Relación de amistad
En una tarde de futbol, me convertí en la mejor cancha.
RELACIÓN DE AMISTAD
Hola a todos mis amigos y lectores de esta página tan importante de relatos eróticos. Quiero agradecer a todos los que se han tomado un tiempo para leer mis relatos y sobre todos a aquellos que me han escrito alguna líneas. Al mismo tiempo pido una disculpa generalizada ya que no he podido contestar tantos mensajes, de todas formas agradezco su interés por tratar de comunicarse con una servidora.
Pasaré a relatar un suceso que nos aconteció el fin de semana pasado tanto a mi esposo como a mí, aunque al final de todo, él nunca se entero.
Como cada sábado, este fin de semana salimos de compras al súper que esta frente a nuestra unidad habitacional. Regularmente ese día se hacen las compras de la semana para no tener que estar saliendo a comprar tan seguido, especialmente por la seguridad. Recorrimos toda la tienda buscando lo que necesitábamos para la despensa, y cuando pasamos por el departamento de bebidas a mi esposo se le ocurrió llevar unas cervezas para ver el día siguiente un partido de fútbol por la televisión.
Cuando él estaba buscando cuales cervezas llevar se aceraron dos tipos jóvenes hacia mi esposo y lo saludaron frenéticamente. ¡SORPRESA! Fueron amigos de él en la secundaria. Como era lógico, me presento con ellos y recordaron viejos momentos. José Luis los invitó para que el día siguiente fueran a la casa a disfrutar del partido. Aceptaron con gusto ya que uno de ellos trabaja fuera del país y solo estaba unos días en la ciudad, el otro también trabaja creo que en puebla y ya es casado. En fin, después de casi 20 minutos se despidieron y acordaron la hora exacta así como la dirección del departamento para que fueran puntuales.
José Luis estaba muy entusiasmado por volver nuevamente a ver a dos de sus amigos con los que convivió por mucho tiempo. Así es que llegando a casa nos pusimos a platicar acerca de las botanas que yo serviría ya que ellos quedaron en llevar las cervezas y probablemente algunas bebidas fuertes. También me pidió que usara algo corto y sensual, de todas formas cada quién llevaría a sus respectivas esposas.
Nos levantamos muy temprano, hicimos la limpieza completa del departamento, pusimos a enfriar algunas cervezas y algunas viñas, nos bañamos y nos arreglamos, él se vistió con unos jeans, playera y tenis, por otro lado yo me puse una blusa de botones, una tanga negra, unas pantimedias súper transparentes, una falda negra tableada y muy corta y unas zapatillas de aguja.
Dando las 11 de la mañana sonó el timbre, era uno de ellos, venía solo, su nombre era Aurelio, el otro también llegó solo casi 10 minutos después, Marcos. Y nuevamente el saludo fue tan frenético que el del día anterior. Ya era tarde para cambiarme de ropa, aunque después de todo y a pesar de la forma en como me veían, me sentía muy cómoda. Por supuesto que cada vez que me sentaba o me paraba para atenderlos el vuelo que hacía mi falda llamaba tanto la atención de los visitantes que en muchas ocasiones José Luis me llamó la atención.
Vieron todo el partido y uno más, ya cerca de las siete de la noche, mi esposo estaba tan embriagado que terminó durmiendo prácticamente en el baño, el otro quedó tendido sobre la mesa. Y uno más en el sillón.
Durante los partidos y mientras ellos tomaban sus bebidas yo casi me termine 6 viñas y también estaba un poco embriagada, pero lo suficientemente cuerda para arreglar todo el tiradero que habían dejado.
Cuando termine de medio arreglar la sala, prendí la televisión con muy bajo volumen pero sin prender la luz para no molestar a los amigos de mí esposo. Comencé a ver una película. Estaba yo sentada en un sofá que esta a un lado del sofá en donde descansaba Marcos. Como era lógico y después de haber tomado tantas viñas, sin querer me quedé completamente dormida, hasta que una mano me despertó, y era precisamente la mano de Marcos que el muy cabrón sin abrir los ojos me comenzó a acariciar uno de mis pies haciéndose el dormido. No voy a negar que al principio me asuste, pero también me gustó.
Al sentir su mano en mi pié mi reacción primera fue quitar mis pies en la posición en las que las tenía. Me paré como impulsada por un resorte y fui al baño. Mi marido estaba ya durmiendo en la cama y estaba tan, pero tan dormido que al ir a verlo, no me dio señas de que se despertaría de inmediato. De hecho ya lo conozco y se que en la forma en como dormía, sería para despertarse al día siguiente.
Mi mente daba vueltas y vueltas en lo que me había pasado, así es que para darme valor de quedarme en el sofá, me tomé otra viña casi de dos o tres tragos y regresé al sofá. Apagué la televisión y quedó el departamento casi a oscuras, ya que las cortinas como son de tela semitransparente entraba un poco de luz; la suficiente para ver hasta donde llegaba aquella mano atrevida.
Después de que me senté en el sofá y en la misma posición tardó como 5 minutos en volverme a acariciar y realmente lo hizo hasta que casi le puse mi pié en su mano. Creo que en ese momento en el que le acerqué mi pié, quedo claro lo que también yo quería. Así es que comenzó nuevamente a acariciarme y alternaba las caricias para ambos pies.
Poco a poco fue subiendo su mano hasta llegar a mis rodillas. En ese momento tomó un descanso y fue cuando decidió sentarse en el sofá de tal forma que mis piernas quedaron prácticamente a su disposición. Al momento en que me percaté de que se sentaría correctamente en el sofá, decidí hacerme la dormida, finalmente ellos no me conocían y tampoco sabían como me comportaría yo. Cuando él se dio cuenta de mi posición me comenzó a acariciar las dos piernas pero ahora con sus dos manos, me sobaba desde la pantorrilla hasta el límite de mi falda, que por cierto, y por la posición en la que estaba yo sentada la traía casi hasta cerca de mi ingle.
Se hincó en el suelo y al momento de acariciarme las piernas, me subió toda la falda hasta dejarme completamente destapada. Por su puesto que yo no perdía detalle viendo siempre de reojo. Seguía acariciando y masajeando mis piernas hasta que me las separó poco a poco, y cuando quedaron completamente separadas metió su cabeza hacia mi sexo moviéndola hacia arriba y hacia abajo, por supuesto que me estaba oliendo. Sentía de repente pequeños mordiscos, pero no bruscos en mi sexo. Yo estaba tan excitada que comencé a mojarme. Cuando sentí, sus manos ya estaban en el resorte de mis medias y también sujetando mí tanga y jaló hacia él para despojarme completamente de mis prendas.
Cuando lo hizo, también me quito las zapatillas con mucha delicadeza. Al terminar seguía jugando con mis piernas y al meterse entre ellas me hizo sexo oral. Metía su lengua entre mis labios y jugaba con mi clítoris hasta que irremediablemente tuve mi primer orgasmo. Era una sensación deliciosa, me sentía en las nubes con aquel extraño entre mis piernas. Tuve mi segundo orgasmo.
Se acercó a mis labios y me besó como un desesperado. Probé mis jugos en su boca y eso hacía que mi excitación subiera a límites insospechados. Después de un rato se acercó a mi oído y me susurró que me volteara. En esos momentos yo era su esclava y no hice más que obedecerle. Me hinque en el suelo también y recosté mi pecho sobre el sofá. Me alzó completamente la falda, me abrió las piernas y se hizo una pausa, escuche el sonido de su zipper abrirse y el sonido de su pantalón bajar. Pocos segundos después, sentí su cuerpo detrás del mío y de un solo empujón me penetró su verga. Fue tanta la satisfacción que sentí en ese momento, que solo de sentir toda su verga dentro de mí, tuve un orgasmo más. Definitivamente era un cabrón. Me hizo venir tantas veces que perdí la cuenta. Sentí cuando se vino dentro de mí, fue tanto el chorro de semen que salió de su verga que hasta me corrió por las piernas, me inundó toda. Se salió de mi, me levantó para acostarme en el sofá grande y fue al baño, al regresar le habló muy quedito a Aurelio y se quedaron platicando algunas cosas que no alcanzaba yo a escuchar, pero todo esto con la luz apagada.
Yo estaba volteada hacia el respaldo del sofá, todavía saboreando aquella rica cogida que me propino Marcos. Cuando de repente escuché nuevamente el sonido del zipper, pero en dos ocasiones. Muy delicadamente sentí las cuatro manos sobre mi cuerpo tratando de desabotonar mi blusa hasta que lo consiguieron. También me despojaron de mi blusa, me obligaron a sentarme, me quitaron el bra y la falda hasta quedar completamente desnuda. También ellos estaban desnudos.
Con mis ojos entre cerrados percibí el olor de una verga frente a mí y sin preguntar absolutamente nada me la metí completamente a la boca para mamarla. Ahí me mantuve por lapso de unos 5 minutos mientras las otras manos me masajeaban mis tetas y uno o dos dedos entraban y salían de mi sexo, lleno de semen. Después de sacar la verga de mi boca, me levantaron para sentarse en el sofá uno de ellos. Me senté después sobre una verga mientras la otra nuevamente se volvió a meter en mi boca. Yo procuraba subir y bajar al ritmo que ellos me ponían ya que no quería dejar de mamar esa rica varga.
Así estuvimos un rato, y después cambiaron ellos de lugar. Ahora tenía en mi boca la otra verga que antes me estaba picando mi panocha, y de repente sentí que me apretó más hacia él y se vino en mi boca. Me chorreo toda la boca, pero yo fui más hábil, ya que me tragué todo el semen.
Me levantaron del sofá y uno de ellos se acostó en el piso boca arriba y me llevó hasta él, me abrí de piernas y me senté sobre él, le cabalgué por un ratito mientras probaba cada rincón de mi boca con sabor a semen de su otro amigo. Sentí entonces alguien detrás de mi que metía sus dedos en mi culo, eso me excito tanto que me movía como loca, cuando en un movimiento inesperado, saco su dedo y de un empujón un poco forzado me penetró por el culo. ¡¡¡INCREIBLE!!!, estaba teniendo una doble penetración con dos perfectos desconocidos, me hicieron un sándwich fenomenal, y luego terminaron los dos nuevamente en mí.
Se levantaron, se limpiaron y se fueron. Después de eso me fui a la recamara a dormir un rato, ya que había quedado exhausta. En la madrugada me levante a bañarme, me toque por todos lados y olía a ellos.
Al día siguiente, me preguntó mi esposo que se había quedado muy dormido, que a que hora se había ido ellos, que si estaban bien. Le dije que no hubo ningún problema. Él no sabe que me cogieron como locos y que me bañaron de semen cada uno de mis orificios.
Después del medio día le hablaron por teléfono y se despidieron de él, y además le advirtieron que cuando volvieran a México se comunicarían con nosotros para ver otro juego de fútbol.
Por el día de hoy, termina hasta aquí mi relato, espero que les haya gustado y que cualquier opinión o comentario, está mi correo abierto para ustedes.
PD Por cierto, les recuerdo que tengo una dirección electrónica en donde encontraran algunas fotografías personales, espero que la visiten, mi dirección es http://mx.photos.yahoo.com/lovelygirl3x ; más sin embargo, les regalo con este relato dos fotografías mías.
Adiós.