Regresa a mi, Natalia.
Natalia, una chica con una vida perfecta, se verá envuelta en un episodio que hará que su vida cambie para siempre, cayendo en una espiral de sexo, dominación y humillación que jamás hubiera imaginado que fuera posible.
Capitulo 1
Un nuevo comienzo.
Me llamo Natalia y lo que os voy a contar me sucedió hace algún tiempo. Empezaré por deciros que vivo en España en un pueblo costero cerca de Barcelona, que no diré cuál es por que quiero preservar mi intimidad al máximo. Vivo con mi novio Carlos, es un año mayor que yo y nos conocimos en el instituto. Él era el típico chico malote que tenia a todas las chicas detrás y seguramente mas de una querría follarselo. Debido a que, por esa época tubo varios problemas en casa y en el instituto al final le hicieron repetir curso, así es como fue a parar a mi clase y tras estar un tiempo detrás de mi, insistiendo y no darse por vencido le di la oportunidad de tener nuestra primera cita, empezando así nuestra historia de amor.
Mi relación con Carlos es muy buena, a parte de novio le considero mi mejor amigo y nunca le hubiera engañado. A los dos nos gusta viajar, salir con los amigos a tomar algo, quedarnos en la terraza en las noches de verano con las luces apagadas solo mirando el cielo, ver películas, en fin lo típico en una pareja. En el aspecto sexual, (nos habíamos desvirgado mutuamente) digamos que somos una pareja bastante convencional, no es que siempre hagamos el misionero, pero siempre hemos sido poco dados a hacer cosas morbosas, algunos azotes en el culo (y no muy fuertes por que dice que no quiere hacerme daño) ponerme a 4 patas, lo típico vamos o lo que yo creo que es lo típico en las parejas, aunque una vez probamos el sexo anal pero tuvimos que parar por que me dolió mucho.
En el momento en que empieza mi historia yo tenia 24 años y hacia 8 años que estaba con él, vivíamos juntos, teníamos planes de boda y de formar una familia en un futuro no muy lejano.
Empezaré por describirme, yo mido 1,70 un pelín mas alta del promedio. Tengo el pelo moreno, melena larga que me llega casi al culo, tengo unas piernas largas que se realzan aún mas si cabe cuando me pongo mis tacones y un culo redondo debido a que durante mucho tiempo he estado yendo al gimnasio, unos pechos yo diría que sin ser enormes son grandes y bien puestos talla 95 naturales que son el objeto de deseo de los hombres, y ya ni hablar cuando me pongo algún vestido para salir o mi top para estar en el gimnasio.
Mi piel ya de por si es morena y sobre todo cuando llega el verano todo el mundo me dice que me pongo negra enseguida y es cierto.
Trabajo en una gestoría desde hace 2 años a media jornada, desde las 9 de la mañana hasta la 13 del medio día, pero solo con ese trabajo no me llegaba así que necesitaba otro trabajo por las tardes para ganar mas dinero y así empezar a ahorrar para mis proyectos vitales desencadenando lo que mas tarde sucedería.
Encontré el trabajo en un bar gracias a mi jefe, Pablo, un hombre de 40 años, bien parecido, de una estatura media 1,80 mas o menos, muy serio en el trabajo y bastante dominante, pero cuando salíamos fuera del ambiente laboral y sobre todo en las cenas era un cachondo. Me dirigí a él para decirle que si me podría ampliar las horas ya que estaba pensando en casarme con Carlos, tener una familia y que necesitaba trabajar mas horas para empezar a ahorrar. Pablo me dijo que lo sentía, que ahora no me podía subir las horas por que la cosa estaba un poco justa pero en el momento en el que pudiera sería a la primera que se lo ofrecería ya que era una chica muy trabajadora y siempre estaba dispuesta a todo en el trabajo - y he venido a trabajar estando enferma- pensé yo para mis adentros.
Me sorprendió gratamente cuando me dijo que un amigo suyo tenia un bar en el que le hacia falta una camarera por las tardes y que si yo quería le podría preguntar si aun tenia el puesto vacante.
-Ay, si si Pablo por favor -dije con mi mejor sonrisa- ojalá esté libre el puesto y pueda empezar a trabajar pronto.
-Pues no se hable más -dijo él- ahora mismo le llamo y le pregunto.-y se metió presto en su despacho a hablar por teléfono.
No tardo mucho en salir de su despacho y decirme – ya esta todo arreglado, le he dicho que tenia a una chica interesada en el puesto de camarera y que además trabajaba para mi, por lo que las referencias por mi parte son excelentes, ha dicho que te de su número, que le llames y que concertéis una cita para la entrevista.
En ese momento me alegré muchísimo y le di un abrazo muy grande a Pablo que tenia las manos a la altura de su pecho, y sin querer, apreté fuertemente mis pechos junto con sus manos, inocentemente por mi parte claro, pero él los noto y yo también. Me separé, él se había quedado muy cortado, yo me di cuenta pero hice como si nada, le volví a dar las gracias, le sonreí y me fui a hacer las tareas que me quedaban pendientes en el trabajo, sabiendo que el no perdería detalle de mi culo mientras mi iba alejando.
-Bueno- pensé- a tocado mis tetas un poco, no es tan malo, me ha hecho un favor así que no importa - me decía a mí misma mientras me dirigía a mi mesa.
Las horas pasaron rápidas, así que cuando llego la 13, me despedí de Pablo y de los demás compañeros y me dirigí a casa. Pensaba llamar al chico del bar pero, joder, no me había dicho su nombre, bueno podría presentarme yo y preguntarle el suyo cuando habláramos.
Cuando llegue a casa no había nadie, Carlos seguramente ya se habría ido a trabajar, ya que trabaja en un almacén de 14 a 22, el trabajo quedaba a unos 30 o 35 minutos de casa y solía irse con antelación. Entre semana no nos veíamos mucho pero los dos teníamos los fines de semana libres así que eso lo compensaba sobradamente, y a mas a más , él podía elegir el turno de sus vacaciones por lo que siempre coincidía con las mías. Marque el teléfono mirando la nota de papel que me había dado Pablo y llame, pasaron unos seis tonos y no me respondió nadie -que raro- me dije - voy a llamar otra vez - volví a marcar el numero y otra vez no me respondió nadie. -bueno, le llamare mas tarde- y me dispuse a darme una buena ducha reparadora.
Me prepare la ropa, era finales de febrero pero no hacia excesivo frio, ademas teníamos calefacción en casa, así que elegí unos pantalones de pijama fino que tengo y una camiseta de tirantes que uso para andar por casa. Dentro de casa me gusta ir sin ropa interior y descalza, me gusta la sensación de libertad que tengo cuando toco con los pies en el suelo, la liberación que sienten mis pechos al no llevar el sujetador me resulta poco menos que bastante placentera (sin contar que los tengo sumamente sensibles y al menor roce ya están duros como el diamante) el roce con las sabanas y tocar la funda del sofá con mi piel, hace que me de una sensación muy agradable.
Le di a la llave del agua para que esta se empezara a calentar y empece a desnudarme, cuando me quite la blusa y los pantalones, me quede en sujetador y en tanga, me mire en el espejo, fijándome sobre todo en mis pechos y como un flash recordé la escena abrazando a Pablo con mis tetas apretadas con sus manos y la cara de pasmado que se le había quedado y sin darme cuenta empece a fantasear con que en ese momento el me giraba bruscamente, agarraba mi pelo con fuerza y mi ponía contra la mesa de su despacho, yo quedándome sorprendida por ese hecho, no diría nada, y el empezaría a poner su mano en mi culo, haciendo círculos con ella, acariciandolo, en ese momento me diría con su voz autoritaria -hoy has sido una chica muy traviesa, creo que mereces un castigo- y empezaría a azotarme fuertemente el culo, primero una nalga y después otra repetidas veces. Ante tal imagen en mi mente mi sexo empezó a humedecerse y metí una mano en el interior de mi tanga, lo note empapado, que caliente que estaba, todo eso por un abrazo? Seguí con mi fantasía, me ordenaba que me pusiera de rodillas y que le sacara la polla yo misma, yo obedeciendo, se la sacaba, bajando primero la cremallera y desabrochando el botón después, le sacaría su enorme miembro que para ese momento estaría largo y gordo, con un capullo morado, reventando de excitación.
Mi mano se movía con mas fuerza dentro de mi tanga, mis dedos resbalaban por mi piel de una manera superlativa, notando como cada vez mi clítoris se hinchaba mas y mas. Volví a mi momento, sacándole la polla con una mano y los huevos con la otra empezaría a pajearlo suavemente y mirándole a los ojos esperando su permiso y aprobación para empezar a mamarsela. Él me diría -tienes ganas de polla? - y yo le diría que sí, entonces él me diría- pues empieza a chupar zorra-. Estaba muy caliente notaba que me podía correr en cualquier momento, mis dedos corrían por mi coño, y encontraron la obertura del mismo, me metí dos de golpe, pero estaba tan encharcado que lo único que hice fue un pequeño grito ahogado de placer y con mi otra mano comencé a sobarme el clítoris. Estaba en el cielo, en un rápido movimiento me quite el sujetador, tenia los pezones erectos, duros como piedras y acto seguido, me quite el tanga que en esos momentos estaba super mojado. Ahí estaba yo con las piernas semiflexionadas, metiéndome dos dedos en el coño y con la otra tocándome el clítoris, me miraba en el espejo y la imagen que veía reflejada me resultaba sumamente erótica, mi boca entre abierta por el placer empezando a gemir, mis dos manos en mi húmeda vulva, hacían que por su posición apretara las tetas una contra la otra. Seguía imaginando que mamaba esa polla con ganas, lamiendo todo el tronco, chupando los huevos mientras la pajeaba, y que agarraba mi pelo, me subía a la mesa, bajaba mis pantalones y me la clavaba de una follandome salvajemente a la vista de prácticamente todos los de la oficina, sin que yo no pudiera hacer nada mas que gemir y agarrarme de la mesa.
Estaba a punto de correrme, ya me había sentado en el suelo apoyándome contra la pared, el agua seguía cayendo en la bañera y la alta temperatura que tenia hacia que el vapor quedara suspendido en el aire, abrí mis piernas todo lo que pude, metí otro dedo mas y me corrí abundantemente entre gemidos y espasmos, saliendo de mi coño unos chorros como si me hubiera meado, dejando el baño perdido.
Que había pasado? Desde cuando yo podía hacer eso? y lo más importante, como me había puesto tan cachonda a mi misma imaginándome que me trataban así? Todo lo contrario a como lo hacia Carlos. Quizá era que tenia algo reprimido dentro de mi? En esos pensamientos estaba cuando sonó mi móvil.
-hola? Quién es? -se escucho al otro lado del teléfono
- Hola - dije- soy Natalia, te he llamado antes por que Pablo me dio tu numero y estaba interesada en el puesto de camarera. - dije-
-ah si si, hable antes con Pablo, encantado soy Felipe- dijo él.- tienes algún tipo de experiencia?
-Pues si, trabaje de camarera algún verano años atrás- le dije con un tono simpático en mi respuesta.
- Estupendo, ha venido esta mañana otra chica interesada en el puesto, pero aun no le he dicho nada por que quería conocerte primero, Pablo me ha hablado muy bien de ti y no quería desaprovechar la oportunidad de elegir a la que me pareciera mas capacitada.-Tenia algo en la voz que me gustaba, parecía seguro de si mismo, tenia facilidad de palabra, me pareció un tono muy sincero y a la vez muy sexy. No se que me pasa hoy, pensé.
-Cuando te va bien venir y así nos conocemos?- siguió.-
- Pues no lo se, cuando me digas, yo por las tardes no tengo nada que hacer.-dije-
-Te va bien esta tarde a eso de las 20? En ese momento no hay mucha gente y tengo a otra chica trabajando y ella se puede hacer cargo mientras hablamos
.- Me parece genial, a las 20 entonces.- le conteste sumamente contenta-
Pues entonces nada mas, ahora te envío por whatsap la ubicación del bar y nos vemos luego.
Muy bien, muchas gracias. Hasta luego- Adiós- me dijo el-
Tenia bastante tiempo, puesto que eran las 14, me ducharía, comería algo y luego me echaría una siesta para acudir a mi entrevista en plenas facultades, tanto mentales, como físicas. Y así lo hice. Me duche, comí algo y me metí en la cama, sobre las 16.
Me desperté sobresaltada, que hora era? Mire el reloj, eran las 19:15. Como coño había dormido tanto? Y como es posible que no me haya puesto la alarma? De todos modos no pensaba dormir tanto, pero fue un fallo bastante grande. El bar estaba a unos 15 minutos de casa, pero tendría que vestirme, llegar, encontrar un aparcamiento y no me daba tiempo, tenia el tiempo muy justo. Así que me levante de la cama como alma que lleva el diablo y me metí en el baño. Cogí ropa interior de encaje negra que tengo y un vestido largo con flores azules estampadas que me quedaba muy bien, con un escote bastante sugerente. Me gustaba provocar a los hombres y sentirme deseada así que si iba a una entrevista de trabajo en la que el jefe era hombre podría sacar el máximo partido de ella, me peine y me deje el pelo suelto. Mientras estaba a la faena, me pregunte como seria, la voz me había parecido sexy y también si forma de expresarse, aunque eso no tiene nada que ver, quizá era feo, gordo y calvo. Empece a reír yo sola cuando un trueno me volvió a la realidad, me asome por la ventana del baño, el cielo estaba totalmente tapado como un manto gris oscuro que lo cubría todo, el viento empezaba a soplar con fuerza y empezó a llover copiosamente.- mierda- me dije- voy con prisas y para mas inri empieza a llover. Ya no podía cambiarme de ropa, así que decidí ponerme una chaqueta vaquera, coger el bolso, un paraguas y salir a toda prisa de casa. En la calle la gente que le había pillado por sorpresa la lluvia corría en busca de un refugio para no mojarse, yo corría para llegar lo más rápido posible a mí coche. -menos mal que no he aparcado muy lejos- pensé. Llegue a el, me senté, arranque el motor y tire en dirección al bar. Me conocía la zona así que no me costaría mucho dar con él. Fui por la carretera, no veía mucho ya que el bao dentro de mi coche me tapaba, ademas de la copiosa lluvia que se estrellaba en mi parabrisas, como si fueran miles de pequeño martillos azotando el cristal. En ese momento, pase una curva, luego otra y sin saber muy bien cómo el coche empezó a deslizarse a un lado y a otro. Yo no lo podía controlar y me estrelle contra un quitamiedos de la carretera, y caí por un terraplén, yo dentro del coche empece a sentir una vibración, martilleo en mi cabeza, volaban las cosas de dentro, el bolso, el paraguas, los cristales se rompían y de repente me desperté.
Mire confusa a mi alrededor. Qué había pasado? Hace un momento estaba dando vueltas dentro de mi coche y ahora me encontraba en mi cama. El sol entraba a través de la ventana, aún era de día y no parecía que nada había cambiado.-ha sido una puta pesadilla.- me dije -una agobiante, asquerosa y maldita pesadilla.- mire el reloj, solo habían pasado 20 minutos desde que me dormí. En ese momento un escalofrío recorrió mi espalda. Menos mal que ha sido un sueño, agarre el móvil y me puse la alarma para dormir una hora como mucho más y despertarme con mas tiempo.
Volví a caer en un sueño, esta vez sin pesadillas, a decir verdad ni siquiera recuero que soñé y eso en verdad me alivió. Me desperté antes de que mi alarma sonara. Pero algo había cambiado en mi. Me desperté bastante cachonda y caliente. Quise masturbarme otra vez, no podía ir a esa entrevista cachonda perdida. Definitivamente no entendía mi cuerpo. Así que pase mis manos por mi sexo y volví a imaginar otra situación en la que alguien me vejaba y humillaba, otra vez mi cuerpo respondió, me masturbe con fuerza y rapidez. La corrida no se hizo esperar y entre espasmos y gemidos quede tumbada encima de la cama, eso si, con mis pantalones de pijama llenos de fluidos a la vez que las sabanas.
Me levante, lleve mis sabanas a la lavadora y mi pantalón de pijama lo puse en el cesto para lavar. Me volví a dar otra ducha rápida, mas que nada por que olía a sexo y a fluidos que si mas bien a mi no me importaba, no era el mejor de los olores para ir a una entrevista. Cuando acabe de ducharme, busque en el cajón de la ropa interior y ahí estaba, el mismo tanga negro y sujetador de mi sueño. Que curioso, fue un sueño con mucho detalle, pero sin hacer mas caso los cogí y me los puse. Abrí el armario y también vi el vestido, con las flores azules estampadas, recuerdo muy bien cuando me compre ese vestido, pero joder, tanto me gustaba como para que saliera en mi sueño y ahora fuera la primera prenda que veía? Pues si me respondí. Lo saque, lo mire y pensé, que coño, y me lo puse. Me decidí por unas medias negras para no pasar mucho frio en mis piernas por si refrescaba algo y quería causar una buena impresión sabiendo muy bien que hacer para que los hombres hicieran lo que yo quisiera. Siempre he sido muy segura de mi misma, y cuando he necesitado tirar de mis encantos para conseguir algo, aunque tenga novio, lo he hecho. Eso si, sin pasarme de la ralla.
Me deje el pelo liso, me maquille no demasiado, no quería aparentar ser un putón, algo que se notara pero sin ser demasiado llamativo. Ya estaba lista para salir y lo mas importante a tiempo.
Me dirigí hacia mi coche, lo encendí y me dispuse a ir hacia el bar. Ese dia parecía que lo tenia todo de cara, no había mucho trafico y pude aparcar no muy lejos de donde se encontraba el bar. Una vez aparque el coche camine hacia el bar un poco nerviosa, era normal, ya que nunca había estado allí y me jugaba el tener el trabajo o no. Cuando llegue a la altura del bar vi que fuera había una pequeña terraza con unas 6 mesas y una pareja tomando algo sentados. Entré por la puerta y no había nadie dentro, me fije y detrás de la barra había una chica ordenando las tazas encima de la cafetera, seguramente las acababa de limpiar. La miré y ella me devolvió la mirada con una sonrisa.
-Hola, muy buenas tardes, en que puedo servirte?- me dijo muy amablemente-
Debo de reconocer que no me gustan las mujeres, pero aquella chica me pareció muy guapa, tenia el pelo de color rojo, largo, recogido con una coleta alta y unos labios bastante carnosos, pintados a juego con el color de su pelo y unos dientes blancos, bien puestos que no hacían sino resaltar aun mas su hermosa boca. Era algo más bajita que yo quizá 1,65. Tenia puesto un polo de color negro, que hacia que se notaran bastante sus pechos, que no eran tan grandes como los míos pero si que se adivinaban firmes y unos vaqueros ajustados que dejaban adivinar que tenia unas caderas con curvas bastante bien definidas. Pero lo que más me sorprendió de su atuendo fue un pequeño collar de cuero que llevaba en su cuello, con un pequeño anillo metálico que le colgaba del mismo. Ese estilo me sonaba a algo punk o rock que no iba mucho conmigo, pero si Felipe se lo permitía, quien era yo para decir nada.
-Hola soy Natalia, he quedado con Felipe para hacer una entrevista esta tarde.- le dije con la mejor de mis sonrisas-
- Si, te esta esperando, -dijo, devolviéndome la sonrisa que hacía que se le notaran unos hoyuelos muy sexys en su cara.- Ahora le llamo, esta en su despacho arreglando unos papeles, espera.
Se metió para adentro. El bar no era muy grande, al lado de la puerta de entrada había 5 mesas, la barra enfrente de estas y una maquina tragaperras en el fondo. Detrás de la barra había una puerta que daba a la cocina y otra a su lado que era por donde se había metido la chica, que se suponía que era el despacho de Felipe.
Después de un minuto salió la chica y me dijo, - pasa, te esta esperando, por cierto yo soy Adriana.
continuara...