Relación 24/7 (1)

Como comienza nuestra relación 24/7 y se puede llevar al borde de la locura a una sumisa

Mis primeros días viviendo con mi Amo han sido los mejores que he conocido. Ahora le estoy esperando, tiene que venir de trabajar. Yo hoy he salido un poco antes del trabajo porque quiero sorprenderle. Le he preparado su comida favorita y me he vestido especialmente para la ocasión, poniéndome un bonito vestido de color negro y una

sexy

ropa interior elegidos por mi. Mi Amo elige toda la ropa que me compro y me indica como vestir todos los días. Esta noche quiero sorprenderle y por eso me he comprado algo para él. Me miro en el espejo haciendo un repaso de mi imagen. Me gusta lo que veo. Me he maquillado de forma que mis ojos grandes y verdes llamen la atención. Mis labios son carnosos y con el color marrón chocolate que llevo puesto se que cuando los entreabro a mi Amo sólo le dan ganas de meter su gran polla entre ellos. Sonrío, me encanta excitar a mi Amo. Mi melena rubio ceniza me llega a la mitad de la espalda. Tengo 25 años, mido 1,65 y peso 55

kgs

y el vestido negro realza mis formas sensuales y tentadoras haciendo que parezca más alta y estilizada. Otro rasgo que predomina en mí es mi culo pequeño y

respingón

, pero lo que más destaca son mis grandes pechos. Se que a mi Amo le gustan con sus grandes aureolas y sus grandes pezones. Quiero ver su cara cuando me quite el vestido y descubra mis grandes tetas que se encuentran en un sujetador negro de media copa,

exultantes

y expuestas a lo que él quiera. Descubrirá el

liguero

de color negro con las medias hasta la mitad del muslo sujetas del mismo color. En mis caderas y piernas creo que quedan perfectas. Y lo que no le pasará desapercibido es el

tanguita

del mismo color que hace que mi culito le llame a gritos.

Escucho como abre la puerta y voy a su encuentro. Le beso apasionadamente y le ayudo a ir al dormitorio y ponerse más cómodo mientras me cuenta que tal su día de trabajo. Nos sentamos a cenar y cuando terminamos le propongo tomar el postre en el salón. Le llevo de la mano hasta el sillón y le pido que se siente. Me quito lentamente el vestido y me complace ver en su mirada y con su sonrisa ladeada que le gusta lo que ve. Le quito la camiseta y me siento a horcajadas encima de él con una

tarrina

de helado en mi mano. Me quedo mirando embelesada a mi Amo, mi Señor. Tiene 35 años y con su 1,80 de altura, un cuerpo trabajado en el gimnasio y una mirada oscura y penetrante posee un aire de peligro que me excita sobremanera.

Juego con su precioso pelo negro. lo acaricio y juego a rozarlo con las uñas. Entrecierra sus ojos negros, se que le gusta. Inclina la cabeza hacia atrás y miro su boca tan sensual para una mujer, tiene unos labios de infarto, podría estar besándole toda la vida. Y eso hago, muerdo sus labios, primero el superior, luego el inferior. Paso mi lengua por ellos hasta que él me sujeta la cabeza y nos damos un beso devastador. Me aparto y sonrío, tengo otros planes. Le doy una cucharada del delicioso helado y tomo yo otra. Con la lengua helada comienzo a recorrerle la boca, el torso y el cuello. Luego me recreo en sus pezones, les pongo un poco de helado en cada uno y me lo como todo. Sigo disfrutando del sabor de mi Amo mezclado con el helado hasta que él me ordena que baje más. Le contemplo, a sus pies. Lentamente subo mis manos desde sus rodillas por su largas piernas hasta su polla, oculta todavía dentro del vaquero. Comienzo a acariciarla por fuera notando su ya gran erección. Poco a poco bajo la bragueta del pantalón y la libero quedando majestuosa ante mí. Le termino de quitar el pantalón. Tras tomarme otra cucharada de helado comienzo a lamerle los huevos y subo hasta tener su polla

completamente

dentro de mi boca. El helado queda olvidado y me centro en darle placer suavemente, deslizando mi lengua por todo su rígido miembro, como la perrita que soy lamiendo

tranquilamente

su hueso. Después de una rato largo, siento como me agarra de la nuca y me va guiando. Cada vez más duro, más exigente. Pero no termina, lo que hace es que me agarra de las manos y me pone de pie, me inclina sobre el respaldo del sillón y baja mi tanga a los tobillos. Noto que se va un momento y cuando regresa apoya con fuerza su mano en mi espalda para inmovilizarme. Siento una opresión en mi ano y noto como va introduciendo con cuidado un dilatador. Comienza a estimularme con él. Cuando se cansa lo deja dentro de mi ano y mete los dedos en mi coño, haciendo que me vuelva loca. Pero no me ha dicho que puedo correrme, tengo que esperar a escuchar su voz. Cuando cree que ya no puedo más saca sus dedos e introduce su polla. Comienza a follarme con fuerza mientras se apoya en mi espalda y hace que me sienta más sometida todavía. Siento que ya no puedo más y mi Amo me ordena que me corra y lo hago en un torbellino de placer. Al cabo de un rato siento que él hace lo mismo. Me permite incorporarme y me besa y abraza, pero me dice:

-

Disfrútalo

perrita, mañana vas a tener un día duro. Te mereces una recompensa por esta sorpresa, pero vas a tener que ganártela.

Al día siguiente no hay que trabajar y dormimos hasta tarde. Yo me despierto un poco antes y me quedo contemplando su rostro mientras duerme. Cuando dormimos relajamos las facciones de la cara y en ese momento no tiene ese aire de peligro que le caracteriza. Vuelvo a mirar sus labios y los acaricio, casi sin tocarlos, con la punta de mis dedos. Aunque ha sido sólo un roce, mi Amo abre sus preciosos ojos negros, me mira y me dice:

-          ¿Preparada para el día de hoy?

Tras levantarnos y ducharnos, le veo ir al teléfono a pedir comida preparada  y mientras esperamos a que la traigan, nos dirigimos a la habitación y de un cajón me da un paquete y me ordena que me ponga lo que tiene dentro. Hay un

corset

de encaje rojo y negro, un

liguero

, un tanga y las medias a juego. El

corset

se ciñe a mi cuerpo como un guante y levanta mis grandes tetas, las cuales parecen gravitar cuando mi Amo me lo ata con fuerza a la espalda haciendo que mi cintura quede más pequeña y mis tetas más levantadas todavía. Lo complemento con unos zapatos de tacón de color negro.

-

Recógete

el pelo.

Lo hago, subo mis brazos y me recojo la melena mientras mi Amo me pone el collar de perrita de cuero negro con tachuelas y engancha una correa de perro a la hebilla del collar.

-          Al suelo, voy a comprobar lo mojada que está mi perrita.

Caminando a cuatro patas me dirige con la correa hasta cerca de la cama, donde se sienta y se inclina hacia mí, aparta el tanga a un lado y mete los dedos en mi coño, lo que hace que me estremezca. Juega con sus dedos dentro de mi y hace que vaya subiendo mi excitación por momentos. Saca sus dedos y me acaricia el clítoris lentamente, vuelve a meter sus dedos en mi coño y los mueve como sólo él sabe hacerlo. Estoy tan caliente que solo quiero presionar mi coño contra su mano hasta correrme. De repente saca los dedos de mi interior y me da un azote en el culo.

-          No tienes permiso para correrte. Ahora,

pon

tu barbilla en el suelo y pega los brazos a tus piernas.

Me ata los brazos a las piernas haciendo que mi sexo y mi culo queden expuestos y no pueda hacer nada para remediarlo. Entonces llaman a la puerta porque traen la comida que habíamos pedido. Mi Amo sale de la habitación pero no oigo cerrarse la puerta,dejándome atada y expuesta. Oigo voces pero estoy de espaldas a la puerta con mi sexo totalmente expuesto y no se si el tipo que trae la comida me esta viendo o no.  Vuelvo a escuchar la puerta de la calle cerrarse y entra mi Amo en la habitación.

-          Tendremos que darnos prisa o se va a enfriar la comida.

Noto su polla en mi coño y me la mete

profúndamente

. No puedo moverme. Siento el

corset

apretándome, y los brazos inmovilizados. Noto que la vuelve a sacar y acaricia mi clítoris con ella,

perezosamente

. Vuelve a meterla en mi coño y la saca de nuevo. Entonces siento como empieza a estimular mi ano. Poco a poco va metiendo un dedo y después dos. Los deja dentro de mi culo y vuelve a meter su polla en mi coño y empieza a follarme sin tregua. Con la otra mano noto como toca mi clítoris. Creo que estoy al borde de un abismo, pero no puedo correrme. Siento sus dedos en mi culo, su polla en mi coño y la

estimulación

de mi clítoris hasta que mi Amo se corre, siento su calor dentro de mi, oigo su respiración entrecortada. Pero yo sigo al borde de un abismo al que no deja  que me arroje.

-          Vamos a comer, perrita.

Me desata y nos vamos a comer. Cuando terminamos recojo la mesa y friego con el conjunto tan

sexy

que me ha regalado y el collar de perrita puesto. Estoy terminando de fregar cuando siento el cuerpo de mi Amo que se pega a mi y me reclina sobre el fregadero. Siento su mano que se mete por detrás y entre mis piernas, y por encima de la tela de encaje del tanga empieza a estimular mi clítoris. Noto sus piernas separando las mías, no me deja que las cierre. Su otra mano acaricia una de mis tetas. Me la agarra entera y me empuja más hacia él, hacia su cuerpo. Luego empieza a acariciarme el pezón, lo alterna con algún pellizco en él, mientras sigue estimulando mi clítoris. Creo que voy a perder la razón si sigue así y no deja que me corra. Noto su boca en mi oreja y me susurra:

-          Lo estas haciendo muy bien, preciosa. Vamos a ver cuanto puedes aguantar hoy.

Se aparta de mi y me da la vuelta. Me quita el tanga y me sube a la encimera de la cocina. Me besa

profundamente

mientras me acaricia las tetas sacándolas por encima del

corset

. Del bolsillo del vaquero saca una pinzas y me las pone en los pezones. Sigue

masajeándome

las tetas con las pinzas puestas. De vez en cuando siento un

calambrazo

de dolor que se extiende desde mis pezones al resto del cuerpo. Me duele pero así soy más consciente todavía de su control sobre mi.

-          Abre las piernas.

Se agacha  y empieza a comerme el coño. Juega con su lengua. Primero

perezosamente

. Siento como agarra mi clítoris con sus labios y succiona. La vorágine de sensaciones que siento hace que no pueda ni respirar. Introduce sus dedos dentro de mi y los mueve. Se incorpora sobre mi y presiona su mano en mi coño, la mueve

frenéticamente

haciendo más presión en mi clítoris. Comienzo a gritar.

-          No puedo más, Señor.

-          No te corras sin mi permiso, perrita.

Y de repente para. Estoy mareada por no poderme correr. Me agarra del collar y me hace poner de rodillas en el suelo. Saca su polla y empiezo a comerla. Me hace tragarla hasta el fondo, rápida y profúndamente, hasta que se corre en mi boca. Cuando termina se la limpio suavemente.

Por la noche salimos como una pareja normal, pero siento que jamás he estado tan caliente como esa noche debido a toda la tensión sexual que llevo reprimida durante el día. Visto el

corset

tan provocativo combinado unos vaqueros azules claros elásticos que se ciñen tan bien a mi cuerpo y unas botas de tacón de aguja que me llegan por debajo de la rodilla. Me ha ordenado que no lleve ropa interior a excepción del

corset

. Se que estoy explosiva y me siento igual. En esta ocasión, salimos de bares y me gusta estar a su lado, sintiéndole. En la mitad de la noche nos encontramos en un bar lleno de gente. Mi Amo me hace pegarme a la pared y me besa y abraza apasionadamente, cada vez con más excitación. Llega un momento en que me oculta con su cuerpo y mete su mano dentro del vaquero. Al no llevar ropa interior no le resulta difícil llegar a mi empapado coño.  Sigue

besándome

y

abrazándome

en todo momento. Comienza a follarme con sus dedos mientras me tiene inmovilizada contra la pared. El bar esta lleno de gente que no nos dejan ni separarnos. Siento como vuelve a presionar con su mano mi coño y frota con fuerza mi clítoris. Mi cuerpo ya no es mio, es suyo. Todo lo que hay alrededor desaparece, comienzo a gritar mientras siento su mano moverse rápidamente en mi coño. Tras unos minutos me dice al

oido

:

-          Puedes correrte para mi, perrita mía.

Y lo hago, y si no hubiera estado abrazada a él, me hubiera caído al suelo. Mi Amo me ha dado la mejor de las recompensas.

xana

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