Regreso a clases (3)

La tercera parte de las calientes cosas que hicimos Yolansa Ana y yo...

REGRESO A CLASES III

En esta ocasión le platicaré lo que pasó entre Ana Yola y un servidor al estar haciendo nuestro álbum de fotos.

Nos seguimos viendo en varias ocasiones con todas las cogidas que se nos ocurrían, y, un día, Yola me dijo que llevara mi cámara para la sesión de fotos que habíamos acordado anteriormente, preparé el equipo fotográfico y compré varios rollos, verifiqué la carga de las pilas del flash y puse todo dentro de su estuche, habíamos quedado en vernos un sábado por la tarde, mi hija estaba de vacaciones con unos parientes fuera de México, así que tenía todo el tiempo del mundo para lograr con éxito tomar las fotos.

Al llegar a casa de Yola, vi que Ana estaba llegando, esperé a que me alcanzara en la puerta y la saludé familiarmente con un beso en la boca, ella correspondió y dijo con sonrisa pícara:

  • Vengo preparada para que las fotos salgan como si fuéramos modelos profesionales – comentó alegremente.

Mi alegría era notoria cuando respondí – Eso espero quisiera que esta sesión fotográfica fuera inolvidable – finalicé con una sonrisa.

  • Ya verás que va a ser inolvidable, eso te lo prometo – respondió tocando el timbre.

Yola nos abrió la puerta y al vernos juntos dijo con gusto:

  • Qué bueno que llegaron puntuales, eso me gusta, ¡pasen por favor! – dijo franqueándonos el paso hacia el interior.

Entramos y ambos la saludamos de beso en la boca, ella nos besó muy cálidamente pegando su cuerpo contra cada uno de nosotros, nos ofreció sentarnos en la sala y a modo de comentario dijo:

  • Mi hijo está con su padre, así que por hoy soy soltera y sin nadie que me haga caso – se rió al final.

Inmediatamente nos pusimos de pié y la acariciamos de arriba abajo, varias veces las manos de Ana y las mías chocaron mientras buscaban un nuevo lugar para tocar, Yola comenzaba a ponerse caliente, nos tomó se las manos y nos llevó hacia la recámara, la excitación en todos era evidente.

Antes de que "se pusieran cómodas", propuse que las fotos fueran desde el principio, es decir, que tas tomaría desde que empezaran a arreglarse y así la transformación de damas en putas sería mayor, asintieron y esperaron a que preparara todo; cuando estuve listo empecé a decirles cómo deberían de posar para lograr el mejor ángulo, ellas se movían de allá para acá, tratando de llamar la atención en lo que ellas consideraban era su mejor parte, Yola paraba las nalgas, mientras Ana hacía girar sus nalgas en forma circular, eso me excitó sobremanera, le dije que se cambiaran de ropa, y obedeciendo mis indicaciones, se pusieron ropa exageradamente sugestiva, Ana un baby doll rojo transparente y una minúscula tanga que no dejaban casi nasa a la imaginación, Yola por su parte se puso un corsé blanco, que resaltaba sus amplias caderas, un liguero y medias negras con lo cual deba mayor contraste y acentuaba su tono de piel.

Los clic de mi cámara se sucedían uno tras otro, no deseaba perderme ni un detalle de las dos hermosas hembras, tan concentrado estaba, que no me di cuenta cuando escuché la respiración agitada de Ana, noté que se estaba masturbando con sus dedos, Yola se acercó y le besó los pechos, chupando y mordiendo los pezones de Ana, yo buscaba obtener la mejor imagen de cada una de ellas mientras mi pene estaba a punto de romper mi pantalón. Se fundieron en un apasionado beso y sus manos buscaron la vagina de cada una de ellas, los dedos se perdieron dentro en la intimidad de ellas, sus caras denotaban su excitación, después les propuse que se colocaran una arriba de la otra, ambas boca arriba y abrieran al máximo sus panochas para una foto especial, así lo hicieron y cuando saqué la foto, no me pude contener más, dejé a un lado la cámara y chupé sus abiertas vaginas, mordí suavemente ambos clítoris, y sentí el aroma de cada una, saboreando ese líquido que empezaba a salir me comencé a quitar la ropa, mi macana estaba a punto y no podía esperas ni un instante, en cuanto estuve desnudo, se la metí primero a Yola, que estaba bajo Ana, luego hice lo mismo con Ana, y así seguí un rato, alternando de funda y haciendo que las dos se calentaran lo suficiente para continuar con lo que se les ocurriera.

Ana fue la primera en cambiar de lugar, se puso "de perrito" y ofreciéndome las nalgas, pidió que se la metiera, no tuvo que esperas mucho, le clavé mi caramelo hasta el fondo en un solo movimiento, Yola cogió la cámara y empezó a tomarnos fotos de la penetración anal, luego se puso de la misma forma que Ana y dijo que si quería cambiar de culo, eso me excitó aún más, por supuesto que me mudé de culo, ahora estaba bombeando en una nuevo orificio, no menos rico que el anterior, Ana hizo su parte, registró la acción con la cámara, seguimos así por varios minutos, cambiando de lugar, cogiendo chupando, mamando, acariciando, en fin haciendo lo que la imaginación y la calentura dictaban.

Llegó un momento en que la cámara quedó olvidada en alguna parte de la cama, nos dedicamos íntegramente a dar y recibir placer, no importaba si era con el dedo o mi verga o con algún juguete de los que ellas tenían, lo que importaba era venirse, y si era causado por alguien, pues mejor

Ana y yo llegamos juntos al orgasmo, ella estaba siendo poseída por Yola por atrás con un consolador de buen tamaño, mientras mi pene hacía lo propio en su húmeda cueva delantera mientras cabalgaba encima de mi, cuando Yola notó nuestra simultánea venida, se clavó lo primero que tuvo a la mano, resultó ser un vibrador que puso al máximo de velocidad y, así, no tardó en alcanzarnos, se vino abundantemente y cayendo junto a nosotros, musitó en voz muy baja:

  • No se vale Ana, hiciste que él se viniera, sabes que tenía que venirse dentro de mi- su tono era más bien de queja, no de reclamo.

  • Ay amiga, la calentura me ganó y me dejé llevar, pero en cuanto se reponga te prometo que se la voy a mamar hasta que esté tiesa, y entonces, ¡es toda tuya!, ¿de acuerdo?

  • De acuerdo, ahora hay que seguir modelando para nuestro fotógrafo personal, no vaya a ser que se nos enfríe y nos quedemos con las ganas- dijo mientras se dirigía al baño para asearse.

Ana la siguió y me quedé por unos momentos solo, pensé que planeaban algo, no supe a ciencia cierta qué, pero mi duda de disipó poco después.

Regresaron con el cabello húmedo, luciendo su desnudez con garbo, las gotas de agua resplandecían e hacían lucir mil y un reflejos en su piel, tomé nuevamente la cámara y disparé varias fotos buscando esos pequeños reflejos en sus pechos, caderas, piernas, nalgas, y rostro.

Comenzaron a secarse y nuevamente se vistieron para continuar con las fotos, uno tras otro los rollos se fueron acabando, cuando estaba en el último, le dije:

  • Éste es el último que queda, en cuanto terminemos ¿podríamos repetir la dosis?

Dijeron que sí, posaron en las formas más calientes que pudieron, haciendo el "69", masturbándose con lo que podían, metiendo hasta 4 dedos en la panochita de la otra, dándose lengua por todos lados, mamándome la reata para ponerla a punto, en fin, hicieron de todo y con todos.

Cuando el rollo se terminó, Yola me chupó el arma hasta ponerla bien dura, Ana, por su parte, me acariciaba por todos lados, mientras yo hacía todo lo que a mi alcance estaba, besaba chupaba, tocaba, masturbaba, metía y sacaba; la calentura subió hasta ponerme nuevamente listo para cumplir con Yola, pidió que la poseyera de "patitas al hombro", complaciéndola, se la metí lo más despacio que me fue posible, su cara de satisfacción denotaba que lo estaba disfrutando tanto como yo, se subí las piernas hasta que casi sus rodillas tocaron sus hombros, estaba totalmente abierta para mis deseos, le dije a Ana que le metiera un consolador por atrás, lo que hizo casi inmediatamente, Yola estaba, disfrutando lo que su cuerpo recibía, de repente sentí que sus uñas se clavaban en mi espalda, su respiración se hizo entrecortada, sus ojos se cerraron, sentí un orgasmo abundante y caliente, las contracciones de su cueva se sucedían uno tras otro, acababa de venirse como lo había pedido, pero mi venida aún estaba algo lejos, en cuanto me salí se Yola Ana me ofreció unas deliciosas chupadas, mi placer estaba alcanzando el clímax, luego, acostándose en la cama, hizo que me montara sobre ella, me masturbó con sus tersos pechos hasta casi hacerme explotar en su cara, cada vez que mi pene sobresalía entre las montañas de carne era recibido por una boca dispuesta a chupar aquél delicioso instrumento, cuando el pacer estaba a punto de hacer explosión, la dos se acomodaron en la cama, abrieron sus bocas y, sacando sus lenguas, recibieron el torrente de leche que mi pasión le brindó.

Pasado un buen rato, nos fuimos a bañar todos juntos, estábamos felices por haber hecho tantas cosas, no veíamos la hora de tener las fotos reveladas y poder idear una nueva sesión.

Al día siguiente llevé los rollos a un lugar que conozco, es algo caro pero la calidad es bastante buena, además son muy discretos, les llamé a las dos y le dije que tenía en mi poder las fotos, Yola dijo que nos esperaba en su casa para velas, su voz estaba pletórica de gozo, Ana estaba también muy emocionada.

La sesión resultó mejor de lo que pensé, incluso, hasta las fotos que tomaron ellas salieron muy bien, realmente las 2 eran muy fotogénicas, sus rostros denotan exactamente lo que están haciendo, son muy expresivas, de sus cuerpos, ni hablar, están superiores, desgraciadamente no me dejaron guardar ni una para mi, prefirieron quedárselas para evitar que ojos ajenos tuvieran el gusto de recrearse con ellas. Ni modo… así son de egoístas.

Don Pato

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