Regresa a mi, Natalia. (II)

Natalia por fin conoce a Felipe y también empieza a conocerse a si misma.

Esta es la segunda parte del relato ‘Regresa a mi, Natalia.’

capitulo 2

El efecto domino.

Después de un minuto salió la chica y me dijo, - pasa, te esta esperando, por cierto soy Adriana.-La mire sonriente asintiendo con la cabeza y me dispuse a pasar por detrás de la barra en dirección a la puerta que me daba acceso al despacho de Felipe.

Cuando entré lo que vi me sorprendió. Era una habitación no muy grande pero tenia todo el espacio yo diría que bien aprovechado, lo primero de lo que me percate fue del olor, soy una persona muy sensible a los olores, algunos me provocan nauseas, otros me reconfortan, otros me retrotraen a mi niñez y este tenia algo raro pero yo diría que era un olor muy característico, dulce, pero no empalagoso, me resultaba sumamente agradable y nunca lo había olido antes. Las paredes eran de color rojo, pero no demasiado chillón, sino intenso. No había ninguna ventana por la que entrara luz natural, la única que había provenía de una lampara que estaba en el techo. A mi derecha había un sofá de cuero color negro de unas 3 plazas, a mi izquierda, un armario bastante grande también negro con dos grandes puertas arriba y 6 cajones abajo, distribuidos de manera que 3 quedaban al lado de los otros 3 y en el centro una mesa grande, como no, también negra.

Y ahí estaba él, mirando algo en su portátil. Di unos golpecitos en la puerta en señal de que estaba ahí.

-Buenas tardes- dije con un tono de voz muy manso y demasiado agudo para mi gusto.-

-Ahm, hola, eres Natalia verdad?- dijo el sin despegar los ojos del ordenador. Me miro un segundo y me dijo

-Pasa pero no te sientes.

-Em si claro.- dije yo sorprendida a la vez que cortada por que no me lo esperaba.-

Tecleo durante un minuto en su ordenador sin hablar ni levantar la cabeza para nada. Como si yo no estuviera ahí, con un aire sombrío en su rostro. Ese minuto se me hizo eterno y bastante incomodo, pero me quede allí plantada sin mover un músculo durante ese minuto que me pareció una hora y al fin termino.

Me miro y la expresión le cambió totalmente, se levanto y se dirigió hacia mí con una cara entre divertida y seductora, fue en ese momento cuando me fije en el por primera vez.

Felipe era un chico guapísimo, alto yo diría que de metro 1,85 con ojos marrones ligeramente rasgados, una barba cuidada y llevaba el pelo largo, recogido en un especie de moño en la coronilla que le quedaba muy bien. Llevaba una camisa de color blanca tipo “slim fit” que dejaba ver un cuerpo cuidado y atlético, con las mangas dobladas hasta media manga, unos tatuajes en las muñecas en ambos brazos que probablemente siguieran hasta arriba del todo, unos vaqueros con un cinturón y unos mocasines negros.

Se acercó a mí, tocándome levemente con su mano derecha la cintura, me dio dos besos que provocó que un relámpago cruzara desde mi nuca pasando por barriga a mi coño y dijo.

-Disculpa por haberte hecho esperar.

-Tran..tranquilo no es nada.- sonreí como una tonta.

Al acercarse a mi pude comprobar que aquel olor que me había cautivado nada más entrar era suyo, su perfume, pero con una mezcla de su olor corporal que lo hacia único. Y eso me puso aun mas nerviosa o era cachonda?

-Eres mucho más guapa de lo que me había imaginado al hablar con Pablo.- me dijo sonriendo, dejándome ver una sonrisa perfecta.

-Gracias - dije visiblemente nerviosa, que cojones me está pasando? tienes novio Natalia, tienes novio, un momento… por que me repito que tengo novio si no se me ha insinuado? Pero me gusta? Todas esas preguntas se agolpaban en mi cabeza. Felipe me saco de mis pensamientos.

-Siéntate.- dijo con voz autoritaria- y dime por que crees que debo contratarte.

Me senté en el sofá, con las piernas cerradas y las manos encima de las rodillas mirando al suelo. De verdad ese chico me imponía.

No llevaba ni 5 minutos en esa habitación y ya tenia la sensación de que mandaba más en mí de lo que yo hubiera podido imaginar.

-creo - empece a decir- que puedo ser una buena trabajadora por que ademas de que tengo experiencia como ya te dije, soy simpática, tengo don de gentes y se llevarme bien con la clientela -le dije convencida levantando la vista para encontrarme con su paquete que estaba como a dos palmos de mi cara, ya que en esos momentos el estaba de pie muy cerca de mi, transmitiéndome una sensación de poder que difícilmente podía evitar sentir. Sin querer mi vista fue a parar a su entrepierna, la mire y parecía ser bastante grande.

-Y ademas, eres guapa, con un cuerpo perfecto, pechos enormes y un culo que más de uno le gustaría poder poseer.

En ese momento mi cara era un poema, me enfurecí, iba a decirle que soy algo más que unas tetas y un culo así que le mire, él me miro con su mirada penetrante y me desarmo por completo. El enfado desapareció por arte de magia y lo que afloro en mí fue excitación. Lo notaba en mi coño. Había querido decir que yo era un cacho de carne que servia para que la gente me mirara y disfrutara al hacerlo. Pero si me decía eso, es que él lo pensaba y que le gustaba y no puedo negarlo, me puso bastante perra. Pero saque algo de dignidad y le dije-

-bueno quizá puedo ser algo más que solo eso.

-por supuesto que lo serás- me dijo otra vez con esas sonrisa de medio lado, alargándo la mano para tocar la mía.-creo que voy a hacer de ti una chica muy obediente y buena para mi. -Me toco la barbilla con su otra mano acercándose a mi cara, yo estaba petrificada, no sabia que hacer y cuando estaba a unos centímetros de mi cara me dijo con tono afable, casi como un padre- mirla pero si esta hecha un manojo de nervios.

Tanto se me notaba? pensé, se separo de mí, soltó mi mano y mientras se giraba dijo,- levántate.- Y sin dudar lo hice. Se dirigió a su mesa, se sentó y me dijo.-

-Esta bien, mañana a las 14 ven aquí, el bar estará cerrado por día de descanso pero no te preocupes, que lo dejaré abierto y podrás entrar a firmar el contrato y que Adriana te explique un poco el funcionamiento del bar ok?

-Esta bien -dije yo- pues hasta mañana entonces.- me gire y me disponía a salir por la puerta cuando Felipe me dijo-

-A se me olvidaba, ven sin sujetador, no me gusta que se vea con la camiseta y ademas siempre es una alegría que los pezones se puedan ver. - me dijo sonriendo, pero a la vez seguro.

Yo en vez de mandarlo a la mierda, asentí casi con una reverencia y me fui de allí.

Salí del bar con una mezcla de sensaciones bastante perturbadoras, por un lado aquel hombre (y que hombre) me trataba de manera cercana y hasta diría que paternal en algunos momentos, por otra parte, una muy pequeña, lo odiaba por que veía en mi quizá un trozo de carne que exhibir ante sus clientes para ganárselos y por otra la mas importante me ponía muy cachonda, llevaba el tanga empapado solo con hablarme, mirarme y notar que era un hombre muy dominante, eso, me excitaba sobre manera. Sentirme vulnerable, como una niña pequeña a la que le acecha un peligro y que él fuera esa persona que me salvara de ese peligro y me diera la sensación de confianza, pero a la vez de respeto y hasta admiración, hacia en mi mente un coctel explosivo. Y solo lo acababa de conocer. Que pasaría cuando llevara un mes trabajando ahí ?

Cuando llegue a casa serian poco mas de las 21:30 Carlos aun no había llegado a casa, dejé las cosas en la mesa del salón y me senté en el sofá. Mi mente iba a mil por hora, me levanté el vestido y toque mi tanga por fuera, estaba empapado y caliente. No paraba de venir a mi mente, la imagen de su paquete y las ganas de ver esa polla aumentaron de forma alarmante, aunque seamos sinceros, no solo de verla, sino chuparla, lamerla y sentirla dentro de mí. En ese momento no pensaba en Carlos, ni siquiera, en el trabajo, solo pensaba en el deseo tan descomunal que había nacido en mí, pero un sonido atrajo mi atención.

Me llego un whatsap y cuando lo vi el corazón se me iba a salir por la boca, era un mensaje de Felipe. Pensé, mierda ya se lo ha repensado y no me quiere contratar optando por la otra chica, joder, si estaba dispuesta a ir sin sujetador. Que mas quería? Deje de cavilar y leí el mensaje

“Me ha gustado mucho poder conocerte hoy, eres una chica muy especial, aparte de guapa se te ve que eres muy inteligente. Pero sobre todo he notado en ti que tienes una parte que debes pulir y que estoy dispuesto a guiarte en esa dirección”

Que, que?, que quería decir con ese mensaje? Aun no había empezado a trabajar, así que no podía saber si me faltaba algo por pulir o no. Así que le respondí.

“Gracias, a mi también me ha gustado conocerte, pero no entiendo, que parte de mi queda por pulir?” -le di a enviar- el corazón me iba latiendo muy rápido, sabia que no estaba hablando de trabajo, tenia novio, sabia que no estaba bien seguir por ahí, pero mi excitación era un caballo desbocado en esos momentos.

“Mira quiero serte sincero, he notado en ti que eres una persona de carácter fuerte, segura de si misma cuando hablas con los demás, y yo diría que en tu día a día te gusta controlar la situación. Pero a mí no me engañas. Dentro de ti tienes una sumisa luchando por querer salir con ganas”

Increíble, ha acertado en todo, no solía hacerlo nunca pero últimamente había fantaseado con que me utilizaran, me humillaran e incluso me trataran mal y eso me excitaba muchísimo.

“no entiendo muy bien que quieres decir con sumisa” -Mentí, sabia a lo que se refería, mi mojada vulva, babeaba cuál caracol solo con el simple hecho de imaginar que me follaba y me mandara.

“Si que sabes a que me refiero, mira, yo soy un hombre dominante, y los hombres dominantes saben cuando encontramos a una sumisa, es como un sexto sentido, un radar que se activa, pero seguro que tu te has dado cuenta de que yo lo soy. Tú y yo somos dos caras de una misma moneda, yo como dominante y tú como sumisa.”

Allí estaba yo, sentada en el borde del sofá, con las piernas abiertas, el móvil en la mano y los ojos como platos. En que momento este chico se ha metido tanto en mi cabeza?

“Bueno he de decirte que me sorprende todo lo que me dices, por que es un sensación muy extraña y no se por que me pasa pero si, tienes razón, soy una chica que me gusta en mi día a día llevar la iniciativa y controlarlo todo, pero que en según que momentos me gusta dejarme llevar y hacer lo que me digan” - creo que en ese momento llegue a un punto sin retorno.

“vamos a probar algo, abre tus piernas, y dime que sientes”- no era una pregunta, era una orden en toda regla. Y sorprendiéndome a mi misma, abrí aun mas las piernas y conteste.

“siento mi tanga mojado, desde hace bastante rato ademas y caliente”

“Lo sabia, y que es lo que te hace tener el tanga mojado y caliente?” En ese momento quería responder a todo lo que me dijera o preguntara, y en mi cabeza había solo una palabra. OBEDIENCIA.

“La verdad es que desde que te he conocido y hemos hablado, no he dejado de estar mojada. Yo también he notado que eres dominante y eso hace que este muy caliente” me estaba dejando llevar demasiado, tenia novio, pero una fuerza invisible había tomado el control de mis manos, de mi cabeza y sobre todo de mi coñito, que rezumaba flujos sin descanso.

“Mira quiero ponerte a prueba, que llevas puesto?”

“Llevo la misma ropa no hace mucho que he llegado”-conteste-

“Muy bien, ahora quiero que te subas la falda, te quites el tanga y me digas como lo notas y que ves”

Estaba desatada y obedecí sin cuestionarme nada, subí mi falda, puse los pulgares en los extremos de la tela, levante el culo y lo quite lentamente. La visión era increíble, mientras me quitaba el tanga, pude darme cuenta que unos hilos de flujo conectaban el tanga con mi vagina.

“ Noto que esta muy mojado, tanto el tanga como mi sexo, y ademas veo que la parte que toca mi coño esta con flujo transparente” -conteste yo, con la boca muy seca fruto de la excitación.

“Lo que me esperaba, eres una perra muy obediente, así me gusta.”

Al leer eso, note que aun me ponía más cachonda, mis pezones estaban durísimos y la respiración muy agitada. Creo que podría correrme solo hablando, sin llegar a tocarme. Pero él siguió escribiendo.

“quiero que te lleves el tanga a tu boca y que lo huelas, lo lamas y empieces a tocarte, eso si, ni se te ocurra correrte, esta claro perra?”

“si” -atine a contestar.

Me lleve el tanga a mi nariz, olía a sexo, a mi sexo, que tantas veces había olido cuando me masturbaba o follaba con Carlos y le chupaba la polla después de metérmela, me encantaba su olor y sabor, así que no dude de empezar a lamer y empezar a rozar mi clítoris con mis manos. Pero no podía hacerlo muy rápido ya que notaba que me podría correr en cuestión de segundos. Me estaba comportando como lo que el me dijo, una perra, una sucia perra cachonda e infiel.

“Ahora metete el tanga en la boca, sácate las tetas, pellizcalas y metete tres dedos y cuando estes a punto de correrte para” Estaba excitada no, lo siguiente, como quería que me metiera tres dedos si creo que me faltaba muy poco para correrme. Pero aun así, hice lo que me pidió, empece a meter mi tanga en la boca lentamente, baje el vestido por los hombros me quite el sujetador, mis tetas grandes y firmes por fin quedaron en libertad, mire mis pezones, durísimos, con una areola grande y de tez mas negra, al igual que mis labios vaginales, que también eran mas morenos que el resto de mi piel. Se podría decir que mi coño no era un coño rosadito. Me recosté en el sofá, subí mis piernas y empecé a meterme un dedo, después otro y finalmente los tres que me había dicho Felipe, entraron con suma facilidad, en ese momento mi coño era una puta fuente. Empece a gemir, notaba que las olas de placer recorrían todo mi cuerpo, con mi otra mano me tocaba las tetas, las dos, pasaba de una a otra sin miramiento, me pellizcaba los pezones, las amasaba, el ritmo de mis dedos iba in crescendo, mis gemidos eran cada mes mas evidentes pero amortiguados por mi tanga, mis ojos estaban entreabiertos brillantes, mis mejillas estaban rojas al igual que mi canalillo, estaba a punto de correrme, así que pare.

“Estoy a punto”- le dije-

“Te queres correr puta”-contestó-

“Si”- respondi-

“Pídelo bien y quizá te deje hacerlo”

“Por favor, deja que me corra” -estaba desesperada-

“Suplica perra, suplica por tu orgasmo”

“ Por favor, te suplico que me dejes correrme, lo necesito”- era una marioneta en sus manos, hubiera hecho cualquier cosa por que me dejara correrme.

“Esta bien, pero antes quiero ver como te abres de piernas y me envías una foto, quiero tener constancia de tu primer orgasmo gracias a mi”

Una foto? Nunca había hecho tal cosa, no me había hecho falta, pero no le di más vueltas, quería mi orgasmo. Así que me abrí de piernas todo lo que pude, puse mi móvil delante de mí y me hice una foto de mi coño, en la cual también podía apreciarse mi ano. Se la envié.

“ Muy bien, menuda puta estas hecha, seguro que tu novio no te pone así de cerda, correte puta, a partir de ahora tus orgasmos serán míos”

Y así fue, como un semáforo que esta en rojo y de repente se pone en verde, empece a meter mis dedos rápido, dentro y fuera, tocándome las tetas, en una situación normal habría tocado mi clítoris, pero el no me lo había mandado, así que me tenia que correr de esa manera, y al cabo de un minuto, acabe de correrme con un gran grito de placer y un squirt abundante que mancho un poco el sofá pero empapo el suelo.

“Ya acabe”- le respondí

“Estupendo” -dijo el “Que te ha parecido el placer que te he dado, solo con mis ordenes sin estar delante de ti?”

“Me ha parecido increíble, nunca me había corrido así. Pero me siento un poco mal ahora por mi novio.” - era cierto, me sentía mal por Carlos ahora, no le había sido infiel de forma directa pero sí con el móvil y ademas había enviado una foto de mi coño a un hombre que acababa de conocer hacia un día.

“No te preocupes, tienes que seguir descubriendo tu lado sumiso y quiero que sea conmigo, no tiene por que saber nada, de momento.”

Ese de momento, me dejo algo trastocada, no quería dejar a Carlos, lo quería, aunque en la cama no me transmitía lo mismo que Felipe, estaba hecha un lio.

“ Por favor no le cuentes esto a nadie, haré lo que quieras, pero no le digas nada a nadie, y menos a mi otro jefe.” La preocupación me vino de golpe, que había hecho?

“ Se que no me conoces, pero ya me iras conociendo, no te voy a chantajear, ni voy a hacer que lo pases mal. Todo lo contrario. Quiero hacer que descubras tu lado sumiso y que tu misma te des cuenta de que hasta hoy tu vida ha sido poco menos que una mentira. Y esto ha desencadenado un efecto domino que hará que vayan cayendo tanto tus barreras mentales como morales y la visión que tenias de la vida antes de conocerme. Pero ten paciencia, todo llegara y llegado el momento lo entenderás”

Esas palabras, me reconfortaron, era un hombre que se sabia expresar muy bien, tenia carisma y me tenia a sus pies totalmente, en ese momento no me daba cuenta hasta que  punto, pero pronto iba a comprobarlo.

“Te dejo, perra. Recuerda, mañana a las 14 y ven sin sujetador, esta claro?”

“si, esta claro. Y gracias”

“No hay de que, esto no ha sido por casualidad, todo pasa por algo, tu estabas destinada a conocerme igual que yo a conocerte a ti”

Me tumbe ligeramente en el sofá, mire el reloj, mierda, casi las 22:30 Carlos estaba a punto de llegar y me levante, fui a por una fregona y limpie mi corrida del suelo, después utilice una bayeta con un producto químico que va muy bien para quitar manchas, si Carlos lo veía diría que se me cayo un zumo o algo así. Aunque sinceramente prefería no dar muchas explicaciones. Una vez limpio, mi fui a duchar rápidamente, me puse mi pijama y justo cuando salía de la ducha llego Carlos a casa.

-Que tal cariño, como ha ido la entrevista?- me dijo mientras me daba un piquito en la boca.

-Muy bien la verdad, mañana voy a que me enseñen como funciona el bar y a firmar el contrato.

-Eso significa que te lo han dado, estoy muy contento, por fin podremos empezar a ahorrar para la boda.- exclamo muy contento. Yo me sentía como una mierda, no sabia siquiera lo que eso significaba, ni se lo imaginaba, pero no quise pensar mas en sentirme mal, aunque ahora, sabia a ciencia cierta que no era la misma, un click se había activado en mi cerebro. Saque fuerzas de flaqueza y le abrace besándolo.

Mi toalla cayo al suelo, se separo de mi y me dijo

-Me encanta verte desnuda, hoy no sé por que estoy bastante cachondo- me dijo con voz sensual y con esa cara de pillín que tanto me gusta. Pero ya no era lo mismo, no me mal interpretéis, quería a mi novio, pero en ese momento no me excito tanto como lo había hecho Felipe. Aun así me acerque a él y empezamos a besarnos, el bajaba a mis pezones y los lamia, los chupaba con ganas, yo por mi parte, lleve mi mano a su entrepierna que ya estaba muy dura. Me puse de rodillas y me dijo.

-Espera, me voy a dar una ducha-

-No, me da igual- le baje la cremallera y con una cara de cerda que pocas veces me había visto, saque su verga del pantalón y me la trague sin contemplaciones. El se quedo quieto, solo miraba hacia arriba gimiendo de placer, mientras yo movía la cabeza adelante y atrás metiéndola cada vez mas intensamente en mi boca, el mi miro como sorprendido, pero se dejo hacer. Mi calentura volvió, por que me imagine que esa polla era la de Felipe y tenia que estar a la altura, así que le toque los huevos, mientras me follaba a mí misma la boca, haciendo que mis babas cayeran en mis tetas. Carlos me paro.

-Cariño si sigues así me voy a correr, que te pasa hoy?

-Nada amor, que me pones mucho y yo también estoy cachonda.

Lo agarre de la mano, fuimos a la habitación y yo me coloque a 4 patas mientras él se quitaba la ropa, me gire y lo mire por encima de mi hombro derecho, mientras movía el culo de un lado a otro como un péndulo. No se lo pensó y empezó a follarme rápido. Su polla entraba y salía de mi coño como aun cuchillo caliente entra y sale de una onza de mantequilla. Yo por mi parte imaginaba que era Felipe, el que me follaba, había llegado a mi mente para quedarse y entonces mientras gemía dije-

-por favor cariño, azotame el culo.- con un tono suplicante.

-estas segura? No quiero hacerte daño.- dijo el

-No, no me harás daño, uhm…dame fuerte…por favor, quiero que me revientes el coño, y me dejes marcado el culo con tus manos.- eso pareció espolearlo, agarro fuerte mi nalga y me azoto.

-Más fuerte…aaaah..mmhmm.. mas fuerte- otro más fuerte y otro y otro mas, estaba desatado. Me golpeo con mucha fuerza el culo, yo notaba que el orgasmo estaba a punto de venir. Y en ese momento Carlos me dijo

-Cariño me voy a correr.

-Si, mmmm….yo también, hazlo dentro por favor, quiero sentir tu leche caliente en mi interior.

Y así lo hizo, unas embestidas después Carlos se corrió abundantemente en mi interior y yo al notar esa leche dentro de mí, estalle en otro orgasmo, que hizo que saliera un chorro de mi coño.

-Desde cuándo haces eso?- pregunto Carlos

  • Pues no lo se cariño, es la primera vez que me pasa- mentí-

-Bueno vamos a limpiar todo esto, nos duchamos y vamos a cenar algo que me muero de hambre.

Y así lo hicimos, nos duchamos, cenamos algo y después estuvimos viendo un poco la televisión hasta que nos fuimos a la cama.

-Natalia..-se escuchaba a lo lejos- Natalia…regresa a mí. Por favor, vuelve. Natalia…Natalia…NATALIA

Me desperté, otra pesadilla. Que pasaba? Mire el reloj, eran las 6 de la mañana. Estaba empapada en sudor. Mire a mi lado y ahí estaba Carlos, durmiendo a pierna suelta. Estaba confusa, esta vez no recordaba nada mas que una voz que me llamaba, pero no habían imágenes, ni un solo recuerdo, solo esa voz que me decía Natalia….regresa a mi

Continuara.