Relación 24/7 (6)

El viaje 2. Mi Amo me abre la puerta a nuevos placeres que nunca había experimentado

Sigo adormilada en los brazos de mi Amo. Tengo la cabeza en su pecho y me concentro en sentir mi cuerpo junto al suyo y en inhalar su olor. No se cuanto tiempo ha pasado pero me he quedado dormida y no me apetece moverme pero siento su mano acariciando mi pelo y luego mis labios. Abro poco a poco los ojos aunque no me apetece hacerlo, estoy tan bien así. Veo que ya a anochecido y la luz de las farolas ilumina tenuemente la habitación.

-          ¿Has descansado, mi perrita?

-          Si, Amo – le miro a sus ojos negros, tan sensuales y sonrío. Con una sola mirada me desarma.

-          Me alegro porque tengo preparada una noche muy especial

Se incorpora y al despegarme de él hace que anhele su contacto. Veo que se dirige a la bolsa de viaje que ha traído con él y saca una caja.

-          Ponte esto. – me tiende el paquete y yo me levanto, lo cojo y comienzo a abrirlo - Esta noche quiero que te comportes como lo harías conmigo en casa, no dudes ni desobedezcas en ningún momento o tendré que volver a castigarte. Y no te preocupes que mañana llegarás a tiempo a tu reunión de trabajo.

-          Si, Amo.

Miro lo que hay dentro del paquete y es un conjunto de lencería negro. Me lo empiezo a poner y veo que consta de un sujetador de media copa, un ligero y medias a medio muslo con una bonita terminación de encaje. No lleva tanga ni braguita. Luego me da unos zapatos de tacón de aguja negros que también me pongo. Cuando termino, mi Amo se dirige al armario y lo abre, en la puerta hay un espejo de cuerpo entero.

-          Ven a mirarte, perrita.

Me acerco y me contemplo. La verdad es que estoy muy sexy y provocativa. El conjunto resalta mi suave piel cremosa y mi pelo rubio, que se encuentra alborotado por el sexo anterior. Mis piernas quedan estilizadas debido a las medias y los zapatos. Me giro de perfil y veo que mi culo queda precioso sobresaliendo entre las tiras del liguero. Cuando me vuelvo a mirar de frente me fijo en mis grandes tetas donde mis pezones ya están duros y todavía no hemos hecho nada, ni siquiera se lo que me espera. Cuando vuelvo a mirar a mi Amo, él me esta mirando con detenimiento con sus profundos ojos oscuros y siento como comienzo a mojarme, siempre me pregunto porque tiene tal poder sobre mi.

-          Esta noche vamos a dar un gran paso y quiero que confíes en mí y por tanto te entregues a todo y en todo momento ¿entendido?

-          Si, Señor.

No se que tiene preparado, pero mi corazón late deprisa debido a la expectación.

-          Ahora termina de vestirte que vamos tarde.

-          Si, Amo.

No tenia pensado el traer más ropa al viaje por lo que sólo tengo para ponerme el vestido que me iba a llevar a la reunión de trabajo del día siguiente. Un vestido por encima de la rodilla de color rojo, con un escote en forma de pico y con botones por toda su parte delantera. Es entallado en la cintura y me queda bastante bien. Noto la mirada penetrante de mi Amo sobre mi.

-          Desabróchate tres botones de arriba y cuatro de abajo.

Me miro en el espejo mientras me voy desabrochando el vestido. Mis tetas quedan prácticamente a la vista y la abertura por abajo queda al ras de mi coño. No se si será porque en Madrid no conozco a nadie, pero en esta ocasión en lugar de avergonzarme, me siento realmente caliente. Noto mi coño como se moja al instante.

-          Vamos, perrita.

Cojo mi bolso y salgo de la habitación detrás de mi Amo. Siento al andar perfectamente el aire entre mis piernas y mi raja y siento como comienzan a mojarse mis muslos. Me da la sensación de que esta noche va a ser muy larga.

Cuando salimos del hotel mi Amo para un taxi en la calle y da una dirección que yo no conozco. Una vez en marcha empiezo a pensar en cual será su próxima acción, seguramente dentro del taxi, pero para mi sorpresa, ni siquiera me mira. Esta centrado en el paisaje de luces y edificios que tenemos ante nosotros.  Después de unos 20 minutos el auto para frente a una verja enorme dentro de una urbanización con seguridad en la zona norte de Madrid. Bajamos del taxi y mi Amo llama al interfono, tras varios segundos y un pitido la verja se abre automáticamente. Mi Amo la atraviesa y yo voy detrás, estoy un poco desconcertada porque me recuerda al día de mi primer castigo pero esta vez se que no he hecho nada para merecerlo. Atravesamos un camino por un jardín con bastante arboleda hasta llegar a una casa de piedra marrón y bastante grande. Mi Amo sube las escaleras hasta la entrada y antes de que llame se abre la puerta y nos recibe una chica rubia de unos 25 o 30 años, me fijo en que lleva el mismo conjunto de ropa interior que yo, y me parece un poco raro, seguro que no es casualidad. Pero no abro la boca, me limito a seguir los pasos de mi Amo, caminando detrás de él. Cuando entramos se gira y me dice:

-          Ahora te dirán lo que tienes que hacer.

Dicho esto, la rubia le acompaña tras una puerta que hay en el recibidor y desaparecen. Me fijo un poco en la estancia y no me cabe duda que es de gente de mucho dinero. Noto que en la casa no hace el calor reinante de fuera, pero antes de empezar a analizar nada ya esta de vuelta la chica rubia y me dije:

-          Sígueme, por favor.

Bueno, por lo menos no es como la otra vez, me siento aliviada en ese sentido, pero no puedo dejar de sentir nervios por lo que esta por llegar. Tras andar un par de pasillos me hace entrar en una habitación muy bonita y decorada con gran gusto, tiene una cama grande, un armario empotrado y un enorme tocador.

-          Quítate la ropa y métela en el armario. Esa puerta de ahí es una aseo si necesitas usarlo. En el tocador también tienes maquillaje y perfume para que los uses. En 15 minutos vendré a buscarte y tienes que estar preparada. Tienes que estar limpia y sólo vestirás la ropa interior.

En cuanto sale por la puerta me dispongo a darme una ducha rápida y lavarme todo lo bien que puedo. Me maquillo realzando mis ojos verdes y mis labios grandes y sensuales. Me seco rápidamente parte del pelo ya que no me da más tiempo y me pongo el sujetador, el liguero, las medias y los zapatos. Dejo todo lo demás en el armario y en ese momento la rubia vuelve a entrar en la habitación.

-          Por aquí, Xana.

Sabe mi nombre. Me dispongo a seguirla, pero antes me atrevo a decirle algo ya que no se si puedo o no hacerlo.

-          ¿Podemos hablar entre nosotras?

-          Aquí si, luego cuando estemos en la cena y la fiesta no.

-          ¿Me podrías decir que va a pasar?

Debe de ver mi cara de angustia, porque estoy muy perdida en ese momento, ya que me sonríe de forma cariñosa y me dice:

-          Me llamo Lesly. Ninguna sabemos lo que nos va a pasar esta noche. Sólo debemos saber que tenemos que preparar y servir la cena y atender adecuadamente a todos los comensales que habrá en ella. Luego se celebrará una fiesta donde seremos usadas pero ninguna sabemos lo que nos va a pasar.

Me quedo petrificada. Esto si que es un cambio en la relación con mi Amo. Miro a los ojos de Lesly y veo que ella esta muy tranquila y hasta feliz, lo que hace que me vaya tranquilizando un poco.

-          Vamos, sígueme.

Nos adentramos en otro pasillo más largo con puertas a los lados hasta que llegamos al final. Cuando entramos me encuentro en una gran cocina. Hay siete chicas vestidas igual que yo, están cocinando y huele realmente bien. Hay una sumisa, lo se por su vestimenta, de unos 45 años que parece que es la que va indicando a cada chica que hacer y como hacerlo.  Cuando se fija en mí, termina de ayudar a otra que esta preparando lo que me parece una especie de carne condimentada y se acerca a mi.

-          Hola Xana, soy Medisa. Te estábamos esperando. Cómo eres la última en llegar y todas las demás ya tienen algo que hacer. Tu y Lesly vais a llevar la comida que ya esta lista. Coge esos entrantes y llévalos a la sala, por favor.

Miro una gran mesa redonda donde hay bandejas con entrantes de varias clases, tiene todo una presentación increíble. Cojo una bandeja en cada mano y salgo por la puerta que me ha indicado Medisa. En cuanto entro me detengo impresionada por lo que veo. Es un gran salón con una gran mesa rectangular en el centro. La mesa tiene un mantel blanco hasta el suelo y esta adornada con una vajilla de platos, copas y cubiertos, también hay candelabros con velas que dan una iluminación especial a la estancia. En las esquinas de estancia hay mesas redondas con bebidas y copas. Puedo contar que de pie se encuentran 12 hombres y 3 mujeres bebiendo y charlando, entre los cuales veo a mi Amo. Esta conversando con otros dos hombres. En ese momento soy consciente de mi desnudez, de como voy vestida y mi coño comienza a mojarse irremediablemente. Trago saliva e intento ir con toda la dignidad del mundo a ofrecer los entrantes, pero me preocupo mucho de mirar al suelo, no quiero que mi Amo se sienta defraudado. Me dirijo al grupo de hombres que se encuentra más próximo a la puerta, y veo cuatro pares de pies, les ofrezco la bandeja y cogen entrantes, asique me dispongo a seguir con el siguiente grupo cuando escucho a uno de ellos que me dice:

-          Espera, ¿Dónde vas tan rápido?

Me paro en seco y veo como una mano se dirige a mi teta izquierda y empieza a masajearla pasando el pulgar por el pezón, mientras otra mano comienza a hacer lo mismo con mi culo. La sensación que siento es indescriptible. Siento como mi coño se empapa en el acto. Jamás hubiera pensado en tener una reacción similar con desconocidos pero la tengo y la excitación es tal que siento que empiezo a temblar, lo que hace que la bandeja que llevo en la mano izquierda se vuelque considerablemente. El hombre que tengo a mi izquierda la nivela y me sonríe:

-          Vaya, esta noche vamos a disfrutar considerablemente.

Bajo la mirada rápidamente. Seguro que lo ha visto mi Amo y espero que no se enfade. Me sueltan en ese momento y dudo un poco en que hacer si seguir o quedarme allí. Escucho al mismo hombre que me dice:

-          Puedes seguir pero cada vez que te pares ante nosotros debes esperar por si queremos inspeccionarte o usarte. Ahora sigue.

Acabamos de empezar y ya estoy tan mojada que siento mis fluidos por mis muslos. Mientras me dirijo al siguiente grupo veo como Lesly se encuentra en el grupo de mi Amo y cómo él tiene metidos dos dedos en su coño, mientras otro hombre la pellizca los pezones. Ella esta haciendo equilibrio sobre los tacones con las dos bandejas en las manos y aguantando, supongo, el dolor que le están provocando en las tetas. Centro mi atención a los siguientes dos hombres que tengo que atender, los cuales cogen un canapé y lo comen tranquilamente. Yo mientras espero mientras me miran. Cuando terminan uno de ellos me coge una teta con cada mano y me las empieza a sobar fuerte, mientras yo intento hacer equilibrios con las bandejas. Es una sensación extraña entre dolor y placer, y sobre todo porque estoy acostumbrada a que me la provoque mi Amo, no alguien que no conozco. Después de un rato me pasa un dedo por el coño, haciendo que me recorra un escalofrío por el cuerpo, y se lo mete en la boca saboreándolo, luego se gira y sigue hablando con el otro hombre.

El próximo grupo donde se encuentran las mujeres ya esta atendido por Lesly que les esta ofreciendo canapés por lo que me dirijo al grupo de mi Amo. Me siento avergonzada por estar tan caliente delante de él, pero sin embargo no parece darse cuenta, sigue conversando con los otros dos hombres hasta que coge un tentempié de la bandeja, comiéndolo tranquilamente. Yo aguardo impaciente y cuando creo que no va a pasar nada y estoy pensando en dirigirme a otro grupo, mi Amo se gira hacia mi y me mete un dedo en el coño haciéndome gemir al pasarlo primero por el clítoris. Dios! Como sabe lo que me vuelve loca. Otro hombre me empieza a acariciar el culo por detrás, pero mi Amo comienza a penetrarme con dos dedos y de vez en cuando a acariciarme el clítoris. Me atrae hacia él con la mano de mi coño y yo intento hacer equilibrios para que no se me caigan las bandejas. Comienza a penetrarme rápidamente mientras yo estoy empezando a tener tal orgasmo que no se como aguanto de pie.

-          Se me olvidó decirte, perrita, que esta noche puedes correrte sin mi permiso.

Le miro a los ojos y me corro, delante de todos esos hombres, con dos bandejas en la mano y temblando de arriba a abajo. Siento que me quedo vacía cuando saca sus dedos de dentro de mi y a continuación me siento tan avergonzada que bajo la cabeza rápidamente y me dirijo  a los próximos pies que veo, no se si ya los han atendido o no, sólo se que tengo que seguir en movimiento.

Cuando voy recobrando la serenidad me fijo que son cuatro hombres los que están hablando y una vez que terminan también me empiezan a pellizcar los pezones, mientras otro me mete un dedo en el coño y otro hombre en el culo. Yo sigo con las bandejas en alto haciendo equilibrio y estoy otra vez al borde de otro orgasmo, pero paran y yo debo de rellenar las bandejas de nuevo. Vuelvo a la cocina a por más y cuando voy a salir escucho que Medisa esta anunciando que la cena esta lista. Sale al salón y vuelve al cabo de un minuto, a debido de avisar a su Amo para que se sienten todos en la gran mesa central. Medisa dispone como debemos llevar la comida y bebida a la mesa y comenzamos a hacerlo. A mi me toca ir poniendo el vino en las copas, asique voy una por una rellenándolas entre manoseos de culo, coño y tetas. Tengo que tener especial cuidado para no derramar nada pero a veces se hace un poco difícil, porque una cosa es que te inspeccionen sin más y otra que te empiecen a dar placer o dolor lo que sucedió en varias ocasiones.

Una vez que están todos los comensales comiendo y charlando, Medisa nos indica el siguiente paso. Todas menos ella que seguirá atendiendo debidamente la cena, deberemos meternos debajo de la mesa y debemos hacer una mamada a cada comensal, lo deberemos hacer de dos en dos y dejando bien limpias las pollas. A las mujeres tendremos que comerles el coño hasta que se corran y también dejárselo bien limpio. Si no me encontrara en tal grado de excitación no se si seria capaz de hacer algo así, pero sólo pienso en encontrar la polla de mi Amo debajo del mantel y hacerle gozar de la misma manera con la que me ha hecho gozar hacia un rato él a mi.

Nos ponemos todas en fila y salimos al salón y una a una nos vamos metiendo debajo del mantel. Como tenemos que ir por parejas, deberemos comer varias pollas y coños. Pero yo lo que quiero es encontrar a mi Amo y me dirijo hacia las piernas que identifico como suyas y donde ya hay otra sumisa bajándole la cremallera del pantalón. Lentamente le saca su gran y dura polla y veo como la otra chica se pasa la lengua por los labios, y luego empieza a lamerle la punta delicadamente. Yo me acerco y comienzo a lamerle los huevos, a metérmelos en la boca y jugar con mis dientes en ellos. Dios! Como me encanta la polla de mi Amo. Miro a la otra chica a los ojos diciéndole que quiero comerla también yo y empezamos a turnarnos, primero una y luego otra, la vamos succionando de forma suave y rítmica. Luego nos ponemos una en frente de la otra y vamos subiendo y bajando las dos lenguas a la vez por todo el miembro. La verdad es que es una sensación extraña el compartir así a mi Amo, pero se que él estará muy contento cuando sepa que he participado. Pasado un rato así empezamos otra vez a comérnosla turnándonos entre la polla y los huevos, pero esta vez más fuerte y con más ansias. Me gustaría ser yo quien obtenga el premio pero al turnarnos no sabemos quien puede ser la afortunada. Al cabo de un rato mi Amo descarga cuando esta la otra sumisa chupándole con ímpetu la polla mientras yo le aprieto lo justo con mi mano los huevos y los chupo con dedicación, por lo que es ella quien mayormente le limpia mientras yo intento seguir dándole placer con mi lengua hasta que se desvanece del todo su orgasmo.

Una vez limpia, la otra sumisa vuelve a meter el miembro en su pantalón y se dirige al siguiente comensal. Realiza el mismo procedimiento y yo me uno, pero reconozco que no tengo la misma entrega, no es la polla de mi Amo. Aún así el hombre acaba rápido y reconozco que le dejo la mayor parte de la limpieza a la otra sumisa. El tercer turno también es una polla y me pasa lo mismo, colaboro lo mejor que puedo, pero mi entrega absoluta la siento sólo con él.

Una vez hemos terminado, vamos saliendo de debajo de la mesa y nos dirigimos de nuevo a la cocina. La sumisa con la que he estado me ha calado y me pregunta:

-          ¿No te cansas siempre de la misma polla?

-          Sinceramente, no.

Una vez en la cocina nos disponemos a recibir las ordenes de Medisa que nos dice que ya sólo falta llevar el champán y asigna a cuatro sumisas la tarea de recoger la mesa y limpiar. Las demás debemos acompañar a los comensales y luego estas cuatro se unirán a nosotros. Cogemos las bandejas con el champán y nos dirigimos al salón donde ya están terminando. Esperamos pacientes hasta que se levantan y se van dirigiendo a una puerta grande que hay en el otro extremo del salón. La abren y van pasando a otra estancia, nosotras vamos detrás y los seguimos con nuestras bandejas.

Cuando entro en la nueva habitación me encuentro con un gran salón presidido por una chimenea donde hay varios sillones de varias plazas en una zona y una elegante mesa de madera en la otra. En la mesa hay diversos artículos bondage: pinzas, látigos, fustas, mordazas, collares... en seguida reconozco mi collar, se encuentra en la mesa entre varios más.

A continuación, nos disponemos a ofrecer champán a los anfitriones. Yo voy rellenando con la botella que esta metida en hielo las copas y el resto de las sumisas las van distribuyendo. Cuando todos están servidos, tres hombres, entre ellos mi Amo, y una mujer se dirigen a la mesa grande y cogen los collares que hay allí. Mi Amo se acerca a mi, deja su copa en una mesita cercana y me pone mi collar. Los demás hacen lo mismo con las que supongo son sus sumisas. Entiendo que este acto es para dejar bien claro lo que es de su propiedad. Luego coge la copa y me da de beber un sorbo. Siento el champán helado en mi boca y bajando por mi garganta.  Lo agradezco porque como no he comido nada, ese poco de alcohol espero que me de el valor necesario para lo que viene a continuación. Me da otro sorbo frio y luego me besa sintiendo su cálida lengua acariciando la mía que se encuentra fría por el champan.  Cuando se separa me mira y me hace saber con su mirada que este tranquila, que hemos venido a disfrutar de una velada de amantes del bondage.

Dirijo mi mirada al resto del salón, respiro hondo y me intento concienciar de lo que esta por llegar.

Mi Amo me dirige hacia un extremo del salón y veo unas cadenas con ataduras de cuero para las muñecas que se encuentran colgando de las vigas del techo, las cuales son enormes y recorren todo el salón. Entonces veo siguiendo con la vista la viga que un poco más allá, detrás de una planta que me tapaba la vista se encuentra también un arnés para quedar en suspensión mientras te follan. Otra vez vuelvo a sentir como la excitación recorre todo mi cuerpo. Me giro para mirar a mi Amo y veo que me mira intensamente. ¿Sabrá lo que me ha excitado ver el arnés?. Seguidamente me coge de las muñecas y me pone las muñequeras de cuero. Luego se va y al momento vuelve con una barra con ataduras para los tobillos. Me hace abrir las piernas hasta llegar a todo lo largo de la barra y me agarra los tobillos. Lo que hace que no pueda cerrar las piernas en una posición un poco dolorosa. Recorro con la vista el sitio y veo que la fiesta ha comenzado. Hay algunos hombres disfrutando del espectáculo sentados en los sillones. Los demás están jugando con las otras tres sumisas, una esta atada igual que yo pero de distinta forma, las otras dos están chupando varias pollas a la vez. Hacia mi se dirigen dos hombres y veo que no traen las manos vacías. Mientras mi Amo mira, uno de ellos me pone unas pinzas en los pezones y el otro empieza a acariciarme el coño desde atrás. Luego me mete dos dedos y empieza a moverlos mientras el que tengo delante empieza a jugar con mi clítoris. No puedo creer la sensación tan increíble que me recorre, siento como el placer hace que me tense y no tengo valor de mirar a mi Amo que esta presenciándolo todo. Siento como sacan los dedos de mi y seguidamente empiezan a azotarme el culo con un látigo. Lo hacen sin dureza pero constantemente, lo que provoca que empiece mi culo a ponerse rojo y ha sentir un gran calor. Tengo los ojos cerrados intentando controlar el orgasmo que va a romperse dentro de mi mientras soy azotada y me masturban a la vez. Cuando abro los ojos veo que las sumisas que estaban en la cocina ya han llegado porque una de ellas esta comiéndole la polla a mi Amo. En ese momento siento como empieza a ser más duro tanto el azote como la masturbación y consigo un orgasmo brutal. Entonces, el hombre que tengo delante me sube las piernas por encima de él y me quedo colgando de los brazos, me sujeta del culo, me mete la polla en el coño y empieza a follarme con fuerza. Cuando vuelvo a centrar la vista en mi Amo, veo como esta follando a la sumisa por el culo y le estimula el clítoris con un vibrador. En ese momento el otro hombre que estaba conmigo me sujeta por detrás y juega con las pinzas de mis pezones, provocándome un ramalazo de dolor que se convierte en placer a los pocos segundos y hace que vuelva a correrme. El hombre que me penetraba sale de mi y descarga toda su leche en mi abdomen. Luego me baja las piernas, me desata completamente, me quita las pinzas y me deja con el segundo hombre. Este me dirige a la mesa me tumba boca abajo y me mete la polla por el culo, no tarda mucho y termina dejándome sola y cansada.

Cuando me giro, quiero ver a mi Amo, que sigue follando a su sumisa, me acerco donde están y me intento unir. Veo los ojos de deseo de mi Amo, que me agarra del collar y me da un brusco beso, haciéndome saber lo complacido que esta porque me una a ellos. Asique aparto el vibrador y lo sustituyo por mi lengua. Nunca había probado el sabor de otro coño y no me disgusta. Lo saboreo como me gustaría que me lo hicieran a mi. Escucho a la chica gritar y le empiezo a frotar rápidamente el clítoris con los dedos de forma que consigue un gran orgasmo. Mi Amo me indica que también me ponga como la otra sumisa, boca arriba en el suelo, entonces saca su polla y me la mete a mi. Empieza a follarme con fuerza mientras comienzo a sentir el característico placer que vuelve a atormentarme con explotar. Pero mi Amo sale de mi y empieza a follar otra vez a la otra sumisa. Va cambiando de una a otra mientras nos mete los dedos índice y corazón de cada mano en la boca y nosotras succionamos con dedicación. Tras un rato torturándonos así nos indica que nos sentemos. Entonces termina en nuestras caras y bocas y nosotras le limpiamos con dedicación y entrega la polla.

Cuando nos recuperamos, se pone de pie, me coge del collar y me dirige al arnés de suspensión al otro extremo del salón. En ese momento se encuentra desocupado, no se si se ha usado hasta ahora pero supongo que si, aunque yo no le he podido prestar mucha atención. Me gira de espaldas a él y me lo pone al rededor de la cintura, hace que me incline hacia adelante apoyándome en con los brazos en el suelo y me sujeta las piernas al arnés haciendo que quede suspendida por la cintura y las piernas y estabilizándome con los brazos boca abajo. Al quedar así, mis piernas están abiertas y mi coño y mi culo se encuentran totalmente expuestos. Siento tal excitación que creo que voy a correrme en ese mismo momento. No tengo ninguna visión desde esa posición pero siento como me lame del coño lentamente desde abajo a arriba. Luego me pone unas pinzas en los labios del coño y siento un dolor punzante en él, aunque se mezcla con los latidos de la excitación que siento en ese momento tanto en el coño como en mi cabeza donde se va agolpando poco a poco la sangre. Empiezo a notar como me come el coño delicadamente con las pinzas puestas, el cual sigue palpitando al ritmo del corazón con una fuerza tremenda y empiezo a notar sacudidas de mi vagina con cada lengüetazo. Pero no me deja llegar al orgasmo, sólo me hace sufrir y desear acabar. Se aparta un momento y siento como me va introduciendo en el culo algo, haciéndome sentirme llena, debe ser un dildo porque luego sigue lamiendo mi coño. Esta vez lo hace más fuerte y siento como empiezo a elevarme cada vez más y empiezo a gritar sabiendo lo que esta por venir. Pero mi Amo me conoce muy bien y cuando estoy a punto de correrme para y espera. Mientas tanto mis gritos han hecho que venga otro dominante y noto como me agarran de las axilas y me sube a su altura. Me agarro a sus caderas mientras  me pone otra banda del arnés por encima del pecho y rodeando las axilas dejándome la parte superior del cuerpo también en suspensión. Entonces me empieza a follar la boca con su polla. Mientras mi Amo, sigue torturándome con el consolador y su lengua, pero sin dejar que termine. El hombre se corre en mi boca, pero yo siento como si estuviera borracha de no poder correrme. Cuando el hombre termina mi Amo se levanta y me gira poniéndome boca arriba, ajusta las bandas del arnés de mis piernas levantándolas y pone otra en mi cuello para sujetarme la cabeza. Saca el consolador de mi culo y lo mete en mi coño y en el culo me teme su polla, empieza a cabalgarme y me tira de las pinzas que tengo en los labios de mi coño, empiezo a gritar de tal forma que creo que me voy a quedar afónica y entonces me rompo en mil pedazos entre gritos y jadeos. Creo que mi Amo también se corre dentro de mi porque siento su leche dentro, pero no lo puedo asegurar debido al estado al que me ha llevado de placer. Las oleadas del orgasmo me siguen recorriendo el cuerpo cuando me quita las pinzas y me lame el coño, lo que hace que el orgasmo se prolongue por más tiempo.

Siento un beso tierno en mi boca y abro los ojos, veo la cara de mi Amo muy cerca de mi, sonrie y me dice:

-          Tenemos que irnos si no quieres llegar tarde a tu reunión de trabajo, perrita.

xana{A_m}