella se levantó y mientras se vestía nuevamente me dijo mientras sonreía " "Voy a tener que poner a mi novio a dieta, porque si me toma ahorita se va a dar cuenta de que ya probé una verga de verdad" y ya en la puerta se despidió ofreciéndose a ayudarme cuando yo quisiera.
A la fecha, seis años después, Paty ya no trabaja para la familia, ni repetí la experiencia, pero siempre recuerdo con gran placer ese día en que me ayudó a "Relajarme".