Regalo de cumpleaños.
Vera y Edith eran pareja y siempre habían fantaseado con tener un trío con otra chica, por lo que cuando se quedaron solas con su amiga Sabrina después de su fiesta de cumpleaños, decidieron hacerle un último regalo.
Sabrina repartió invitaciones para su fiesta de cumpleaños dos semanas antes de festejarlos, en una reunión con todas sus amigas. Entre las invitadas estaban Vaera y Edith, dos lesbianas que eran pareja desde hacia 3 años. Eran mayores que Sabrina, ella cumpliría 21 y Vera tenía 26 igual que su novia. La conocían de la universidad, le habían vendido apuntes para sus materias y se cayeron bien. Sabrina estaba al tanto de su inclinación sexual y no le parecía nada de otro mundo, a veces les decía en chiste que no se les ocurriera violarla, pero de a poco esa broma se convirtió en una fantasia que la pareja se propuso llevar a cabo. Ninguna era demasiado celosa como para ponerlo en duda, y Sabrina les gustaba, era linda, castaña de cabello ondulado y ojos oscuros, la piel morena y un físico de vedette. Además, por el momento había vuelto a estar felizmente soltera.
Se compraron vestidos para la fiesta, iban a seducir a Sabrina, por lo tanto, Vera eligió un vestido strapless rojo más claro que su cabello bien ceñido al cuerpo, y Edith uno negro con escote en V también ceñido al cuerpo. La noche antes de salir a la fiesta, se pintaron los labios, los párpados y alargaron sus pestañas empujándose para poder verse mejor en el pequeño espejo del baño. Subieron a su auto y llegaron media hora más tarde, ya casi todas estaban en el salón que Sabrina había alquilado. El lugar estaba decorado con girnaldas de colores, cables con luces como las de los árboles de navidad, un cartel con letras plateadas encima de un amplio sofá de época que decía HAPPY BIRTHDAY y montones de globos colgando en cada rincón. Un bar-man servía los tragos, una de las invitadas hacia las veces de disc jockey y los regalos se amontonaban en una pila sobre una gran mesa. Vera y Edith fueron a saludar y felicitar a su amiga y le dieron su regalo. Sabrina no esperó a abrirlo y arrancó la envoltura encontrándose con una caja que al parecer contenía un saca corchos para vino según la imagen de muestra. Les agradeció sin mucho entusiasmo y las abrazó.
Terminaron de llegar todas las invitadas y se pusieron a bailar con vinchas con antenas y mariposas y boas de plumas de colores. A las 12 am se amontonoron frente al pastel de cumpleaños y Sabrina sopló las velas, que se apagaron justo antes de que Vera le enterrara la cara en el pastel. Lo hacían siempre que una cumplía años, era casi como una tradición. Sabrina se comió el relleno de crema y chocolate que tenía en la cara, y en vengaza, le cortó la porción aplastada para Vera. Siguieron bailando, y entonces Vera y Edith se pegaron a Sabrina, literalmente. Se meneaban frotándola con sus cuerpos, Vera por delate y Edith por la espalda. Sabrina se sonrojaba y reía nerviosa pero les seguía el juego. Sus senos se frotaban con los de Vera y sentía los de Edith frotándose contra su espalda. Vera puso sus manos en su cintura y su novia también, y Sabrina posó sus manos en las caderas de Vera, que no se cansaba de meneasrlas. Las demás chicas les chiflaban y apludían, una les gritó, medio en broma medio en serio, que violaran a la cumpleañera. Vera tuvo que contenerse varias veces de besarla, la tenía muy cerca de sus labios, y en un momento dado, Sabrina la apartó y se alejó de ambas con la excusa de ir al baño. vera y Edith fueron a sentarse al sofá.
Vaya, me he puesto muy cachonda con esa mujer - exclamó Vera con un suspiro.
Lo sé, estuve mirándote y no le sacabas los ojos de encima.
Edith se sentó a su lado con un brazo detrás de su nuca y la mano sobre su hombro.
Es que me vuelve loca.
No tanto como yo, verdad?
No, amor, tú me enloqueces todos los días - le dijo acariciando su rostro.
Se besaron intensamente a la vista de todas. Nadie chifló ni aplaudió, ya estaban acostumbradas a escenas como aquella. Sabrina regresó del baño y las buscó, pero al verlas juntas besándose de esa manera desistió de hacerles compañía, aunque le excitó verlas y se quizo unir a ese beso. Bailó con sus otras amigas, bebió un par de tragos y como a las 4 de la madrugada ya todas se habían ido, salvo Vera y Edith, que seguían sentadas en el sofá acariciándose muy sensualmente y besándose. Sabrina se acercó a ellas y les preguntó si ya se habían. La pareja se separó un poco y la miraron directamente.
Ah, Sabrina, muy buena fiesta - dijo Edith.
Sí, gracias, la pasaron bien?
Muy bien - dijo Vera con un tono seductor.
Vinieron en auto?
Sí - respondió Edith por ambas.
No me llevarían a mi casa? Mi auto se descompuso, tuve que venir hasta aquí en taxi.
Claro. Qué clase de amigas seríamos sino? - dijo Vera apoyendo los brazos sobre sus piernas.
Gracias, chicas. Se los agradezco mucho.
No hay de qué, linda.
Vera y Edith se levantaron del sofá, salieron del salón y Sabrina las siguió hacia un estacionamiento. Se subió al asiento trasero, Vera iba manejando y Edith en el asiento de acompañante, siguieron las indicaciones de Sabrina y en pocos minutos frenaron frente a su edificio. Sabrina las invitó a desayunar, la pareja aceptó mirándose con complicidad y subieron las tres en el elevador hasta el 8vo piso. el departamento de Sabrina era el de la puerta J. Ingresaron en una pequeño living con un flutón y un puff junto a la mesa ratona. Sabrina dejó la bolsa de regalos en el suelo y fue a la cocina.
Qué les sirvo?
Para mí un café - pidió Vera.
El mío con leche - dijo Edith.
Sabrina dejó que el café se calentara y fue a su cuarto a cambiarse. Regresó con unas bragas blancas y una musculosa color crema. Vera y Edith la miraron y Sabrina se paseó delante de ellas, con una sonrisa traviesa, descalza y con el cabello recogido en un rodete despeinado.
- Ya están.
Llevó las tres tazas de café en una bandeja de madera, Edith tomó su taza y Vera la suya, Sabrina apoyó la bandeja en la mesa ratona y se sentó en el puff, soplando su humeante café.
Por qué no te sientas con nosotras? - le preguntó Vera.
No gracias, aquí estoy bien.
Ay, ni que fuéramos a violarte, ven acá!
Vera miró sorprendida a su novia y se rió escupiendo el café que acababa de beber. Sabrina también se rió, las tres se rieron a carcajadas y cuando por fin se calmaron, Vera se separó un poco de su novia, haciéndole lugar. Sabrina, sonrojándose, fue a sentarse en medio de ellas sosteniendo su taza con ambas manos. Las dos se pegaron a su amiga, bebieron sus cafés sin dejar de mirarla y Sabrina trataba de esquivarlas y se reía de los nervios.
Por qué tan tímida? - le preguntó Vera apoyando su taza vacía en la bandeja.
Quién, yo? No, por nada.
Cualquiera diría que te intimidamos - dijo Edith bebiendo el último sorbo de su taza.
No, no, no. Nada que ver - dijo Sabrina sacudiendo la cabeza.
Mírate, tus mejillas parecen dos tomates.
Vera le sostuvo el rostro con una mano, elevándolo un poco a la altura de sus labios. Sabrina la miró con miedo y excitación que Vera supo ver en sus ojos. Se mordió el labio inferior clavando su mirada en los finos labios de su amiga. Sabrina le apartó el rostro y Vera rompió a reír. Edith había dejado su taza en la bandeja, le quitó la suya a SAbrina de las manos, el poco café que quedaba ya se había enfriado, y lo apoyó en la bandeja chocándolo contra las otras dos tazos. Puso sus manos en sus rodillas y Vera le rodeó la cintura, acercaron sus cabezas a la de su amiga, teniendo ya ni un milímetro de separación. Sabrina soltó un suspiro y la pareja sonrió.
Nos gustas, Sabrina - le susurró Vera al oído.
Nos enloqueces - agregó Edith.
Pero...por qué yo?
Y por qué no? Eres linda, sexy, estas soltera...- decía Vera acariciando su cintura.
Sabrina se estemeció, suspirando en el rostro de Vera, apretó los labios y pegó sus brazos a su cuerpo.
Nosotras no te gustamos? - le preguntó Edith subiendo sus manos por sus muslos.
Son lindas, chicas, pero...
Shhhh...- Vera le puso un dedo en los labios. - No digas más, preciosa, solo cierra los ojos e imagina que somos dos chicos lindos que te haremos el mejor regalo de cumpleaños de todos.
Dicho esto, Vera besó los labios de Sabrina, ella no se apartó, puso su mano en su nuca empujándola suavemente, volviendo a besarla con dulzura, metiendo su lengua en su cavidad bucal, lamiendo su lengua. Sabrina se aflojó, puso su mano en el hombro de Vera, y Edith se quedó mirando, acariciando las piernas de Sabrina, excitándose al ver cómo se besaba con su novia. Le besó el cuello y Sabrina se desprendió de los labios de Vera, suspirando, y Edith le besó la comisura de los labios y la volvió hacia ella con una mano en su mejilla, besándola dulcemente. Sabrina se apartó de ella con una sonrisa en su rostro y Vera se inclinó sobre su amiga, besando intensamente a su novia. Entre las dos la besaban y la acariciaban, Sabrina no se quedaba atrás. En un momento se dejaron de besar y Vera y Edith la miraron con sus ojos seductores, le decían halagos y Sabrina les decía que a ella también le gustaban. Las dos se levantaron del sofá, le tendieron una mano cada una, Sabrina las tomó tomando impulso para levantarse del sofá.
Vamos a mi cuarto? - dijo sonriendo con picardía.
Vamos - dijeron Vera y Edith a coro.
Caminaron hacia la habitación, Edith abrió la puerta y ella y su novia se sentaron al bore la cama de plaza y media. Se miraron y sonrieron. Sabrina permaneció para ante ellas.
- Quítate la ropa - le dijo Vera.
Sabrina abrió grandes los ojos y se sorprendió de sí misma cuando se subió apenas la musculosa color crema.
- No seas tímida - le dijo Edith.
Sabrina tragó aire, cerró los ojos y rápidamente se quitó la musculosa y se bajó las bragas, pateándolas con los pies para hacerlas a un lado. Volvió a abrir los ojos y su cuerpo se puso a temblar. Vera y Edith la miraban, de pies a cabeza, recorriendo su cuerpo desnudo con sus ojos llenos de lujuría, se mordían los labios y deboraban con la mirada su par de firmes senos y su raja rasurada. A Sabrina parecía que le saldría el corazón del pecho. Vera miró a su novia y ella captó el mensaje.
- Nuestro turno - dijo Edith.
Se pusieron de pie casi de forma sincronizada, se bajaron el cierre de la espalda de los vestidos, se los quitaron bajándolos al suelo, arrugándolos y haciéndolos a un lado. Se quitaron las bragas, Vera traía una negra y la de Edith era violeta oscura. Sabrina las observó, maravillada por sus esbeltos físicos, Vera tenía los senos un poco más grandes que los de Edith, y ambas tenían un pequeño triangulito de bello púbico en sus entrepiernas. Sabrina no podía dejar de mirarlas, y ellas lo disfrutaban.
Son bellísimas, chicas.
Tú eres muy bella también, Sabrina - dijo Vera acercándose a ella, poniendo las manos en su cintura y dándole un beso en el cuello. Edith también se acercó, puso su mano en su espalda y le besó intensamente la mejilla. Sabrina suspiró. La volvieron a besar, más apasionadas, le acariciaban dándole placer con sus dedos, Vera le acariciaba los senos y Edith el trasero y la espalda, le besaba los hombros y el cuello. Vera bajó a sus senos y se los lamió dulcemente, Edith también lo hizo y Sabrina echó la cabeza hacia atrás, suspirando y deeando más. Una mano de Edith se deslizó entre sus glúteos y le acarició la raja con los dedos, haciendo que se mojara. Vera se arrodilló ante Sabrina y lamió su raja con su lengua suavemente. SAbrina la miraba, gimiendo excitada. Edith también se arrodilló pero a sus espaldas y le lamió la rajita por detrás. Los ojos de SAbrina se estraviaron un poco.
Oooohhhh...Chicas, que rico...
Puso sus manos en la nuca de cada una, presionando suavemente para que no dejaran de lamerle la raja, sus jugos fluyeron y Vera y Edith se los desgustaron, gimiendo dichos de estar saboreándola. Se incorporaron y la hacieron acostar en la cama, Edith se recostó a su lado, besándola dulcemente, acariciando sus senos y chupando sus pezones de vez en cuando. Vera puso su cabeza entre las piernas de Sabrina y comenzó a chupar su clítoris, lamiendo su vulva rosada, haciéndola gemir, y Edith no dejó de acariciarla y besarla cuando Vera le penetró con sus dedos, entrando y saliendo aumentando el ritmo de la penetración. Sabrina arqueó la espalda, jadeó un poco y se corrió en el rostro de Vera, quien se chupó el jugo de sus dedos y subió a sus labios, la besó y la rodeó con sus piernas, acariciándola junto con Edith, besándola a ella también.
Edith le dijo algo al oído que Vera no captó, Sabrina asintió con los ojos brillosos y Edith se le subió encima, poniendo su raja en su rostro. A Vera se le iluminaron los ojos al ver a Sabrina lamiendo la raja de su novia, chupando el clítoris, haciéndola moverse y gemir.
- Qué belleza...- exclamó acariciando a su novia que cabalgaba sobre una Sabrina que la penetraba con su agil lengua.
Edith se corrió en el rostro de su amiga y ella tragó sus jugos, que estaban ricos. Se le quitó de encima y Vera lamió el mentón de Sabrina, limpiandola de los jugos que no se había tragado. Le agarró la mano y la presionó contra su raja.
Siente...siente cómo me mojo - le susurró.
Sí, lo siento.
Sabrina movía sus dedos, frotando sus labios mayores y estimulando el clítoris. Vera gimió y se puso en medio de ella y su novia. Sabrina no dejó de masturbarla y Edith la besaba, le chupó los pezones y bajó a su raja, Sabrina apartó su mano y Edith lamió la raja de su novia. Sabrina se quedó besando a Vera, manoseando sus tetas, chupándolas y besándole el cuello.
- Ponte encima de mí - gimió Vera.
Sabrina se subió a ella, con entrepierna en su cara y la suya en la de ella. Hicieron un largo e intenso 69 mientras Edith follaba la vagina de su novia con dos dedos y Sabrina le lamía el clítoris. Vera lamía la raja y el ano de su amiga, haciendo que de vez en cuando dejara de tratar el clítoris y gimiera. Las dos se vaciaron a la vez y volvieron a acostarse muy pegadas las tres. Por unos minutos solo fueron caricias y besos, hasta que Vera le dijo a su novia que fuera a buscar el regalo que le habían traído a su amiga. Ella y Sabrina le chiflaron cuando caminó desnuda saliendo de la habitación. Regresó con la caja del saca corchos.
- Qué van a hacer con eso?
Edith abrió la caja rompiéndola en el acto y sacó, ante la sorpresa de Sabrina, un consolador color púrpura con un botón en la base.
Ese...era...mi raealo?
Sí - dijo Edith riendo de la expresión de Sabrina.
Es un truco de los sex-shop, si no quieres que nadie sepa que el delivery te entrega un juguete sexual lo dizfrazan de eso, por ejemplo. No íbamos a regalártelo así como así delante de todas - le explicó Vera.
Quieres estrenarlo? - dijo Edith presionando el botón.
El consolador vibró haciendo un sonido como de avista, Edith lo asercó a las piernas abiertas de Sabrina y ella no se opuso a que le refregara el clítoris con la punta de ese jugueta.
- Aaaaaahhhhh...Qué bien se siente!
Sabrina gemía sin parar, Edith la penetró con el juguete, despacio, moviéndolo despacio de adentro hacia afuera. Sabrina echó la cabeza hacia atrás, aflojando todo su cuerpo y Vera la tuvo sobre ella, extendiendo su mano para estimular el clítoris con sus dedos mientras Edith la penetraba con ese juguete, que cada vez se habría más paso en el interior de su vagina. Sabrina volvió a arquear la espalda y a correrse teniendo otro magnífico orgasmo. Edith retiró el juguete de su interior y subió a su lado, la besó y la acarició con ternura. SAbrina se acurrucó entre los cuerpos desnudos de sus amigas, bostezó y luego ellas también.
Se quedaron dormidas cuando empezaba a amanecer, apretujadas en la cama con las piernas entrelazadas unas con otras. Despertaron como a las cinco de la tarde, almorzaron medio desnudas en el living, toqueteándose pero sin llevar nada a cabo. Vera y Edith se despidieron de su amiga con un beso en los labios, subieron a su auto con los vestidos arrugados y puestos, y Sabrina regresó a su habitación. El juguete purpura se hallaba de pie en su mesita de luz, con una nota escrita en letra cursiva. Vera era quien escribía así. La leyó:
"Cuando lo uses piensa en nosotras ;-)
Con amor, Vera y Edith.
PD: Yo lo elegí."
Ok qué les pareció este? Prometo seguir con "Compañeras de cuarto" es que necesito escribir relatos aparte que nada que ver jeje...
Hasta la próxima!
- Brasita.