Relación 24/7 (3)

La recompensa. Cómo mi Amo me recompensa por ser tan buena sumisa.

Y he tenido que bajar al infierno

para encontrar un ángel.

He tenido que caer desde el cielo

para encontrarte”.

Ángel de la muerte - Avalanch

Se ha hecho de noche y las luces de las farolas pasan rápidamente ante nosotros. Mi Amo conduce muy deprisa a través de la ciudad. Se que tiene prisa y no por lo que acabamos de hacer sino por la expectativa de lo que esta por venir.

Llegamos a nuestro edificio y aparcamos en nuestra plaza de garaje. Antes de salir del coche le escucho que me dice:

-          Ponte estas pinzas en los pezones.

Son unas pinzas metálicas con gomas de protección, pero no por ello menos dolorosas. Miro a un lado y a otro pero no veo a nadie. Respiro aliviada porque una cosa es estar en un bar donde nadie te conoce y otra muy distinta en nuestra casa y con nuestros vecinos. Me desabrocho tres botones de mi camisa blanca y saco una teta del sujetador. Al tener los pezones tan grandes me cuesta ponerme la pinza, además se encuentran muy duros por la excitación. Siento el dolor expandirse por el pezón a lo largo de mi teta, pero se que es cuestión de tiempo que ese dolor se convierta en placer. Cuando termino me dispongo a meterla dentro, pero mi Amo me dice:

-          Déjalas fuera.

Siento que el rubor en mi cara, ahora si que no quiero mirar si se encuentra algún vecino en el garaje. Saco mi otro pecho y repito el procedimiento. Vuelvo a sentir el mismo dolor en la otra teta. Respiro para calmarlo y funciona.

-          Abróchate sólo un botón.

Con esta orden llevo mis pechos prácticamente a la vista, dejando poco para la imaginación. Se ven perfectamente las pinzas en los pezones.

-          Vamos a casa. Nos espera una larga noche.

Salgo del coche y no quiero mirar a ningún sitio, no quiero tropezarme con nadie. Me encuentro en un estado tan intenso de humillación que me es imposible levantar la vista. Sin bragas, con los pechos casi fuera de la camisa y en los pezones las pinzas a la vista de quien quiera mirarlos.

Subimos en el ascensor, mi Amo comienza a tocarme las tetas por encima de la camisa. El placer que ya me estaban dando las pinzas comienza a ser de nuevo dolor. Dolor y placer. Se entremezclan y hacen que me moje enseguida. Cuando salimos nos dirigimos a la puerta de nuestra casa, pero mi Amo todavía no me deja entrar.

-          Espera aquí, perrita. Voy a por tu collar.

Veo que entra en casa y cierra la puerta. Sigo con la cabeza gacha sin querer mirar a mi alrededor por miedo a encontrarme con algunos ojos conocidos. Al cabo de unos pocos minutos, que a mi me parecen horas, sale mi Amo con mi collar.

-          Quítate la camisa.

Lo hago. Siento el frío que reina a mi alrededor poniéndome los pelos de punta. Mi Amo me coloca el collar, luego me hace girar de espaldas a él, me agarra los brazos y me pone unas esposas de cuero dejándome los brazos inmovilizados, después me pone un antifaz negro que me impide cualquier visión y por fin me hace pasar a casa agarrándome del collar. Respiro aliviada, aunque estoy nerviosa porque no se que me espera y creo que esta noche va a ser importante para nosotros, tiene algo previsto para mí, lo sé.

Me hace andar pero con los ojos vendados intuyo que me dirige al salón ya que no vamos muy lejos. Me quita la falda negra y después el sujetador quedándome sólo con las medias hasta la mitad del muslo y los zapatos de tacón.

-          Abre las piernas, preciosa. Exponte para mí.

Abro las piernas y espero. Escucho que se mueve por la habitación. Siento que da vueltas a mi alrededor. De vez en cuando noto como pasa su mano por mi cuerpo a la vez que me da vueltas. Me siento muy excitada. Un par de veces golpea las pinzas de mis pezones provocándome un delicioso dolor. Siento como mete un dedo en mi raja y luego me lo introduce dentro.

-          Así me gusta, que estés preparada para mí.

Noto como se aleja y escucho ruidos que no sé identificar. De repente comienza a sonar por el equipo musical el disco “Muerte y Vida” del grupo Avalanch. Sabe que me encanta ese disco, que me recuerda a nuestra relación, los dos tienen la misma fuerza e intensidad, los dos expresan la necesidad de que exista una antitesis, vida y muerte, dominación y sumisión, dolor y placer. Comienza con “Ángel de la Muerte”, su estribillo me recuerda a mi Amo. Me siento transportar por la música.

Siento como mi Amo comienza a besarme, profundamente. Luego me quita las pinzas de los pezones, provocándome cierto dolor, y comienza a masajearlos y entonces sí que me duelen de verdad. Comienza a besarme de nuevo pero sin dejar de masajear mis tetas, haciendo que el dolor se convierta en un placer anhelante. Cuando se retira siento como pasa su dedo por mi coño y luego huelo mi olor. Ha acercado su dedo a mi nariz.

-          Delicioso...

Mi Amo ha debido de saborear mis flujos ya que no puedo verlo, pero hace que me excite sobremanera. Saber que le gusto, saber que me puede usar y que va a disfrutar de mi.

Comienzo a sentir una vibración en mi coño. Ha conectado un vibrador pero con la música no lo había escuchado y no me lo esperaba. Comienzo a sentir como vibra mi clítoris, empieza una espiral de placer que va expandiéndose por mi cuerpo. De repente noto como se introducen dos dedos en mi coño y empiezan a follarme. Esa espiral se va convirtiendo en un remolino atroz. No puedo correrme. Intento respirar rápidamente para no hacerlo. Pero la vibración en mi clítoris me esta volviendo loca.

De repente se detiene todo: dedos, vibrador, música... Reina el silencio. Sólo escucho mi respiración agitada y los latidos de mi corazón retumbando en los oídos.

-          Hoy voy a ser bueno contigo, mi perrita, porque últimamente te estas portando muy bien. Voy a dejar que te corras todas las veces que quieras sin que yo te deje lo permita.

Es la primera vez que me deja hacerlo. Sabia que hoy iba a ser una noche especial. No sé como mostrarle mi gratitud.

Comienzo a notar como desde atrás una mano empieza a acariciar desde mi coño hasta mi culo, una y otra vez, calentándome todavía más. Noto como abren mis nalgas y empiezan a estimular mi culo. Escucho la voz de mi Amo:

-          Inclínate hacia adelante pero sigue con las piernas abiertas.

Lo hago, sin cerrar mis piernas doblo mi cuerpo hacia adelante dejando expuesto todo mi sexo y mi culo. Noto como una lengua comienza a saborear mi culo, baja hasta mi coño y vuelve a subir. Se recrea en él. Estoy empapada. Dos dedos comienzan a entrar en mi coño y comienzan a entrar y salir mientras la lengua no para de saborearme. De repente comienzan a meter un dedo en mi culo también. Me siento morir. Estoy esperando la orden para correrme cuando pienso que puedo hacerlo cuando quiera. Si en ese mismo momento me lo hubiera ordenado me hubiera corrido pero necesito la orden. Noto como otro dedo intenta entrar en mi culo. De repente estoy follada por lo que yo creo que son dos dedos en mi coño y dos dedos en mi culo. Estoy muriéndome de las ganas de correrme pero sigo necesitando la voz de mi Amo. Entonces noto algo en mi clítoris y a continuación escucho el sonido característico: el vibrador.

-          Como me gusta cuando te corres – escucho decir a mi Amo.

Creo que no tardo más de un segundo al escuchar sus palabras, me sacude tal orgasmo que mi cuerpo tiene sacudidas, Comienzo a gritar mientras las oleadas de placer van extendiéndose por mi cuerpo. Cuando termino noto como sacan los dedos de mi cuerpo y me siento vacía.

-          ¡Dios! Que perra más caliente tienes. - Escucho esa voz detrás de mi y no es la de mi Amo.

Me incorporo lo más rápido que puedo, pero mis piernas me tiemblan tras el devastador orgasmo. Noto un sudor frío que va cubriendo mi cuerpo. Poco a poco mi mente va situándose y empieza a entender muchas cosas: la música para no escuchar a quien entraba, tanta estimulación que un hombre solo no podría hacer... La voz de mi Amo me hace volver a concentrarme.

-          Recuerda que esta noche puedes correrte las veces que quieras, aprovéchalo.

Sigo intentado comprender la situación cuando noto como me agarran del collar y tiran hacia abajo.

-          De rodillas, mi perrita.

Lo hago e inmediatamente noto una polla en mi boca. La saboreo y conozco muy bien su sabor, es la de mi Amo. Me olvido de todo. Comienzo la mamada con ímpetu, estoy muy excitada. Saboreo todo lo que puedo hasta que noto que llega más hondo en mi garganta provocándome arcadas. La saco para poder respirar pero me agarran de la cabeza y la vuelven a meter al fondo de mi garganta, cortándome la respiración. Espero impaciente a poder respirar hasta que las manos aflojan su agarre. La polla sale y puedo inhalar y tragar, pero en ese momento otras manos me giran un poco la cabeza y repiten la operación. Noto la otra polla en mi boca y garganta, es igual de grande que la de mi Amo, le hago sitio pero vuelvo a sentir la necesidad de tomar aire, de tragar. Me permite hacerlo cuando la saca, pero a la vez que me entra una gran arcada. Acercan esa polla a mi boca y sigo con la mamada, chupo los huevos y los lamo, subiendo luego para succionar con energía arriba y abajo, cuando voy a retirarme vuelven a forzar mi cabeza y a meter la polla hasta la garganta de nuevo. Vuelvo a notar que me asfixio pero no aflojan el agarre.  Los latidos de mi corazón retumban en mis oídos, me retumban en el pecho, pero no me sueltan. Empiezo a moverme para que sean conscientes de que estoy al límite y entonces es cuando me liberan y con otra arcada intento tomar el aire que me falta. Me dan una pequeña tregua y otras manos vuelven a dirigirme a la polla de mi Amo volviendo a repetir el proceso. Así estoy hasta lo que me parece una eternidad. Siento arcadas y asfixia, pero a la vez oigo los gemidos de placer que estoy provocando y hacen que no quiera dejar de hacerlo en toda la noche.

Cuando me liberan tengo la garganta y la mandíbula doloridas pero por fin puedo respirar. Siento que me levantan del suelo por el collar y me guían de forma que creo que me van a hacer sentar en el sillón, pero tengo una polla preparada para entrar en mi culo. Poco a poco me voy sentando encima de ella y noto, con dolor, como va dilatándose mi ano hasta que la tengo dentro. Comienzo a subir y bajar y otra vez empieza una espiral de placer subiendo por todo mi cuerpo. Noto en mi boca la otra polla y sin dudarlo intento mamarla como puedo debido a las subidas y bajadas y los brazos encadenados a la espalda. Cuando la polla de mi boca me deja otra vez comienza el vibrador en mi clítoris y a la vez estimulan una de mis tetas. Las manos en mis caderas hacen que suba y baje con fuerza hasta que no puedo más y comienzo a tener un orgasmo descomunal.

Noto que me liberan de esta postura y me ponen de rodillas en el sillón, apoyando mi vientre en el respaldo. Siento como empiezan a follarme el coño con fuerza. Las embestidas hacen que mis grandes tetas se bamboleen y note pequeños espasmos de placer en ellas debido al dolor que todavía siento. Otra vez el vibrador en mi coño, hoy va a ser su noche. Y otra vez tengo un orgasmo que me deja jadeante y exhausta.

Me vuelven a agarrar del collar y noto como alguien me da un beso fuerte y exigente, es mi Amo. Creo que se lo que me espera y con ese beso hace que me prepare. Noto que me guían hasta tumbarme boca abajo, encima del desconocido, se que no es mi Amo, e introduce su polla en mi coño y siento como mi Amo intenta meter la suya en mi culo. Me siento tan llena que creo que voy a explotar y entonces comienzan a moverse, primero de forma lenta aprendiendo a llevar el paso y luego más rápida. Mi Amo me sujeta de los brazos encadenados hacia atrás haciendo que curve la espalda y deje mis tetas al desconocido que de vez en cuando lame y muerde los pezones. Estoy en tal estado de éxtasis que empiezo a tener varios orgasmos, uno detrás de otro, mientras siguen follándome los dos a la vez. Pierdo la noción del tiempo hasta que me liberan y me hacen poner de rodillas. Me quitan el antifaz y cuando mis ojos se acostumbran a la luz veo a mi Amo y al chico moreno que me gustó del bar, antes de que eyaculen sobre mi. En ese momento entendí porque llegué yo antes al coche que mi Amo.

Después de unos segundos el chico se inclina y me besa en la frente.

-          Adiós, princesa, ojalá nos volvamos a ver.

Dicho esto, mira a mi Amo, como agradeciéndole la noche, se viste y se va.

Mi Amo me quita las esposas y siento como me duelen las articulaciones de mis hombros pero me levanto y le abrazo. Nos damos un beso y no nos decimos nada. No hacen falta palabras.

Xana{A_m}