Relaciones (4)

Esta es la última parte de mi historia.

Relaciones 4

Después de pasar el fin de semana mas delirante que tuve en mi vida… Llegué a casa y el problema lo tuve con mi hermana.

Samanta podía leer en mi mente y yo en la de ella… necesitábamos apenas una mirada para saber que nos pasaba o que queríamos

Yo estaba feliz por todo lo que había descubierto sobre mi lado femenino y ella se dio cuenta.

  • ¿Cómo la pasaste con el tío?

  • ¡Genial!!! No sabés todo lo que hicimos… - Contesté y me senté en la cama para iniciar mi relato… pero ella me interrumpió.

  • ¿Cogieron? – me dijo con tono de enojada.

Me puse muy colorado y no supe que decir.

  • Si… - Contesté lacónicamente. Iba a confesarme, pero ella estaba rabiosa.

  • ¿Cogiste con él o se cogieron a una de sus amigas???

  • Bueno… ¿Querés que te cuente? ¿O vas a seguir interrumpiendo? – Ela me puso una mirada terrible y luego hizo un gesto característico de ella, como dándome la palabra y así continué hablando

  • Le conté lo de los regalos, de la salida, de los besos… Le conté la cena y los polvos que nos echamos, siendo yo siempre la mujer… Saqué la ropa de las bolsas y se las mostré. Ella las miraba y me miraba

  • ¿Sabés por qué dejé de estar con el tío?

  • No

  • Porque él quería que cogiéramos los tres… además de que no se bancaba a Marcos.

  • No entiendo… ¿Y qué tiene de malo que quisiera hacerlo con los dos?

  • Vos tenías catorce años y me parecía que no era bueno

  • Pero vos me enseñaste todas esas cosas.

  • Pero lo hacíamos bien, de forma natural… él quería que de un día para otro vos te unieras a nuestra cama… Y no era de celosa, te lo juro, era porque yo quería que vos aprendieras que el sexo va siempre del lado del amor

  • Pero Samy, yo a él lo amo, como te amo a vos… Un año mas o menos ¿Qué tiene de malo?

Se acercó me dio un beso en la boca y fue como que se le pasó la bronca y todo volvió a ser como antes

  • Me vas a prestar ese solerito… - Me dijo y nos reímos los dos.

Unos día yo era Gustavo y otros era Emanuelle. El ropero de la pieza tenía dos tercio de ropa femenina y uno de hombre y con mi hermana compartíamos toda, ya que ella siguió usando mis calzones.

Hasta que una noche que yo estaba vestida de Emanuelle y mi hermana se quedó dormida, hicimos el amor con Marcos… Pero en realidad ella se hizo la dormida para verme hacerlo con otro hombre, ya que mis relatos de mis noches con él tío la ponían al mango… y a Marcos también

Nunca llegamos a tener relaciones los tres a la vez, si besos, si pajas, pero nunca lo hicimos los tres… Cuando lo hacía con ella, Marcos no estaba y algunas veces que lo hice con él, ella miraba o lo hacíamos a solas… cuando ella no estaba o dormía… Marcos nunca se enteró que a veces ella nos miraba.

Mi hermana le fue dando a torcer su brazo y amigando con él tío, paso algo de tiempo y el deseo de mi tío se cumplió, Claro, Samanta se peleó con Marcos y eso ayudo mucho la relación de los tres

Al poco tiempo de todo esto que les cuento… Mi tío vino a buscarme como hacía siempre, pero esa tarde Samy también se prendió a la salida. Antonio no se lo esperaba y era como que no estaba preparado para eso. Él tenía pensado que iríamos a su casa para que yo me cambie, (Me había comprado una polleríta muy corta y un top haciendo juego) para salir a cenar y luego hacerlo toda la noche, como lo veníamos haciéndolo los últimos fines de semana.

Yo nuca había hablado con mi tío sobre Samanta, así que se había quedado con la idea de que ella no quería hacerlo los tres juntos. Antonio ni se imaginaba que nosotros hacíamos el amor hace más de un año. Él creía que yo había debutado con la puta que él me había pagado esa noche.

Salimos de casa y fuimos a su departamento, casi sin hablar o hablando solamente de las cosas puntuales que se hablan en un viaje de un lugar a otro.

Entramos a su casa y sobre el sofá del living estaban las bolsas de mis regalos. Los paquetes tenían dos grandes moños y cartelito que decía Para Emmanuel. Mi tío se puso muy nervioso y trató de sacarlo de nuestra vista, pero sus movimientos nerviosos eran más incriminadotes que para salir de sospecha. Guardó mis presentes en su cuarto y volvió. Samanta y yo nos reímos, ya que muchas veces él le había regalado ropa interior o algún vestidito con ese proceder. El ambiente se puso denso, ninguno de los tres parecía saber bien que hacer. Y sentí que era yo quien debía actuar. Antonio no quería ofender a Samanta y ella quería que él de el primer paso… Yo era el que debía blanquear la situación. Me fui al baño dejándolos solos, me cambié con los regalos que el tío había ocultado en su cuarto y me apresuré en vestirme y cuando salí los sorprendí a los dos.

Antonio que es muy rápido dijo:

  • AAAh, Emmanuel, no sabía que estabas en casa

Me acerqué hasta donde ellos estaban y besé a mi tío con un besito en los labios de lo más tierno y luego saludé a mi hermana como si fuera la primera vez que me viera vestido de mujer, con un beso en la mejilla.

Por mi cabeza pasaron miles de escenas… Yo con mi hermana en un acto lésbico, mi hermana con mi tío y yo como espectador, los tres juntos y yo en el medio, mi hermana en el medio y por que no, mi tío entre mi hermana y yo.

Era evidente que por primera vez Antonio no tenía la situación dominada.

Fue Samanta la que tomo el mando de la situación. Me tomo por la cintura y me dijo:

  • Hola Emmanuel vamos a darle una lección al tío… - y me dio un beso como nunca me lo había dado. Fuerte, pasional y a la vez tierno y sensual… Antonio nos miraba y no lo podía creer, tuvo que sentarse en el sillón, para no caerse.

La idea de mi hermana era darle un show lésbico y dejarlo con la boca abierta. Para eso, Samanta me subió la pollerita y sacó bajo la tanga mi pija… La sobaba y miraba al tío como diciéndole; "Ahora me la voy a tragar toda enterita" y fue así, ella me empezó a mamar y yo sé que lo hacía de forma excelente. Mientras lo hacía con la habilidad que la caracteriza, se sacó el pantalón y recostándome en el sofá, me ofrece hacer una sesenta y nueve.

Su boca, su lengua recorría mi verga desde la cabeza hasta mi orificio anal, dándome un placer enorme.

El sabor de la concha de mi hermana era exquisito. Me encanta chuparla, jugar con su clítoris y sentir como empiezan a fluir sus líquidos, con las debidas contracciones y gemidos que ella producía. Ya me estaba por venir cuando mi hermana me pide que no acabe. Sus ojos la delataban, estaba acabando.

  • Metémela, por favor. Mi amor

Yo se la metí fuerte y ella dio un gritito y ya no pudo dejar de jadear… y yo alcancé a sacarla para acabar en sus tetas.

Como si no hubiera pasado nada, Samanta se paró e invitó a Antonio a juntarse con nosotros… Era la primera vez que mi hermana no sabía si mi tío la iba a elegir a ella o a mí. Ni yo ni ella habíamos cogido de a tres; así que no sabíamos como seguía esta historia… Mi tío se acercó al sofá, de la mano de su sobrina y me hizo algunas caricias en el pecho, mientras mi hermana buscaba su boca para besarlo.

  • Esto es lo que he soñado desde hace años. – dijo el tío y ahora buscaba mi boca para darme un gran beso. Luego tomó mi cabeza y la llevó hasta su cintura, como pidiéndome que me ocupe de su polla. Yo desabroché el cinturón y el pantalón, bajé la cremallera de su bragueta y entre los pliegues de su calzoncillo descubrí su mazo, ardiente y bastante mojado ya.

Yo la fui metiendo en mi boca, mientras Samy disfrutaba de un masaje de sus tetas que Antonio le daba.

Mi tío la mió mis nalgas hasta llegar a mi culo y mi fue dilatando el ano hasta poder meter dos dedos hasta el último de los nudillos de su mano. Fue cuando me acomodó sobre él y empezó el duro tormento, su pija me iba perforando y pese a que ya lo había hecho un par de veces, siempre me producía un gran dolor, que luego se iba disipando.

Mi hermana miraba fascinada con muchas ganas de participar. Dejó que mi culo se vaya acostumbrado a tener el fierro que mi tío tiene entre sus piernas y cuando vio en mi cara que ya el dolor cedía se acomodó con sus piernas bien abiertas sobre mi pija, mientras las anos de mi tío no abrazaba a las dos.

Al principio nos costó bastante encontrar el ritmo de los tres… pero luego estaba en la gloria, La verga de mi tío salía entraba en mi culo y yo gozaba de mi hermanita con placer… Los tres jadeábamos y gemíamos como locos. No creía que iba a poder resistir a tanto placer. Mi corazón no latía galopaba al ritmo de los tres.

Antonio empezó a llenarme de leche y no tuve tiempo para salir de dentro de Samanta… (Por suerte no la embaracé.) Quedamos exhaustos tirados por el living sin poder creer haber gozado tanto

Aquí termina mi historia, espero que les haya gustado, ya que les he contando parte de mi vida

Cuando empecé a tener relaciones con otras personas dejé de llamarme Emmanuel para pasar a llamarme Linda

Les dijo un beso y si quieren escribirme háganlo a sixbarral@yahoo.com.ar

Linda