Rehaciendo a los exterminadores (2)

Continuacion del relato anterior. Ante el fracaso damos comienzo a la parte dificil de la historia para los protagonistas.

Había pasado ya una semana desde aquella vez que Sango y Kohaku habían intentado tener un hijo para rehacer su aldea, sin embargo las cosas no habían salido como lo esperaban, Sango no había quedado embarazada. Era una situación preocupante, sobre todo para Sango, pues ahora se encontraba entre la espada y la pared.

Desde aquella primera vez no se había tocado el tema, sin embargo era necesario que estuvieran pendientes de la situación, peor este fracaso era algo inesperado.

-Entonces no funcionó –Decía Kohaku mientras platicaban afuera de la casa y Sango observaba las tumbas de sus amigos.

-No Kohaku, y creo –Sango apretó un poco el puño-, que debemos intentarlo de nuevo, tenemos que terminar con esto.

Para Sango era algo que prefería evitar, sin embargo ponía le deber ante todo, en cambio Kohaku estaba feliz al escuchar que de nuevo podría tener a su hermana, de nuevo podría acostarse con la mujer que amaba, que de nuevo podría hacerle el amor a Sango; hubiera preferido que fallaran una y otra vez y estar haciéndolo para siempre y quien sabe, quizás Sango llegara a corresponderle algún día o dejarían de comportarse como hermanos para ser marido y mujer, pero esto era solo un sueño de Kohaku, además ansiaba tanto verla embarazada de él que debía hacerlo.

-Quizás fue, pues… la manera en que lo hicimos –Dijo Kohaku apartando la vista.

-¿Cómo?

-Si, fue un poco frió, no creo que así sea como se debe tener a los hijos

Sango no respondió nada y se quedo pensando un momento en eso, de verdad ella había sido algo distante pero era por que simplemente no deseaba tanto hacerlo como Kohaku, sin embargo quizá tuviera razón y solo necesitaban un poco mas de… empeño.

Esa misma noche lo intentaron de nuevo. Sango esperaba a Kohaku recostada entre las suaves sabanas de ceda mientras miraba a todos lados pensando en muchísimas cosas, de pronto Kohaku llegó, se había retrazado por ir a buscar leña, era un noche algo fría y quería que Sango estuviese lo mas cómoda posible.

-Hola hermana –Dijo Kohaku al llegar y comenzó a colocar unos cuantos leños al fuego.

-Hola Kohaku –Respondió Sango casi sin ánimos.

Kohaku se acercó a ella para recostarse a su lado igual que la última vez, pero antes de que se acercara si quiera Sango se incorporó rápidamente.

-Espera, no, no hagas eso….

Kohaku pensó que Sango se había arrepentido y sintió que el corazón se le partía, sin embargo notó pronto que ella ya estaba desvestida, solos e cubría algo tímidamente con la sabana, después de todo no estaba arrepentida porque ni siquiera se había levantado o ido por su ropa, de hecho aun estaba sonrojada como la primera vez que lo hicieron. De pronto Sango apartó la sabana que la cubría mostrando su hermoso y perfecto cuerpo que Kohaku tanto anhelaba ver, parecía haber pasado una eternidad desde que la vio desnuda la última vez, aunque solo fue ayer.

-Ven –Dijo Sango suavemente extendiendo sus brazos.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Kohaku y se quitó la ropa en un suspiro para acudir a los brazos de la mujer que amaba. Sin embargo Sango no había llegado a sentir algo mas profundo por Kohaku, pero estaba dispuesta a fingirlo si era necesario para quedar embarazada, se sentía mal por hacerlo pero era algo que no podía evitar.

Sango se recostó de nuevo, ahora con Kohaku sobre ella. El chico sin esperar más comenzó a acariciar a su adorada, estando sobre ella y con su cadera entre las hermosas de Sango no podía pedir más. Se besaron dulce y suavemente un par de veces, pero lo dejaron rápidamente, sin embargo Kohaku continuó besando a su hermana en las mejillas y en el cuello con desesperación, alfil podía decir que hacían el amor, al menos eso era lo que él creía.

Mientras Kohaku se perdía en pensar que parte del cuerpo de su hermana no había acariciado ella solo lo abrazaba fuertemente, de vez en cuando frotaba sus piernas con las caderas del muchacho (se dio cuenta de que le gustaba un poco el movimiento) y fingía acariciar su espalda o algún pequeño gemido, pero eso era todo, afortunadamente era suficiente para Kohaku.

Las caricias y besos continuaron unos minutos más, pero pronto comenzaron con lo que tenían que hacer, para Sango un deber que cumplir y para Kohaku un deleite. Kohaku se separó un poco de Sango y se colocó en medio de sus piernas abiertas, sujetó la cadera de su hermana con firmeza y con ambas manos mientras ella separaba las piernas un poco mas para no estorbarle. Kohaku comenzó de nuevo con la penetración muy lenta y suavemente mientras Sango apretaba las sabanas fuertemente y cerraba los ojos y tragaba saliva al sentir que era penetrada. Pronto el goce de Kohaku terminó al sentir a su hermana penetrada del todo.

Sin esperar mas Kohaku comenzó con los movimientos de entrada y salida que tanto disfrutaba. La penetración continua se hizo mas rápida y fuerte, si embargo se alargó mas de lo pensado, era como si Kohaku no quisiera llegar al final; Sango no lo notó de inmediato ya que por le retrazo del chico estaba comenzando a disfrutar el asunto. Finalmente Sango se percató de todo, pero en ese momento la atacó el primer orgasmo de su vida que nunca vio venir, arqueando su espalda y emitiendo un fuerte gemido que enloquecería a cualquiera.

Sango se dejó caer en la cama algo cansada, pero Kohaku aun no se detenía en su interior parecía disfrutar cada segundo, cada embestida y cada goce que podía producir en su hermana por pequeño que fuera.

-Ko, haku… -Dijo Sango débil y agitadamente-, por favor

Kohaku comprendió, Sango le rogaba por que terminara, para él resultaba triste pero había conseguido hacerla feliz por un instante. Repitiendo lo de la vez anterior, Kohaku tomó a Sango por las caderas con mas fuerza y salió de su cuerpo casi por completo para luego penetrarla con todas sus fuerzas hasta levantarla un poco y hacerla hacía adelante también, Allí mismo termino en su interior demostrando que se había reprimido mucho solo para verla llegar al orgasmo. Sango contuvo las ganas de reírse, siempre le causaba risa la manera en que terminaba con esa fuerza, le causaba un poco de dolor pero era suprimido por el gusto, aun así había disfrutado todo eso.

Kohaku se tendió sobre ella un momento mientras recuperaban el aliento y no sacó su pene de ella todavía. Después de nos momentos Se separaron y Kohaku se recostó al lado de Sango ya fuera de ella y se abrazaron. Se besaron unos momentos mientras Kohaku disfrutaba de sentir la suave piel de su hermana y sonreía dulcemente. Sango notó lo que pasaba en la mente de su hermano y se sintió mal por fingir (aunque algunas cosas si le habían gustado).

-Kohaku

-¿Si hermana? –Dijo Kohaku mientras colocaba su cabeza en el pecho de Sango para descansar.

-Yo

Sango intentó confesarle a Kohaku lo que sentía, que ella realmente no lo amaba como pareja, lo adoraba como hermano y quizá un poco más, pero no lo contemplaba de otra manera. Pero en ese momento el destino hizo una mala jugada.

Afuera se escuchó un extraño sonido, alguien rondaba por el lugar, al parecer eran varias personas, pronto se escuchó que entraban en la aldea.

Continuara.

Bueno, ojala esta parte les guste, espero los comentarios también por favor. El mail es f-sangre@hotmail.com Muchas gracias por tomarse el tiempo de leerlo y nos vemos en la siguiente parte.