Regreso el viejo francés me muestra como la fo
Me incorpore y quitándome el pantalón rápidamente deje al descubierto mi empalme descomunal que lleve rápidamente al lado de la del francés para que mi mujer jugara con las dos.
Regreso a casa tras una par de semanas fuera por trabajo y aunque estaba al día de los acontecimientos de mi mujer con el maduro francés pues ella me había contado todo al detalle, sí que sentía curiosidad por conocerlo y ver la reacción de el ante mi consentimiento y aceptación en el tema del sexo con mi esposa.
Entre a casa y mi primera sorpresa es encontrarlos a ambos en el salón con una copa esperando mi llegada, y ciertamente fue muy grato comprobar que no se había equivocado nada en la descripción del él y más aún ver con el desparpajo y naturalidad con la que actuó ante mi presencia, pues realmente demostraba que estaba acostumbrado a este tipo de relación que no todos admiten aunque en su interior muchos sueñan con ella.
Tomamos unas cervezas charlando y conociéndolo un poco más, resultando un tipo muy divertido para su edad y suelto en todos los sentidos pues alababa mi postura aunque el fuese un beneficiado al poder disfrutar de mi esposa, diciendo que si no lo aprobaba más, no pasaba nada y quedamos como amigos.
Le dije que no que todo lo contrario pues mis sueños son los tríos y donde más disfruto y más con gente madura como el que además era bastante atractivo.
Me dijo que me entendía y cuando quisiera estaba dispuesto a ayudar aunque él no era bisexual podría adaptarse a algún juego erótico sin problemas.
Entre medio de la conversación me dijo si me había dado cuenta que mi mujer me estaba esperando sin bragas, a la vez que está sentada frente a mi abrió las piernas para que lo comprobara a la vez viendo se había rasurado por completo el conejito, luciendo con un brillo que me hizo respingar mi polla.
Que conste, dijo el, me he aguantado sin meterle mano para dejar que seas tú el que disfrute esta noche de ese manjar aunque ganas no me faltaron cada vez que miraba entre esas piernas y veía lo bien que lo hemos dejado preparado.
Ahhh pero es que tú le has ayudado a arreglar y rasurarlo? le dije medio en broma … espero que solo se quedara en eso y no esté ya usado hoy, prefiero un conejito hoy de primera mano aunque no me importa tener ayuda.
Me dijo que solo le había afeitado al pedírselo ella aunque no pudo contener una erección de escándalo que mi mujer quiso apaciguar pero me negué no sin pena, porque sabía llegabas tú.
Pues te lo agradezco pues ganas de comerlo tengo, a la vez que me arrodillaba sin tapujos delante de mi mujer y subiéndole la falta hasta la cintura la atraje hacia el borde del sofá y comencé a comérselo suavemente.
Bueno veo que quizás estorbo hoy aquí, les dejare solos en esta fiesta, dijo el francés al a la vez que se levantaba para irse, parando yo un segundo y diciéndole que no hacía falta que se fuera que se podía quedar y montar una buena fiesta los tres.
Mi mujer le dijo, anda no seas tonto y saca ese palo tieso duro y grande que vea mi marido lo bien equipado que estas.
Bueno si insisten dijo el picaronamente, mientras soltó el pantalón y dejándolo caer dejo al descubierto aquel arsenal que ciertamente me sorprendió pues no lo esperaba tan grande y grueso y más la buena proporción de aquellos dos huevos peludos que me hizo empalmar de golpe pensando mi mujer lo que disfrutaba con semejante armamento.
Se acercó a la cara de mi mujer y poniéndose de rodillas sobre el sofá, se la ofreció a que comenzara a comérsela, no haciendo ascos mi esposa a semejante pollon al que trataba de meterse en la boca no sin dificultar por el grosor del mismo.
Yo le comía el coño y miraba con el rabillo del ojo como ella degustaba y agarraba sus pelotas que estrujaba con cara viciosa a la vez que el gemía agradeciendo aquella jugosa mamada.
Sonia gemía ante mi jugosa comida de chochito y para mi placer y disfrute se corrió rápidamente en mi boca gimiendo sin soltar de la suya el cabezón al que daba cuenta con desespero.
Me incorpore y quitándome el pantalón rápidamente deje al descubierto mi empalme descomunal que lleve rápidamente al lado de la del francés para que mi mujer jugara con las dos.
Note y notamos los tres que aunque no la tengo pequeña, ciertamente al lado de aquel pollon la mía parecía la mitad de aquel tronco grueso y duro, aunque ciertamente era resultona pues la tenía bien dura y mi mujer alterno chupando las dos un buen rato, si bien la mía si le entraba bien en la boca hasta la garganta.
Aquel maduro cuando me la chupaba le restregaba el cabezón por la cara y le golpeaba suavemente con ella incluso en el tronco de mi polla, notando uno el peso y el grosor de aquel rabo.
Le dije sin tapujos que estaba bien equipado que era una envidia aquel enorme rabo, diciendo que agradecía los halagos y que ya sabe está dispuesto a echar una mano cuando hiciera falta.
Junto mi mujer las dos cabezas y las restregaban ambas mientras su lengua la lamia, haciéndonos gozar a ambos muchos pues la cara y los gestos de vicio del francés lo delataban y no menos mi rabo duro que ya supuraba gotas por la punta.
Desvestimos a mi mujer del todo y nosotros también, sorprendiéndonos el al tomar a Sonia en brazos y mirándome, dijo vamos a tu cama que esta hembra esta ya con falta de una buena monta y si tardas un poco voy a cogerla yo primero.
Le seguí sus pasos, y llegando a la cama el, la dejo caer con delicadeza a la vez que su mano comenzó a jugar con su sexo mientras yo la bese y bajaba a comer sus pezones.
Sonia estaba extasiada de placer gimiendo antes nuestras caricias y comidas y su sexo abierto en flor pedía a gritos se la metieran ya.
Me acerque con la polla en la mano a la vez que el separo la boca de la jugosa comida que le estaba comenzando a dar y frotándole mi cabezón por la puerta le hice levantar la cadera de gusto mientras me pedía se la metiera, aguantando yo en la puerta y solo metiéndole a penas la cabeza se la restregaba fuerte, notando la excitación de Sonia que gemía como hacía tiempo no la había visto.
Agarro como una posesa su pollon por el tronco y mirándolo con cara de viciosa, le dijo métemela tú que este me tiene en ascuas y que vea como me follas.
El intento esperar que yo fuese el primero esa noche pero el morbo de verla clavada por aquel rabo me hizo desistir de mi juego y le dije, toma el turno que después ir yo.
Se puso entre sus piernas y sin miramientos agarro su rabazo y tras apuntar su cabeza en la puerta y empujar para que esta entrara suavemente se dejó caer sobre Sonia empalándola por completo, soltando esta unos alaridos de placer que me encendieron como un poseso.
Agarre mi rabo y se lo lleve a la boca apartando el cabeza hacia un lado pues la estaba besando a la vez que su cadera subía y bajaba con armoniosos movimientos haciendo Sonia disfrutara de lo lingo pues sus gemidos la delataban y sus manos sobre el trasero del viejo francés al que presionaba para que siguiera follándola.
Me la chupaba entre gemidos y pensé incluso recibir algún mordisco pues estaba como loca clavada por aquel galo que la follaba como los ángeles disfrutando los tres con aquel trio salvaje.
Pensé se iba a correr en esa postura pero se levantó y la puso al filo de la cama llevándose sus piernas a sus hombros y volviéndosela a clavar de un golpe sexo que hizo ella gritara pues le dolió la embestida aunque esta se transformó en segundos en placer.
Me dijo dirigiéndose a mí, follale las tetas que me veras como se pone de loca, haciéndole caso y sentándome en su pecho con cuidado agarre sus pechos y se la metí en medio pajeando mi rabo entre sus pechos a los que sujetaba fuertemente.
Mi mujer exploto en un orgasmo descomunal pues su cuerpo se convulsionaba como hacía tiempo no la veía así, mientras el aceleraba su ritmo y gemía como un toro bravo mientras embestía con más fuerza hasta comenzar correrse, pues sus bramidos lo delataron así como su golpes seco mientras descargaba e inundaba el coño de Sonia.
La saco aun goteando e impregnada en su leche mientras intentaba recuperar el aliento, levantándome para ocupar su puesto, sorprendiendo a mi mujer pues esta pensó iba a follar su sexo mojado y empapado por los jugos del galo, pero para la sorpresa de ambos la gire y apuntando a su trasero sin dilaciones puse la punta en la entrada y sin miramientos se la metí.
Sonia grito y dijo no por ahí no, pero ya era tarde, ya andaba sobre ella cabalgando su trasero, encendido como un semental tras haber visto el polvazo le había dado en mi presencia.
Los gemidos de dolor se trasladaron en poco en placer y el agujero se dilato correctamente para recibir mis embestidas que no tardaron en acelerarse y descargar toda mi leche en aquel sufrido agujero, dejándola a ella sobre la cama con los dos agujeros repletos y bien trabajados.
El francés se había quedado sobre la cama viendo sin perder detalle mi monta, y cuando esta término, dijo bravo….bravo veo venias con ganas y tu mujer al final agradeció también tu polvo.
Mi mujer me miro diciendo que la había sorprendido y que me había portado como una pícaro travieso sin avisar, diciéndole yo que venía salido de todos estos días sin mojar el churro y no iba hoy a meterla de segundas donde otro ya había disfrutado aunque me encanto ver cómo la follaba y que me había puesto encendido como hacía tiempo no estaba.
Nos quedamos en la cama desnudos los tres hablando mientras recuperábamos aliento, notando como mi mujer no le quitaba ojo al rabazo del galo que aun dormido y relajado era descomunal de grueso.
Le dije para amenizar la noche que veía mi mujer estaba colada por su polla mientras este se la tocaba y la movía algo flácida diciendo se había quedado sin fuelle.
Bueno dijo el, tú no tienes este tamaño pero esta también muy bien no es pequeña y además vi que se pone bien dura y eso a las mujeres le gusta también mucho.
Fue a levantarse pero mi mujer le dijo, espera y acercándose a su entrepierna en la cama comenzó a comérsela… el francés dijo que iba a necesitar un respiro para levantar otra vez aquello, pero mi mujer hizo oídos sordos y siguió degustándola y jugando con su pelotas.
Sentí un cosquillo en las mías viendo lo bien se lo hacía y sin ningún miramiento ni tapujos, me baje a su sexo y aunque este estaba aún supurando jugos comencé a comérselo.
El francés al ver me lo comía sin asco con su leche, pareció calentarse y su pollon fue tomando forma otra vez.
La buena mamada de mi mujer estaba levantando aquel rabo nuevamente y este se dejó caer sobre la cama a merced de la boca de Sonia que junto a la ayuda de su mano pajeando el tronco hacia este gimiera y gruñera como un semental con ronquidos secos y rudos de placer.
Era increíble aquella rica mamada y con las ganas que se lo hacía aunque ahora mi cara estaba debajo de su coñito y no veía como se la estaba comiendo aunque oía las chupadas y lametones así como los gemidos de él.
Sonia empezó a mover su cadera sobre mi boca restregando su sexo fuerte contra mi cara y en pocos segundos me regalo un orgasmo que disfrute y deguste mucho pues mi boca y mi lengua limpiaron hasta la última gota de sus jugos.
Me incorpore y agarrando mi sorprendido duro rabo, en aquella posición culo en pompa mientras se la comía al francés, se la metí ahora si por el coñito y empecé a empujar como un poseso salido follandola con movimientos rápidos de cadera y embestidas fuertes que hacían está casi se ahogara con el rabo del semental al que acosaba como una perra en celo.
Fueron varios minutos pues comencé a sudar por la frente y espalda tras aquellos acelerados y secos golpes sobre su mojado coñito cuando note me iba a correr nuevamente, intentando frenarlos para aguantar un poco más, pero al oír y ver como al final aquella mamada daba sus frutos y un chorro de esperma salió a presión hacia el aire cayendo sobre el pecho del francés mientras mi mujer se afanaba rápidamente a agarrar la cabeza y no dejar escapar gota alguna, hizo me corriera yo al unísono, inundándole y mezclando mi caliente corrida con los restos de aquel maduro que un rato antes ya había depositado allí los suyos.
Fueron casi cinco minutos sin nadie decir ni una palabra pues quedamos los tres rendidos y fundidos, levantándome yo al final a darme una ducha , recibiendo a los pocos segundos la visita en la misma de Sonia.
Salí y pidió el francés ocupar el francés mi puesto pues decía necesitaba espabilar antes de irse a casa, quedándose un rato en la ducha con mi mujer mientras ella le enjabonaba la espalda y algunas partes como antes había hecho conmigo.
Se marchó a casa el galo y nosotros preparamos algo para picar y reponer fuerzas mientras hablábamos del polvazo descomunal que acabábamos de tener.