Regreso a la rutina
Tras el veraneo toda volver a la normalidad. ¿Volverá todo a ser igual después de aquel verano para Alicia? Volvió a su domicilio pero no a su rutina.
No. No. No iré. Pensaba Alicia mientras el ascensor subía. Le asustaba su reacción al volver a encontrarse con Miguel.
Dejó la carta en la entrada y avanzó hasta su habitación con la maleta, aparcando aquel verano tan diferente.
Era lunes, Fran se había ido a trabajar, Alicia aún estaba de vacaciones, era un día para poner en orden la casa después del veraneo. Solo llevaba el fino camisón con el que había dormido.
Abrió la maleta y dejó la ropa sucia en el suelo formando un montón frente a la lavadora.
Sentada en la silla su mente no dejaba de dar vueltas a todo lo ocurrido esa semana en que su sobrino había despertado en ella toda lujuria que no sabía. Avergonzada daba vueltas al café mientras odiaba y deseaba a Miguel a partes iguales.
Durante toda la vida había sido una mujer tradicional y no había habido más hombre en su vida que Fran. Había tenido con él unas relaciones placenteras, pero ... nada comparable a Miguel. Daba vueltas al café, absorta, con la mirada perdida de un lado a otro. Sus ojos iban de un lado a otro, sintió una punzada en su vientre. Del montón de ropa emergían bajo una toalla las bragas que se había puesto la noche de la cena previa a la marcha de Miguel.
Su cuerpo sudaba. Dudo que hacer. Bebió el café de un trago y se acercó al montón de ropa. En cuclillas cogió las bragas en su mano. Eran negras. En el lugar que ocupaba su coño se encontraba la gran mancha blanca que había dejado la corrida de su sobrino y restos de su flujo. Notaba su coño humedecerse, se abría y lubricaba recordando esa noche. Se las acerco y aspiro su olor. El morbo se apodero se ella. Puso la mano entre sus muslos, los notaba calientes y resbaladizos.... por el flujo.
Camino hasta su habitación y saco sus brazos de los tirantes del camisón dejándolo caer al suelo. Desnuda se puso las bragas que habla cogido y se tumbó en su cama. Separo las piernas y metió su mano en ellas. Estaban empapadas, mezcla de su flujo y los restos de aquella noche desenfrenada. Introdujo los dedos en su coño. Su mano resbalaba mientras se penetraba hasta el fondo. Cerraba los ojos y gemía. En su cabeza una y otra vez se veía follada por Miguel contra el capo.
- Cabrón -Gemía Alicia.
Se follaba duro. Sentía rabia por lo que había ocurrido. Metia.3 dedos y se estremecía.
Empujo más apretando su coño. No tardo en correrse.
Sin saber cómo había vuelto a sentir aquella lujuria. Se quitó las bragas. Al pasar delante del espejo vio su cuerpo desnudo. Se sintió sucia.
Bajo el agua de la ducha. Alicia se lavaba y jabonaba enérgicamente. Deseaba dejar de sentir esa excitación y volver a ser la señora correcta de siempre. Sus manos resbalaban por sus tetas y su coño. Separo sus labios. Dudo por un momento, se penetró. Aún sentía la excitación por el orgasmo anterior. Apretaba sus pezones con una mano y rozaba sus nalgas con otra. Bajo la mano por su culo. Rozando la entrada. Cerró los ojos y lo penetró con un dedo, metió otro más. Mordía sus labios bajo el agua. Con la otra mano penetro su coño. Movía sus caderas. Era su primera vez doblemente penetrada. En cada movimiento notaba alternamente como su coño y su culo eran penetrados. La corrida brutal.
Al salir de casa vio de nuevo la invitación.
No, no, no-. Pensaba. -No iré.
Bajaba en el ascensor cuando su móvil sonó. Al ver el mensaje sintió ira y enfado.
Cabrón. Como era posible que le escribiera como si nada para saber si iría al evento. No, no iré. Pensó de nuevo.
Caminaba por la calle sonó el teléfono. Era Fran.
- Buenos días cariño . - Saludo Fran.
- Hola. ¿Va todo bien ? -Respondió Alicia extrañada. No era habitual que su marido llamase a esas horas.
- Acuérdate de que tenemos la boda de mi sobrina. Cuando vayas a comprarte ropa cómprame una corbata .
- Pensé que no íbamos a ir - Respondió contrariada.
- Pero -¿Como no vamos a ir? Es mi sobrina. Además me ha llamado mi hermana para contigo. Te llamará. Te dejo cariño, me llaman .
Alicia se sentía enfadada, no había podido decir nada ni evitar ni la boda, ni quedar con su cuñada ... No le aparecía nada.
Al rato el teléfono sonó. Era Sonia su cuñada. A pesar estar cerca de los 60, se comportaba como adolescente. Vestuario ceñido y escotado. Una lengua osada capaz de decir cualquier cosa que le venía a la cabeza.
- Hola cuñada. Hay que ir de compras para la boda. Te recojo y comemos y compramos y compramos. Tenemos que ir espectaculares y que nos quiten ojo. Voy a quemar la Visa. Te recojo en tu casa en media hora. Chao.
Alicia no pudo ni decir palabra. Media hora después su cuñada la recogía en la puerta de su casa. Conducía por la ciudad a la velocidad que hablaba. Circulaba agresiva. En unos minutos había aparcado.
- Vamos a comer Alicia. Y después a comprar de todo, que pague tu cuñado - Rio Sonia.
Era conocido la mala relación de ambos. Juan el hermano de Fran era un hombre con un indiscutible exito laboral, pero había descuidado su matrimonio y en los eventos solía pasarse las horas en la barra y acababa borracho mientras Sonia flirteaba.
Comieron unos pinchos y empezaron a recorrer tiendas. Al final se decidieron por una conocida tienda en la que habían comprado otras veces.
Miraban el escaparate. Había un vestido ceñido y escotado. Negro de encaje corto.
-Me encanta. ¿Qué te parece Alicia?
Alicia solo asentía y decía a todo que si mientras Sonia reía y hablaba en alto mirando a todos lados. Le encantaba hacerse notar.
De repente agarro de la mano a Alicia llevándola a toda prisa cruzando el pasillo del centro comercial. Alicia la iba detrás de ella, aunque sin entender nada. Entraron en un bar donde un joven tomaba café sentado en un taburete alto de espaldas a la entrada.
- Hola sobrino. Invitaras a un café a tus tías ¿verdad?
- Hola tía Sonia. - Saludo Miguel dándole 2 besos
- Hola tía Alicia . - Miguel bajo la voz sulfurándole al oído el saludo, besando a su tía cerca de la comisura de los labios. No se habían visto desde la playa.
Miguel pidió 2 cafés más. Sonia reía. Alicia estaba muda.
- Que sorpresa veros juntas. ¿Qué hacéis por aquí?
- Estamos de compras para la boda de tu prima. Vamos a hacer que se os caiga la baba a todos. ¿Nos ayudas a elegir? Siempre será bueno la opinión de un hombretón guapo y no los sosos de tus tíos .
- Está bien tía .- Acepto Miguel.
Alicia estaba aterrada.
Salieron del bar. Sonia se agarró del brazo se su sobrino. Alicia sentía una mezcla de celos y odio. Deseaba que Miguel se esfumara y a la vez deseaba agarrarse de él. Odiaba a los 2.
Alicia cogió una blusa blanca de seda y una falda de tubo por debajo de las rodillas. Sonia, más atrevida se llevaba bajo el brazo varios vestidos, de seda, encaje, escotados, tirantes. Se probaba y reía divertida.
- ¿Que tal me sienta este Miguel?
Miguel le seguía el juego.
- Ese negro tía Sonia. Te queda genial … vamos por que eres mi tía que si no...... Yo escogería ese.
- Vaya, vaya. ¿Le has oído Alicia? - Preguntaba desde el otro probador.
- Seguro que tío Juan presumirá de esposa en la boda .
- Calla anda.... Que ese ni se fija. Nos pondremos sexis a ver quién nos mira. ¿Verdad Alicia?
Alicia se acababa de probar y Miguel y Sonia miraban. Los dos negaban con la cabeza.
- Anda Miguel cariño. Búscale algo más sexi que con ese.......
Volvió Miguel con un vestido corto negro de tirantes finos que dejaba los hombros al desnudo y mostraba un escote sugerente que daba pie a miradas indiscretas
- ¡¡Ese!!! Ese es perfecto. - Dijo Sonia.
- Estáis locos. Ni lo soñéis . - Protesto Alicia.
- Pruébatelo mujer. Y disfruta un poco de una tarde de compras.
- Me lo probaré, pero será que no. - Alicia cerró la cortina de probador.
- Te gusta este Miguel. - Tía Sonia buscaba el halago de su sobrino mientras se contoneaba camino de probador.
- Que tal te queda? -Pregunto a gritos desde el probador Sonia.
- No es mi estilo - Protesto Alicia.
Miguel se acercó a tía Alicia entrando en el probador. Abordándola por detrás. Pegándose a su culo mientras le decía al oído. Mientras subía las manos por sus caderas bajo el vestido.
- Llévate este.
- Cállate. Estás loco. - Le decía intentando zafarse.
Tía Sonia seguía con su show. Se acercaba por los probadores. Miguel se apartó al tiempo que Sonia abría la cortina.
- Es perfecto mujer. Llévate ese. Miguel cariño acércate al otro probador, se me atascado la cremallera.
Alicia negaba con la cabeza.
- Es muy atrevido Sonia. No.
- Vamos mujer . -intentó convencer Sonia.
- No . - Protestaba en el momento que sonaba su móvil.
Un escueto mensaje.
" Iras con ese. Tía Alicia " junto con un adjunto con una foto.
Cabrón....pensó Alicia al mismo tiempo que notaba su coño humedecerse.
- ¿Ya te has decidido tía Alicia? - Pregunto Miguel desde el otro probador.
- Está bien vosotros ganáis. - Claudico Alicia.
- Genial - dijo Sonia caminando por el pasillo de lis probadores. - Y ahora a por lencería. Nos acompañaras ¿Verdad Miguel?
- Claro tía Sonia.
Alicia tembló de miedo, mientras su cuerpo se encendía más.
Con las bolsas en la mano avanzando por el centro comercial tía Sonia dirigió al trio hasta una tienda de lencería donde solía comprar. Era un establecimiento elegante y refinado. Los maniquíes parecían prácticamente humanos. Sonia buscaba los conjuntos más atrevidos, trasparencias, encajes y prendas minúsculas que a buen seguro no tapaban.
- ¿Os gusta este? -Pregunto Sonia.
Era un conjunto granate de encaje con un tanga minúsculo que taparía la parte justa de su coño.
Alicia estaba colorada. Sentía vergüenza, pero aguantaba.
Sonia desapareció tras la cortina. Al abrir la cortina el conjunto tapaba aún menos de lo que parecía en la percha. Alicia estaba muda mientras Miguel le seguía el juego.
- Que guapa tía Sonia... Ummm ¿Y un camisón?
- Siiiii. -Sonia estaba encantada siendo el centro. - Escogedme uno.
Alicia y Miguel buscaban entre las perchas.
-¿ Quieres parar ya? - Pensaba Alicia. Deseaba pararle los pies a su sobrino mientras intentaba ocultar su estado de nervios.
Se acercaron al probador. Alicia llevaba un par de camisones uno blanco, largo, de raso, sin mangas con los hombros de encaje, el otro por las rodillas en un color beige, con la parte superior desde las copas de encaje, sin trasparencias. Eran muy "formales"
- Que aburrida eres cuñada. Son de vieja. -Sonia estaba defraudada.
Miguel se reía a carcajadas.
- Pruébate este, tía Sonia .
Sonia lo miraba con cara de asombro. Le encantaba, Alicia no era capaz a mirar. Era un fucsia de raso, corto solo unos centímetros por debajo de su pubis, las copas eran de un encaje tan fijo que permitían ver todo el pecho.
- Ay sobrino. Gracias por traerme este, pero trae una talla más grande que tu tía ya tiene el mismo tipo delgado que cuando tenía 20 años. Tráeme una 105C para que entren estas 2. - Dijo Sonia agarrándose el pecho
En cuanto Miguel se lo acerco se lo puso y abrió la cortina pidiendo la opinión.
- ¿Que os parece?
Prácticamente no ocultaba nada.
- Estás perfecta tía Sonia . - Sonrió Miguel mirando a ambas- ¿y tú que vas a comprarte tía Alicia?
- No me compraré nada - Dijo Alicia.
- Bobadas . Respondió su cuñada. - Vamos a buscarle algo Miguel.
Alicia se quedó sentada, intentando hacerles desistir. Mientras tía y sobrino iban de un lado para otro debatiendo que llevarle a Alicia.
Venían riendo los 2.
- Que buen gusto tiene nuestro sobrino, cuñada. Vamos, pruébate.
Alicia se quedó de piedra al ver lo que habían tramado sabiendo que le gustaba pasar desapercibida. Era un sujetador negro sin tirantes, de seda, A buen seguro que prácticamente trasparentaría todo el pecho, la parte inferior era un tanga minúsculo de encaje. Permita ver entre el, el pubis.
- Estáis locos. - Protesto de nuevo Alicia.
- Talla 95c, ¿verdad tía? - Dijo Miguel con una sonrisa pícara.
- Vaya con Miguel menudo ojo que tiene ... Dijo tía Sonia. Sorprendida por el acierto de Miguel.
No sin poner 1000 excusas al final Alicia se probó.
Abrió la cortina mirando al suelo avergonzada. Miguel tuvo una erección tremenda. Verla así había despertado su polla.
- Es perfecto. Y ahora un camisón- Alicia se negó en rotundo mientras se cambiaba.
- Ven Miguel . Que se lo vamos a regalar a tu tía Alicia para que no se pueda negar.
Recorrieron la tienda hasta dar con la prenda perfecta. Fueron al mostrador y Sonia pidió que se lo envolvieran para regalo.
- Guárdalo tu Miguel. Que esta es capaz de no llevarlo al viaje.
Miguel asintió, mientras miraba con una sonrisa maliciosa a Alicia. Esta no sabía que habían tramado, pero suponía que sería un camisón de todo menos algo "decente"
Salieron de la tienda, cuando ya estaban a punto de cerrar. Ya se había hecho de noche.
- ¿Qué os parece si cenamos los 3? - Sugirió Sonia. - J uan está de viaje. No vuelve hasta el viernes. Puedo preparar algo rápido en casa.
Miguel acepto encantado, Alicia tras 1000 excusas acepto.
A los pocos minutos habían aparcado en casa de tía Sonia y tío Juan. Vivian en un ático grande en una de las mejores zonas de la ciudad. Entraron hasta el parking. Miguel aparcó en la parcela que normalmente ocupaba Juan aprovechando que estaba de viaje de negocios.
Subieron los 3 en el ascensor. Al abrir la puerta se encontraba un salón grande que distribuía toda la casa. Sonia sirvió una copa, pidió cena para los 3 y se disculpó un momento para ponerse cómoda. Alicia estaba inmóvil, sentía su coño humedecerse con la presencia de Miguel.
La voz de Sonia se oía a lo lejos dándoles conversación mientras se cambiaba. Miguel puso la mano sobre los muslos de Alicia que cerraba las piernas. Tía Alicia sintió los labios de su sobrino en su cuello, y una mano en su escote. Separo las piernas, se sentía de nuevo excitada, deseando notar en su coño todo lo que había sentido durante el verano. La mano de su sobrino llego hasta su tanga empapado, apartándolo para rozar su clítoris, deslizando los dedos en su coño. Alicia se había abandonado al placer y dejaba hacer a su sobrino. Gemía suave. Su cuñada estaba cerca y no podía levantar sospechas. Se sentía al borde del orgasmo, su cuerpo se movía buscando sentirlos más y más. Notaba como resbalaban dos dedos en su sexo completamente lubricado.
- Méteme 3 .- Gemía, mordiéndose los labios para ahogar los suspiros
Los pasos de Sonia cortaron en seco el momento. Alicia cerraba las piernas mientras notaba sus muslos resbaladizos.
- Disculpadme. Voy al baño . Se excusó Alicia.
Se limpiaba y mojaba la cara intentando recobrar la compostura. Minutos más tarde salió. Al llegar al salón ya estaba todo listo para cenar. Los platos y la comida puestos en una mesa redonda. Al lado Sonia había sacado una cubitera y puesto a enfriar un buen vino.
- Tienes mala cara. ¿estas bien? Alicia asintió.
- Tendrá hambre . - Dijo Miguel, sirviendo vino para todos.
Los 3 se sentaron a cenar. Sonia bajo un poco la luz para hacer que la cena fuese más agradable y como de costumbre, comenzó a hablar sin parar.
- ¿Ya sabéis lo del viaje? - Pregunto Sonia.
Ambos negaron con la cabeza. Miguel bajo la mesa subía la mano por los muslos de Alicia.
- Pues hemos decidido salir el miércoles por la noche toda la familia en tren hotel y hacer el viaje 2 noches en tren en vez del soso viaje en avión, ¿a qué es buena idea?
- Estupendo. - Alabo Miguel la idea.
- Podremos comer, y estar toda la familia junta que no nos vemos.
Alicia estaba inmóvil ante la idea y nerviosa por si Sonia descubría la mano de Miguel entre sus muslos. Miguel subía más y más, mientras su tía notaba el flujo correr entre sus labios bajando por su perineo.
Los minutos le parecían horas
Eran las 00:00h y Sonia despidió a su cuñada y sobrino en la puerta. Llamaron el ascensor y comenzaron a descender hasta el garaje. Miguel agarrando por detrás a su tía comenzó a sobar sus pechos mientras su mano volvía meterla en su tanga mientras Alicia gemía. Pellizcaba su clítoris mientras abría con sus dedos sus labios. La otra mano en la copa de su sujetador apretaba y estiraba su pezón. Alicia se veía en el espejo, cerraba los ojos y jadeaba. El ascensor llego a garaje.
Alicia estaba encendida, necesitaba correrse. Abrieron la puerta del ascensor, todo el garaje estaba a oscuras. , encendieron la luz caminando hasta el coche. El temporizador volvió a pagar las luces. En la oscuridad del garaje junto al coche de Miguel, con las manos apoyadas en el de Sonia. De un tirón las bragas de tía Alicia acabaron en el suelo, la falda en la cintura, Miguel solo abrió la bragueta sin bajarse los pantalones. Alicia separó los muslos. De una sola embestida sintió como su sobrino la llenaba entera, resbalando hasta tocar con el fondo de su vagina. Agarra por las caderas una tras otra penetración notaba su coño estremecerse. Miguel empujo más fuerte, a la vez que pellizcaba su clítoris. Alicia gemía mientras se corría.
La puerta del garaje se abrió.
- Abre el coche Miguel . - Pidió Alicia.
Aún excitados arrancaron el coche saliendo del garaje camino de casa de tío Fran, mientras Alicia se recomponía en el coche. Colocándose el sujetador y la camisa ... bajo la falda.
- Mis bragas. Exclamó Alicia.
Con la prisa habían quedado tiradas en el suelo del garaje. Alicia suspiró esperando que cuando Sonia cogiera el coche no estuvieran ya allí.
Al rato Miguel aparcó, y Alicia bajo del coche. Estaba callada.
Miguel abrió el maletero y su tía cogió las bolsas con la ropa, Al ver el paquete del camisón, sintió vergüenza y miedo. ¿Qué habrían comprado?
- Que buena idea lo del viaje en tre n. - Sonrió Miguel.
Alicia dio 2 besos a su sobrino y entró en el portal Excitada, avergonzada, pero ante todo expectante por el viaje hasta Alemania para la boda de su sobrina. Esperaba que con su marido delante su sobrino no intentaría nada, aunque su cuerpo se estremecía de pensarlo.
¿Qué pasaría en el viaje? ¿y en la boda?