Regreso a casa

Nuestra protagonista regresa a su país. Desea encontrar una nueva casa y debe ser convincente con el director de la inmobiliaria para conseguir un buen precio. Para celebrarlo se marcha a bailar con unas amigas y practicar la caza y el goce de sementales.

Hola, después de aquellas salvajes vacaciones que les conté en los relatos de vacaciones con mi amiga, regresé a casa y mi vida fue diferente con otras experiencias y una forma de vivir distinta, sobre todo en lo referente al sexo.

Lo primero que decidí hacer fue comprarme una casa nueva ya que el departamento que era lo único que había quedado de mi matrimonio, me traía malos recuerdos, así que ese fin de semana salí a buscar una nueva casa, quería hacerlo rápido porque no quería seguir en ese departamento y porque el lunes debía volver a trabajar, visité varias y no me gustaron, ya estaba un poco decepcionada, llegué hasta una inmobiliaria y me atendió el dueño, le conté lo que estaba buscando y me dijo que tenía lo que yo buscaba.

Fuimos a verla y realmente me encantó, era lo que estaba buscando, pero cuando me dijo el precio, era más elevado que lo que yo podía pagar. Estuve tratando de arreglar el precio pero era bastante difícil, hasta que noté cómo el hombre no dejaba de ver mis pechos, yo llevaba un vestido bastante ajustado y mis grandes pechos se notaban muy bien y sobresalían por el escote, entonces empecé el juego de seducción, mientras charlábamos le dejaba apreciar mis pechos todo lo posible, entonces le pedí que me mostrara el dormitorio, era en el piso superior, así al subir la escalera, lo dejé que viera perfectamente mi culo apretado y cómo el vestido dejaba ver la tanguita entre mis nalgas.

Él era un hombre de unos 50 años, de mediana estatura y algo gordito, aunque de cara algo atractivo, deseaba esa casa y estaba dispuesta a todo para comprarla. Llegamos al dormitorio que tenía una cama grande, no dejaba de provocar al hombre todo el tiempo, me agachaba, lo rozaba al pasar junto a él, hasta que en un momento en que le seguía discutiendo el precio, encontré su vista sobre mis tetas, lo miré y le pregunté si le gustaban, se puso algo incómodo pero sin dejarlo reaccionar le dije si le gustaría tocarlas, me miró asombrado y levemente dijo sí, las saqué por sobre mi vestido, el hombre miró asombrado ese par de grandes tetas que asomaban de mi pecho, le pedí que las acariciara, llevó sus manos a ellas y las empezó a amasar, primero lento y luego más fuerte, mis pezones se pusieron duros, lo miré y le pedí que los chupara, llevó su boca sobre ellos y los chupó, lo hacía realmente bien, me excitó bastante, y lo tenía justo donde quería, llevé mi mano hasta su verga y la acaricié por sobre tu pantalón, la sentí crecer, su boca me daba placer en los pechos, lo que me hizo empezar a mojar. Apreté su verga que pedía salir de su encierro lo miré y le dije sí le gustaría que se la chupara, me dijo que sí, pero le dije que eso merecía una rebaja en el precio, me miró y sonriendo me dijo veamos sí te ganas la rebaja y de cuánto, me reí, lo tiré sobre la cama y le saqué los pantalones, bajé sus calzoncillos y saqué su verga que estaba bien dura, no era muy grande calculo que unos 16 cm pero sí algo gruesa, comencé a pasarle mi lengua por ella, la lamía entera, desde su cabeza hasta sus huevos, que también lamí y los chupé de a uno, volví sobre su verga, la chupé despacio primero pero luego fui chupándosela más fuerte y profundo hasta tenerla entera en mi boca, el hombre gemía de placer, gozaba con su verga en mi boca, cuando lo sentí a punto de acabar, paré y le dije que todavía no, que me iba a ganar una buena rebaja, me levanté y me desnudé, volví sobre su verga y le hice una paja entre mis tetas para ponerla bien dura, entonces lo monté y empecé a cabalgar muy fuerte sobre su verga, subía y bajaba sobre su verga, toda enterrada en mi concha, el hombre gozaba y yo también empecé a hacerlo, mi concha se mojó por completo mientras no paraba de cogerlo, me pidió que me quería coger en cuatro patas, me puse así y él empezó a penetrarme fuerte y duro, me tomaba por las caderas y me empujaba su verga bien hasta el fondo, hasta que sus bolas chocaban contra mis nalgas, mi excitación creció, realmente me estaba cogiendo bien y ambos gozábamos, y él tenía aguante ya que no acababa, por lo que siguió dándome duro hasta llevarme a un orgasmo que me hizo estremecer de placer, lo miré y le pregunte sí me había ganado la rebaja, él me dijo claro que sí amor, pero no dejaba de cogerme y me empezó a acariciar las nalgas y el agujerito de mi ano, vi sus intenciones, le pregunté sí le gustaba mi culo, me contestó que le encantaba y que le gustaría cogérmelo, lo mire y le dije que sí pero que eso también le costaría parte de su comisión , no me contesto sólo sacó su verga de mi concha y la apuntó a mi culo, enterrándomela de un golpe, grité de dolor y placer, se vengó de mí pero en verdad sólo me daba placer cuando mi culo se acostumbró a su gruesa verga, me daba bien duro, me hacía gozar, pero ahora me movía de manera que mi culo devoraba su verga, lo hacía gozar a él apretando mi culo sobre su verga enterrada en mí, sentía que estaba a punto de explotar, así que le quise dar una pequeña compensación de mi chantaje, así que le pedí que se venga en mi cara, la sacó de mi culo y se puso sobre mis tetas, tomé su verga y la empecé a pajear fuerte, hasta que empezó a lanzar grandes chorros de leche que dieron sobre mi cara, cayendo por mis mejillas, alcanzaron mi boca y sobre mis tetas, se la chupé hasta sacarle la ultima gota y dejársela bien limpia, después de limpiarme y vestirme le volví a preguntar sí me había ganado el descuento y me dijo que cada centavo y así fue como obtuve la casa que quería y al precio que pude pagar, más un poco de dinero para los gastos y de paso también disfruté de un buen polvo.

A la tarde me junté con mis dos amigas, para contarles mis vacaciones con Carmen y todo lo que había pasado. Nos juntamos y al contarles, ellas no podían creer mis experiencias, pero como muchas veces ellas me habían dicho que sólo necesitaba animarme a disfrutar de la vida, finalmente lo había hecho y de que manera, así que para festejarlo me invitaron a salir por la noche para divertirnos un poco.

Me pasaron a buscar por la noche y realmente las tres estábamos vestidas para matar, mis dos amigas Ana y Karina también tienen muy buenos cuerpos, ya que al igual que yo lo cuidan en el gimnasio, Ana tiene un año menos que yo y su cuerpo es parecido al mío sólo que sus senos son más pequeños y Karina es más delgada con una cola más pequeña, pero con un par de pechos tan grandes como los míos. Karina llevaba una blusa bastante transparente que dejaba ver su sostén de encaje y debajo una pollera bastante corta, Ana y yo en cambio llevábamos puesto un vestido, el de ella era con breteles y muy ajustado no llevaba sostén, el mío era con un buen escote que apenas sostenía mis grandes pechos, no llevaba sostén y era bastante corto tipo minifalda. Las tres listas salimos y nos fuimos a un lugar donde tomar unos tragos y bailar un poco, al entrar ya sentimos las miradas de muchos hombres sobre nosotras, había de todo tipo y edades, decidimos tomar algo y luego ver qué pasaba, después de algunos tragos, las tres ya estábamos lista para la noche, los hombres empezaron a acercarse , en principio rechazamos algunos, pero luego llegó uno muy atractivo, era alto y rubio y hablándole a Ana le dijo que estaba con dos amigos más en una mesa y sí queríamos acompañarlos, Ana nos dijo eso y nos mostró la mesa, los dos amigos estaban ahí, uno era negro y al otro también se lo veía bastante atractivo, aceptamos y nos fuimos a la mesa, una vez presentados nos fuimos a bailar, como a Karina le agradan mucho los negros, ella se fue con él y yo con el otro muchacho, éste era también alto y atlético.

Bailamos un buen rato, las tres lo hacíamos en forma sensual, incitando a nuestras parejas, ellos aprovechaban cada posibilidad para manosear nuestros cuerpos o para apoyar sus paquetes sobre nosotras, ya que lo tenían duro desde hace rato. El baile se puso más erótico, pude ver cómo Karina apoyaba su culo directamente sobre la verga del negro y se movía sobre él, Ana estaba muy pegada y su pareja le acariciaba los senos y a mí me estaban metiendo mano sobre las nalgas y me apretaban la concha contra su verga que estaba bien dura. Seguimos así un rato hasta que nos fuimos a sentar, ahora los besos y caricias eran más notorios, nos dirigimos a un lugar especial del lugar para tener más intimidad, mis dos amigas se pusieron en un sillón más grande y yo en uno más alejado, Eduardo, así se llamaba él no perdió tiempo y empezó a meterme mano por todos lados, sacó mis tetas por sobre mi vestido y me las chupó, mis pezones se pusieron bien duros, los chupaba fuerte, mi concha no tardó en mojarse, él pudo comprobarlo cuando metió su mano bajo mi vestido y llegó a mi tanguita que estaba totalmente húmeda, la corrió un poco y metió sus dedos en mi concha, mis jugos se hicieron abundantes, no dejaba de darme dedo mientras chupaba mis pechos bien fuerte, estaba muy excitada, entonces me recostó un poco en el sillón y levantó mi vestido hasta la cintura, corrió mi tanguita y empezó a lamerla, sabía mover su lengua muy bien, me penetraba con su lengua, chupaba mi clítoris, recorría mis labios vaginales de arriba abajo, chupando, lamiendo, no tardé en explotar en su cara con un delicioso orgasmo, mis jugos inundaron su cara y los bebió con deleite, ahora era mi turno de darle placer así que me agaché frente a él, desabroché sus pantalones y saqué su verga, era de un tamaño normal, pero la tenía muy dura, la empecé a recorrer con mi lengua, lamí su cabeza despacio, bajé con mi lengua por su verga, hasta llegar a sus bolas, las lamí también, volví a subir y ahora la metí en mi boca, despacio primero, sólo su cabeza, pero de a poco me la fui metiendo en la boca, hasta tragármela entera, mis labios rozaron contra su pubis, la cara de Eduardo expresaba el placer que le estaba dando mi boca, ahora se la chupé fuerte metiendo y sacando su verga entera de mi boca, aceleré mis movimientos, chupando más fuerte y rápido, su grado de excitación era muy grande así, que no aguantó mucho, sentí cómo su verga se hinchaba en mi boca, entonces me la metí hasta la garganta al empezar a lanzar grandes chorros de leche dentro de mi boca, tragué todo lo que pude, pero era abundante leche, así que se escapó por mis labios, no dejé de chupar hasta sacarle la última gota de leche, después pasé mi lengua por su verga limpiando la leche que no pude tragar, al incorporarme, pude ver a mis dos amigas, Ana estaba sentada y tenía la verga de su amigo entre las tetas y Karina estaba montada sobre el negro, que la cogía por su concha con una verga descomunal, los dos hombres estaban a punto de explotar, Ana recibió la descarga de leche sobre sus tetas, alcanzando su cuello y su boca, mientras Karina acababa como loca al mismo tiempo que el negro la clavaba hasta el fondo y seguramente llenaba su interior de leche, lo cual pude comprobar ya que al bajarse de esa enorme verga , la leche corrió por las piernas de mi amiga, nos juntamos con nuestras amigas, las tres estábamos hechas un desastre, yo tenía la boca chorreando leche, Ana sus tetas y Karina su concha y piernas, pero todavía queríamos más, pero debíamos seguirla en otro lugar, después de ir al baño y arreglarnos un poco las tres, volvimos con nuestros machos y nos fuimos a seguir la fiesta a la casa de uno de ellos. Al llegar a la casa, ya estábamos todos muy calientes, nos desnudamos rápido y nos ubicamos en un living grande con dos sillones y alfombra, Ana y yo empezamos a chuparle la verga a Eduardo, mientras el negro y Carlos se ocupaban de Karina, podía escuchar sus gemidos mientras el negro chupaba su concha y Carlos sus tetas, mientras yo chupaba las bolas de Eduardo y Ana chupaba fuerte su verga, estuvimos así un rato hasta que Ana decidió cabalgarlo, se montó sobre él y se enterró la verga entera de un golpe, mientras yo chupaba las bolas y la concha de amiga cada vez que subía y bajaba por la verga de Eduardo, pude ver cómo Karina ahora era cogida por Carlos mientras chupaba al negro, aquella enorme verga no entraba en su boca, así que decidí ayudarla, me acerqué a ellos y comencé a chupar yo también esa verga enorme, era muy grande y gruesa, me la empecé a meter en la boca, me tragué más de la mitad y la chupaba fuerte, mi amiga chupaba sus bolas y veía cómo me la tragaba, mientras no dejaba de gemir por la cogida dura que le daba Carlos, pero quería al negro, así que pidió que se la cogiera, entonces Carlos salió de ella y se puso sobre mí, lamiendo mi concha, mientras el negro penetraba salvajemente a mi amiga que gemía fuerte, la lengua de Carlos me estaba excitando también y mi concha se mojó toda, lo que él aprovechó para penetrarme, su verga era larga pero algo delgada, y entró sin dificultad en mi concha hasta el fondo, entonces empezó a cogerme fuerte, estaba ahí junto a mi amiga, las dos acostadas una al lado de la otra, siendo penetradas por dos buenas vergas y llegando al limite del placer, lo que hizo que ambas estallemos juntas en un orgasmo estremecedor, Carlos acabó junto conmigo, llenando mi concha con su leche caliente, pero el negro aún no lo hacía, así que tomó a Karina y la puso en cuatro patas y la clavó fuerte metiendo todo su enorme aparato hasta el fondo de su concha, Karina gritó de dolor, pero pronto lo hizo de placer cuando el negro aceleró sus movimientos y la cogió muy duro hasta hacerla tener otro orgasmo que llegó junto con el del negro que la sacó de su concha para acabar sobre sus nalgas y espalda, aproveché para acercarme y probar parte de su leche, poniendo mi boca para recibirla, y luego chupando los restos sobre su verga, que chupé hasta dejarla limpia, esto hizo que se le volviera a poner dura, lo mismo que a Carlos gracias al espectáculo, los gritos de Ana me llamaron la atención un momento, estaba en cuatro patas y Eduardo le estaba dando por el culo, la tenía clavada hasta las bolas, Ana estallaba entre gritos en un orgasmo intenso y por sus movimientos Eduardo descargaba se leche en el interior de su culo, todo aquello nos puso de nuevo muy calientes, con Karina chupábamos las vergas de Carlos y el negro, ahora quería ser cogida por esa verga descomunal así que se sentó en el sillón y lo monté, lo hice despacio, pero de a poco me la fui metiendo toda, de hecho ya había probado una de ese tamaño, así que sabía que podía metérmela entera, no paré hasta sentirla toda adentro y mis nalgas chocaron contra sus huevos, entonces lo empecé a cabalgar bien duro, su verga me llenaba por completo, Carlos estaba cogiéndose a Karina, que lo montaba pero ahora por su culo, Ana todavía se recuperaba de su polvo con Eduardo, pero se la chupaba para volver a ponerla dura. Yo gemía fuerte de placer, la verga del negro me estaba destrozando la concha, que chorreaba jugos a montones, Karina gozaba con la verga de Carlos enterrada en su culo, lo que me hizo desear que llenaran mi agujero de atrás, miré a Eduardo y su verga ya estaba dura en la boca de Ana, lo llamé y le pedí que me cogiera por el culo, se acercó a mí y puso su verga en la entrada de mi culo, el negro se detuvo un instante para que Eduardo hiciera su trabajo, empezó a entrar despacio, pero no paró hasta tenerla toda adentro, mi culo se abrió a su verga recibiéndola entera, entonces cuando tuve a los dos bien adentro se empezaron mover dentro de mí, empecé a gozar intensamente, sentía mis agujeros llenos, las dos vergas me taladraban sin compasión, ahora Ana estaba agachada frente a Carlos y Karina, chupándolos a ambos, mientras Carlos salía y entraba de su culo, mi orgasmo no tardó en llegar, esas vergas clavadas enteras en mí, me daban el máximo placer, y fue el primero de ellos, ya que tuve dos más antes que casi al mismo tiempo las dos vergas llenaran mis agujeros de leche caliente, que inundó mi interior, desbordando por todos lados, al mismo tiempo Karina acababa sobre la verga de Carlos, que también llegaba a su orgasmo y sacándola, regaba de leche la boca de Ana que esperaba su descarga y el culo de Karina mezclado con los jugos de su concha, pude ver cómo Ana limpiaba por completo con su lengua la verga de Carlos y la concha de Karina y yo hice lo mismo con las dos vergas que tanto placer me habían dado. Hubiéramos querido seguir la fiesta pero era tarde y al día siguiente debíamos trabajar, así que sólo nos quedó tiempo para darnos una ducha, cada una lo hizo con su pareja, lo que nos dio un polvo más a cada una en la ducha, Karina y yo lo hicimos por la concha pero Ana volvió a gozar por su culito que Carlos se encargó de atender muy bien según nos contó.

Regresé a casa después de dejar a mis amigas, no sin antes prometernos repetir la fiesta, yo debía volver al trabajo, y tenía la casa nueva, había que hacer una fiesta de inauguración y por supuesto les pedí a mis amigas que me ayudaran a organizarla, la vuelta a mi trabajo fue especial por el cambio que había en mi vida y la fiesta se hizo, pero eso se los voy a contar en otra historia...

Continuará...

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