Relación 24/7 (7)
¿Como no puedo tener devoción por mi Amo?
Te puedes someter a mi locura
y cabalgar sobre la duda
hasta la desintegración...
Soy- Fantástico Hombre Bala
Todavía con las últimas notas de “Twist and shout” vibrando por mis venas, voy cogida de la mano de mi Amo intentando salir del recinto donde hemos presenciado el impresionante concierto de Bruce Springteen. Hemos viajado a Madrid para verlo y la excitación viaja por todo mi cuerpo aún después del largo recital. Calor, adrenalina y música se mezclan en una multitud de personas que intentan seguir la noche de una forma u otra. Nos dirigimos lentamente hacia la salida dejándonos llevar por la marea de gente y cuando por fin salimos nos dirigimos al Metro junto con parte de la gran multitud.
Hoy llevo puesto una camiseta de Bruce Springteen entallada y unos vaqueros ceñidos, junto con unas botas de tacón de aguja. Me gusta vestirme así porque hace que destaquen las líneas de mi cuerpo de una forma que me excita. He dejado mi pelo rubio suelto y me he maquillado poco pero lo suficiente para realzar mis labios y mis ojos verdes. Llevo un bonito sujetador negro con su tanga a juego. El sujetador es efecto push up y levanta mis grandes tetas.
Nos introducimos en el vagón de Metro empujados por la gente y nos instalamos de pie al final. Es imposible sentarse. Tenemos unas ocho paradas hasta llegar a nuestro destino, un bonito hotel que ha reservado mi Amo. Sólo de pensar en la noche que me espera, me genera todavía mucha más expectación que el concierto. Mi Amo me pega de espaldas a la pared, justo en la esquina del vagón y él se sitúa delante mío:
- ¿Estás bien?
- Si Señor, pero todo esto es un poco agobiante – se lo digo un poco bajo por miedo a que me oigan, aunque lo dudo mucho entre tal volumen de voces exaltadas.
Mi Amo sonríe con su sensual sonrisa, me mira con sus ojos oscuros penetrantes y se pega a mi todavía más, aplastándome con su cuerpo hacia la pared.
- ¿Quieres que deje de ser agobiante, perrita?
No se cual es el poder que tiene sobre mí, ni se que esta maquinando su mente, pero inmediatamente siento como mi garganta se seca, comienzo a mojarme y un gran calor avanza por mi cuerpo. El tren se para en la siguiente estación y mi Amo sigue esperando una respuesta. Yo sólo puedo mirarle a los ojos:
- Si Amo – le susurro.
Siento el movimiento del tren que comienza de nuevo su recorrido. Sin dejar de mirarme fijamente empieza a besarme primero de forma dulce, para luego volverse mucho más exigente. No se que tiene su boca que me vuelve loca, tiene unos labios carnosos que me hacen perder la razón. Cierro los ojos y me dejo llevar sintiendo como su lengua me invade. Saboreo su sabor. El ruido a mi alrededor, comienza a volverse amortiguado y empiezo a sentir que sólo estamos él y yo, aunque una vocecita me dice a lo lejos que nos encontramos rodeados de gente pero no la hago caso. Comienzo a sentir como mete una de sus manos bajo mi camiseta acariciando mi vientre y la va subiendo hasta mi pecho derecho, acariciándolo por encima del sujetador, jugando con el pezón que se pone duro al instante. Su otra mano realiza la misma operación con la otra teta. Me toca los pechos por encima del sujetador tanto rato que creo que me voy a volver loca si no hace algo más. De pronto siento como una de sus piernas se introduce entre las mías. La coloca de forma que se apoya en mi coño, ya empapado. Deja de besarme y me dice:
- Quiero que te folles mi pierna, perrita.
Me mira con sus ojos oscuros y me olvido de todo. Comienzo a mover mi pelvis contra su pierna, sintiendo como estoy mojando el tanga y los vaqueros con mis fluidos y buscando un punto de apoyo para poder friccionar mi clítoris. Mi Amo se da cuenta y me acerca todavía más la pierna. Ahora sí que he encontrado el punto exacto y mis movimientos se vuelven más rápidos. Comienza a besarme de nuevo, de forma más brusca pero sensual, mientras aprieta mis tetas con fuerza debajo de la camiseta. Muevo mis caderas con ímpetu, con necesidad, sintiendo como el orgasmo va apoderándose de mi y comienzo a jadear y gemir cuando la sensación es tan intensa que es inminente que me rompa en un orgasmo brutal. Pero mi Amo retira su pierna, deja de besarme, retira las manos y me dice con su medio sonrisa:
- Esta es nuestra estación.
Inmediatamente me hace girar de cara a la pared, vuelve a introducir sus manos bajo mi camiseta y me saca las tetas por encima del sujetador. Yo me encuentro como en estado de shock con la sangre golpeando en mis sienes y en un estado previo al orgasmo que hace que te encuentres como ida. Siento como me agarra de la mano y tira de mi. Me dejo llevar a través de la aglomeración de personas lo que hace que cada roce en mis sensibles pechos me provoquen una oleada de placer.
Salimos del metro y sólo me he recuperado un poco cuando me dice:
- Casi tienes un orgasmo sin mi permiso. Creo que no te tengo que recordar que como te corras sin que yo te lo ordene te vas a ganar un buen castigo.
Su mirada es dura y en momentos como este siento que el corazón se me para y me provoca un miedo visceral que hace que el estado en el que me encontraba desaparezca y sólo quede excitación.
- Si, Amo. Lo siento mucho, Amo.
Agacho la mirada y emprende el camino al hotel conmigo de la mano. Le oigo que dice:
- Hoy vas a tener que ganarte tu orgasmo, perrita.
Seguimos caminando y la sensación de llevar mis tetas libres, rozando con mis pezones la camiseta, hace que no pueda bajarme la calentura.
Cuando por fin llegamos a la amplia habitación del hotel, mi Amo decide que lo primero es darnos una merecida ducha por la noche tan intensa que hemos tenido. Él se ducha primero y luego lo hago yo. Siento como el agua me ayuda a serenarme un poco aunque se perfectamente que esta noche va a ser muy larga. Tras la ducha me preparo poniéndome un corpiño de raso negro con un minúsculo tanga a juego. Sus copas son traslucidas lo que dejan ver perfectamente mis pechos y mis pezones. El corpiño lleva sujeto con unas tiras de liguero unas medias de rejilla también de color negro. Para terminar me pongo unos zapatos de tacón de aguja del mismo color. Me he secado el pelo que dejo suelto y me maquillo lo suficiente para sentirme sexy a los ojos de mi Amo. Me miro en el espejo y se que le va a gustar, ya sólo con eso me pongo tan caliente que empiezan mis fluidos otra vez a mojar el tanga. ¿Porqué no puedo parar de mojarme siempre que pienso en mi Amo?
Salgo del servicio un poco nerviosa, mi Amo me esta esperando. Sólo viste unos vaqueros y en ese momento me parece el hombre más sexy que he conocido. Me mira atentamente y con su medio sonrisa me dice:
- Me gusta, me gusta mucho.
Sólo con eso hace que me relaje y siento que quiero darle todo.
- Gracias, Amo – agacho la cabeza pero él se acerca y hace que le mire tomándome de la barbilla.
- Como vas a tener que ganarte esta noche un orgasmo, voy a experimentar cuanto puedes aguantar otra vez. No quiero que te corras sin que yo te lo diga, ¿lo has entendido?
- Si, Señor.
- Perfecto.
Se acerca más y me da un beso sensual y tierno pero se que es engañoso, lo que va a venir a continuación no será así. Me suelta la barbilla y gira a mi alrededor. Se sitúa detrás mío y me pone una banda o un pañuelo sobre los ojos. Seguidamente siento como me empuja los hombros y me arrodillo en el suelo, luego agarra mis manos y me las esposa a la espalda. Vuelvo a notar que se aleja de mi. Al acercarse de nuevo me sube la cabeza alzando mi barbilla y siento como me pone un collar. Lo aprieta lo suficiente para ser consciente de él en cada momento. Después siento como pone su polla en mis labios y no tiene que decirme absolutamente nada. Abro mi boca y engullo todo lo que puedo. Quiero darle el mayor placer e intento tragarla suavemente, casi con dulzura, una y otra vez. Cuando comienzo a notar que esta lo suficientemente dura comienzo con lametadas desde los huevos hasta la punta, me entretengo un rato en ellos, saboreándolos, lamiéndolos, notando como se ponen duros también. Después sigo lamiendo todo el largo de su polla y cuando creo que ya es hora de terminar con la tortura, la engullo de nuevo hasta la garganta. Me llena completamente. Intento aguantar todo lo que puedo y cuando estoy al límite me retiro. Cojo aire y vuelvo a repetir la operación. Mi Amo me acaricia el pelo y con ese gesto se que le esta gustando. Sigo realizando el mismo paso una y otra vez hasta que comienzo a comérmela de verdad. La trago sin descanso, saboreándola, mimándola lentamente a veces y otras chupando con ansia hasta que mi Amo descarga toda su leche en mi boca. Cuando termina se la limpio con devoción y me siento feliz.
- Abre las piernas.
Abro mis piernas y bajo mi cabeza en señal de obediencia hacia mi Amo. Esta vez me coloca una mordaza en la boca. Me acaricia la cara y siento como da vueltas a mi alrededor mientras va acariciándome con los dedos. Comienza en la cara y va girando y bajando por mi cuerpo lentamente, sobre mi clavícula, mi espalda, mis pezones, vuelve a la parte baja de mi espalda y por fin a mi coño. Me ha puesto la piel de gallina. Noto como me acaricia muy suavemente el coño por encima del tanga y yo suspiro, suspiro porque haga algo más, necesito más estímulos. Hasta que me retira un poco el tanga y mete dos dedos en mi coño.
- Mueve las caderas como hiciste en el metro, fóllate mis dedos, perrita.
Empiezo a moverme pero no puedo ejercer mucha presión. Mi Amo lo nota he introduce más los dedos dentro de mi. Comienzo a follarme contra su mano deleitándome con la sensación de tener algo de él dentro de mi. Me baja la parte de arriba del corpiño dejando mis pechos al aire y siento como empieza a lamer y morder mis pezones. Esto hace que me mueva con más ímpetu y me siento muy excitada. Quiero más, quiero que devore mis pechos, quiero que me folle con fuerza, pero tengo que conformarme por luchar para llegar al orgasmo con mis propios medios. Después de un rato donde mi excitación alcanza un grado bastante elevado, mi Amo saca los dedos y vuelvo a notar que se aleja y cuando regresa escucho el sonido tan característico del vibrador. Siento como lo coloca en mi clítoris por encima del tanga y seguidamente vuelvo a notar como oleadas de placer empiezan a salir de él y me recorren el cuerpo.
- Ahora quiero que te folles el vibrador, perrita.
Lo hago, muevo mi pelvis contra el vibrador y empiezo a notar como las oleadas de placer dan paso a un estado más imperioso de buscar una liberación. Intento concentrarme en mi respiración para no llegar al orgasmo pero tras un rato así, el deseo de correrme es tal que mis embestidas se vuelven más imperiosas. En ese momento, mi Amo retira el vibrador y siento que se ha llevado parte de mi. Me late el clítoris y siento una necesidad imperiosa de correrme.
Sin darme tiempo a reponerme, mi Amo me hace inclinar hacia adelante, apoyando mi mejilla en el suelo. En ese momento, sintiéndome tan expuesta, con las manos atadas a mi espalda, la mordaza inutilizando mi boca, la venda privándome de un sentido pero agudizando los demás y la posición de dominación que esta ejerciendo sobre mi, hace que mi entrega sea absoluta. Puede hacer conmigo lo que quiera.
Siento como mete sus dedos dentro de mi coño y los empieza a mover. Primero lentamente, pero después de forma rápida. Vuelvo a sentir como estoy otra vez en la cuerda floja. Empiezo a chillar cuando noto que me voy a correr. Mi Amo no para con su movimiento frenético y vuelvo a sentir que voy a romperme en un orgasmo brutal hasta que vuelve a parar. Dios, esta noche va a conseguir que me vuelva loca de frustración.
A continuación y sin dejarme descanso, noto como introduce poco a poco su polla en mi coño, y empieza a follarme con grandes envestidas. Aunque me esta agarrando de las caderas, las envestidas son tan fuertes que hacen que mi cara sienta con dureza el frio suelo, No puedo aguantar más, pero mi Amo no para y yo estoy como en estado de shock que si me diera la orden de correrme en ese momento se que podría a llegar a perder el conocimiento. Sin parar de envestirme saca la polla de mi coño y la mete de una sola vez en mi culo. El dolor que me provoca hace que me saque de ese estado psicológico y vuelva un poco a la realidad. Siento como el dolor pasa a placer en segundos y en ese momento vuelve a aplicar el vibrador en mi clítoris. Comienzo a gritar de nuevo pero sigue envistiéndome con fuerza y vuelvo a introducirme en ese nirvana donde sólo existen sensaciones demoledoras.
- Córrete ahora, perrita.
Y me rompo en mil pedazos. Siento como mi cuerpo estalla en una bomba de placer mientras mi Amo sigue envistiéndome lentamente. Él también se ha corrido y le oigo jadear. Ese es lo último que escucho antes de perder el conocimiento.
Quería dejar constancia de algún modo de lo agradecida que estoy a mi Amo, Amo_malo {A_m}, que me ha descubierto y me esta realizando como sumisa y, sobre todo que, por giros del destino, ha sabido estar ahí cuando más lo he necesitado con su paciencia, serenidad y comprensión. Sólo puedo decirle que seguiré entregándome en cuerpo y alma a esta relación.
xana {A_m}