Rehaciendo a los exterminadores

Primera parte de la coleccion, para fanaticos de Inuyasha. Sango y Kohaku regresan a su aldea despues de derrotar a Naraku, deben rehacer su aldea y a su clan y un sueño de Sango les mostrará el camino.

Finalmente la pelea contra Naraku había terminado y el grupo de Inuyasha se había separado. Sango había regresado a lo que quedaba de su aldea únicamente con su hermano Kohaku al fin libre del poder maligno de Naraku. Sango se encontraba muy triste pues ahora tenía que intentar continuar con su vida después de todo lo ocurrido.

Una noche, Sango dormía pensando en lo que podía hacer de ahora en adelante cuándo tuvo un sueño, en este se encontraba con su padre de nuevo.

-¡Padre! –Dijo Sango casi apunto de llorar al verlo.

-Hija, al fin has regresado a casa.

-Si padre, y ya te he vengado a ti a nuestros amigos, pero ahora no se lo que debo hacer

-Tienes que rehacer nuestra aldea.

-Pero ¿cómo?

-Necesitamos sangre joven.

-Pero solo quedamos Kohaku y

De pronto, al pensar en lo que su mente había adivinado Sango despertó asustada, sudaba frió y su corazón latía fuertemente mientras intentaba calmar su agitada respiración. Del otro lado de la habitación estaba Kohaku, durmiendo tranquilamente. Sango se sonrojó de pronto mientras miraba a su hermano y recordaba lo de aquel sueño, pero ¿había sido un sueño realmente?, quizás era algo que suponía debía hacer o peor aun, quería hacer.

-Pero es solo un niño

Durante los siguientes tres días aquella idea repicaba en la mente de Sango como un martilleo incesante. Estaba callada siempre y evitaba ver a Kohaku, cosa que el chico notó de in meditado.

-Hermana, ¿acaso hay algo que te moleste? –Preguntaba Kohaku mientras tomaban el desayuno.

-¡¿Cómo?! No, nada, de verdad –Respondió Sango desviando la mirada mientras sus mejillas se sonrojaban aun más y aquella idea regresaba a su mente.

-No digas mentiras hermana, ¿acaso es por mi?, es que ¿todavía estas enojada por todo lo que hice?

Sango regresó la mirada al pequeño Kohaku y lo vio tan triste que su corazón se conmovió.

-Kohaku, perdóname, no es que, he pensado mucho en lo que haremos de ahora en adelante

-Yo también hermana, ¿acaso vamos a seguir aquí nada mas? Yo quiero reconstruir la aldea.

-Si, yo también, pero… -Finalmente, tomando fuerza de voluntad, Sango se dio cuenta de que tenía que decírselo de todas maneras-, Kohaku, yo, tuve u sueño el otro día donde vi a papá y creo que ya se que es lo que tenemos que hacer.

-¿A papá? Pero ¿Qué es hermana?, dime ya

-Tenemos que reconstruir nuestra aldea… -Dijo Sango con la mirada baja.

-Eso ya lo se.

-No, tú y yo, tenemos que reconstruir todo desde el comienzo, solos tú y yo… Kohaku –Sango se atrevió a mirar a su hermano a los ojos y después de tragar saliva se atrevió a decirlo-, tenemos, tenemos que

Entonces Kohaku comprendió de qué se trataba todo, él mismo se sonrojó al entenderlo.

-Kohaku, tenemos que tener un hijo

Por un largo momento hubo silencio, ninguno de los dos sabía que decir. Kohaku pensó en muchas cosas, pero sobre todo en lo que pasó cuando estaba bajo control de Naraku, cuando no recordaba del todo a Sango, en esa ocasión se había enamorado de ella y aun sentía algo en su interior, realmente era una chica bellísima y de una figura preciosa, si tenía que ser así el lo aceptaba.

-Hermana, yo

-Pero si tú no quieres no Kohaku –Dijo Sango apresuradamente con el temor de que el chico se enfadara.

-Si crees que es lo que tenemos que hacer –Dijo Kohaku sonrojado y apartado la mirada más fingidamente que otra cosa.

-Si, perdóname Kohaku.

-No te disculpes, eres tu la que se embarazará, tu eres quien se sacrificara.

Sango no dijo nada, ya era la respuesta definitiva, lo harían, sería el primer paso para revivir a su aldea de exterminadores desde el comienzo.

-Esta… ¿esta noche está bien hermana?

-Si Kohaku, esta bien.

Sango pensaba en terminar con eso lo más pronto posible, en cambio Kohaku estaba apresurado por que sucediera.

Durante el resto del día se vieron poco y hablaron mucho menos, Sango pensaba en lo que estaba apunto de hacer mientras que Kohaku ya no esperaba para poder estar con ella.

Finalmente llegó la noche, Kohaku llegó y se paró frente a la casa y respiró profundo, se había vestido bien e incluso le había traído flores a su hermana, ahora que lo pensaba era algo tonto, dio un profundo respiro y entró al lugar. Sango estaba allí esperándolo, estaba hermosa, más que de costumbre, se había preparado bien y se había peinado el cabello con más cuidado que de costumbre, incluso era posible oler el perfume de flores que llevaba. Vestía con un kimono que Kohaku no conocía (un regalo de Ahome).

-Ho, hola hermana

-Hola Kohaku –Respondió Sango sonrojada al ver al chico.

-¿Estás lista?

-Si, digo, si tú quieres.

-Si, pero yo… -Kohaku extendió las flores mientras la sonrojada chica las tomó.

-Gracias.

Al fin los dos se dispusieron a poner manos a la obra. Para aligerar un poco las cosas bebieron un poco de sake y por pedido de Kohaku 8que Sango aceptó solo para facilitar todo) se dieron un único beso muy ligero, ni siquiera se encontraron sus lenguas.

Sango apagó la vela y se recostó, era lo que Kohaku siempre había deseado, pero no estaba seguro de cómo hacerlo, ella no parecía corresponder le sentimiento y solo lo hacía por deber. Kohaku se acercó a ella y le desató el kimono, pudiendo ver su hermoso cuerpo desnudo, tenía unos senos redondos perfectos, su cintura era estrecha y su cadera era amplia y atractiva, sus piernas torneadas eran divinas y su piel mas blanca de lo que se imaginaba. Después de observarla un momento Kohaku se desvistió, estaba ya listo después de solo mirarla; Sango no parecía atreverse a mirar.

-¿Estas lista hermana?

-Si –Respondió débilmente la chica.

Kohaku se recostó a su lado y los dos voltearon para quedar frente al otro. No habían planeado la forma de hacerlo, solo la idea de hacerlo era suficiente para pensar un buen rato. Kohaku puso su mano nerviosamente en la cadera de Sango como si dudara, ella apreció asustarse pero lo permitió. Kohaku acercó su cadera al la de Sango para comenzar pero de pronto ella habló.

-Kohaku

-¿Si hermana?

-Es mi primera vez también

Entonces Kohaku tomó la indirecta, tenía que hacerlo suavemente y con cuidado para no lastimarla demasiado, así que se le ocurrió una idea. Comenzó a lamer sus propios dedos y luego los dirigió a la vagina de la chica, ella preció sorprenderse y suprimió todo lo que pudiera decir. Kohaku frotó sus dedos un rato, luego volvió a metérselos a la boca aprovechando para saborearlos un poco y repitió esto un par de veces, al ultimo metiendo su dedo mas profundamente, luego dos y aspa hasta que pareció ser suficiente.

Finalmente comenzaron con lo difícil, Sango parecía no querer hacer demasiado, pero Kohaku estaba conforme con hacer lo que podía. Debido a la vergüenza ninguno se movió de esa posición y Kohaku apoyó firmemente su mano en la cadera de Sango y acercó su pene.

Primero comenzó a introducir por la punta, entrando fácilmente y sintiendo un goce exquisito de penetrar a la chica que mas amaba; luego continuó suavemente hasta penetrarla del todo, no fue difícil y no había causado dolor a la chica. Kohaku estaba tan extasiado de felicidad y placer solo de penetrarla que reprimió con todas sus fuerzas un gemido o alguna palabra de cariño, nos e atrevía a mirar a Sango a los ojos, solo miraba sus senos (le quedaba como a esa altura) que deseaba besar pero no se atrevía.

Después de quedarse quieto unos minutos comenzó con lo que tanto anhelaba, empezó a moverse lentamente y con mucho cariño, tratando aun de no lastimarla y de hacerla sentir bien pero interiormente deseando hacerlo con toda su fuerza y amor, de atrás hacía adelante, cada vez moviéndose mas fuertemente y sacando mas su pene, aunque nunca lo sacó del todo; pese a que intentaba no demostrar cuanto le gustaba no se detuvo ni un segundo mientras fingía que el movimiento era mas fuerte para mover la cadera de Sango que sostenía e intentar acariciarla.

Mientras el ritmo comenzaba a hacerse mas fuerte y seguro Kohaku pensó que Sango no diría nada, pero luego se percató de un pequeño sonido de respiración agitada, casi un gemido, al mismo ritmo de las embestidas. Kohaku estaba muy feliz en ese omento, su querida hermana, su amada Sango, la mujer de la que estaba enamorado era suya, le estaba haciendo el amor, o al menos eso pensaba.

El vaivén continuó varios minutos, de pronto Kohaku dejó escapar un pequeño suspiro. Sango colocó su mano en el hombro de Kohaku como apoyándose un poco en él, por la sorpresa Kohaku se detuvo. Sango pensó que había hecho algo malo y que quizá Kohaku lo sintió como una señal de rechazo, pero ya llegados a ese punto no había más que hacer que terminar con todo eso. Sango acercó suavemente a Kohaku a ella mostrándole que debía seguir, el chico feliz apoyó su cabeza e el pecho de su hermana y sostuvo su cadera con mas firmeza y comenzó de nuevo las embestidas, la penetraba insistentemente, sin detener el movimiento ahora mas dulce y sensual, sin dejar de entrar y salir de ella.

Al final pareció que el movimiento era mucho mas fuerte, Kohaku sacó todo su pene de la chica y la penetró del golpe por completo, incluso la empujó, fue algo gracioso la manera en que sucedió, pero por un instante quedaron completamente pegados, e incluso Kohaku aprovechó para besar el pecho de sango solo una vez suavemente, aunque la chica se percató no dijo nada. En ese empujón Sango sintió como Kohaku terminaba en su interior y le gustó, incluso reprimió una pequeña risa de placer y de recordar como la penetro de golpe empujando su cadera como si fuese un golpe, sin embargo ella no correspondía un sentimiento tan intenso, lo amaba como hermano y un poco mas después de esa noche claro, pero eso era todo para ella.

Luego permanecieron así unos minutos, hasta que Kohaku salió de su hermana y el silencio reinó por un momento más. Luego se abrazaron fuertemente, mas bien Sango abrazó a Kohaku sin decir nada contra ella, pero el notó como una lagrima se escapaba de sus ojos.

-Perdóname hermana

-No, Kohaku, gracias, estoy seguro de que hemos hecho lo correcto… y que papá y todos los demás así lo hubieran querido.

Finalmente se besaron dulcemente y se quedaron dormidos así, desnudos y abrazados, pero quien sabe lo que ocurriría después de esa noche, no solo su relación, sino algo mas que les esperaba.

Espero les haya gustado la historia, es solo la primera parte así que espero sus comentarios y me digan que les pareció, escriban a este mail:

f-sangre@hotmail.com Gracias.